Capítulo 8
-La espalda la estaba matando. Estaba cubierta en sudor y temblaba levemente.-
(¿Por qué los sofás son tan incómodos para dormir? Alguien debería inventar un sofá que sea cómodo sentado y acostado.)-Mei se sentó y bostezó con fuerza para luego mirar a los lados buscando reconocer donde estaba.
Era un apartamento bastante pequeño, le recordaba a su casa, una única habitación con un baño dominuto y una sala pequeña con una cocina anexada.
Rodri le había permitido pasar la noche, le daba vergüenza volver a pedirle a Sebas dormir con él luego de rechazarlo antes. El rubio resultó incluso mejor compañía de lo que esperaba, la dejó dormir en su sala gratis y además le haría el favor de conseguir sus nuevas dosis.
No recordaba cuando se había quedado dormida, el chico le ofreció un porro y lo siguiente que recordaba era amanecer con su cabello hecho un desastre, un hilo de baba colgando de sus labios y deseando una espalda nueva.
Miró hacia la cocina y se encontró a Rodri sirviendo comida en unos platos plásticos ligeramente oscurecidos por la suciedad.-
Buenos días.-Dijo Rodri mientras caminaba hacia ella para entregarle su plato.-
Hey.-Contestó Mei para luego tomar el plato y empezar a comer.-¿Quiekes ko que pe pedí?-Artículo la chica con la boca llena.
Rodri metió su mano en el bolsillo de su chaqueta y sacó una pequeña caja. Al verla Mei se abalanzó sobre ella dejando caer su comida, pero Rodri se alejó evitando que se la quitase.-
Termina de comer. No puedes meterte esto con el estómago vacío.-
Hijo de puta, tengo como 5 días sin metérmela.-La picazón en su brazo había iniciado de golpe, el solo verla había reavivado su deseo.-
No es negociable. Come.-Rodri guardó la caja en su bolsillo y Mei comió a toda prisa como un animal salvaje.-
Dame.-Ese dulce ángel que se había despertado se estaba convirtiendo de a poco en un demonio.-
Primero hablemos de mis honorarios.-Rodri sonrió pícaro mientras daba unos pasos hacia atrás, Mei buscó saltar para alcanzarlo, pero cayó de cara contra el suelo cuando sus pies fueron enganchados por el reposabrazos del sofá.-
¿Qué quieres?-Refunfuñó Mei.-
Hmmm...-Rodri meditó unos segundos su respuesta.-¡Un billón de, no... un millón de centavos!-Exclamó alzando sus brazos en el aire y echando la cabeza hacia atrás con emoción.-
¡La puta madre Rodrigo, te lo digo en serio!-Mei alzó su cara roja del golpe y se arrastró hacia él para luego ponerse de pie. Su mirada dejaba claro que no estaba para más juegos.-
Relaja la raja mujer. Te acabas de levantar.-Rodri le entregó la caja y Mei se arrojó en el sofá mientras la abría y preparaba su inyección.-No te cobraré nada, es tu primera vez.-Mei sonrió levemente mientras colocaba la aguja en su piel.-
La primera siempre es gratis.-Cerró los ojos y se dejó caer hacia atrás mientras un leve ardor se formaba en su antebrazo, pero la sensación se detuvo de golpe, era incapaz de seguir presionando la aguja. Mei soltó un gruñido y miró al culpable. Satochi estaba usando sus poderes psíquicos en su mano otra vez.-¡QUE LADILLA CONTIGO, NO JODA!-Agitada Mei echó la cabeza atrás mientras seguía buscando presionar la aguja.-Déjame hacerlo solo esta vez, de verdad me hace falta.-Rodri miró a Satochi y luego a Mei.-
Se que soy tu dealer, pero estoy de acuerdo con el trapito. No deberías meterte tanta mierda de golpe, menos en la mañana.-
Nadie te preguntó.-
Yo solo digo que si tienes una cita hoy no deberías...-
¡Que no es una cita!-
Oh sí claro. Ester te invitó a su casa a "hablar a solas".-Sus palabras no tenían efecto alguno en la chica.-Bueno mira, ya en serio. Cuida esa ración, esa mierda es cara así que si quieres más me tienes que pagar por adelantado.-Mei frunció el ceño y se quitó la aguja de mala gana.-
Bien...Pero cuando necesite me buscas.-Guardó la jeringa en el estuche y Satochi se sentó en el suelo de la sala observando a Mei. Por una vez lo había conseguido.
Mei empezó a temblar y se abrazó a sí misma mientras suspiraba, odiaba quedarse a medias.-
Esto es lo peor.-Dijo llena de frustración.-
Te inyectaste medio pote. ¿Cuánto tomas de esto a la semana?-Mei no respondió la pregunta, sólo se colocó en posición fetal mientras observaba a Satochi. Parecía que los dos hacían un duelo de miradas.
Rodri bufó para luego irse a comer su desayuno.-
Te vendrá bien bajarle un poco. Lo normal es inyectarte un cuarto...¿Quieres un porro para completar?- Sin nada más que hacer, lo aceptó. Ese viaje era justo lo que necesitaba, le ayudó a relajarse y despejar su mente de todos sus problemas.
Dedicó su día a acomodarse para salir, era solo una charla de amigas, pero Ester era... Ester, no podía permitirse el llegar fea con ella.
La chica la estaba esperando fuera del edificio, traía un paraguas para protegerse del sol abrasador.-
Hey.-Dijo Mei mientras alzaba una mano. Ester le regaló una sonrisa y fue caminando hasta ella, al encontrarse la morena le dio un beso en la mejilla a modo de saludo.-
¿Cómo estás?-Ester desbordaba alegría y emoción.-
Bien. Normal...¿Para qué querías verme?-
Nada en especial. Solo quería que saliéramos juntas.-Contestó Ester con inocencia.-¿Qué creías?-
N nada solo que... Ósea, ayer me dijiste que querías que viniera y me lo dijiste como muy seria. Pensé que había pasado algo.-Ester abrió los ojos sorprendida, no había pensado que su petición fuese tomada como una orden.-
No no no, es solo para salir a comer. Pero si es molestia lo entiendo, no quería que te sintieses obligada a venir. Si ese fue el caso, lo lamento.-Ester sonrió nerviosa y algo incomoda, que vergüenza.-
Bueno...-Mei rodó los ojos e hizo una mueca-Ya estoy aquí así que...-Fingía analizar detenidamente la situación.-¿Por qué no?-Ester sonrió ante sus palabras y empezó a caminar hacia la plaza.
El tiempo pasó entre charla y charla, Ester le preguntó por Sebas y como estaban llevando los eventos recientes y sus planes una vez dejasen Aurum.
La morena la llevó a un café que estaba en la plaza, todos en el parecían hípsters y había una chica que Mei no podía evitar observar, era rara, con facciones muy toscas y los brazos se veían gruesos.
Se sentaron en una de las mesas de afuera y les trajeron sus menús.
Mei no tenía idea de que pedir, si pedía un agua se quedaría sin la mitad de la paga que le dio.-
¿Algún problema?-Preguntó la morena al ver lo tensa que estaba su amiga.
Mei miró hacia otro lado mientras abría la boca, no estaba segura de como expresarse.-
Ssse que tendría que haberte dicho esto antes perooooo...Nnnno tengo mi billetera encima. Cómo no pensé que fuésemos a venir a la comer no la traje.- Una excusa patética. Estaba roja por los nervios, era demasiado humillante toda esta situación.
Ester sonrió y rio levemente mientras se llevaba una mano a los labios, Mei era adorable.-
Tranquila. No tienes que pagar nada, yo te invité después de todo.
Se que no es el sitio más, ehm, "accesible" pero la comida es muy buena y me gusta mucho el ambiente. Además, todos son muy amables.
Pide lo que quieras, yo invito.-
(Mierda)-Ahora todo era...peor, ¿Qué se suponía que pidiese? ¿Lo más barato? No, la vería raro...¿Lo más caro y aprovechaba el bug? No, se vería de mal gusto. Además, no conocía ningún plato de esta carta, no tenían descripciones.-
P pide tu algo, mejor, no conozco nada de esto así que...Sorprendeme.-Ester llamó al mesero y le pidió un plato para compartir y unos smoothies de fruta, el mesero específico que el plato era vegano y preguntó si ambas estaban de acuerdo con ello. Ester asintió mientras que Mei se lamentaba por dentro por su incapacidad de hacer algo tan simple como pedir un plato de comida.
Les trajeron los batidos y Mei lo bebió a prisa solo para congelar su propia cabeza en el proceso.-
No lo bebas tan rápido.-Ester solo podía mirar mientras Mei golpeaba la mesa y se llevaba una mano a la cabeza.-
Es que tenía calor...Ah...-Mei tomó el vaso y volvió a beberlo con la misma prisa sufriendo nuevamente las consecuencias. La rubia soltó un gruñido mientras sacudía la cabeza.-Que vaina tan buena. Me hacía falta, tenía demasiado calor.-
¿Te gusta?-A diferencia de ella Ester bebía dando pequeños y lentos sorbos.-
Es dulcito y fresquito. Está rico.-Mei seguía sufriendo los efectos del congelamiento cerebral cuando la extraña chica se acercó a su mesa, parecía avergonzada y tensa.-
D disculpa...¿Tu eres Ester Mendoza?-Ester se giró para verla y le sonrió con alegría.-
Si, soy yo. Un placer.-Mei miró a la chica, pero...Ahora no estaba tan segura de si en verdad era una chica. Sus rasgos eran demasiado masculinos.-
¿Te importa si nos tomamos una foto?-Mei no podía evitar quedarse mirando a la extraña, se enfocó en su voz, era demasiado grave para ser de mujer.-
(¿Por qué se disfraza? Parece un payaso.
Además, ¿Qué quiere con Ester?)-Los dos se tomaron su foto y la chica tomó la mano de Ester y la sacudió mientras le sonría con emoción.-
Gracias, eres un amor, de verdad. Soy tu fan. El trabajo que haces me parece precioso.-Ester le agradeció por sus amables palabras y tomó asiento, la chica se despidió de ambas y se fue a su asiento.-
¿Un fan tuyo?-Dijo Mei con una media sonrisa.
El mesonero les trajo su comida, una Quiche de puerro, brócoli y champiñones y le repartió un pedazo a cada una.-
Una.-Corrigió la morena. Mei se quedó callada unos segundos, no entendía a cuenta de qué venía ese "una".-
Es un tipo.-Ester estaba masticando cuando Mei habló, se llevó una servilleta a la boca antes de contestar.-
Es una chica Mei.-Ester tragó su comida y volteó a ver a la chica que le había pedido una foto.-Es transexual.-Mei volvió a mirar a esa "chica"-
Pues parece un tipo.-Ester respiró hondo y cerró los ojos buscando como explicar esto mejor, sería un gran punto de entrada.-
¿Nunca habías visto a una persona transexual antes?-
Creo que...¿No? ¿Qué es un transexual?-La palabra no le sonaba de nada.-
Hay personas que no se sienten identificadas con el sexo con el que nacen. ¿Me explico?-La cara de perdida de Mei le dejó claro que era ajena al concepto.-Por ejemplo, tú. Naciste como una mujer.-
Aja.-
Y te sientes como una mujer.-
Aja.-
Hay personas que nacen como mujeres, pero no se sienten como mujeres, ¿Entiendes? Se pueden sentir como hombres o como otro género y quieren hacer una transición hacia ese género con el que se identifican. Y viceversa.-
(Una chica que quiere ser hombre)-Mei pensó a detalle en ello y su mente se iluminó de golpe, ahora entendía.-
¡Es un trabuco!-Ester se llevó una mano a la cara decepcionada y la chica trans se giró para ver a Mei con molestia. Mei se giró al notar como la miraba y subió los hombros restándole importancia.-¿Qué? ¿Lo eres o no?-
Por favor, discúlpala. No lo dijo con mala intención.-Intervino Ester nerviosa y con una sonrisa penosa. La chica trans suspiró y rodó los ojos para luego retomar sus actividades.-
¿Por qué se enoja?-Preguntó Mei a Ester.-
Llamar a alguien "Trabuco" es un insulto.-Su anfitriona hablaba con severidad dejándole claro que había metido la pata.-No lo vuelvas a hacer.-
Oh... Perdón.-Dijo mientras rápidamente bajaba la mirada cual pokémon regañado, pero Ester no parecía convencida-Es en serio, no sabía. En mi barrio todo el mundo los llama así.-Ester bebió de su smoothie mientras reflexionaba al respecto.-
No sabes mucho sobre el movimiento LGBTI+, ¿Cierto?-Los ojos de Mei divagaron un poco mientras hurgaba en su memoria.-
¿Es un grupo político?-Preguntó algo apenada, esperando atinar de suerte.-
Incluye política, sí, pero no se limita a eso exclusivamente.
Es un movimiento social que busca la normalización y reconocimiento de los derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero, transexuales, travestís, etc. Básicamente busca que las personas normalicen la diversidad sexual, de género, entre otras cosas.-
Mm.-Fue lo único que contestó Mei antes de seguir comiendo, no quería verse grosera pero el tema le daba bastante igual. Nunca le interesaron los movimientos sociales o la política en general, le parecían aburridos, agotadores, molestos y además sobre complicaban las cosas.
Siempre creyó que a la gente le gustaba darle demasiadas vueltas a las cosas. ¿Cuántas veces no había escuchado esas palabras? "Eso no funciona así", "Es complicado", puras excusas solo para no hacer nada.-
¿Tú no estabas metida en esa vaina?-Preguntó Mei alzando una ceja-Me suena leer algo sobre eso.-
Si, organizo eventos, los patrocino, hago publicidad al respecto. Desde pequeña es un tema que me gusta mucho.-Ester hablaba con orgullo de sus acciones. Dio el último bocado a su comida y se limpió delicadamente los labios con su servilleta.-Supongo que porque desde un inicio me gustaban las chicas. La gente me criticaba mucho por eso.
¿Ah sí?-
Sí, muchísimo. Amigos de mis padres, otros niños, profesores, aún hoy hay gente que lo hace. Aunque ya no les presto atención.-Ester sonrió ligeramente mientras continuaba.-Desde entonces he decidido usar mi influencia para ayudar a cambiar el panorama sociocultural de nuestras sociedades, no quiero que otros tengan que pasar por eso.
Muchas personas creen que se trata de una moda, pero-La chica hablaba con pasión y elocuencia, pero Mei no le estaba prestando demasiada atención a su discurso, llegó un punto donde solo eran palabras que retumbaban en su cabeza, carentes de todo significado.
Pero seguía teniendo una duda encima, por algún motivo una vocecita en su cabeza le insistía en que lo preguntase.-
¿Y qué tal es?-Mei empezó a mover su dedo índice en círculos por el borde de su vaso.-Lo de ser bansexual.-Ester apenas podía contener su sonrisa, la tenía justo donde quería.-
Pansexual.-Corrigió la morena.-
Eso...¿Cómo tipo...Cómo es eso?-Mei hacia muecas con cada palabra, era una conversación tan extraña y hasta incomoda.-Ósea es que no sé...Se me hace raro. ¿Sabes?- Ester negó suavemente con la cabeza.-
No es raro, es normal.-Mei no estaba convencida.
Ester tomó aire y se relamió los labios mientras miraba a su alrededor buscando un buen ejemplo.-
Oh ya sé, ¿Te gustan los pokémons?-Ester apoyó su codo sobre la mesa y reposó su cabeza sobre la parte superior de su mano.-
Si, mucho.-Mei no entendía que tenía que ver eso con nada.-
¿Cuál te gusta?-
Los scraggys me gustan, se ven todos lindos con sus pantaloncitos.-Ester no estaba segura cual era este "Scraggy" del que hablaba, pero era irrelevante.-
Pues a mí me gustan los ponytas de Galar.-Mei solo se quedó callada mirando a Ester.-¿Entiendes? A mí me gusta algo distinto a ti, pero eso no significa que los scraggys sean feos o peores que los ponytas, son diferentes.
Te gustan por un motivo y a mí me gustan los ponytas por otros.
Ahora, ¿Cómo te sentirías si alguien te dijera que no te pueden gustar los scraggys?-
¿Por qué no pueden gustarme los scraggys?-
Porque no es normal. A la gente normal le gustan los ponytas, por tanto, a ti también te gustan. Si crees que no es que estas confundida. -"Confundida" esa palabra hacía que a Mei se le revolviese el estómago.-
¿Pero por qué no me puede gustar un scraggy?-Mei tragó saliva con la pregunta, estaba algo tensa, demasiadas cosas le venían a la cabeza a la vez. Empezó a jugar con su pelo mientras bajaba la mirada y miraba hacia otro lado.
Ya no sentía que hablase con Ester, era como hablar con Yereyda o su madre, le contestaba de la misma manera. Claro que estaba confundida, pero nadie hacía nada por ayudarla solo le repetían que ignorase esas ideas raras y siguiera con su vida. Todos se limitaban a decirle que hacer, pero nadie se molestaba en responder sus preguntas.-
No lo sé Mei. Tu dime, ¿Por qué no te pueden gustar los scraggys?-
No sé. Dime tú. Tu eres la que me anda diciendo que no me pueden gustar.-Espetó molesta. Ni siquiera sabía por qué se estaba enojando tanto por una conversación tan estúpida. Le gustaban los scraggys y no dejaría que le dijeran que no podía hacerlo.
Se sentía ofendida y atacada, incluso juzgada, pero Ester no hacía más que sonreír complacida.
"¿Y tú de qué te ríes?" Era lo que le provocaba decirle. Pero sabía perfectamente de qué lo hacía, de ella. Esos aires de superioridad que rodeaban a Ester ahora se le hacían más fuertes y aunque no pudiese decir exactamente por qué o como, sabía que estaba jugando con ella, se estaba divirtiendo jugando juegos mentales y confundiéndola haciendo esas estúpidas preguntas.
Pero aun así no hallaba las fuerzas para plantarle cara, sin importar que hiciese Ester se mantendría serena e inmutable mientras que ella seguía hundiéndose más y más buscando respuestas que no puede encontrar.
Pero el colmo fue cuando la vio reír, fue una risa pequeña e inocente, pero fue suficiente como para recordarle cuan a merced de la chica estaba.-
¿Qué te molesta tanto Mei?-Mei alzó la mirada para verla, pero apenas podía mantenerla, mirarla a los ojos era como intentar aguantar un Golem sobre tu cabeza. Apartó la mirada y se quedó en silencio.-¿Sabes por qué te molesta? Porque, siendo honestas, suena estúpido. ¿No?
Suena...Arbitrario, y francamente lo es, por eso te molesta que la gente te diga que no te puede gustar algo o que estás equivocada. Por eso no te lo justifican, porque no pueden.-Ester se recostó en su asiento y empezó a mover el pitillo ligeramente, colocando su dedo índice en la punta del mismo.-Mucha gente no entiende por qué te gustan las cosas que te gustan y cuando las personas no entienden algo les da miedo y lo rechazan, les parece raro e incorrecto, pero no tiene nada de malo. El problema real es cuando nosotros mismos no lo entendemos. ¿Nunca te ha pasado? Qué te guste algo que al resto no y no sabes por qué.
No me refiero solo a pokémons, puede ser un hobby, un género de música, gente.-Ester rio un poco, pero se veía melancólica, como si recordase algún trago amargo del pasado.-Yo aún recuerdo cuando salí del closet.-Mei alzó un poco la mirada.-
Creía que siempre te habían gustado las chicas.-Dijo débilmente. A la morena se le hacía adorable su nerviosismo.-
Existen muchas formas de salir del closet.-La chica le hablaba con un tono dulce y calmado, como una maestra educando a un alumno que no para de reprobar pero en el que aún tiene esperanza.-Creía que solo me gustaban las chicas y luego descubrí que me gustaban los hombres...Fue...Raro, me daba algo de miedo siendo honesta, me asustaba equivocarme y arruinarlo todo.-
Y...¿Qué tal es?-Ante su pregusta Ester cambió con rápides, ahora no podía evitar sentirse incluso más inferior que antes. La chica le sonrió coqueta mientras se mantenía erguida y orgullosa y su mirada hacia que le volaran butterfrees en el estómago.-
Es lo máximo. Como si pudieses respirar luego de mucho tiempo. Te sientes más feliz...Libre.-Ester se acercó lentamente hacia Mei. El cuerpo de la rubia estaba tenso y en su mente corrían mil pensamientos por segundo, tenía pequeños escalofríos por todo el cuerpo y cerró los ojos mientras sus labios temblaban.
Pudo sentir la suave presión que Ester ejercía en ella, era tan cálido y tierno, pero no lo correspondió. Estaba petrificada en su asiento.
Ester se separó al notar la falta de reacción por parte de la rubia, quizás se había equivocado con ella, se echó atrás para retomar su asiento, pero Mei se impulsó hacia adelante y retomó el contacto.
Fue un beso lento y largo, ambas se tomaban su tiempo para sentir los labios de la otra y cuando finalmente se separaron Mei estaba roja como un charmilion. Relamió levemente sus labios, miró su comida a medio comer y luego a Ester.-
Ya no tengo hambre.-Ester asintió ante sus palabras con una sonrisa y tras pagar la cuenta ambas salieron rumbo a su apartamento.-
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