Capítulo 20
Mei y Rodri cayeron al suelo al chocar. La rubia le dio una patada en la cara antes de que pudiese levantarse, pensando que se trataba de algún enemigo.-
¡En la cara no, que soy actor!-El rubio se llevó la manos al rostro y quedó en posición fetal en el suelo mientras la chica se incorporaba de un salto.-
¡¿Y Sebastian?!-Rodri miró detrás de sí, luego a los lados, ¿No lo había seguido?
Estaba detrás de mí cuando nos atacó el tipo raro.-
¿Uno de pelo azul?-Rodri asintió y Mei salió corriendo en la dirección de donde venía Rodri.
El crujir del metal erizó el cabello de Mei. Estaba aquí.-
(Debe estar acercándose. No hay tiempo para voltear. ¿Qué debo hacer? Mató a los militares, no juega.)- Mei se deslizó hacia la salida, aganchando su cabeza lo más que podía. Las garras de vigorth se clavaron en la pared detrás de ella, cortando su cabello pero dejando su cabeza intacta. Un ataque a la cabeza era lo más probable, efectivo, rápido, sin posibilidad de responder.
Esclamate no era una opción, pero quizás el tipo raro no sabía eso, eso hacía un ataque letal más probable, le quitaría la oportunidad de usar a su pokémon.
Mei se levantó tan rápido como pudo, quitandose su chaqueta para arrojarla y obstruir la vista de vigoroth, pero el pokémon fue demasiado veloz. Su garras atravesaron el cuello de su chaqueta, clavandola contra la pared.
La chica mordió sus labios para no gritar, la sangre bajó por su pecho, le había cortado parte del hombro.-
¡Demolición!- El ataque de BuySell fue bloqueado por la protección de vigoroth. Buizel rebotó en el escudo y cayó de pie dando un giro en el aire.-
¡Uuuuhhhh! ¡Amocuandoluchan!-Dijo mientras daba rápidos brinquitos juntando sus manos.-
Perseguir a sus presas, era TAN emocionante.-
Aaaaahhhh.- Brio miraba alrededor con curiosidad, algo no cuadraba.-¿Y el otro?-
¡Buiiii!- Brio esquivó el golpe de buizel sin esfuerzo. Pero el puñetazo de Rodri lo tomó por sorpresa.
El golpe lo echó atrás unos pasos, pero lo más importante es que logró captar la atención de vigoroth. El pokémon soltó a Mei y se abalanzó contra él, BuySell empujó a su entrenador fuera del camino con un aqua jet, evitándole un grotesco final.-
¡Buiiiii!- El pecho de BuySell se infló mientras tomaba aire.- ¡Zel!- El rayo hielo golpeó a vigoroth de lleno, recubriendo su pecho con hielo que poco a poco se fue extendiendo a lo largo de su cuerpo hasta cubrirlo por completo.
Brio rechinaba los dientes mientras se rascaba la cabeza y rostro con furia, las cosas no debían salir así.-
¡Viento hielo!-La ventisca golpeó a Brio por el costado, congelando la mitad de su cuerpo.
Era imposible, se suponía que solo habían dos pokémons con ataques de hielo.
La sorpresa de Brio al ver al vulpix blanco junto a Mei fue la misma que la de Mateo al ver a Auris entrar por la puerta, el chico estaba empapado y temblaba mientras intentaba recuperar el aliento.-
Pero entonces... ¿Auris?- Rodri miraba a vulpix y a Mei, que le sonreía llena de orgullo.-
Se fue.-Dijo Mei al guardar a vulpix en su pokéball.-
Él... lo tiene.- El frío le dificultaba a Brio hablar.-
¿Ahora es que te das cuenta?-Mei fue con el científico y le dio un golpecito en la frente.- Y dicen que yo soy estúpida.-El resquebrajar del hielo hizo que los pelos de Mei se erizacen.-
Ve por Sebas.-Vigoroth rompió parte del hielo y fue capaz de recuperar la movilidad en su brazo derecho.-Nosotros nos encargamos.- Ambos intercambiaron sonrisas antes de partir. Vigoroth rompió el hielo restante con su brazo y le rugió a Rodri y BuySell que flexionaron un brazo y golpearon sus bíceps.-
¿Dónde está Mendoza?- El científico de pelo azul tenía una pierna en la espalda de Sebastian, había tomado sus brazos y jalaba hacia atrás poco a poco.-
¡No lo sé!-Chilló el entrenador. Ralts golpeaba su transparente prisión, pero nada parecía funcionar.-
No me convence.-Jaló con un poco más de fuerza, sacándole más gritos al entrenador. Platón por su parte hacia lo mismo con Mighty, justo frente a su entrenador, el pokémon le habría las fauces de a poco, desgarrando su mandibula con cada respuesta insatisfactoria que obtenían.-
¡Se la llevaron! ¡No sé donde!-
¿Quienes?-
¡La FLR!-La cabeza del peliazul bajo con el golpe que Mei le propinó. Había tomado una silla y lo golpeó en la coronillla, se giró para golpearla pero la chica dio un salto atrás y le propinó un golpe al costado de la cara con la silla.
Mientras el científico azul se tambaleaba, aturdido, Mei corrió hacia Sebas y se arrojó al suelo, deslizándose hacia él. Necesitaba tomar sus pokeballs y rápido.
Platón intentó atacarla pero cayó al suelo cuando Mighty lo mordió por el tobillo. Sawk lo pateaba en el hocico pero el Mightyena se negaba a ceder.
Mei tomó la primera pokeball que encontró y la arrojó al aire, liberando a Alda. Estaba buscando a Percy, pero serviría.-
¡Alda ve con Mighty y usa refuerzo!- Eevee hizo como se le ordenó, Platón intentó detenerla pero el pequeño pokémon resultó ser demasiado escurridizo, logró subirse a la melena de Mighty y lo sujetó con fuerza. El cuerpo de ambos pokémons comenzó a brillar y el agarre de Mighty aumentó al instante.
Sawk tomó impulso y rodó sobre si mismo mientras se movía a un costado, golpeando a Mighty contra la pared de la sala. El pokémon siniestro lo soltó pero se incorporó con rapidez y tanto Mighty como Alda rugieron para dejarle claro a Platón que su batalla no había terminado.
El científico azul se frotaba la mandíbula, no se la habían dislocado y su nariz parecía seguir en su posición natural. No fueron más que daños superficiales. Necesitaba enfocarse en algún objeto, es posible que haya sufrido daños en los ojos tras el impacto.
El grito de Sebas le recordó su objetivo original.
Mei lo llevaba cargado por un brazo pero el chico había caído, estaba hecho un mar de lagrimas y mocos, pero seguía negándose a soltar la cápsula de ralts.-
Tenemos que irnos, ya.- Sebas apretó los dientes y se incorporó como pudo pero no podían escapar del peliazul.
Mei tomó la última pokeball de Sebas y la arrojó, liberando a Percy.-
¡Pistola agua!- Percy tomó aire y el científico arrojó su propia pokeball, un gurdurr salió de ella y clavó su viga en el suelo, cortando el chorro de agua y protegiendo a su entrenador.
Mei apretó los dientes, sus ojos se aguaron, no... no sabía que hacer. Arrojó la pokéball de vulpix, que se posicionó junto a Percy.-
¡Percy! ¡Vulpix!... ¡Resistan!... Por favor.- Marshtomp miró a su alrededor, no tenía claro qué estaba ocurriendo pero si sabía que todos estaban en peligro y de ser así, ENTONCES DARIA LO MEJOR DE SI.-
¡MAAAAARTSHOMP!- Percy volvió a lanzar su chorro de agua, más grande que el anterior y el gurdurr enemigo empezó a retroceder, ni siquiera el peso de su viga podía protegerlo de Percy. Vulpix se le unió con una nieve polvo, gracias al agua que salpicada de Percy la congelación era más sencilla
Mei sonrió orgullosa, pero luego miró a su compañero.-
Solo resiste un poco más, ¿Sí? Ya casi salimos.- Sebastian asintió levemente y tras tomar aire ambos salieron de la sala lo más rápido que pudieron.-
(Me duelen las piernas... no pienses en ello. Solo... solo... sigue.)- El dolor en sus miembros aumentaba con cada paso, lágrimas se escurrían sin parar por su rostro. En un momento sus piernas cedieron nuevamente, era como si le clavasen una espada a través de la columna. El chico cayó con un grito y rompió en llanto nuevamente. Empezó a negar con la cabeza, apenas habían podido salir de la sala.-
Vete.-
No seas marica, ya casi salimos.-
Mei... toma a Stella y vete.-
Voy a levantarte y...-
¡Que te largues!-
¡Que no me voy a ir, coño!- Las lágrimas de Mei cayeron sobre su cabeza, la chica se arrodilló frente a él y tomó delicadamente su cabeza.- Nos vamos juntos.- No alzó la mirada, no podía verla a los ojos, no quería.
Su cabeza se deslizó entre las manos de ella y golpeó y el duro y frío suelo de metal que conformaba la pasarela donde caminaban. Tenía fuerzas para seguir, lo sentía, ¿Pero cual era el punto? Solo la retrasaría.
El chico se mantuvo en silencio y cerró los ojos, era... tan patético. Pero quizás... solo quizás, si lo era lo suficiente, se iría. No quería morir, estaba aterrado pero, no podía arrastrarla con él.-
¡Marsh!- Percy paso por encima de ambos, golpeándo el suelo y rebotando antes de quedar inconsciente.-
¡Guuuu...!- Gurdurr salió de la sala, su viga de hierro rota por la mitad, dando un par de pasos antes de colapsar.
El científico azul siguió detrás, aún impoluto, caminaba lentamente, pasando por encima de su pokémon derrotado.-
Muy impresionante. Son unos especímenes sublimes.-
Mei... corre.- La chica bajó su mirada para verlo.- Por favor, corre.- Le suplicó entre lágrimas.
Mei se puso de pie, caminando al frente con sus puños en alto. La chica trastabillo por un momento cuando el suelo empezó a temblar y otra alarma empezó a resonar por la zona. Peinó el área para asegurarse que no se tratase de más enemigos y lo que vio le dejo con la boca abierta. Una compuerta se abrió y pudo ver como muks y grimers eran llevados en una cinta transportadora hasta uno de los enormes contenedores metálicos. Los pokémons eran arrojados dentro y unos enormes batidores metálicos comenzaban a mezclarlos los unos con los otros, rompiendo sus cuerpos mientras se agitaba en intervalos fijos.-
¿Qué carajo hacen aquí?- Mei se cubrió el rostro con los brazos, bloqueando el rodillazo del científico. No debía distraerse. Dio pasos atrás, los antebrazos le dolían, el hombre azul giró sobre mismo al caer al suelo y le dio una patada en el estómago que la sacó volando varios centímetros.
Mei intentaba respirar pero el aire entraba por pequeñas tandas, lo suficiente como para no asfixiarla pero no lo bastante como para darle fuerzas para levantarse. Consiguió meter su mano en un bolsillo, era una jugada desesperada pero ahora mismo parecía su única opción.
Esa cosa, la mezcla extraña que estaban haciendo, estaba hecha de muks y grimers, entonces quizás la llamaesfera podría-
Deberías haberle hecho caso.-El hombre azul pisó su brazo, obligandola a soltar la esfera.- Aunque supongo que debo agradecerte por encargarte del señor Ciriaco. Francamente la diplomacia no es mi fuerte.- El hombre se arrodilló sobre ella.- Pero intentaron robarme mi espécimen y comprometieron las operaciones. Supongo que entenderás que no me dejan muchas alternativas, no podemos dejar cabos sueltos.-
Jo... de... te.-Su puño la alcanzó poco después. La chica no gritó cuando la golpeó, ni siquiera escapó un gruñido de sus labios.-
Para-Las suplicas de Sebas no fueron eficaces.- Para.- La sangre le salpicó en el rostro. Los ojos de ella estaban clavados en los suyos, su brillo se disipaba con cada golpe, sus movimientos leves y desenfocados.- Por favor.- Lágrimas brotaban por sus ojos, entremezclandose con la sangre.- ¡Mei!- La chica enfocó la mirada por un instante, pudo verlo con claridad. Poco a poco su mano se fue moviendo hasta tomar la de Sebas. Era un niño tan llorón. La apretó suavemente, y pudo ver como la cara del chico se llenaba de emociones, era adorable.
Era extraño, en la cabaña había sentido tanto miedo, tanto que la había paralizado, miedo por ella, lo que le ocurriría. Ahora también tenía miedo, mucho pero... no era por ella. Temía por él, verlo le oprimía el pecho, habían tantas cosas que quería decirle. Pero ahora no tenía fuerzas para hacerlo.
Sostenia su mano con una fuerza que se disipaba con cada golpe, hasta que finalmente lo dejó ir.
Algunos dicen que los pokémons son más que solo mascotas o incluso compañeros, que son un reflejo de nosotros mismos, es por ello que un entrenador veterano puede determinar el carácter de alguien a través de sus pokémons. Quizás ese era precisamente el problema, eran demasiado parecidos.
Mighty intentaba levantarse pero el cuerpo le dolía demasiado, la alimaña azul era fuerte, pero no era más que eso, una alimaña. No era un cazador, era un cobarde, aún con la ventaja de tipo se negó a rematarlo.
Alda se sacudía con violencia, era difícil respirar con la mano de sawk alrededor de su cuello.-
¡Eeee!- Mighty ladró, recordandole a la alimaña quien era su verdadero contrincante, pero no le hizo caso. Mighty podía ser fuerte pero fue gracias a la ayuda de Alda que había logrado herirlo, y pagaría por ello.
El crujir de sus huesos resonó en sus oídos, los movimientos de eevee se detuvieron mientras soltaba un agudo chillido. Sawk la arrojó haciéndola rodar por el suelo hasta acabar frente a Mighty, una de sus patas aún daba pataditas.
Mighty ladró y la tocó con el hocico, debía levantarse.
Ladró otra vez, no era momento para jugar.
Le gruñó enseñando sus colmillos, si no se levantaba se ganaría un regaño.
La tocó nuevamente, su piel estaba fría.
El ladrido de Mighty se quebró, esta vez entremezclandose con un chillido, no era gracioso. La movió con suavidad, mordiendo su cuerpo suavemente en un intendo por ayudarla a ponerse en pie.
¡Debía llamar a su alfa, el sabría que hacer! Los ladridos de Mighty resonaron por las paredes de la refinería en vano.
Todo esto había sido culpa suya. Era débil. Cuando hizo falta no pudo estar allí.
Las lágrimas corrían solas, la escena se repetía en su mente, él crujir de sus huesos, la sangre en su rostro, el rozar de su mano con la suya. Gritó, con todas sus fuerzas, nada salía de sus labios. El pecho le dolía, gritó otra vez, pero nada.
Era patético, siempre dependiendo de su alfa, de sus pokémons. Pero cuando el momento de verdad llegaba era un inútil.
Posó sus manos en el metal frío que hacía el suelo de la pasarela y alzó la cabeza, esa alimaña azul, lo llenaba de asco... no... odio. Lo odiaba.
Su respiración era pesada, clavó las garras en el suelo, podía sentir ese fuego en su interior, el hervir de su sangre. Su hocico se arrugó, los cabellos de su melena de erizaron, sus labios revelaron sus colmillos.
El traqueteo de la maquinaria pesada cesó, su visión estaba fija en su objetivo y todo pensamiento abandonó su mente. Una furia impasible.
Se arrojó contra la criatura azul, que lo sujetó como pudo. No sería problema, era solo un fútil intentó desesperado.
El científico lo miró a los ojos, su cara transformada por la rabia, pero... ¿Sus ojos siempre hacían sido rojos?
Alzó sus manos y le propinó un golpe en la coronilla, pero su adversario se mantuvo firme. Mighty sabía que hacer, era una estrategia clásica de su alfa, su musculatura aumentó y usó la fuerza de buena baza para empujarlo. Primero un paso, luego otro, Sebas tomó al hombre por la cintura y lo alzó antes de comenzar a correr hasta golpear una pared.
La alimaña lo miró, no era tan fuerte hace un instante. No, incluso si lo fuese, no podría haberlo cargado con un brazo roto. El hombre azul miró sus manos temblorosas, luego a la abominación que estaba frente a él.
La bestia rugió y se abalanzó contra su presa, Platón le arrojó un puñetazo pero Mighty lo esquivó con facilidad, era el momento. Lo tacleo al suelo y mordió su garganta mientras sus dientes se envolvían en una energía oscura, la mordida era dolorosa pero, había algo más, como si le inyectasen algo, un veneno... no, eso dañaría el cuerpo, esto era distinto, atacaba algo en su interior, pero no físico. Fuese lo que fuere el dolor era indescriptible, sawk pateó y arrojó puñetazos contra la bestia hasta que sus fuerzas cesaron.
Sebas tenía al hombre azul contra el suelo, lo golpeaba una y otra vez, gritando y mostrando sus dientes cual animal. Lo golpeó más fuerte cuando intentó quitárselo de encima y aún más cuando su forcejeo cesó y su rostro era poco mas que una masa irreconocible de carne y sangre.
Las babas salían de su boca con cada grito y en su cabeza se dibujó una vena palpitante que se hinchaba cada vez más.-
(Hijo de puta.)- Rodri y BuySell estaban de pie en la puerta de las escaleras, parecía que la bestia no se había percatado de su presencia.
Entraron con cuidado, acercándose a Mei en silencio, la escena los dejaba sin palabras.
Rodri se agachó para tomar a la chica cuando escuchó el bufido, los ojos rojos de Sebastian estaban clavados en él.-
Entonces... vencimos a los malos. ¡Hurra!- Dijo nervioso. Se quedó congelado mientras el entrenador avanzaba lentamente hacia él apoyándose en sus manos como un mightyena se apoya en sus patas. BuySell se interpuso entre ellos pero el rugido de Mighty lo hizo sudar.
Mightyena emergió por la otra puerta, cargaba a Alda en la boca y la dejó en el suelo para unirse a su alfa.
BuySell daba saltitos, indeciso sobre si encarar al pokémon o al entrenador.-
Mira...yo, eh- Rodri se quedó mirando al cientifico azul, que aún respiraba debilmente.- No tengo nada en contra de los furros. De verdad, yo amo a los buizel como cualquiera pero... esto es ir algo lejos.- Sebastian y Mighty se detuvieron.- ¿Estamos cool?- Ni entrenador ni pokémon hicieron ruido alguno.- Lo tomaremos como un "sí".
Eh, voy a-Rodri miró a Mei rápidamente.- llevarla al doctor y...- Rodri se agachó para tomar a la chica pero Sebas y Mighty ladraron, haciéndolo retroceder un poco.- O nos vamos al hotel y hacemos como que este fetiche furro tuyo nunca ocurrió.-Mighty dio un paso al frente. Era mucho más musculoso que antes, su cuerpo estaba lleno de venas palpitantes y sus músculos parecían aumentar de tamaño y tonificarse cada cierto tiempo.-
(Se supone que su habilidad es autoestima, pero esto es diferente. Autoestima le aumenta la fuerza al ganar, pero le está aumentando con cada segundo.)-
No quiero pelear contigo.- La actitud nerviosa del rubio desapareció al instante. Sebas frunció el ceño y gruñó más.
¡¿Cómo que no quería pelear?! ¡Claro que quería! ¡¿Para qué había venido aquí si no?! ¡Quería llevarse a Mei, dejarlo aquí, ser un héroe! ¡Luego rescataria a Ester y todos dirían "¡RODRI ERES TAN IMPRESIONANTE! NO COMO SEBAS, QUE ES UN MIERDAS". Y entonces lo abandonarían en este asqueroso pueblodemierdaysequedariasoloytristeSIENDOELSERASQUEROSOYPATETICOQUESIEMPREHASIDO.
Sebastian agitaba su cabeza mientras la vena de su cabeza crecía.-
(¡¿Por que no pensarian eso?! Es verdad. Alda y vulpix están muertos y es mi culpa. Ellos confiaban en mi, en nosotros. Todo era un mal plan, una mierda de plan, siempre lo fue. Mis planes nunca sirven. Nunca es suficiente.)-La respiración de Mighty y Sebas era cada vez más agitada.-(¡¿SE CREEN MEJORES QUE NOSOTROS?!)-Tanto entrenador como pokémon se arrojaron contra BuySell y Rodri.
BuySell le propinó a Mighty un golpe con su cola, pero el pokémon siniestro se mantuvo firme en su sitio. Sebas, por su parte, se abalanzó contra Rodri. El rubio le arrojó un puñetazo pero el moreno lo detuvo en medio del aire.
Ambos forcejaban pero ninguno era capaz de sobrepasar la fuerza del otro.
El entrenador arrojaba mordiscos cuál animal rabioso, la baba salia de su boca sin control alguno. Rodri lo alejó de una patada y el chico golpeó el suelo con las manos mientras gritaba eufórico. Tanto Mighty como Sebas se arrojaron contra sus enemigos y fue entonces que Mei tosió.
La sangre salió de su boca como una fuente, manchando su rostro y camisa, respirar le dolía, pero al menos no era imposible.
Al escucharla los ojos de Sebas perdieron su fulgor, opacandose por completo, igual que los de Mighty.
La tensión de sus cuerpos se esfumó en un instante, sus extremidades colgando como las de un muñeco de trapo mientras entrenador y pokémon colapsaban.-
Eso fue...-Rodri miró a los lados, había esperado... algo más. Como una batalla final contra un jefe.- anticlimatico.-El golpe que recibió en la nuca lo noqueo en seco.-
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