Capítulo 19: La ceremonia de primavera
(Por otro lado...)
Rose había llegado a un bosque frondosamente verde y lleno de vida floral. Los troncos eran de un marrón oscuro y los árboles eran altos con las hojas de un verde brillante y un poco rojizas porque la luz del sol las reflejaba. En las copas se podía escuchar sonidos de Pokemon pájaro. La elegida, al ser un tipo planta, podía percibir el suave respirar de las hojas y flores de su alrededor, como si estuviera conectada al ambiente.
"Que frescura" se dijo a sí misma, "Este ambiente me da muchos recuerdos... así era el mundo Pokemon hace tiempo"
Pero, mientras pensaba, las palabras de Xerneas se repetían en su mente:
"Te dejas llevar por la superficialidad. La sombra del egocentrismo empieza a crecer sobre ti"
"Superficialidad, la sombra del egocentrismo..." pensó, "¿Se referirá a que me estoy comportando como una creída cuando estaba en el desfile juvenil de modas? Pero ya dejé eso, ¿no debería estar normal? ¿o es otra cosa?"
Mientras hablaba, había llegado a un punto en que los árboles empezaban a estar más y más apartados uno del otro, significando de que estaba cerca del fin del bosque. No obstante, cuando estaba a punto de llegar a la salida, un Pokemon salió de entre algunos arbustos y comenzó a atacar a diestra y siniestra, no directamente a Rose, sino también a los árboles, como si se quejara de dolor. Estaba armado con unas potentes y afiladas guadañas y unas alas poco desarrolladas.
"¡Un Scyhter!" gritó la chica, esquivando una de las guadañas. Al hacerlo, se percató de qué era lo que le aquejaba: llevaba en el cuello un aro negro.
"¡A Evolucionar!" gritó Rose, sosteniendo su Pokephone.
Inmediatamente su cuerpo cambió y evolucionó a su forma de Beyleef.
"¡Látigo Cepa!" atacó, con intensión de atraparlo, pero sus guadañas no permitían acercarse.
"Bien, entonces..." pensó ella, "¡Hojas navaja!"
Pero de la misma forma, sus guadañas despedazaron las hojas con facilidad y solo pocas lograron darle en cualquier parte menos en el cuello. Sin una finta, no habría posibilidad. Pensando que en que necesitaría más poder, el símbolo de hoja brilló en su pecho.
"Beyleef evoluciona en... ¡Meganium!
"¡Dulce Aroma!" atacó Rose.
Funcionó: el aroma dulce de los pétalos de Rose confundió aún más al confundido Scyhter. Esto le hizo ganar el suficiente tiempo como para apuntar con Hojas Navaja al aro negro, liberándolo de su control. Cansado, el Scyhter se desplomó sobre la hierba.
"Gracias..." le dijo agotado, "Esa cosa..."
"No te preocupes, sé lo que es" le respondió Rose, "Solo descansa"
"Oye, ¿tú vas a la ceremonia de la primavera del prado floral?"
"¿Ceremonia de primavera?" preguntó ella, desconcertada, "¿Qué es eso?"
"Pues en esta época del año, varios Pokemon planta, en especial los Meganium se congregan para una ceremonia donde los capullos del prado florecen y también hacen una especie de concurso para elegir a flor más hermosa"
"¿Cómo un concurso de belleza?"
"Sí, algo así... Yo pensaba ir, pero con esto del control mental... será que me vaya a casa: mis amigos deberán estar preocupados"
"¿Sabes cómo llegar a aquel prado?"
"Por supuesto. Solo sigue recto hasta la salida del bosque, lo reconocerás cuando lo veas" dijo levantándose, "Muchas gracias por su ayuda, ¿señorita...?"
"Rose, y muchas gracias a usted"
Despidiéndose de aquel Scyhter, Rose continuó su camino hasta que finalmente salió de él. Al hacerlo, como había dicho Scyhter, contempló el hermoso prado floral. No había palabras para describirlo:
En primer lugar, se extendía frente a ella un manto de hierba lleno de rosas, coronas de violetas, acianos y fresas silvestres, collares de mirto y la delicadeza con que va dejando caer nomeolvides, jacintos, iris, siemprevivas, clavelinas y anémonas. Había algo en su apariencia que hacía los colores limpios, perfectos, y que les confería una sutil luminosidad. Por otra parte, al entrar, se sentía una alegría exquisita, una alegría que sólo se siente en raras ocasiones, cuando se es joven y alegre y se puede ser feliz en este mundo. En el aire se respiraba una fragancia que llenaba de gozo, era una sensación de levedad, de paz y bienestar...
Había, como le habían dicho, distintos Pokemon de tipo hierba: Meganium, Beyleef, Chikorita, Bellossom, Cherubi, Gogoat, Skido, Lilligant y... un Budew con una Roselia.
"¡Mira mamá!" le dijo la pequeña Budew al ver a Rose, "¡Es la señorita elegida!"
Entonces Rose recordó su primera misión cuando rescataron a una pequeña Budew de unos Beedril en el prado del néctar y a su madre, la Roselia que estaba frente a ella.
"Señorita Rose, es una alegría que volvamos a verla" le saludó Roselia, "Veo que ha crecido bastante"
"A mí también me da gusto verlas" respondió ella, "Pero, ¿cómo supieron que era yo?"
"Porque incluso aunque un Pokemon tipo planta evolucione, la fragancia y el color de los ojos no cambia" dijo un Pokemon detrás de ella.
Este Pokemon tenía una forma muy parecida a Rose, pero era de otra especie: a simple vista, poseía rasgos combinados de una planta y un reptil, tenía cuatro hojas sobre su lomo las cuales, como pudo adivinar la chica, le servirían como alas; también tenía un largo cuello donde curiosamente crecían frutos muy similares a un platanero.
"Maestro Tropius" le saludó Roselia, "Es un gusto verlo de nuevo. Esta es la amiga de la que le hablé... Rose, te presento al señor Tropius, el protector de la Pradera Floral"
"Es un honor conocerlo, maestro Tropius" le saludó Rose, usando una de sus lianas como mano para dar. No obstante, cuando Tropius también hizo lo mismo, tomó la liana de esta y la llevó a su boca, como un caballero que saluda con un beso en la mano a una señorita.
Rose se sonrojó ante esto.
"El honor es mío, señorita Rose" dijo, "Usted debe ser una de los niños elegidos que van a salvar el mundo Pokemon. Si necesita mi ayuda en cualquier cosa, no dude en pedírmela"
"Muchas gracias... supongo" respondió tímidamente Rose.
"Entonces, ¿se unirá la ceremonia de la flor más hermosa?"
"¿La flor más...?"
"¡No debería unirse!" gritaron varias voces.
Un sonido interrumpía la conversación: era un zumbido. Rose entonces notó que eran un gripo de Beedril. Más precisamente, eran el grupo de Beedril con los que ella misma combatió en el pasado en el prado del néctar. Sus ojos se veían más rojos de furia que antes.
"¡Ella es una humana!" gritó otro Beedril.
"¡Los humanos han destruido nuestro prado del néctar!" gritó otro Beedril.
Ante tales acusaciones, las dudas del resto de Meganium y Pokemon de tipo planta en insecto crecieron, pues no los Beedril no eran los únicos perjudicados: varios de los presentes dudaban si era buena idea que ella estuviera allí, pues podría ser una espía o amenaza para los más pequeños... excepto por Roselia y Budew. Sin embargo, antes de que Rose pudiera decir algo para defenderse, Tropius se puso enfrente y habló:
"¡Basta a todos, por favor!" exclamó, "Sé que estamos en una situación crítica en el mundo Pokemon, pero culpar a otros de los actos de unos cuantos no es la solución. Les puedo asegurar que ella está para ayudar a los demás, no para hacer daño"
"¿Cómo lo aseguras, Tropius?" le preguntó otra Meganium. A su lado, al parecer llevaba a su cría Chikorita.
Tropius pareció dudar por un segundo, pero luego se volvió a Rose.
"¿Qué te parece si les demuestras que puedes ganar la ceremonia de la flor más hermosa?" le preguntó.
Rose no supo qué decir: había tal vez participado en desfiles de moda juvenil anteriormente, pero... una competencia de quién es la flor más hermosa... ¿tendría la suficiente belleza para ganar? Aún debía encontrar aquella 'llave' que Xerneas les dijo. Debía permanecer un poco más allí.
"Vale. Acepto" respondió finalmente.
Ante la noticia de la participación de Rose, tanto los Meganium como su preevoluciones se calmaron y festejaron con gusto, mientras que los otros tipo hierba solo se calmaron. Por otra parte, los Beedril dudaban de aquella decisión, pero estaban dispuestos a ver el desenlace de todo aquello.
"¡Bien, entonces vamos con la primera competencia!" exclamó Tropius, entregándole una semilla a Rose "¡Veamos quién percibe el césped más saludable y rico de nutrientes!"
¡Ahora tenía sentido! aquella competencia no era lo que ella pensaba, sino una competencia de jardinería. De cualquier forma, tuvo que actuar como los demás participantes: percibiendo con las patas, pies o manos la frescura de la tierra y el latir de la misma, porque iban a plantar. Si hay algo que destaca a los tipos planta, es que ellos están más conectados con la naturaleza que cualquier otro tipo (excepto los hada, que compartían aquella habilidad).
"Bien, pero... ¿cuál es la tierra más fértil?" pensó, tratando de recordar las enseñanzas de las flores en la tienda de su abuela, "Vaya, casi no lo recuerdo..."
Entonces, los pensamientos le recordaron más palabras de Xerneas:
"...ya no son los mismos chicos que poseían esas llamas de esperanzas: se han vuelto pequeñas en comparación a antes..."
Es cierto, había cambiado, y se había dejado ahogar en la emoción de los desfiles, si pudiera recordar algo. Volviendo a concentrarse, mentalizó lo que años atrás había aprendido.
"Para plantar, es necesario sientas con las manos: puedes percibir la frescura de la tierra, apta para cultivar y crecer"
"Bien, ahora debo recordar que los tipos hierba son iguales que las plantas, como dijo Virizon" se dijo a sí misma, "Entonces..."
Mientras lo decía, percibía con sus lianas y patas el perfecto suelo para crecer. En un momento dado, logró sentir el suelo fresco, palpitante de vida... Era el lugar perfecto.
Luego de que todos los Pokemon de tipo planta enterraran sus semillas, ocurrió algo muy asombroso: al cabo de unos minutos, un brote empezaba a salir. Y no era el único; las demás semillas crecían a una velocidad increíble. Al parecer, en aquel lugar del mundo Pokemon, las plantas nacen con aquel ritmo milagroso.
"Bien, ahora esperemos hasta el momento más deslumbrante del día" declaró Tropius, "Entonces las plantas florecerán y veremos cuál es la más hermosa"
Rose hizo una marca cerca de donde estaba su brote, para reconocerlo de todos los demás.
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