Capítulo 19: Carrera contra el tiempo y el espacio
Los chicos elegidos, ahora reunidos en torno a Dialga, estaban reponiendo sus fuerzas luego de aquella gran batalla contra aquel Pokemon Legendario. El menos herido, Dylan, ayudó a todos los demás a levantarse.
"Gracias..." le dijo Rose mientras se levantaba y se ponía a buscar en la maleta, sacando media docena de bayas Oram.
Cada uno volvió a su estado base de nuevo y comieron las bayas para recuperarse. Luego, se reunieron en torno al dormido Dialga.
"¿Está libre del átomo oscuro?" preguntó Sky, "¿Cómo lo consiguieron?"
"Los Pokephones parece que no solo tienen el poder de hacernos evolucionar" contestó Dylan, "Parece que liberan una luz que purifica sin necesidad de pelear. Rex usó eso para purificar a Dialga"
Rex volvió a ver su Pokephone, maravillándose con aquel milagro pues, quien sabe si aquel movimiento pudiera haberlo derrotado completamente. Pero aún había una pregunta en su mente: no había entrenado tanto para dominar el movimiento de Cola Dragón, ¿cómo pudo hacerlo? ¿cosa del Pokephone o suya?
Mientras seguía pensando, un gruñido de algo grande le despertó: Dialga abría lentamente los ojos, pero estos ya no eran rojos de odio, sino el color rojo natural. Sin embargo, los chicos aún no confiaban en él y se pusieron en la defensiva.
"Niños elegidos" les dijo al verlos y tranquilizarlos, "No se preocupen, la oscuridad no controla mi alma. Gracias por salvarme... es un honor estar frente a ustedes"
"Gracias...creo" respondió Zach, "Señor Dialga, Darkai... se ha escapado..."
"Lo sé chico. Apenas recuerdo las cosas mientras estaba poseído. Sin embargo, este chico elegido" (se dirigía a Rex), "Hizo la elección correcta: si uno de ustedes falta, es imposible que el mundo Pokemon vuelva a ver la luz del sol... Ahora, deben seguir a Darkai"
"Pero, ¿A dónde fue?" preguntó Mina.
"Creo que irá a por Palkia quien mora en la Grieta Espacial del Oeste. Y deben darse prisa: con mis poderes, podría ser capaz de vencer a Palkia también..."
Antes de que continuara, una sobrecarga eléctrica brotaba del altar donde se ubicaban los engranes del tiempo. Mientras esto sucedía, algo extraño estaba pasando: el cielo de repente se oscurecía y amanecía, como si el tiempo se hubiera vuelto completamente loco.
"¡Oh no!" exclamó Dialga tratando de caminar hacia el altar de piedra (hay que recordar que aquel golpe de cola le había dejado bastante atontado), "¡El poder de los engranes del tiempo también ha sido corrompido! ¡Si no se estabiliza, puede ocasionar la destrucción del tiempo mismo!"
Trató de acercarse al altar, pero una especie de onda de energía oscura lo repelió como una reja eléctrica de máxima seguridad. Rex entonces tuvo una idea.
"¡Chicos!" les dijo a sus amigos, "¡Saquemos nuestros Pokephones!"
Los demás entendieron inmediatamente y así lo hicieron. Entonces, al igual que en la playa de Aldea Tesoro, los Pokephone brillaron juntos y se juntaron en un poderoso rayo de luz que chocó contra la energía oscura del altar y los engranes. Al segundo siguiente, el escudo había desaparecido y los engranes volvieron a recuperar su color azul con runas verdes.
Dialga respiró aliviado, para ser un legendario, le preocupaba bastante la estabilidad del tiempo.
"Muchas gracias elegidos" les dijo, "Habéis evitado una catástrofe de gran magnitud. Así como han salvado el flujo del tiempo, debéis evitar la deformación del espacio que ocasionará Darkai"
"¿Cómo lo hacemos?" preguntó Rose, "No sabemos en que parte del Oeste está aquel lugar y Darkai nos lleva ventaja"
"Es verdad... ¿les ha traído Lapras? Bien, si es así, deben despedirse de ella. Esta parte de su viaje será más veloz que ella y no será por el mar: será por el cielo"
"¿El cielo?" preguntó Sky.
"Así es. Ahora vayan, no se debe desgastar ningún fragmento del Tiempo. Quienes les ayudarán a llegar a vuestro siguiente objetivo son veloces. Quizá hay solo un poco de Tiempo para despedirse..."
Sin más que decir, se alejó de ellos y, con sus debilitados poderes, los envolvió en una especie de burbuja protectora, la cual se llevó a toda velocidad a los chicos al límite de la Tierra Oculta. Justo antes de aterrizar, lograron ver a Lapras en la orilla del Mar del Tiempo.
"Ya veo, así que eso pasó" dijo Lapras al escuchar lo sucedido, "Dialga tiene razón: no deben perder tiempo valioso. Sin embargo, antes de que se vayan, tengo algo que decirles"
Los niños elegidos se sentaron en la orilla de la isla. Era una sensación extraña pues, como era el mar del Tiempo, no había agua; solo vacío.
"En este corto periodo en el que nos conocimos, me he sentido nostálgica" les dijo, "Ustedes me hacen recordar a mis viejos amigos. No hay ninguna duda de que ustedes son los niños elegidos de esta nueva era. Me siento honrada de haberles llevado"
"Muchas gracias por ayudarnos, Lapras" le dijo Rose, "Sin ti nunca hubiéramos llegado hasta aquí"
"Sí, y te prometemos detener a Darkai hasta el final" dijo Rex, "No dejaremos que se salga con la suya"
"Eso me hace respirar tranquila" respondió Lapras, "Volveré a Aldea Tesoro y le informaré a Wigglytuff que ustedes podrán con esta ardua misión. En toda era, aparecen nuevas leyendas"
Mientras continuaban con las despedidas, se escuchó el sonido de algo acercarse a alta velocidad: se escuchaba como un objeto en picada y lograron apreciar dos objetos que se movían como un jet. Uno era de colores blanco y celeste, mientras que el otro era de colores blanco y rojo. Volaban con velocidad, pero a la vez, con gracia.
Los dos Pokemon descendieron con suavidad en la orilla. Entonces, los niños elegidos conocieron a los gemelos Pokemon Legendarios.
"Hemos venido por encargo de Dialga" dijo el azul, quien al parecer tenía un aspecto serio, "Nos encargó transportar a los elegidos a la Grieta Dimensional... ¿son ustedes?"
"En efecto" confirmó Lapras, señalando a los chicos elegidos, "Ellos son los niños elegidos que liberaron a Dialga y muchos otros Pokemon de la oscuridad. Necesitan vuestra ayuda"
Latios solo los miró un momento antes de decir: "Hum, sigo sin creerme que todos los elegidos son niños y logren cosas que incluso para nosotros parecen imposibles..."
"¡Hey!" respondió algo indignado Zach, "¡Hemos pasado muchas cosas para que no creas en nosotros!"
"Disculpen la actitud de mi hermano Latios" les saludó el rojo, "El es habitualmente así cuando trata de protegerme y no quiso arriesgarse a que yo viniera aquí. Se preocupa demasiado por mí"
"Las cosas que están pasando en el mar y el cielo no es para tomarlas a la ligera..." respondió Latios.
"¿Qué cosas suceden?" preguntó Dylan.
"Mientras volábamos, hemos visto varios cielos oscuros, suelos destrozados y volcanes entrando en estado de erupción..." los chicos elegidos ahogaron un grito, "El mundo ha empezado a desmoronarse desde que perturbaron el equilibrio del Tiempo"
"Pero hemos restaurado el flujo..." trató de explicar Rose, señalando los Pokephones.
"Nada puede devolverle completamente el poder a los engranes del tiempo" explicó Lapras, "Lo que habéis hecho fue estabilizarlo por ahora, Dialga está débil y puede que no resista más de un día así. Debéis devolverle el poder que le arrebató Darkai"
"Esperen, quiere decir que si estas son las consecuencias de que perturben el tiempo..." empezó a decir Sky, "¿El mundo colapsará su también se deforma el espacio?"
"Es una afirmación completamente segura" les dijo Latios.
"¡Entonces no perdamos más tiempo!" exclamó Rex, "¡Debemos detener a Darkai! ¿Nos ayudarán?"
"¡Por supuesto!" les dijo Latias, "Ahora, ¡suban y sosténganse lo mejor posible! Mi hermano y yo iremos a la máxima velocidad"
Rex, Dylan y Rose se subieron sobre Latias, mientras que Mina, Zach y Sky lo hicieron sobre Latios. Mientras estaban a punto de despegar, Lapras alcanzó a decirles:
"¡Hasta pronto niños elegidos! ¡Todas las esperanzas están depositadas en vosotros!"
Con ese último apoyo, los chicos se despidieron de Lapras y luego se agarraron fuertemente del lomo de Latios y Latias pues estos partieron con una velocidad mayor de una moto de carreras en arranque. En menos de 10 segundos, atravesaron la barrera que ocultaba la Tierra Oculta del mundo Pokemon.
No obstante, el cielo tardío que esperaban ver nunca apareció. En su lugar, había un cielo gris y nublado, del cual el agua caía en pequeños hilillos, el viento arreciaba. Las nubes viajaban por los cielos en montones como arrastradas por caballos invisibles y, cada minuto, se escuchaba el sonido de relámpagos a lo lejos.
Pero aquello parecía verse en un instante pues, a la velocidad a la que iban Latios y Latias, habían atravesado en un segundo más de tres leguas de océano y, en menos de un minuto, la barrera de la Tierra Oculta desapareció por completo. Los chicos elegidos se mantuvieron firmes ante la velocidad de sus nuevos aliados mientras el viento les azotaba la cara.
Y en unos minutos lo vieron: una isla en medio del medio del mar, donde el cielo encima de esta estaba tornándose de rojo y negro... La Grieta Espacial.
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