Capítulo 1: Los nuevos elegidos
(En el reino de los humanos...)
"Oh, vamos" dijo Rex, mientras revisaba su celular mientras jugaba el famoso juego: Pokemon Go, "Creí haberlo atrapado esta vez, pero se me escapó"
Este chico de 12 años era casi como los demás. Primero que nada, era adoptado, nunca se supo nada de sus verdaderos padres, excepto que le habían dejado de amuleto un collar con un colmillo y su nombre en él. Era como si... se hubieran desvanecido en el aire. Segundo, era un amante de los animales desde niño, casi como si pudiera entenderlos. Y tercero, era un gran aficionado a los Pokemon; no por sus poderes, sino por su diversidad.
"Bueno, supongo que puedo pasear un rato esperando a que vuelva a aparecer" pensó mientras caminaba en círculos.
Mientras caminaba, algo apareció en su radar: una especie de carta con el símbolo de una Pokeball. Rex miró esto con mucho detenimiento, al intentar abrirla, la carta se movió hacia el norte, como escapando de ser pulsada. Para poder alcanzarla, Rex dio unos cuantos pasos, pero luego, al volver a intentarlo, la carta se movió un poco al noroeste.
"¿Soy yo o me está intentando llevar a algún lado?" pensó. Usualmente, una persona no seguiría algo como eso, pues pensaría que es una trampa. Sin embargo, Rex sintió como si un cosquilleo le recorría el cuerpo, como si algo le indicara el camino hacia algo aún más sorprendente. Sin darse cuenta de lo que hacía, siguió el camino indicado.
Una vez la señal de la carta se hubo detenido, se dio cuenta que estaba en una especie de parquecillo. Rex recordó que le habían contado que un parquecillo nuevo estaba próximo a abrir. Pero parecía que aún no había abierto: a un lado pudo ver unos cuantos ladrillos, una pala y algo de cemento en polvo. Más allá, un árbol regularmente grande con un columbio de neumático. Aparte de eso, el lugar estaba tan desértico, que no se veía nadie a la vista.
"Bueno, creo que ahora podré leer el mensaje" Rex pensó y pulsó el icono de la carta. Este decía:
"Felicidades, está a punto de recibir una misión Pokemon especial, espere un momento a la llegada de sus compañeros, para recibir su Pokemon característico"
"Qué raro" pensó, "¿Como que 'compañeros' y 'Pokemon característico'?"
Antes de seguir pensando, un sonido se escuchó detrás de él. Había otro chico, uno con una playera azul, el cual tenía su celular en la mano.
"A hola" dijo el chico, "Me llamo Dylan. Oye, ¿tu enviaste este mensaje?"
"No, yo también he recibido uno" dijo Rex, "Por cierto, me llamo Rex"
"Mucho gusto" Dylan le estrechó la mano, "Pero si tu no mandaste el mensaje, ¿quién fue?"
Antes de que pudieran decir una palabra más, una chica se apareció de un lado, luciendo una blusa con dibujos de algunas flores.
"Vaya, pensé que yo era la única que recibió ese extraño mensaje" dijo ella, "Hola a ambos, me llamo Rose"
"Hola" saludaron ambos chicos.
"¿Ustedes también recibieron el mensaje?" dijo otra chica, quien llevaba un sombrero muy lindo, "Oh, perdonen mis modales, me llamo Mina"
"Parece que a más de uno le llegó el mensaje" dijo otro chico más, uno que llevaba una camiseta con el dibujo de un relámpago, "Hola, me llamo Zach"
"Vaya, ¿tanta gente reunida aquí por un solo mensaje?" dijo Dylan.
"Creo que podría ser una trampa de los roba-chicos" dijo Rose, "Será mejor que cada uno se vaya a su casa"
"Estoy de acuerdo" dijo Rex, "No sabemos si esto podría ser..."
En ese momento, un chico más cayó desde un árbol. Todos se sobresaltaron, pero rápidamente lo ayudaron.
"Gracias, estaba observando las aves mientras esperaba al autor de este mensaje" dijo el chico mientras levantaba su celular con el mismo mensaje incluido, "Por cierto, me llamo Sky"
"Ok, esto sí que es extraño: ¿seis chicos reunidos por un mensaje de una misión especial Pokemon?" preguntó Zach, "¿qué significa todo esto?"
En ese momento, un nuevo mensaje salió en sus celulares. Apenas tocaron para abrirlo, la cámara automáticamente se disparó y les tomó una foto selfie. Todos estaban más confundidos con ello.
"¡Esto sí que es extraño!" exclamó Mina, "¿Por qué nuestras cámaras se accionaron solas?"
"Seguramente es obra de un hacker o..." dijo Dylan.
Luego, el mensaje de los celulares se reveló. Decía:
"Bien, has aceptado un viaje que podría salvar dos mundos. Necesitarán trabajar en equipo, pero también tendrán que encontrarse a sí mismos en este viaje. Tu Pokemon interior es..."
Rex miró hasta la última parte, y luego se le mostró la imagen 3D de un Charmander, un Pokemon muy querido para él, pues siempre le había llamado la atención.
"¿A ti te tocó un Charmander?" preguntó Dylan, "Mira esto"
Rex miró el celular de Dylan. En él, se mostraba la imagen de un Froakie.
"Qué raro, me tocó un Chikorita" dijo Rose, mostrando su imagen, "¿Qué les tocó a ustedes?"
"Shinx" dijo Zach.
"Pidove" dijo Sky.
"Nidoran" dijo Mina, "Uno hembra"
Antes de que alguien pudiera decir nada, todos los celulares brillaron, cegándolos con un brillo increíble. Al mismo tiempo, estos cambiaban de forma. Y, al final, se convirtieron en aparatos parecidos a walkie-takies de colores rojo, azul, verde, amarillo, celeste y magenta. Los chicos miraron con gran asombro ese evento.
"Guau, eso fue genial" dijo Rex mirando el dispositivo que tenía en las manos.
"¿Qué son estos?" preguntó Mina, "¿Cómo...?"
Y de nuevo, antes de decir una palabra más, los dispositivos volvieron a brillar; pero esta vez, todos se movieron, señalándose los unos a los otros. El brillo fue esta vez tan fuerte, que cubrió una gran cantidad de área, tal vez toda la que los rodeaba.
Para los niños fue algo muy extraño, pues ya no sentían que pisaban la tierra, sino más bien sentían que caía en un vacío interminable, uno rodeado de un gran espacio celeste. Todos estaban muy asustados, y se taparon los ojos.
Rex se despertó después de unos minutos, la cabeza le giraba aún, la experiencia fue tan intensa como subirse a una montaña rusa (una de las extremas). Mientras intentaba abrir los ojos, se dio cuenta de que le costaba mucho moverse, su cuerpo no parecía estar respondiéndole muy bien.
Algo se sentía...diferente, como si algo raro de verdad le hubiera pasado. Cuando finalmente pudo incorporarse, miró a su alrededor: se encontraba en una especie de casa de madera muy bellamente decorada con flores y otros adornos. A un lado de una pared, había un espejo de tamaño completo. Al otro, una gran colección de libros en estantes.
Cuando miró hacia el piso, no pudo creer lo que vio: en él había seis camas de paja colocadas a modo de camas. Sin embargo, lo que más le impresionó era que en cada una de ellas había dormida una criatura diferente; y, gracias a que recordaba el juego, pudo jurar que cada uno de ellos eran Pokemon: Un Froakie, una Chikorita, una Nidoran, un Pidove y un Shinx respectivamente.
Rex no se asustó al principio, sino más bien sintió como si algo allí faltara. Al mirar sobre qué estaba echado, se dio cuenta de que él mismo estaba echado en una sexta cama. Eso le hizo pensar... y a examinarse a sí mismo.
Se miró los brazos, los cuales estaban cubiertos de escamas naranjas; las manos terminaban en unas cuatro pequeñas garras. Con respecto a sus piernas, vio que estaban cubiertas del mismo color de escamas y los pies terminaban en tres dedos con unas regularmente grandes garras blancas. Más extrañado aún, sintió algo detrás de él. Al girarse, vio que había algo brillante detrás de él: tenía una cola con una punta en llamas. Aunque asustado, la cola no dio señales de arderle, sino más bien, se sentía tan plácida que parecía como si hubiera nacido con ella.
Tambaleante, se acercó al espejo y un Charmander de devolvió la mirada. La cara estaba cubierta de escamas, la boca tenía unos colmillos, y sus ojos eran azules. Pero no eran los ojos de otro, eran los suyos propios.
"Vaya, estás despierto" dijo una voz a su espalda. Al girarse, vio algo que no esperaba ver: un Pokemon que le hablaba, más específicamente, un Kangaskan. Sin embargo, recordó algo rápidamente: él ahora era un Pokemon y, por lo tanto, podía entender el lenguaje.
"¿Te encuentras bien?" le volvió a hablar la Kangaskan. Las palabras devolvieron a Rex a su situación actual.
"Sí, me siento bien" contestó Rex.
"Uf, que alivio. Tú y tus amiguitos estaban tirados inconsciente en la pradera, los trasladamos aquí a la guardería para que pudieran quedarse"
"¿Mis amigos?" pensó Rex. En ese momento, un recuerdo le vino a la memoria: todos los reunidos por el mensaje habían recibido un 'Pokemon característico' y, si él se había convertido en el Charmander significaba que... los demás se habían transformado también.
"En resumen" pensó de nuevo, "Si yo soy Charmander...Dylan es el Froakie, Rose es la Chikorita, Sky es el Pidove, Mina es la Nidoran y Zach es el Shinx"
"¿Sucede algo?" preguntó la Kangaskan, "¿Buscas quizá esto?
La Pokemon señaló a unos objetos de colores en una mesa.
"¡Nuestros celulares!" dijo Rex, acercándose para verlos mejor.
"Estaban tirados uno a cada lado de donde estaban ustedes" dijo la Kangaskan.
Pero no eran como los celulares que recordaban: ahora tenían forma octagonal, y tenían colores diferentes... el suyo ahora era naranja como él, ¿Cómo sabía que era el suyo? algo se lo decía, pero no podía explicar qué.
"Muchas gracias" dijo Rex, "Me llamo Rex y muchas gracias por ayudarnos"
"No fue nada jovencito" contestó con una gran sonrisa, "Siempre estamos dispuestos a cuidar de los más pequeños. Me llaman tía Kangaskan, pero me pueden decir Kandia. ¿De dónde vienen ustedes? Es muy raro ver a tantas diferentes especies y tipo de Pokemon juntos en un solo lugar"
"Pues verá..."
Antes de que pudiera explicarlo todo, se escuchó varios quejidos: los típicos quejidos de alguien cuando se levanta. Al girarse, vio que los demás se estaban a punto de levantar.
"Ay no... esto será difícil de explicar" se dijo para sí mismo.
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