Capítulo 4: Rescate en el prado de néctar
A la mañana siguiente, el nuevo grupo de rescate se despidió de Kandia y de los demás habitantes del pequeño pueblo en el que estaban (todos estaban muy agradecidos por haberlos defendido de los rufianes y les regalaron más comida que les duraría para tres días más).
"Y recuerden" les dio como una última indicación Kandia, "Les sugiero que rodeen el bosque frondoso y se alejen del prado de néctar"
Una vez abandonado el pueblo, los viajeros caminaron un tiempo por el páramo de las afueras, hacia la colina y llegaron a ella después de unas horas de camino. Desde la alta cima, se pudo ver el lugar que habían abandonado como un punto a lo lejos. Desde el otro extremo de la colina, se pudo contemplar la belleza del paisaje que yacía frente a ellos: hacia el fondo, surcando el cielo, un mar de nubes blancas y suaves como el algodón, tapan a intervalos cortos, los cálidos y dorados rayos del sol. Luego, un prado donde florecen hermosas flores de primavera: amapolas, margaritas, tulipanes...
Sin embargo, su destino era un poco más hacia el este, donde un bosque de árboles frondosos se imponía en el camino. Nada más al internarse en él, podían oír palabras:
"¡Hey yo traje esas bellotas!"
Se trataba de un grupo de Patrat que estaban en época de recolección, mientras que las más pequeñas estaban jugueteando por entre las ramas de los altos chopos y de los gruesos robles mientras que una bandada de Taillows alza su vuelo de forma majestuosa. Al observar las labores de los Patrat y también las flores del prado de hace un rato, no les tomó mucho deducir que, definitivamente estaban en primavera.
"Oye Sky..." dijo Mina mirando los Pokemon ave por encima de los árboles, "¿No deberías poder volar ya que eres un Pokemon pájaro?"
En realidad, este iba sobre el lomo de Zach, quien no le molestó mucho llevarlo. No obstante, recordando que su pasajero tenía alas, también lo puso en duda.
"Esta bien, esta bien" dijo tratando de calmar las cosas y levantando un lento vuelo. El problema residía en que no estaba seguro de poder volar, pero al parecer podía hacerlo lentamente.
"Al menos tienes alas" mencionó Dylan, "No sé por qué tenía que ser un Froakie, me siento extraño andar como sapo"
"¿Y tú te sientes extraño?" cuestionó Rose, "Yo tengo dos lianas en lugar de brazos y cuatro patas"
"Pues parece que al que menos le afecta es a Rex" indicó Zach, "¿Cómo le haces?"
"No tengo idea" mencionó este, "Tal vez luego de esa batalla me muevo con más facilidad..."
Pero, antes de completar la frase vieron a una extraña atravesando el camino: era pequeña y solo tenía dos patas y un gran brote sobre su cabeza. El grupo se quedó quieto al principio; además, sabían que era alguien pequeño y la superaban en número si intentaba algo. No obstante, nunca se cruzaron las miradas, pues este ser se internó en la vegetación detrás de un arreglo floral muy bonito. Por un minuto, nadie dijo anda hasta que Flora aclaró:
"Un Budew, ¿no es así? Vaya, parecía muy pequeño o pequeña"
"¿Serán uno de los que viven aquí?" preguntó Rex, "¿O estará de paso como nosotros? Podría darnos indicaciones"
"Eso es difícil de saber" comentó Zach, "Kandia y los demás que vivían en el pueblo parecían... bueno, de pueblo. ¿Cómo diferenciaremos a un Pokemon salvaje?"
"Yo creo que será mejor cuestionar eso luego" gritó Sky, quien volando un poco más alto vio el final del bosque más adelante, "Por allá se sale"
Todos entusiasmados se encaminaron a la salida del bosque. Los campos de flores exóticas y aromatizantes empezaban a escasear indicando el final del trayecto por el bosque y el comienzo de un nuevo camino, hacia lo que parecía un gran manantial igualmente rodeado por campos verdes, pero no con tantas flores como el lugar en el que habían estado.
Sin embargo, antes de que se encaminaran hacia un nuevo destino, otro Pokemon les llamó la atención: era una Roselia, y corría como si escapara de algo mientras se le veía el rostro bastante preocupación. En comparación del otro, este sí vio al grupo y se encaminó hacia ellos. Una vez cerca, se notaba una diferencia: la expresión era de preocupación y no había nada detrás de ella, ¿por qué estaba así?
"Ayuda..." dijo ella casi desfalleciendo. En ese instante, Rose le detuvo de caer con su látigo cepa.
"¿Qué le sucede señorita?" le preguntó Rose al mismo tiempo en que todos la rodeaban.
"Mi pequeña... Budew..." dijo mientras le costaba respirar, "Ha ido... al... prado..."
"¿Al prado del néctar?" preguntó Rex, "Hey, debe ser esa Budew que vimos hace un rato"
"Kandia nos dijo que no nos acercáramos a ese lugar" dijo Dylan, "Debe ser peligroso para alguien tan pequeña... ¡debemos salvarla!"
Por algo habían sido escogidos: a penas Dylan les dijo de ir a salvar a su hija Budew, todos se pusieron de acuerdo. No obstante, Roselia estaba mu débil para ir con ellos.
"Mina y Sky" les dijo Rex proponiendo un plan, "Ustedes quédense aquí a cuidar de Roselia. Si ocurre algo, Sky podrá ir a avisarnos"
"De acuerdo" dijeron ambos.
Entonces, volviendo al camino hacia el bosque, Rex, Dylan, Rose y Zach corrieron rápidamente atravesando los árboles y arbustos de, dirigiéndose al otro lado del mismo con la esperanza de encontrar a Budew. Los altos árboles cubrían gran parte de los laterales y el lugar parecía un auténtico laberinto, pero finalmente, llegaron al otro extremo y allí estaba: extendiéndose con su fresco y aromatizante aire, el prado del néctar.
"Em... chicos" susurró Zach.
Entendieron de inmediato por qué susurraba: en la parte superior de los árboles que habían abandonado, había capullos... y no cualquier clase de capullos, sino de Kakuna. Habían tenido suerte.
"Un momento, si hay capullos de Kakuna..." mencionó Rose, "¿También hay...?"
"¿...Beedril?" sugirió Rex, "Eso explica la palabra 'néctar'. Los Beedril recogen néctar del prado. Eso no es bueno, Budew puede estar en un grave peligro..."
(En el prado...)
La pequeño Budew avanzaba hacia el centro del prado con mucho nerviosismo.
"No creo que haya sido buena idea..." pensó como cualquier niño (en este caso, niña) perdida, "Pero quiero ayudar a mi mamá... necesito miel..."
Pero, antes de que diera otro paso más, tres Beedril y un Combee le cerraron el paso. Inmediatamente, la pequeña cayó hacia atrás muy asustada.
"¡Quieta allí intrusa!" gritó uno de los Beedril, "Has venido a robarnos la miel, ¿verdad?"
"No quiero robar... solo quiero pedir un poco..." empezó a decir Budew muy asustada.
"¡Lo sabía!" dijo otro Beedril, "¡Quiere miel!¡Intrusa!"
"¡Por favor es una niña!" se quejó Combee, "¡Es incapaz de hacer algo así!"
"¡Cruzó el límite del prado en esta época de recolección!" dijo el tercer Beedril, "¡Es una intrusa y tenemos reglas para los intrusos!"
"¡No, por favor!" gritó Budew asustada mientras veía a los tres Beedril abalanzarse sobre ella.
"¡Látigo Cepa!"
"¡Burbujas!"
Un fuerte látigo cepa golpeó al Beedril más cercano y le hizo golpearse contra un árbol e inmediatamente, quedó pegado contra él debido al ataque burbujas. El tercero se paró en seco.
"¡Te tengo!" gritó Rex saltando por encima de él, "¡Arañazo!"
Pero el Pokemon insecto era más rápido y esquivó el último movimiento.
"¡Chispa!"
Era el turno de Zach para atacar y se lanzó directamente al tercer Beedril quien también esquivó el movimiento tomando más vuelo. Rose y Dylan ayudaron a Budew a levantarse.
"¿Te encuentras bien?" le dijo, "Tu mamá está preocupada"
"¿Conocen a mi mamá?" preguntó la pequeña Budew sorprendida y agradecida.
"¡Aaaah!" gritó el primer Beedril despegándose, "¡Más intrusos! ¡Alerta!"
Cuando dijo alerta, al menos media docena de Beedril aparecieron de entre los árboles. Y los empezaron a rodear, acorralándolos.
"Rex, este sería un buen momento para evolucionar, ¿no crees?" sugirió Zach.
"Aunque pudiera, es arriesgado" le contestó este, "Si uso ataques de fuego, terminaré incendiando el prado entero..."
Antes de que pudieran intentar otra cosa, los Beedril se lanzaron contra ellos y tuvieron que agacharse para evitar las pinzas de sus brazos.
"¡Látigo Cepa!" atacó Rose, pero los Beedril eran demasiados y se movían con tanta velocidad que era difícil apuntar. Además, los ataques tipo planta no les hacían casi nada de daño.
"¡Chispa!"
"¡Arañazo!"
Rex no podía usar ataques de fuego por aquel lugar tan inflamable, mientras que Zach no podía dar en el blanco a ninguno de los Beedril porque era cosa de apuntar a uno y esquivar a otro. Por su parte, Dylan estaba tratando de esquivar a los Beedril mientras guiaba a Budew fuera del círculo.
"¡No escaparán!" gritó un Beedril.
El golpe furia alcanzó Dylan y lo separó de Budew mientras otro Beedril, viendo a la pequeña desprotegida, se abalanzó contra ella.
"¡Budew!" gritó Dylan mientras intentaba ponerse en medio. Justo entonces, su antiguo celular comenzó a brillar.
Al igual que como Rex, el cuerpo de Dylan comenzó a cambiar mientras brillaba con intensidad. Su altura aumentó y se levantó irguiéndose. Cuando acabó, la evolución esta completa: de Froakie a Frogadier.
"¡Golpe martillo!"
Dylan saltó más rápido de lo que volaba el Beedril y lo golpeó con toda la fuerza de su nuevo movimiento, sacándolo a volar (irónicamente).
"¡Muy bien!" gritó Rex al ver cómo la situación había cambiado.
Por su parte, los Beedril se habían vuelto locos gritando: "¡Intruso! ¡Intruso!"
Se abalanzaron sobre Dylan, pero este se dividió en muchas copias y los confundió. Era otro movimiento: Doble equipo. Los Beedril intentaron asestar a cada una de las copias, pero sin éxito de encontrar al verdadero.
"¡Rayo burbuja!"
Desde arriba, Dylan atacó una ráfaga de burbujas concentradas a todos los Beedril desde un punto ciego para ellos y asestó a cada uno sin causar mucho daño al prado (pues era un movimiento de agua). Los Beedril cayeron como insectos rociados por insecticida.
"¡Muy bien hecho!" le felicitó Rose cuando Dylan regresó con ellos.
"Así que esto se siente evolucionar..." dijo este mirando su cuerpo. Pero, precisamente en ese momento, volvió a la preevolución, "Ay... no"
"¡Miren!" señaló Zach.
Los Beedril se empezaron a levantar y estaban bastante molesto. Los chicos debían idear algún plan...
"¡Alto! ¡Deténganse!" gritó una voz.
Los Beedril se detuvieron inmediatamente al escuchar la voz. Los demás vieron al Combee de hace unos minutos acompañado de un Vespiqueen.
"¡Reina Vespiqueen!" dijeron los Beedril mientras se hacían a un lado, "Disculpe... ¡tenemos intrusos!"
La reina miró al grupo, más específicamente a la pequeña Budew.
"¿Han venido a robar nuestra miel?" preguntó la reina.
"No majestad..." habló la pequeña Budew, "Yo... solo quería un poco de miel para mi mamá... escuché que es muy nutritiva"
"¡Lo sabía! ¡Intrusa!" dijo uno de los Beedril mientras los demás también se alertaban.
"¡Quietos todos!" les gritó la reina, "Solo conseguirán ser derrotados como hace un momento. Esta niña solamente tenía intensiones de ayudar a su madre"
Luego, le entregó un frasco con algo de miel en su interior.
"Toma esto, pero no vuelvas a ponerte en peligro" le dijo, "Aún eres una niña"
"Muchas gracias, majestad" agradeció Budew.
"Y ustedes..." continuó Vespiqueen mirando al resto del grupo, "¿Sois un grupo de rescate? ¿Cómo se llaman?"
"Em..." dijeron los cuatro.
"Somos... el equipo Poke-Savers" dijo Rex pensando rápido, "Venimos a salvar a Budew"
"Bien" dijo mientras les daba a ellos otro frasco de miel, "Esta es su recompensa por darme cuenta de que mis subordinados son demasiado alocados. Voy a tener una larga conversación con ellos. Ustedes lleven a Budew con su madre"
"Muchas gracias, majestad" agradeció Rose mientras cogía el frasco de miel y lo guardaba en la maleta.
(Minutos después...)
El grupo se reunió nuevamente con Mina y Sky, quienes a su ve estaba con Roselia ya recuperada y alegre de volver a ver a su hija.
"Gracias, muchas gracias salvar a mi pequeña" les agradeció Roselia, "Budew, ¿por qué te fuiste a un lugar tan peligroso sin decir nada?"
"Lo siento mamá..." intentó disculparse la pequeña Budew.
"No se preocupe señora Roselia" le dijo Dylan, "Lo importante es que está a salvo"
"Sí... es verdad..." se dio cuenta Roselia, "Muchas gracias. Hasta pronto"
Cuando ambas se hubieron ido, Rex, Dylan, Rose y Zach contaron lo que había pasado en el prado del néctar y la batalla que tuvieron. Mientras hacían eso, volvían a salir del bosque mientras se encaminaban a su próximo destino: un gran manantial.
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