(Mientras tanto, en la intersección de mundos...)

Arceus estaba meditando, tratando de estabilizar su dimensión y las dimensiones adyacentes. Durante el tiempo que los niños elegidos empezaron el viaje, hubo algunas distorsiones de tiempo y espacio. Aunque Arceus, en compañía de Dialga y Palkia, hayan conseguido solucionarlos temporalmente, la amenaza de curvatura dimensional aún persistía.

"Esos niños elegidos han avanzado de una forma extraordinaria" comentó Arceus, como si hablara consigo mismo, "Has hecho sabias elecciones, Giratina"

"Aún faltan dos que deben dominar sus poderes de evolución por completo" recalcó Giratina, "Pero el objetivo de ponerlos a prueba es un éxito: han derrotado a los restos de la materia oscura que poseían a varios Pokemon deseosos de poder"

"El deseoso por el poder corrompe su alma a tal nivel de entregarla a la oscuridad (incluso, aunque no se dé cuenta de ello), es una actitud que se vio en seres humanos de la antigüedad y aún repercute" observó Arceus, "Estos nuevos elegidos son aún niños y esa era la clave: no desean el poder, pero lo demuestran con su propia valentía y, gracias a ello, son capaces de dominarlo sin consumirse en la oscuridad"

En ese momento, Palkia apareció en los límites de su dimensión.

"Lamento la tardanza" dijo, "La gruta dimensional empieza a demostrar ciertas curvaturas y debía estabilizarlas... ¿Dialga aún no ha llegado?"

"Dijo que tenía que mantener la torre del tiempo en orden debido a la presencia de materia oscura en la tierra oculta" explicó Giratina, "Puede que esté creando un campo de protección potente para mantenerla a raya..."

(Sin embargo, en la torre del tiempo...)

Un altar de piedra, rodeado de cuatro grandes columnas del mismo material se alzaba en la cúspide de la torre. No había muros en aquel lugar, pero se veía claramente toda la Tierra Oculta desde allí. En el altar, había colocados 6 engranes azules de piedra, con inscripciones en verde nada entendibles; estaba, además, protegidos por una barrera temporal muy poderosa y su guardián estaba a un metro de distancia.

Un derrotado Dialga estaba siendo manipulado como un títere es manejado por hilos. Rugía de dolor, pero no era más que un flujo de energía oscura que no le permitía moverse. Frente a él, la silueta de un Pokemon se alzaba (del tamaño de un Donphan) rodeado de tanta energía oscura que podía confundirse con la oscuridad misma.

"Eres muy fuerte, Dialga" le dijo el enemigo, "Pero aún puedes ser de los nuestros, ¿Por qué no sucumbes ante la oscuridad?"

"Ya una vez caí en eso por tu culpa..." dijo este legendario, debilitado, "Al borde de perderme en la locura y la oscuridad, un niño elegido me salvó a mí y el tiempo... y volverá a suceder"

"Tal vez ese par haya fastidiado mis planes en el pasado..." recalcó el oscuro Darkai, "Pero esos nuevos elegidos no detendrán esta nueva era repleta de oscuridad"

Se giró hacia otro Pokemon que estaba arrodillado en señal de respeto hacia él. No llevaba energía maligna, pero era un servidor fiel. Era de color azul oscuro, salvo alrededor del cuello, cola y apéndices de la cabeza, que eran de color rojo oscuro. Caminaba sobre dos patas y en sus delanteras poseía tres dedos en cada una de sus cuatro patas, con unas garras enormes.

"Weavile" le dijo Darkai, "Esos chicos han derrotado cada fragmento de oscuridad que les he enviado. Creo que es momento de un ataque a gran escala, ¿te encargas?"

"Será in placer" respondió Weavile mientras saltaba alejándose de allí. Darkai volvió su atención hacia Dialga.

"No te preocupes, esta vez no planeo retirar los engranes del tiempo" le dijo en tono de burla, "Pero sí necesito algo de su poder"

"La barrera temporal no se quitará mientras yo siga con vida..." amenazó Dialga, "Y si me matas, los poderes de los engranes se perderán para siempre"

"No me engañas. Tú creaste la barrera, y solo tú tienes el poder que necesito para quitarla..."

Con unos hilos casi invisibles, empezó a extraer energía del Pokemon legendario. No obstante, al ser este un legendario, tardaría bastante tiempo en absorber el poder necesario para aquel campo de fuerza.

(Por su parte, por la noche...)

El otro grupo de niños elegidos, conformado por Sky, Rose y Dylan se acercaban a la costa desde donde se podía ver un esplendoroso amanecer (obviamente cuando amanezca) y, según Virizon, reposaban piedras Alba. Atravesaron un silencioso prado donde se volvían a evidenciar rastros de llanura. Esto preocupó a los chicos: ¿Cuánto más debían retrasar su llegada a Aldea Tesoro?

"Ya es tarde" dijo Dylan, "Descansemos aquí y mañana temprano recolectaremos es piedra. El acantilado con vistas al este está adelante. Además, debemos ver la piedra en el amanecer"

"De acuerdo" dijo Rose, sacando con sus lianas unas hojas de palmera lo suficientemente grandes para hacer una cama, "Creo que debemos idear un plan para tomar una piedra Alba en el fondo del acantilado"

Sin embargo, cuando esperó una respuesta de sus compañeros, estos se quedaron mudos, sin poder responder nada. Dylan ahora mostraba una cara de remordimiento mientras que Sky de algo de temor. Como curiosidad, Rose notó que este último tampoco había volado mucho o muy alto.

"Pues... si no hay propuestas" dijo tratando de animar el ambiente, "Propongo que Dylan baje con ayuda de mis lianas hacia la orilla mientras que Sky lo vigila en caso de que algo malo pase"

"Es más fácil decirlo que hacerlo..." comentó algo desilusionado Dylan.

Sky continuó sin hablar en lo más mínimo. Rose entonces preguntó:

"¿A qué te refieres con eso?"

"Que, a comparación con el resto de ustedes, no he podido pasar a la ultra evolución" se lamentó Dylan.

"Cada uno de nosotros tuvo que pasar una dura prueba para pasar a la Ultra evolución. Seguro que vuestro momento llegará"

"Lo sé, pero..."

Dylan se silenció vagando en sus memorias. Luego, reunió valor para decirlo.

"En mi escuela, siempre era el malo en deportes" explicó, "Siempre el que se queda en la banquilla o detrás de los demás. Ahora, la misma historia me pasa y siento que no aporto suficiente al equipo"

"Todos damos nuestro granito de arena en esta aventura" le corrigió Rose, "Nos salvaste de los Beedrill, ¿recuerdas?"

"Sí, pero no he mejorado desde entonces, ¿no? Es más, creo que no tengo la habilidad que solía tener"

"A mí me pasa parecido" dijo Sky, rompiendo su silencio.

"Es cierto, ahora que lo pienso..." comentó Rose, "A diferencia de Rex, no comiste mucho y tampoco te vi volar como sueles hacerlo"

"Pues yo... perdí mi noción del vuelo cuando quedé paralizado... no creo que pueda volar tan alto como antes lo hacía"

"Eres un Pokemon volador y demostraste lo contrario durante la carrera en ciudad Portual. Te vimos ganar y evolucionaste a Tranquill para derrotar a un Fearrow furioso. No has perdido tu noción, sino te falta recuperar la confianza en ti mismo"

"No lo sé... ¿qué pasa si mis habilidades de vuelo no son perfectas como antes?"

"¡Basta a los dos!" concluyó Rose, "Los dos pueden hacer lo que se propongan mientras recuperen sus respectivas confianzas. Deben dejar de tener al no poder y, en cambio, siempre creer que pueden hacerlo. Eso me enseñó Virizon y me sirvió. Ahora, a descansar: necesitaremos despertar temprano para encontrar esa piedra"

Un bostezo salió de la boca de Dylan y le contagió a Sky. Sabiendo que no quedaba de otra, descansaron allí mismo.

(Horas después...)

A primeras horas de la mañana, la brisa marina despertó a los tres elegidos. Aún estaba oscuro, pero el sol estaba pronosticado de mostrarse por el este. Yendo a esa dirección, Rose, Dylan y Sky se encontraron con un acantilado de al menos cinco metros de altura, donde el final terminaba en el mar. El agua se agitaba y espumaba al chocar contra las rocas.

"Aquí es el lugar" aclaró Dylan, "Rose, ¿podrías bajarme hacia las rocas con mis lianas? Sky, tú cúbreme"

"Yo..." empezó a decir este.

"Si evolucionamos a nuestro nivel superior, no habrá problema" sugirió Rose, "Vamos, te necesitamos para recoger una piedra alba"

Sky aceptó algo incómodo. Entonces, todos sacaron sus Pokephones y evolucionaron: Sky a Tranquill, Rose a Beyleef y Dylan a Frogadier. Con sus lianas, Rose sostuvo a Dylan mientras este bajaba hacia donde el acantilado tocaba el mar; mientras tanto, Sky voló despacio y tranquilamente hacia él, para prevenir que cualquier cosa mala pudiera ocurrir y, desafortunadamente par él, sucedió.

Unos tentáculos brotaron del mar... mejor dicho, varios de ellos salieron y atraparon a Dylan. Rose, al ver eso, sujetó a su amigo con toda la fuerza que tenía, hundiendo su patas en la tierra. No obstante, el que sufría más era el propio Frogadier pues era como dos niños jalando una muñeca de trapo. Sky trató de liberarlo, pero una ráfaga de energía concentrada le pasó rozando las plumas: un Hiperrayo.

"¡¿Qué sucede?!" preguntó Sky mirando tanto el cielo como el agua.

Del agua, los dueños de los tentáculos se habían mostrado: con un cuerpo azul gelatinoso y grandes esferas rojas en sus costados, al menos una veintena de Tentacruel estaban asomando sus cabezas y sujetando con todo a Dylan. Mientas que, en el aire, 5 reptiles alados de colores azul y rojo se preparaban para atacar: Salamance. De sus cuerpos, aquella energía oscura a la que se habían enfrentado varias veces se alzaba como un hedor hacia el cielo, empezando este a cubrirse de oscuridad.

Entre el quinto y el sexto Salamance de en medio, otro Pokemon admiraba la escena de los niños en problemas: con una cresta roja y mirada fría, un Weavile montaba sobre los Pokemon dragón, mostrando que él los comandaba. Además, no poseía un aura de oscuridad, pero sus esbirros sí.

"De modo que ustedes son los nuevos elegidos, ¿no es así?" preguntó Weavile riéndose, "Son bastante infantiles me parece"

Los chicos elegidos no supieron que responder. Teniendo en cuenta su distracción, Weavile sacudió sus garras en el aire, como si imaginara que los tuviera enfrente. Sin embargo, al segundo siguiente, una fuerte cuchillada golpeó a Rose, rozándole. Al instante, la Beyleef casi pierde toda su fuerza y estuvo a punto de perder a su compañero en manos (mejor dicho, tentáculos) de los Tentacruel.

Sky trató de nuevo en ir a salvarlo. Pero, más veloz que el rayo, Weavile saltó hacia una roca a las orillas del mar e, impulsándose con esta, atacó a Sky e menos de lo que él reaccionó.

"¡Puño Hielo!"

Su golpe brilló de un color celeste y golpeó a Sky en el pecho. Este, percibió como si se hundiera en un lago congelado y sintió su corazón al borde de la muerte.

"¡Sky!" gritó Dylan tratándose de soltarse de los Tentacruel. No obstante, Weavile agarró al desfallecido Tranquil antes de caer al precipicio y volvió con una gran rapidez encima del Salamance en el que llegó.

"Y tú..." se dirigió a Rose, "¿Aún tienes fuerza para sostener a tu amigo? Ahora que recuerdo, el tipo hierba también es débil contra el hielo... ¡Canto helado!"

De su boca, expulsó varios trozos de hielo, impulsados por una ventisca igualmente de fría. Rose no podía hacer mucho mientras aquellos trozos le caían como piedras al cuerpo. Sin embargo, con una de sus lianas, pudo alcanzar el Pokephone.

"¡Ultra evolucionar!" gritó.

Al instante, Rose volvió a evolucionar a Meganium.

"¡Rayo hielo!"

Rose no pudo hacer nada a pesar de que había evolucionado. La rápida reacción de Weavile era superior: apenas terminó ella de evolucionar, el enemigo le había congelado sus patas y casi el resto de su cuerpo. Ni siquiera Síntesis le ayudaría y empezaba a perder fuerza.

Dylan quien luchaba por respirar de los jalones y veía esto, se sentía impotente: Sky noqueado y Rose congelada, tratando de salvarle la vida... quería ayudar con todas sus fuerzas.

"¡Tentacruel!" les avisó Weavile a sus subordinados, sosteniendo a Sky como si fuera un entrenador que le diera de comer a sus peces.

Soltó a Sky. Dylan no podía soportar más... debía hacer algo. Entonces, un brillo apareció en su pecho. Este quemó los tentáculos de los Tentacruel como si reaccionaran contra la oscuridad que les controlaba. Cuando estuvo libre de aquellos tentáculos, pudo verlo mejor: era un símbolo con forma de gota de agua.

"¡No te lo permitiré!" gritó Weavile saltando rápido hacia él con sus garras listas, "¡Cuchillada!

Dylan sacó más rápido su Pokephone y se preparó:

"¡Ultra evolución!"

Sin darle tiempo al enemigo, la nueva evolución de Dylan comenzó: su cuerpo creció y se volvió tanto más atlético como más ligero. Sus manos y pies crecieron y se sintió más poderoso. Finalmente, había aparecido el maestro ninja: Greninja.

A pesar de que Weavile era veloz, el nuevo Dylan fue mucho veloz de lo que el enemigo se imaginó: de la nada, con sus manos, se manifestó una energía con colores muy similares al agua, que tomaron forma de estrella. Esta sirvió de escudo ante la potente Cuchillada del Weavile. Era el famoso Shuriken de agua.

"Ahora es una batalla justa" dijo Dylan, sosteniendo su nueva arma y rechazando el ataque de Weavile empujándolo.

Este de inmediato se recompuso y se volvió a montar sobre su Salamance, quien le obedecía completamente. Mientras tanto, los Tentacruel intentaron atrapar de nuevo a Dylan, pero este saltó al agua y surfeó en las olas como si lo hubiera hecho toda su vida.

"¡Surf!" exclamó, mientras el tamaño de las olas creció a tres veces más su tamaño y barrió a los Tentacruel y les liberó de los átomos oscuros.

Una vez terminado, Dylan saltó lo más rápido que pudo para salvar a Rose, quien estaba congelada... junto a ella, seguro que habría más posibilidades de recuperar a Sky. Previniendo ello, Weavile le anunció a su ejército de Salamance atacar.

"¡Destrúyanlos!" gritó.

Los Salamance atacaron a diestra y siniestra con sus Dragoaliento. Pero Dylan ahora se movía tan o más rápido que Weavile y llegó a donde se encontraba Rose atrapada.

"¡Karatazo!" exclamó, dándole un fuerte golpe al hielo que atrapaba a su amiga. Este se rompió como si fuera de papel.

"Gracias" le dijo Rose, "¡Cuidado!"

Por fortuna, ambos esquivaron el Dragoaliento de los Salamance.

"Dylan" le dijo Rose, "Yo distraeré a los Salamance. Tú ve por Sky"

"Entendido" respondió este, asentando con la cabeza. Al instante, dio un poderoso salto y se posicionó sobre los Pokemon dragón. Weavile no lo perdió de vista ningún segundo.

"¡Pulso oscuro!" exclamó este, lanzándole aquel ataque. Ahora, era un enfrentamiento de velocidades y ver cuál era superior.

(Mientras tanto, en la cabeza de Sky...)

Sky se sentía incapaz de moverse, sentía cada vez más frío y sintió que realmente no era el mismo que había ganado aquella carrera.

"No bajes tu autoestima por haberte quedado dormido" le dijo una voz tremendamente familiar: era la de Ace, el Pidgeot que le había enseñado a volar correcta y libremente.

"¿Ace?" preguntó el débil Sky.

"Los voladores tenemos un orgullo que nos impulsa a siempre tener nuestros ojos en el cielo" explicó su maestro (o lo que recordaba de él), "Recuerda que, pase lo que pase, a pesar de que haya tormenta, debes poseer la fuerza para atravesarla. No te rindas: eres un volador"

Sky tomó consciencia de esas palabras y poco a poco, la estaba tomando en su cuerpo... debía dejar de tener miedo a aquella frase que le lastimaba: 'ya no soy el mismo'. Su orgullo le ayudaría a levantarse. Curiosamente, le estaba dando calor en su pecho... ¿o era otra cosa? Entonces, lo vio: en su pecho, había aparecido el símbolo de un ala de ave. Recuperando la consciencia y mirando a su alrededor, vio que Rose trataba de esquivar los ataques de los Salamance desde la tierra. Eso no duraría mucho: necesitaban un volador. Y sería él.

"¡Ultra evolución!" gritó mientras tomaba nuevamente su Pokephone.

Al igual que con Dylan, su cuerpo comenzó la evolución: creció un poco más y los colores de sus plumas cambiaron haciéndole más colorido y llamativo. Asimismo, apareció en su rostro d ave una especie de antifaz con dos tiras largas de color rosa. Ahora, era un Unfezant.

"¡Imposible!" gritó Weavile, ya que eso era lo que estaba tratando de evitar: hacer que los niños elegidos se volvieran fuertes y su meta era destruirlos para evitarlo.

Si Dylan era veloz en la tierra y el agua, Sky ahora lo era en el aire. Sin contemplaciones, surcó el espacio aéreo atacando a los Salamance.

"¡Tajo aéreo!"

Como una flecha zumbando a través del aire, Sky acertó buenas tajadas contra los Salamance, lo cuales no podían ni atacarlo por la velocidad a la que se movía: logrando derrotar a 4 de estos. Por su parte, Dylan mantenía a raya a Weavile. De repente, este saltó para atacar a su oponente.

"¡Tajo Umbrío!"

Volvió a lanzar un ataque al aire. No obstante, cuando Dylan hizo una posición de defensa, se generó una especie de campo de energía color celeste y le protegió de aquel ataque invisible.

"Woah" dijo Dylan sorprendido de sus nuevas habilidades, "Eso era... ¿Protección?"

"Maldición..." se dijo a si mismo Weavile, "Entonces... espero que puedan con... ¡esto!"

Con un chasqueo de sus garras, más Salamance se unieron a la lucha. Junto a los que ya había, sumaban un total de 10. Sky a penas logró hacer retroceder a 4... ¿cómo podría con tantos?

"¡Ataquen!" ordenó Weavile.

Los 10 Salamance atacaron con un ataque combinado de Hiperrayo. Justo entonces, Dylan y Sky se reunieron con Rose para lanzar su ataque combinado.

"¡Rayo solar!"

"¡Hidrobomba!"

"¡Vendaval!"

Los ataques de hierba, agua y viento chocaron contra los Hiperrrayo de los Pokemon dragón, deteniéndose ambos en el aire. Sin embargo, la superioridad numérica estaba haciendo lo suyo y poco a poco el ataque regresaría hacia ellos.

"¡Lanzallamas!"

Detrás de ellos, una fuerte ráfaga de fuego salió disparada hacia el choque, ayudando a los tres amigos. Volando hacia allí, Rex, evolucionado a Charizard, llegó para ayudar.

"¡Rex!" gritó Dylan.

Este no contestó, pues en ese momento, Zach y Mina llegaron también con sus Ultra evolciones.

"¡Rayo!"

"¡Hiperrrayo!"

Los otros amigos también les apoyaron con sus ataques, regresándoles sus ataques a los Salamance, impactándoles y liberándolos de los átomos oscuros y sosteniéndolos para que no caigan al acantilado. Sin embargo, solo habían caído 9 de los 10.

El último, estaba aparatado de los demás, con Weavile sobre él aún.

"Malditos niños elegidos" exclamó este furioso, "Nos volveremos a ver"

Y, con una orden, se escapó sobre el Salamance que aún le quedaba. Lamentablemente, tenían que dejar a los que estaban desmayados en tierra firme y no podían ir a perseguirlo. Por fin, cuando tuvieron la piedra Alba, regresaron todos a su forma base y pudieron hablar en el camino de vuelta.

"Parece ser que ese Weavile es consciente de que estamos aquí para ayudar" sugirió Rose,

"No tiene un aura oscura ni ojos rojos de maldad" dijo Dylan, ya que él era el que más cerca estuvo de aquel enemigo.

"Pero que comande a Pokemon poseídos, quiere decir que es un esbirro de alguien más" opinó Sky.

"Entonces alguien es más fuerte que ese tipo" dijo Rex escuchando todo, "Y quizá es sea mejor que estemos atentos a todo. Aunque... ahora que todos podemos ultra evolucionar, también somos más fuertes que antes"

"Bien, ahora podemos continuar con ir a Aldea Tesoro" comentó Mina, "Espeon y Umbreon tienen todo lo que necesitan"

Regresaron a Paraíso, donde todos les esperaban. Cuando les entregaron las piedras a Espeon y Umbreon, ambos usaron sus poderes para unir las piezas de la llave del magno portal con los residuos de las rocas de Luna y Alba. Terminando de hacer eso, la llave brilló intensamente, demostrando que había recuperado todo su poder.

"Muchas gracias por ayudarnos, Keldeo" se despidió Zach.

"No hay problema, pero ahora traten de que no tenga que hacerlo de nuevo, ¿vale?" contestó este, "Buena suerte en salvar el mundo"

"Hasta luego, maestra Virizon" se despidió Rose, "Gracias por las lecciones"

"No hay de qué jovencita" le contestó Virizon, "Cuida mucho de tus amigos. Recuerda que siempre hay un brillo de sol detrás de una noche oscura"

Cuando todo estuvo dispuesto, Espeon y Umbreon volvieron a abrir el Magno Portal exclamando al unísono: "¡Aldea Tesoro! Luego de unos segundos, el brillo rojo se extendió en un radio de 1 metro y aparecieron dos anillos del mismo color en el suelo, rodeando la fuente. El portal esta reabierto con el siguiente destino de los niños elegidos.

Dando un último vistazo a Paraíso, sus habitantes y amigos, y también la estatua de aquel niño elegido que había ayudado a fundar el lugar, los nuevos elegidos saltaron al portal.