Cap. 1: Armando el tablero.
Mirando a mi pasado me doy cuenta de lo que me hubiera perdido al estar alejado jajaja, pero también, de lo que abría ganado... paz y tranquilidad en un hábitat que me favorecía mucho.
Si, nuestra especie es única en el sentido en que no son sociales u hospitalarios, es más solemos proteger nuestro territorio con ahínco, así fue siempre al menos en el pasado, pero bueno, les dije que les contaría una historia y para ello que mejor que empezar desde el principio, el mundo cambio desde...
Arco I: El despertar de los Guardianes.
Un amanecer sombrío, grandes capas de nubes negras llenaban gran parte de los cielos del continente, señales claras de una precipitación que amenaza con romper en cualquier momento.
Varios pueblos veían esto como un mal augurio, mucho más los pobladores del sur, pues pareciera que el ojo de la tormenta estaba sobre su troposfera.
Pese a ello, en un no tan pequeño pueblo ubicado en dicho punto cardinal, un pueblo decidía no pensar demás y centrarse en el trabajo que poseían para intentar ganar lo suficiente como para solventar el pago de los impuestos y tener algo para mantener a su familia a flote.
Pueblo Azert, antaño un lugar de traspaso para la exploración de territorio misterioso, ahora no era más que una sombra de lo que fue, obligada a cambiar sus métodos de ganancia previamente de turismo a un pueblo agrícola, han sido pocos los que lograron la hazaña y compadeciéndose de sus vecinos expandieron sus posibilidades de trabajo para ayudarlos.
Pese a ello, la vida seguía estando presente debido a los jóvenes que tuvieron que nacer bajo estas condiciones tan precarias, aun así, la población infantil era feliz con lo poco que tenían, al menos la mayoría.
En aquella mañana sombría un joven pansage caminaba por las calles mirando a sus alrededores para evitar resbalarse con los charcos que quedaron en los caminos de roca desgastada o golpearse sin querer con cualquier persona en su ruta, teniendo como objetivo el mercado central.
Un poco más temprano le dieron la noticia que su padre estaría de regreso y lo más probable es que llegue para el almuerzo a casa, alegre por la noticia se esmeró en ayudar a su madre con la preparación para el medio día, recordar sobre esta noticia lo lleno de ánimo al punto que aceleró el paso sabiendo que podría terminar tropezando, cosa que sucedió justo al dar la vuelta en la esquina salpicando algo de lodo a su alrededor y de paso manchandose.
Para empeorar las cosas, frente suyo yacía un rhydon de colores extravagante, pero no era por ser de naturaleza shiny, sino por ser uno de los encargados del pueblo a quienes se les llamaba los “sellos malditos” debido a una marca en la parte posterior de su nuca y los colores que portaban estos seres.
El miedo invadió el cuerpo del pequeño al ver cómo el gigante de roca giraba hasta tenerlo frente a frente mientras resoplaba con fuerza.
— niño, acaso me salpicaste lodo encima - exclamo con una notable furia en su voz.
— fu-fue sin querer — respondió con terror en su mirada.
— así que, sin querer, ¿eh? — una macabra sonrisa se extendió a su rostro espantando más al infante — si las cosas son así entonces — extendiendo su mano agarró una bolsa de la cintura del tipo planta — sin querer cojo tu dinero niño — exclamo con arrogancia mientras se daba la vuelta — para la próxima no seré cleme… —
— he-hey ese di-dinero es de mi madre — grito.
— y a mí que me importa tu madre o a quien le pertenece — girando encaró al niño una vez más — ahora mismo es mío, y si me interrumpe… —
— de-devuélvemelo —
— te lo ganaste niño — espeto para levantar la mano en pos de soltarle un golpe al pansage que estaba tembloroso de pie mirándolo aterrado.
Lastimosamente, la gente alrededor solo podía ver cómo aquella alma inocente estaba por caer bajó las garras del rinoceronte, por lo menos así era hasta que un Lucario tomo el brazo del tipo roca y haciendo algo de fuerza evito la posible desgracia.
— déjelo es solo un niño, no vale la pena su tiempo — comentó el Lucario.
Un bufido de discordia fue escuchado por todos los que los rodeaban, a lo que aflojó y separó su brazo bruscamente del agarre del Lucario para seguido darse la vuelta.
— si te vuelvo a ver, estarás acabado crío imbécil — soltó para retirarse con el dinero en su otra mano.
Tras verlo alejarse, el Lucario se acercó al niño para arrodillarse mientras sacaba un trapo de una bolsa que llevaba consigo.
— ¿estás bien?, espero no te haya golpeado antes ese montón de piedras sin cerebro — comentó mientras limpiaba los restos de barro que estaban en el cuerpo del monito — podría haber sido una experiencia horrible para alguien tan joven —
— no *snif* no me hizo nada más que *snif* quitarme el dinero que tenía —
— dinero, ¿te mandaron al mercado a comprar alimentos? — cuestión a la vez que terminaba de limpiar el cuerpo del niño, o por lo menos el máximo que pudo.
Un asentimiento fue recibido como respuesta a su vez qué lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.
— eran *snif* para comprar los ingredientes para el almuerzo de mi padre que llega el día de hoy —
— mmm, ¿de casualidad tu padre no es un zoroark? — cuestiono con una sonrisa el can
— s-sí, como... —
— tu padre y yo somos viejos conocidos, además, yo también esperaba su regreso, me alegro saber que todo está bien y llegará hoy, listo ya estás limpio, ahora solo queda comprar las cosas que te pidió tu madre y regresar — exclamo el Lucario al girar.
— pero, no tengo cómo pagar las compras —
— no te preocupes por eso, solo acompáñame, no queremos que te encuentres otra vez con ese cerebro de roca y terminé en, bueno… —
— señor, por... por que me ayuda sí ni siquiera nos conocemos y mi madre me dijo que no esté con extraños —
— no soy ningún extraño Coul — exclamo sonriente el Lucario. — tus padres me conocen y prueba de eso es que sé tu nombre al igual que el de tus padres, aunque ahora que lo pienso no fue un buen ejemplo — comento llevándose su mano al mentón.
Mirando sobre su hombro pudo notar como el pansage estaba titubeando, lo que le hizo soltar un suspiro.
— escucha Coul, puede que no me recuerdes, pero yo te conozco tanto a ti como a tus padres, puedes confiar en mí sin problemas, todos aquí nos conocemos de una forma u otra, así que cálmate respira y decide, vienes conmigo para comprar los víveres o simplemente regresas a casa, no te haré nada lo prometo —
— bu-bueno —
Le tomo un poco decidir, tiempo en el que Luck había avanzado con dirección al mercado, al final el simio comenzó a avanzar detrás del Lucario logrando llegar a su lado rápidamente.
— veo que te tomo un poco de tiempo, pero al final si viniste —
— … —
— ¿tienes preguntas no?, adelante dilas —
— … ¿Cómo conoces a mi padre? -
— pues, tu padre y yo nos conocimos antes de que encuentre a tu madre, solíamos viajar por el continente antes de que el monarca asuma el mando completamente hace como 30 años y bueno, teníamos que buscar una forma de sobrevivir, por eso nos establecimos aquí y decidimos tener una vida sedentaria —
— así que, antes del mando del monarca, debió ser lindo —
—en mi infancia, tal vez, pero la batalla contra sus fuerzas se desarrolló hace 35 años, en la que como ves perdió la milicia —
— Okay — respondió con confusión al escuchar sobre una milicia.
No paso mucho tiempo antes de que ambos llegarán a su destino, la entrada del mercado, aunque precario, al menos se podían conseguir alimentos esenciales de vez en cuando.
Entrando al sector comercial se podía ver una baja cantidad de Pokémon rondando por el lugar, al igual que la poca cantidad de tiendas en el mismo dada la escasez que, aunque leve, más adelante podría agravar.
— bueno Coul, que te pidió tu madre? —
— me dijo que buscará a una leavanny por el norte —
— vaya, se refiere a la señora Liria jajaja, dichoso sea el destino, también me dirija a su puesto, tengo que entregarle un recado - indico mientras sacudía la canasta que llevaba colgando de su hombro.
— un recado, se refiere a algún objeto —
— algo así, pequeño, pero no perdamos más tiempo que se hará tarde y tu madre se preocupará — hablo al momento de caminar al norte del mercado.
Un poco más de rato paso cuando al final llegaron al puesto de la leavanny, quien estaba terminando de atender a un cliente.
— veo que el negocio está yendo bien, no crees, Lizy —
— ya lo creo Luck, ¿trajiste el pedido de mi abuela? - cuestión la llamada Lizy.
— pues sí, pero ¿dónde está Liria? —
— pues, se enfermó y no pudo venir, aunque me pidió que la ayudará y heme aquí, por cierto, ¿quién es el que te acompaña? —
— es el hijo de Zack, dijo que había un recado de su madre que debía recoger aquí —
— entiendo, si creo recordar que una simisage pidio algo a mi abuela ayer, dame un momentito — comento al moverme detrás de un carrito y sacar un saco — aquí está son cerca de 470 rens.
— bueno verá señora… —
— aquí tiene — exclamo en Lucario mientras sacaba 11 monedas de un saco que llevaba en su cintura — ¿esto es todo verdad? — dejando las monedas en el mostrador.
En la mesita se podía ver 4 monedas de color dorado y otras 7 de una plata opaco.
— pues sí sería todo, pero, ¿por qué usted está corriendo con los gastos? —
— pues Zack es amigo mío de hace tiempo, y he aquí a su hijo — comentó mientras sobaba la cabeza del pansage — y solo digamos que no tuvo una buena mañana —
— entiendo — tomando el saco de la carreta lo levantó y extendió al pequeño monito verde quien lo recibió alegremente — cuídate al regresar, no vaya a ocurrir un accidente similar —
— muchas gracias señora Lizy — recibiendo la canasta miro al Lucario una vez más, este solo le sonrió a lo que el regreso la sonrisa para girar y salir del mercado.
Tras ver cómo se alejaba, ambos adultos se miraron una vez más para posteriormente el Lucario dejar en la mesa del mostrador la canasta.
— No puedo creer que puedas meter esto de contrabando tan fácilmente al interior del pueblo, ¿cómo se encuentran los demás? —
— digamos que las guerras de guerrillas los están desgastando, puede que tengan que retroceder del asedio y esconderse —
— me lo temía, y que hay de los civiles —
— pues se les logró evacuar a la mayoría —
— eso es un avance — suspirando, abrió la canasta y comenzó a retirar el contenido — rezo porque un día todo termine de una vez —
Por otro lado, el pansage avanzaba un tanto rápido mirando a su alrededor y teniendo cuidado de volver a tropezar ahora más concentrado que antes para evitar los problemas.
— espero que no ocurra nada malo — deseo al girar una esquina solo para escuchar un grito.
— ¡A UN LADO! —
Tras escuchar el grito el pansage simplemente se quedó paralizado, sintiendo como el tiempo pasaba, lentamente pudo observar como una cuadrúpeda de colores amarillos pasaba por su lado al saltar sobre un barril un tanto adelante e impulsarse al muro que uso como apoyo para pasar sobre varios transeúntes sin detener su carrera a lo que miro para atrás viendo cómo está levantó la cabeza sobre su hombro ignorando su frente.
— ¡MÁS ATENTO PARA LA PRÓXIMA COUL! —
— ¡Lara, CUIDADO ADELANTE! —
El grito del simio hizo que la fennekin mirara adelante notando la razón, frente suyo un pangoro yacía de espaldas y la tonalidad de su pelaje dejaba en claro que se trataba de un “Sello Maldito”.
— «hay, no» — pensó al intentar frenar su impulso, cosa que no le funcionó bien, pues el suelo húmedo la hacía seguir hacia adelante hasta finalmente chocar contra el oso — «estoy en un grave aprieto» —
— uggg ¡NIÑA INSOLENTE, ACASO TE ATREVISTE A GOLPEARME! — vocifero el oso mientras le daba una mirada asesina
— no fue mi intención —
— ¡A QUIEN LE IMPORTA SI FUE O NO TU INTENCIÓN, VERAS LA RAZÓN POR LA QUE NADIE SE METE CON UN SELLO MALDITO! — sin dar cuartel procedió a estampar un puño en el cuerpo de la cuadrúpeda, pero solo golpeó el suelo causando un leve temblor a su alrededor.
— estuvo cerca — susurro la vulpina, quien logró apartarse del golpe a tiempo.
— veo que eres más de lo que pareces muchacha, espero resistas igual cuánto te atrapé y te usé para mi diversión — comentó con una riza tétrica mirando a la fennekin por su derecha.
— prefiero que no sea así —
Tomando impulso comenzó a alejarse de la escena lo más rápido que podía cuando a los pocos segundos unos fuertes retumbares se escucharon en su espalda, siendo esté el pangoro que la comenzó a perseguir.
— «¡Tiene que ser una broma!» —
Y sin más la persecución empezó, Lara aprovechaba cada esquina cerrada para escapar mientras empleaba las paredes como base para girar debido a lo resbaloso que estaría el suelo si intentará frenar poco antes, cosa que el pangoro no tomo en cuenta, dejando que la ventaja de Lara creciera con cada giro hasta que en un mal movimiento quedó dentro de un callejón con un muro de rejas.
— no me … A ver piensa rápido — mirando a los lados vio un par de cajas apiladas — eso me ayudará — utilizándolos como base se subió sobre estas para saltar al muro contrario e impulsarse para adelanté logrando pasar sobre la reja para al caer girar una vez y finalmente frenar en la salida — quiero verte pasar eso, simio peludo — burló mirando como el pangoro corría en pos de impactarlo — no me digas que planea atra… — mirando como el oso embistió el muro rápidamente retomo su carrera — ¡eso no se vale! —
Nuevamente, la persecución dio inicio, pero ahora en este momento había llegado a la plaza central del pueblo, lugar donde comenzó a girar en torno a la derruida estatua en el centro.
— ¡PRONTO TE QUEDARAS SIN ENERGÍA Y SERÁS MI JUGUETE CHIQUILLA, YA VERÁS! —
— en tus sueños fantoche —
Dando un par de vueltas mientras que los transeúntes se mantenían alejado, noto como una flechinder volaba sobre una de las salidas mientras estaba estática en el aire.
— «Susi, qué alegría verla, pero ahora no puedo saludarla, aunque parece que me está indicando algo» — sin más opción y dar la 4 vuelta corrió directo a la calle donde estaba volando el ave, quien al ver que se acercaba se giró y comenzó a volar algo bajo, lo suficiente para comunicarse.
— veo que tienes un problema —
— ni me lo recuerdes —
— je, je, je lo sé, dentro de cuatro cuadras, gira a la izquierda y sube a las cajas, cerca de un balcón, te esperaré para ayudarte a subir al techo —
— como en el entrenamiento con el señor Igor —
— exacto, ya no hay mucho tiempo rápido —
Tras dejar el mensaje el ave se elevó y giro en la dirección indicada, por su parte Lara continuaba avanzando hasta la cuarta cuadra que se le informó, tras girar la esquina vio las cajas a las cuales se acercó y uso para impulsarse, logrando subir al balcón no se detuvo y corrió hasta el final de este, lugar donde la flechinder yacía quieta en el aire, sabiendo lo que debía hacer, salto sobre la espalda de su amiga para posteriormente impulsarse llegando al techo de las casas delante de ella, así logrando hacer que el pangoro pierda la vista de dónde estaba su presa, por su parte Susi al ver que ella logró llegar al techo se elevó más en el aire para aterrizar en la azotea de un tercer piso y viendo cómo su amiga practicaba parkour entre los techos hasta llegar a un callejón al este del pueblo donde sin más se dejó caer.
Una vez estuvo en tierra firme, coloco su mochila a un lado para revisar el contenido, esperando que nada se haya perdido o quebrado.
— veamos, hojas de aguamar, semillas de lirio rojo, hierva, vida, polvo polen, menos mal está todo sano y salvo, bueno es hora de marchar —
Volviendo a colocarse la mochila se dirigió a la salida del callejón, observando a ambos lados antes de finamente salir girando a la izquierda donde apareció repentinamente Susi, lo que hizo detenerse de golpe.
— Susi como fue que… mejor olvídalo —
— Okay, aunque quisiera saber algo, ¿a dónde vas? —
— diría que es obvio, no crees —
— eso explicaría por qué te perseguía el pangoro —
— en eso te equivocas — pasando, por un lado, continúo avanzando mientras su amiga la seguía estando en el suelo — realmente fue un accidente el encuentro —
— ajá, sí —
— lo digo en serio, mientras venía corriendo ni me percaté del centinela y cuando lo hice ya era tarde, el suelo húmedo me jugó una mala pasada —
— … — meditándolo un poco simplemente asintió — okay digamos que te creo, ¿llegar con Hal era tan importante? —
— quedamos en reunirnos temprano e iniciar con la alquimia avanzada —
— bueno, si tú lo dices, ¿dónde se reunirán? —
— dijo que la espere en la botica Hiervazul de la señora Casaría —
— parece que habría un nuevo portal, je, je, je, y que esperamos vamos a reunirnos con ella —
Asintiendo, vulpina y ave apresuraron su ritmo para llegar rápido al lugar nombrado, algunos minutos después y tras llegar al destino podían ver a un pequeño ser de color rosa sentada en la banca al exterior del local, esta estaba leyendo un libro a plena vista, poco después se percató de las dos presencias que se le acercaban cosa que la hizo dejar a un lado el libro y mirarlas.
— vaya Lara, pensé que no vendrías, y poco me esperaba que te acompañe Susi, me alegra que estés bien —
— a mi igual Hal, pero he de decir que estar con mis abuelos, aunque me agradan, es aburrido no poder salir de la casa — comentó Susi.
— me lo imagino, este es de los pocos pueblos donde el toque de queda aún no sé a implementado y espero siga así —
— también espero eso, pero bueno —
— Hal, tengo las hierbas que pidió tu madre en la mochila, así que ya estamos listas para iniciar — intervino Lara.
— en ese caso vamos adentro, tengo todo preparado para activar el sello —
— sabía que esta era una de las tretas de tu madre para ocultar el portal — exclamo Susi, quien ya se encontraba en las puertas del local.
— sí, pero no lo digas así de la nada, sabes que alguien podría escucharnos y alertar a los sellos malditos —
— Hal relájate, dudo que alguien quiera hablar con esos seres de mal agüero, toda aquí los odian sin importar que — remarcó Lara para ingresar con todas a la botica — supongo que tenemos que ir al sótano, verdad —
— realmente no, solo hay que ir a la trastienda, la runa está marcada en el piso y pasa desapercibida pretendiendo ser la decoración jeje, mamá pensó en eso —
— no crees que eso llamaría mucho la atención — exclamo Susi.
— puede ser, pero esas runas son antiguas, actualmente se supone que no existen registros —
— esperemos que sea verdad y nadie se percate —
— vamos, es mi madre y ella sabe lo que hace —
— está bien Hal, pero bueno, ya que estamos todas es momento de retirarse —
— coincido con Susi —
— está bien, está bien, vamos —
Tras la afirmación, las amigas ingresaron al local para saludar a la lurantis que se encarga del lugar e ingresar a la trastienda.
— bueno, todas al centro de la sala para iniciar —
Haciendo caso a su amiga las tres se colocaron al centro, poco después el suelo comenzó brillar levemente, seguido de eso una cúpula se formó cubriendo a todas, desde el exterior se podía ver cómo dicha semiesfera comenzaba a desvanecerse dejando el sitio como si nadie hubiera estado hay en un comenzó.
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Sombras se ciernen en una vida tranquila...
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