Capítulo 11: La trampa

(Al día siguiente...)

A más de 200 km de la costa neoyorkina, una avioneta iba alrededor de 100 pies de altura sobre el océano atlántico. El mar parecía tranquilo y despejado, sin ningún tipo de islote, isla o alguna roca. Dentro, los chicos elegidos estaban equipados con todo lo que necesita un paracaidista. Además, dos hombres del gobierno estaban acompañándolos, conduciendo la avioneta.

"No hay nada" dijo Sky al ver por la ventana, "¿Seguros que es por aquí?"

"Oigan chicos, miren esto" les indicó uno de los hombres.

Los chicos se acercaron, y los hombres señalaron un radar que habían traído consigo. En él, se mostraba la regularidad de la superficie, pero había una parte del océano que mostraba algunas anomalías.

"Los enemigos no son tontos, eso está claro" les explicó, "Usan un sistema de camuflaje muy sofisticado y normalmente imposible de detectar, bueno, hasta ahora"

"Quiere decir, ¿Qué el lugar es invisible?" preguntó Rex.

"Afirmativo, sabemos con ciencia cierta que está en... ¡cuidado!"

Algo enorme, de un largo y pescuezo, un fino pico largo y alas de color marrón pasó muy cerca de la avioneta, tanto así que sacudió la misma, dificultando el manejo.

"¡Un Fearrow!" reconoció Sky.

En efecto, lo era, un gran Fearrow que llevaba un aro oscuro en su pescuezo, este giró y se lanzó en picada por un segundo ataque. Sky, sabiendo que debían detenerlo, abrió la puerta y se lanzó sosteniendo su Pokephone.

"¡A Ultra Evolucionar!"

El dispositivo brilló y le otorgó su poder a Sky, transformándolo en Pidove.

"Pidove evoluciona en... ¡Tranquil!"

"Tranquil ultra evoluciona en... ¡Unfezant!"

Ahora que Sky había evolucionado a Unfezant, abrió sus alas y salió planeando el cielo, al encuentro del Fearrow controlado.

Viento cortante!" atacó Sky.

El ataque inicial de Sky rozó al Fearrow, pero este contratacó con Pico Taladro. Sky esquivó este ataque también y contraatacó rápidamente. Pero, mientras la batalla área se estaba librando, algo extraño ocurría: en medio del océano, una figura imprecisa se mostraba poco a poco, como habían dicho los agentes, era cosa de un sistema de camuflaje. No obstante, este estaba siendo desactivado, como si alguien lo apagara. Finalmente, una isla rocosa se logró apreciar.

Era una pequeña isla rocosa, desprovista de vida vegetal o animal, con una cima igualmente rocosa. Sobre la cima, había un enrome hangar de color gris, el cual bien podría ocultar un laboratorio.

Ave brava!" atacó Sky, atravesando a alta velocidad al Fearrow. Por consiguiente, el aro oscuro que este tenía se soltó y cayó precipitándose al mar. Por suerte, el Pokephones de Sky lo capturó antes de hundirse.

Con el Fearrow fuera del camino, los chicos elegidos descendieron sobre la isla. Sky también descendió y volvió a su forma humana, mientras que los agentes se quedaron esperándoles con el motor aún caliente. Sin tener ninguna duda de dónde estaba el laboratorio, entraron en aquel hangar misterioso.

Aquel lugar recordaba a la guarida de un científico loco: había largas mesas sobre las cuales sobraban algunas piezas de los aros oscuros que los chicos le habían quitado a los Pokemon. En un lado de la guarida, había grandes cápsulas de vidrio donde flotaba una sustancia extraña; estas, a su vez, estaban conectadas a una computadora central, con un gran monitor. Pero, lo que realmente era grande, era una especie de aro gigante metálico. Al lado de este, había algunos planos, en los cuales los chicos pudieron leer: 'portal dimensional'

"¿Este es el portal que usan?" preguntó Rose.

"Tal vez..." razonó Dylan, "Pero, ¿dónde están ellos?"

"Esto me huele a ..." empezó a decir Rex.

Entonces, de improviso, el gran monitor se encendió y apareció en él un hombre alto, con una larga barba grisácea y un gran sombrero negro, que parecía ocultar su rostro de los chicos. Por un fragmento, solo se pudo ver el destello de un par de ojos muy brillantes, como si fuera un depredador acechando a sus presas.

"Bienvenidos sean, niños elegidos. No nos presentamos formalmente, pero me llamo Hans Kramer" les dijo el hombre, "De modo que... ¿criaturas como los Pokemon ponen sus patas en niños que apenas llega entran en la pubertad? Qué lamentable"

"¡Tú!" gritó Rex, "¡Tú eres el responsable de esto! ¿Por qué metes a los Pokemon en esto?"

"¿Por qué, preguntas?" respondió el hombre, "Tienen un gran poder que desperdician en aquel mundo. Si mi abuelo hubiera tenido aquel poder, la segunda guerra mundial hubiera terminado en solo un año"

"¿Eres... el nieto de aquel loco?" preguntó Zach.

Aquello había sido como insultar directamente a la madre del jefe; de inmediato, golpeó el monitor con ira.

"¡No llames a un gran líder así!" gritó de furia, "¡Nadie en el mundo entiende su gran dedicación! ¡Y ustedes tampoco lo harán...!"

Levantando su mano, activó un botón. De inmediato, la máquina-portal explotó. Por fortuna, ninguno de los chicos estaba cerca de él.

"Sin esta máquina, ya ninguno de ustedes podrá seguirnos" anunció el villano, "Sin embargo, les dejaré un par de regalos..."

La pantalla cambió y mostraba una enorme nave sobrevolando la ciudad de Nueva York. De repente, el compartimiento trasero explotó y, por consiguiente, toda la nave. Una enorme figura salió de entre el humo y cayó sobre la ciudad, causando un gran temblor: era un enorme coloso blanco con rayas negras, tenía piernas cortas y brazos largos. En su cabeza y sus pies tenía musgo. Poseía tres pares de ojos: un par rojos, un par azules y un par grises.

"...y también..." continuó el villano, pulsando un segundo botón. Al instante, las alarmas sonaron y las puertas se cerraron con metal.

"Secuencia de autodestrucción activada... 30 segundos para la explosión" se escuchó.

"Hasta nunca, elegidos" se despidió el jefe, apagando el monitor.

"Eso no será nada difícil de atravesar" exclamó Mina, sacando su Pokephone, "¡A Ultra Evolucionar!"

El Pokephone brilló y Mina se transformó en Nidoran.

"Nidoran evoluciona en... ¡Nidorina!"

"Nidorina evoluciona en... ¡Nidoqueen!"

Una vez completada la transformación, Mina se abalanzó sobre la entrada.

Golpe roca!" atacó.

Un solo golpe la aboyó, pero dos más la derrumbaron, permitiéndoles a los chicos salir. Habiendo escapado, Mina volvió a la normalidad y todos se subieron al avión. Luego de despegar y estar a una distancia prudente, todos pudieron ver la explosión del laboratorio secreto.

"¡Debemos regresar a la ciudad!" exclamó Rex al piloto, "¡Hay un enorme Pokemon atacando!"

Inmediatamente, el piloto giró el avión con un brusco movimiento, en dirección de regreso a la ciudad. Sin embargo, aún les costaría unos minutos en llegar.

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