Era una sensación rara estar volando con el poder de un legendario, era como volar como una estrella fugaz. Se podía escuchar el silbido del aire, sentir la brisa en la cara, el frío en el viento... era una velocidad increíble, pero a la vez una muy confortable. Sin embargo, debíamos estar llegando, pues esa sensación estaba desapareciendo.

Finalmente aterrizamos. Miramos a nuestro alrededor, todo estaba en caos: Pokemon que huían, pequeños incendios que ya empezaban, varios Pokemon de diferentes tamaños en jaulas y amarrados, y una gran cantidad de cazadores con Pokemon venenosos de su lado.

"Debo ir a intentar a detener a Mewtwo" dijo Mew, y se fue volando a una gran velocidad.

"Y ahora, ¿qué hacemos Alex?" dijo Ember mirándome. Eso me recordó algo: mi padre me dejó en manos liderar a mi equipo. Estaba analizada la situación, debía hacer lo que mi padre siempre me decía: cuidar el ambiente, proteger a los Pokemon y defenderlos de los malos.

"Dash. Por favor, de ti depende los incendios" le dije, "Dependemos de ti para que nuestro hogar se convierta en un infierno. En cuanto todo esté seguro, regresa, nos servirá ayuda en el combate"

"Entendido amigo, sé que es mi deber" dijo Dash, y se dirigió inmediatamente hacia el fuego para evitar que se propague.

"Flora, espera aquí, nos cubrirás" continué, "Pero te enviaremos algunos pacientes cuando los liberemos. Dependemos de ti para curar a los heridos"

"Está bien, estaré lista para recibirlos" dijo Flora, manteniéndose a la defensiva.

"Sky, ve a buscar a más Pokemon que quieran ayudarnos a combatir" le dije, "Necesitaremos algunos refuerzos"

"¡En marcha!" dijo Sky y se elevó en dirección al bosque.

"Zach, eres el más veloz y de mejor vista, corre por entre ellos y trata de sacar a los Pokemon de las jaulas" continué, "Ember y yo te cubriremos"

"A la orden" dijo Zach.

Antes de ir, debía decirle algo a Ember, de modo que me giré y la miré.

"¿Estás conmigo?"

"Hasta el fin" me respondió. Eso me hizo sentir más fuerte que nunca.

"Entonces... ¡vamos!"

Fue todo un trabajo de equipo entre un caos: en cuanto los cazadores nos vieron llegar, mandaron a sus Pokemon venenosos a por nosotros. Nos pusimos a combatir.

Los nuevos poderes eran asombrosos: Ember y yo podíamos volar y lanzar fuego desde una posición ventajosa. Fue fácil vencer a los venenosos así. Además, los hombres negros huyeron al ver a sus Pokemon vencidos. Mientras tanto, Zach había abierto ya tres jaulas y conducido a los Pokemon atrapados con Flora, quien usaba sus nuevos poderes de aromaterapia.

De la nada, escuché un rugido tremendamente familiar. Sabía lo que era, y al parecer, Ember también.

"Ve tu" dijo ella, "Lo tenemos cubierto"

"Sí, solo faltaba esta jaula" dijo Zach al abrir otra jaula con Pokemon.

Le di las gracias a mis amigos, y fui volando a toda la velocidad que me permitían mis alas. Casi llegando vi una cruel escena: Habían capturado a mis padres, estaban separados el uno del otro y amarrados. Pero a quien no quería volver a mirar estaba allí: el jefe Giovanni. A su lado, un Persian estaba pisando a mi padre con sus patas con garras.

"'Tal vez venciste a mi Spiritomb la vez pasada" decía el jefe, "Pero esta vez no tienes cómo defenderte"

No podía perder a mi familia una segunda vez, y mucho menos con ese tirano como responsable. Aceleré el vuelo y utilicé un golpe de ala con el Persian. Este, no fue tan rápido como me esperaba, pues salió volando y quedó noqueado al caer. Instintivamente, utilicé cuchillada, cortando las cuerdas de mis padres con un solo movimiento y con extrema rapidez.

"¿Están bien? ¿mamá? ¿papá?" les dije. Ellos me miraron con asombro e incredulidad.

"¿Alex?" dijo mi madre, poniéndome su mano en mi cara, "Mírate cómo has crecido, hijo mío"

"Lo sé mamá" le respondí. Luego miré a mi padre.

"Has vuelto..." empezó a decir.

"... con mi familia" terminé la frase.

"De modo que..." dijo la voz del jefe, "... has evolucionado. Magnífico para ser un humano"

Me giré para ver esos ojos llenos de maldad.

"Y esa es tu nueva familia..." continuó el jefe, "...la pareja que perdió a su hijo y adoptó otro, aunque no era de su especie"

"Seamos o no de la misma especie, ellos me salvaron cuando tus esbirros mataron a mis padres" le dije amenazadoramente, "¡Ellos son mi familia, y no dejaré que destruyas nuestro hogar!"

"Estás loco para traicionar a tu especie original"

"¡Y tú estás demente por haber ordenado matarlos!"

Esa fue la gota que colmó el vaso, el jefe dio una señal para que sus secuaces sacaran a sus Pokemon: dos Ferrow, tres Arboks, tres Koffing, dos Zubat, dos Golbat y un Muk. Era hora de pelear.

"Estamos contigo hijo mío" dijo mi madre.

"No me atreveré a contradecir a tu madre" se rió mi padre.

"Gracias mamá y papá" les dije.

De la nada, un Pokemon pájaro cruzó el cielo con gran velocidad y derribó a uno de los Golbat. Lo reconocí al instante: era Sky.

"Ya vienen los refuerzos, pero me adelanté" dijo él.

Le agradecí. Justo en ese momento, surgieron más ataques: un cañón de agua, unos pétalos, una descarga eléctrica y un lanzallamas. Estos, acabaron con el resto de Pokemon venenosos. Eran de mis amigos, habían terminado con la evacuación y la protección. Ahora, habían venido a respaldarme. Desde el otro lado, los secuaces huyeron atemorizados.

"Inútiles" dijo Giovanni, "Es imposible tener buenos empleados hoy en día"

Luego nos acechó con la mirada

"Estamos todos juntos en esto" dijo Ember, y los demás asintieron.