Capítulo 23
Eevee abrió lentamente sus ojos marrones y vio una roca de color violeta justo frente a su nariz.
Serena y el resto de sus Pokémon seguían dormidos, así que pensó que debería hacer algo con ella antes de que alguien tropezara o la pisara por accidente.
Con cautela, Eevee extendió su pata hacia la roca, después de todo, no tenía idea de qué era. Su suave pata de color marrón claro tocó la piedra misteriosa
... y no pasó nada.
"¿Eh? Tenía la sensación de que algo iba a pasar por alguna razón", murmuró para sí misma, inclinando la cabeza. Pero se encogió de hombros. "Bueno, no importa..."
La agarró con el hocico y la puso en la mochila de Serena. "Es una roca muy bonita, ¡podría quedar bien en una presentación!"
Pancham y Braixen empezaron a bostezar, despertándose.
"Debería preparar el desayuno antes de tener que socializar con alguien..."
...
...
...
Eevee estaba caminando, satisfecha después de su comida, cuando Chespin se acercó corriendo. "¡Hey, tomá mi Poképuff! No lo quiero~" dijo con su tono más dulce, ofreciéndoselo.
"Um, n-no, gracias... estoy llena", respondió, sacudiendo la cabeza nerviosamente. Chespin la ponía un poco nerviosa.
"¡Nunca estás demasiada llena para un Poképuff~!" Él sonrió, empujándolo más cerca de ella.
"N-no, en serio, no lo quiero", tartamudeó ante la insistencia.
"¡Puedes tenerlo!"
"¡No lo quiero!"
"¡Te dije que puedes tenerlo!"
"¡Te dije que estoy llena!"
"¡Tenés que tenerlo!"
"Chespin..." Pikachu gritó enojado, interponiéndose repentinamente entre los dos Pokémon alterados, saltando en defensa de Eevee.
"¿Eh-? ¿Demasiado...?" preguntó, sudando intensamente.
"Demasiado", replicó el ratón.
"De acuerdo", asintió Braixen detrás de él, mirando a Chespin con desaprobación por su falta de tacto.
"¿Te estoy incomodando de nuevo...?" cuestionó a la temblorosa Eevee.
"S-sí..." dijo suavemente, desviando la mirada repetidamente. Él tembló un poco antes de finalmente irse. "Me siento un poco mal por él...", pensó ella, bajando las orejas, al verlo volverse melancólico.
"No te preocupes, hablaré con él...", le aseguró Pancham, yendo tras él.
"No estoy segura de que sea el mejor plan...", admitió Braixen.
Después de que los dos Pokémon se fueron, ella se dirigió al zorro y al ratón. "G-gracias por eso, chicos", dijo agradecida, tratando de evitar las miradas de Pikachu.
"¡Sabés que sos valiente, Eevee!" Él sonrió dulcemente. "Deberías defenderte si no querés algo."
"Y-yo supongo..."
"Um, ¿encontraste la Piedra Agua?" Pikachu preguntó, cambiando de tema.
"¿Piedra qué...?" preguntó, completamente confundida.
"¿No sabés qué es una Piedra Agua?!" Casi chilló, alarmado.
"¡Sos una Eevee, por Arceus!" Braixen añadió, llevándose la mano a la cara.
Eevee reflexionó un poco. "Creo que escuché la palabra alguna vez..."
"Las Piedras Agua son para evolucionar, cuando las tocás, como Eevee se supone que evolucionás a un Vaporeon."
"¡Pero cuando la toqué no pasó nada en absoluto!"
"¿Nada, en serio?" Los ojos entrecerrados de Braixen se abrieron, sorprendidos.
"Eso suena... casi imposible", secundó Pikachu. "Tal vez deberíamos inspeccionarla mejor."
"Sabía que esa piedra parecía sospechosa", se recordó a sí mismo en su mente.
...
...
El trío entró a una habitación del Centro Pokémon y cerraron la puerta detrás de ellos. "Aquí está", dijo Braixen, sosteniendo la mochila de Serena y sacando rápidamente la Piedra Agua. "Hmm, me parece normal."
"Dejame echarle un vistazo más de cerca", dijo Pikachu antes de ser inesperadamente interrumpido por la alarma de incendios del centro. Olfateó el aire, detectando el repentino y fuerte olor a humo.
"¡¿Braixen?! ¿Fuiste vos?" preguntaron al unísono Pikachu y Eevee.
"¡Por supuesto que no! ¡Ni siquiera yo puedo lanzar un Lanzallamas tan fuerte!" Ella también estaba visiblemente asustada. La habitación era grande, pero ahora estaba cubierta de llamas.
"¡A-ah! ¡Tenemos que salir de aquí!" gritó Eevee, asustada. Braixen intentó abrir la puerta, pero estaba cerrada. "¡Estamos atrapados!"
El fuego se propagaba cada vez más. "¡No puedo hacer nada al respecto, solo empeorar la situación!" dijo con pesar, cubriéndose la cara con las manos y dejándose caer al suelo.
"Ah... ahora desearía poder evolucionar en Vaporeon... para poder salvarlos, chicos..." murmuró Eevee casi inaudiblemente, pero los Pokémon a su lado la escucharon de todos modos.
"¡Evolucionar no es la solución aquí!" Pikachu gritó, girándose hacia ella con ojos decididos. "¡No tenés que cambiar para ser fuerte, Eevee!" A pesar de la situación, ella logró sonreírle.
"¡Entonces, qué sugierís que hagamos!?" Braixen gritó frustrada.
"¡Aún podemos intentarlo, de una manera u otra!" les aseguró. "¡Sigan mi ejemplo!" Pikachu usó Cola Férrea en la puerta de acero de la habitación, haciendo varios abollones en ella. "¡Tenemos que romper la puerta!"
Braixen usó Poder Oculto, creando una bola brillante y lanzándola al objetivo.
"Okay... pensá en un movimiento, Eevee, pensá en un movimiento", repetía la pequeña Pokémon para sí misma, nerviosa. Saltó al aire y varias estrellas amarillas aparecieron cuando usó Rapidez.
"La puerta está empezando a-" dijo Pikachu, entre toses. "A romperse..."
"¡Hagámoslo de nuevo, todos juntos!" Braixen exclamó mirando a Pikachu y Eevee. Ellos asintieron, determinados. Al mismo tiempo, Pikachu, Braixen y Eevee usaron sus respectivos movimientos, haciendo que la puerta finalmente se rompiera. "¡Corran!"
"¡E-esperen!" gritó Eevee, quedándose atrás. "¡La piedra, no puedo encontrarla!"
"¿Estás loca?! ¡Dejala atrás, Eevee!" gritó la zorra (es lo que es).
"Vos andá adelante, te alcanzamos en un minuto!" Pikachu le dijo a Braixen, dándose la vuelta y corriendo tras Eevee con urgencia.
Braixen asintió. Antes de huir, se giró hacia él con una expresión protectora. "Por favor, no dejes que le pase nada."
"No lo haré."
Eevee buscó la Piedra Agua entre las cenizas. De repente, escuchó un misterioso grito similar al de un león, y cuando se dio la vuelta, no solo estaba la Piedra Agua allí, sino también una Piedra Fuego. Juraría que vio una cola amarilla y esponjosa mientras desaparecía.
"¡Hey, Pikachu, mirá!" llamó, tosiendo por el humo.
"¡Encontraste otra!" dijo, sorprendido.
"Yo me llevo esta, vos tomá la Piedra Agua, ¡y salgamos de aquí, okay?!"
"¡Okay!"
...
...
...
A la salida del Centro Pokémon, la pandilla estaba esperando a los dos Pokémon. "¡Pikachu, estás bien!" Ash gritó, aliviado, mientras el ratón saltaba felizmente a sus brazos.
"¡Eevee! ¡Estábamos a punto de entrar a rescatarte a vos y a todos!" Ella sonrió ampliamente, abrazando a su amigo.
Cuando la soltó, Braixen abrazó a Eevee. "No sé qué hubiera hecho conmigo misma si no hubieras regresado!" murmuró, suspirando.
"Sí, ¡sos como nuestra hermanita, Eevee!" Pancham admitió con una alegre sonrisa.
"¡Me alegra que estés bien! ¡También me siento responsable!" Bunnelby se rascó la parte trasera de la cabeza, sonrojándose un poco pero acercándose a Eevee.
No pudo hacer otra cosa que sonreír, su corazón latiendo con fuerza. Su cuerpo se movió por sí solo y se encontró abrazando a Bunnelby, Pancham, Braixen y Serena en un abrazo grupal, frotando su cabeza entre ellos y cerrando los ojos con alegría. "¿Quizás finalmente encontré a mi familia...?"
...
...
Más tarde en el día, Pikachu y Eevee se sentaron juntos, inspeccionando las dos rocas. Ninguna de ellas afectó a Eevee.
"Esto se está convirtiendo en un misterio raro..." se dio cuenta el tipo Eléctrico, sintiendo que su mente se nublaba.
"¿Por qué siguen apareciendo estas Piedras Evolutivas?" murmuró suavemente, preocupada. "Lo más importante... ¿por qué no puedo evolucionar?"
Continuará...
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