Capítulo 5
Tuve que explicar todo a los tres, referente a mis otras formas y la forma que había adoptado Rayquaza. La que se sorprendió más fue Laila, al ver como cambiaba a voluntad, ya en un principio la soprendi con el cambio en mis brazos pero con mis formas, casi se desmaya.
En cuanto a Rayquaza, la historia fue diferente. El padre de Rafael salió de la habitación a buscar una pequeña estatua de Rayquaza, para comprobar si era la forma con la que el dios había usado contra mi, debido a que la madre señaló algo de seres malignos y los cambios de forma de los dioses superiores.
─¡Aquí está la estatuilla! ─señaló Irwin al entrar a la habitación. En sus manos traía una figura sobre una base circular de color dorado─ ¿Es ésta la forma que uso Rayquaza?
Al admirar el trozo de madera pintado, note las diferencias. Los cuernos en tenaza no estaban, las líneas de fuego tampoco y mucho menos la cola divida, además las marcas en su cuerpo apesar de ser similares, tenían algo diferente. Además no se veía tan intimidante.
─No fue esa la forma que tenia Rayquaza ─mi respuesta llevó a que la madre de Rafael me viera de arriba a abajo con preocupación─. La forma era más amenazante y agresiva, además algunas líneas de fuego lo acompañaban.
─Deoxys... no eres uno de esos seres malignos, ¿cierto? ─preguntó la Laila.
─No lo es, Laila ─respondió Irwin─. Porque si lo fuera, los dioses ya hubiesen venido por su cabeza, además fijate que no emana ninguna clase de energía.
─Tienes razón... pero las leyendas dicen que Rayquaza solo cambia de forma para vencer a seres del mal ─señaló Laila antes de volver a sentarse.
─Bueno debes de recordar que también las leyendas hablan, que cuando Groudon y Kyogre lograron volver a su forma primigenia, después de mucho tiempo, Rayquaza tomó una forma distinta para calmar a los otros dos dioses ─indicó el padre de Rafael─. Por eso no podríamos decir que Kyogre y Groudon son seres del mal, ya que ambos hicieron que Rayquaza cambiará su forma.
─¿Cómo explicas entonces lo de Deoxys? ─preguntó rápidamente la madre.
─No olvides que los dioses pueden sentir nuestra energía ─respondió el esposo─. Probablemente sintió la gran energía de...
─¡Espera! ─exclamó Laila─ Si sintió una gran energía de Deoxys, no quiere decir que...
─Amor, calma ─dijo con una voz muy grave Irwin─. Deoxys no es un ser maligno. Tener una gran energía interna no quiere decir, que seas un ser del mal. Ya debes de saber el gran potencial de energía que tiene el rey...
Hubo un extraño momento de silencio, en el que Laila e Irwin se vieron a los ojos con la boca abierta de par en par.
─¡El rey! ─exclamaron los padres de Rafael antes de salir a toda velocidad de la habitación.
Quede estupefacto con la explicación que estaba dando Irwin, a tal punto que ya me preguntaba muchas cosas, sobre todo lo de seres malignos y la emanación de energía. Intente obtener respuesta desde mi interior, pero parecía no dar con ellas.
Rafael estaba silencioso viendo a la ventana. Se veía perdido más allá de las paredes y del cuarto, era como si estuviese muy lejos. Fue por eso que decidí no decir nada y solo sentarme nuevamente en la silla mientras seguía admirando la estatuilla de Rayquaza, tan diferente al Rayquaza contra el que luche.
"Aún hay muchas cosas que no entiendo... quisiera que esos paquetes de información vinieran cuando los necesito pero, parece que vienen cuando ellos quieren. Es obvio que hay muchas cosas que desconozco sobre éste planeta, es por éso que debo entender lo que me rodea... tal vez... ¡Tal vez sea buena opción, ir con Rafael a explorar el mundo! Puede que así... así... logre hallar esa sensación de armonía que siento, necesito", mire los perdidos ojos azules de Rafael mientras pasaba la figura de madera de Rayquaza de una mano a la otra.
─Deoxys ─dijo casi en susurro Rafael─. Yo no creo que seas uno de esos seres malignos que vienen a destruir el mundo ─lo miré fijamente mientras seguía viendo más allá de la ventana─. Sabes... desee que éste año pudiera conseguir un amigo con el cual poder viajar, y que no tuviera miedo de tener aventuras. Miles de veces lo desee a los dioses superiores, dos días antes de que finalizará el año. Es por eso que creo, tú eres ese amigo o... me ayudarás a conseguir a ese amigo con el cual deseo tener grandes aventuras.
─¿No tienes amigos? ─pregunté antes de dejar la figura sobre la pequeña mesa.
Rafael giro a verme con una sonrisa en su rostro.
─¡Claro que tengo amigos! ─exclamó con alegría─ Pero ninguno con las ganas de romper las reglas y las leyes ─de un momento al otro su rostro cambio, ahora se veía triste─. Bueno... si había uno pero...
Un fuerte ruido interrumpió a Rafael. Parecía venir desde afuera de la casa y siguió oyendose una y otra vez.
El pequeño pokémon parecía sorprendido por aquel ruido, que para él era conocido.
─¿Un camión? Pero... hoy no hay entreg...
Una voz hablo con gran fuerza e intensidad, llegando a rozar el grito.
─¡Familia Ti Ursaring, salgan con el pokémon extraterrestre! ─ordenó la voz desde fuera─ ¡Repito! ¡Familia Ti Ursaring, salgan con el pokémon extraterrestre! ¡De inmediato!
Vi el rostro de preocupación en la cara de Rafael y luego de los padres al llegar nuevamente corriendo a la habitación. Sus caras mostraban lo asustados y preocupados que estaban.
─¿Qué sucede? ─pregunté.
─¡Tienen treinta segundos para salir con el pokémon extraterrestre! ─ordenó nuevamente la voz desconocida.
─¡Debemos salir! ¡Ya! ─exclamó Irwin mientras volvía a salir de la cuarto.
Casi al instante Rafael se levantó y yo le seguí. Todos caminamos a la entrada de la casa donde el ruido se hacía más fuerte.
─¡Diez segundos! ─señaló la voz desde afuera, que ya hacia una cuenta regresiva.
Irwin abrió la puerta tras oír la voz.
Vi por primera vez a decenas de pokémon, reunidos en un mismo punto. Más pokémon emergian, a su vez de tres objetos grandes y verdes sobre unos círculos negros. Con una mirada rápida note que todos los pokémon tenían algo en común, un collar blanco alrededor de sus cuellos. Además algunos cargaban objetos adaptados a sus cuerpos, de color negro, en los que podía ver el símbolo circular que antes había visto en la televisión.
Cerca de la entrada donde había aparecido la madre de Rafael, estaban dos pokémon de pie. El resto estaban entre los árboles o cerca de aquellos objetos verdes que hacían mucho ruido, y desprendia un humo oscuro.
─¡Señor Irwin! ─señaló uno de los pokémon frente a la entrada. Su tamaño era mayor a la mía y llama la atención por su color naranja pastel, y las dos alas en su espalda─ ¡Señora Laila! ─agitó su cola lentamente mientras elevaba su brazo izquierdo.
─¡Hemos venido por el pokémon a sus espaldas! ─indicó el otro pokémon más pequeño y de un color verde. Su cuerpo tenía algo similar a espinas, además de una especie de sombrero muy oscuro─ ¡No queremos problemas, pokémon extraterrestre! ─señaló mientras me veía con sus ojos negros con pupilas amarillas.
Los dos pokémon tenían un collar cuadrado de color blanco, con la diferencia que el pokémon de las alas tenía un punto verde y otro azul en el cuadrado, y el otro pokémon verde, solo tenía un punto marrón. Ambos me veían fijamente al igual que el resto de pokémon adyacentes.
─¡Está bien! ─expresó el padre mientras caminaba a la entrada─ Ven conmigo Deoxys ─me vió para que lo siguiera─. Ellos son los militares del reino, así que no hay porque preocuparse.
Camine detrás de él. Los pokémon que estaban entre los árboles y tras los camiones, tenían miradas amenazantes como si ya estuvieran preparados para entrar en acción. Lo preocupante de alguna manera eran los dos pokémon en la entrada, algo me decía que de todos los pokémon presentes, ellos eran los que más debía tener en cuenta.
─¡Soy el capitán Tur! ─señaló el pokémon verde con espinas que estando cerca de él, notaba lo delgado que es.
─Yo soy el teniente coronel, Argos ─indicó el pokémon con las alas y las antenas sobre su cabeza.
─¡El hijo del gran Argo! ─expresó con emoción Irwin.
─El mismo ─respondió Argos─. Bueno señor Irwin Ti Ursaring, mis superiores me han ordenado llevar al pokémon extraterrestre a la capital.
─Entiendo... bueno teniente, dejo en sus manos a Deoxys ─dijo Irwin mientras tocaba mi hombro.
─¿Usted lo halló? ─preguntó Tur.
─Fue mi hijo. ¿Por qué capitán? ─la voz de Irwin sonó agresiva.
─Disculpe señor Irwin pero, también requerimos llevarnos a su hijo ─dijo Argos─, ya que fue quien lo hallo necesitamos que nos acompañe a la capital también. Además usted y su esposa deberán ir a la ciudad Oro, lo más pronto posible.
Note que ni por un segundo el pokémon de color verde y con espinas, dejo de verme al igual que el resto de pokémon. Adicionalmente era evidente que Rafael estaba nervioso, sobre todo al ver al pokémon de las alas.
─No le harán nada a mi hijo, ¿cierto? ─preguntó desde la puerta Laila.
─¡Claro que no! ─refutó rápidamente Argos─ Nadie le hará daño a su hijo.
─¿Me harán daño a mi? ─pregunté al ver un destello extraño en los ojos de Tur.
Mi pregunta desconcertó a los dos pokémon. El capitán abrió sus ojos de par en par al oír mi voz, igualmente el teniente coronel quien por su parte elevó sus antenas.
─Pensé que al no tener boca no podías hablar ─señaló Argos─. Pero respondiendo a tu pregunta, no, no se te hará ningún daño.
─Siempre y cuando no nos obligues a hacerlo ─añadió Tur.
─Si el hijo de Argo, dice que todo estará bien ─dijo Irwin─, le creeré. Vamos Laila, debemos ir a ciudad Oro con los militares y Rafael con Deoxys a la capital ─dijo dándole la espalda a los militares para ver a su pareja.
Sentí que Rafael estaba por decir algo pero, al momento de ver la mirada de sus padres cancelo sus palabras. Por mi parte, preferí no decir nada más simplemente continuar con los militares e ir a la capital.
El teniente coronel le permitió a la familia ir por un par de cosas, mientras yo debía quedarme justo en la entrada. Los soldados que se hallaban ocultos entre los árboles, volvieron a subirse en los camiones verdes.
Ninguno de los dos militares hablaron, tan solo me veían de arriba a abajo. Parecían analizar mi cuerpo y a su vez probablemente la fuerza que tenía. Debo decir que yo hacía lo mismo.
─Teniente coronel Argos ─dije llamando la atención del pokémon─. ¿Cuál es su especie pokémon?
─Soy un Dragonite y mis tipos son dragón/volador ─respondió casi al instante─. Ahora ya tengo algo claro.
─¿Estás hablando con él? ─cuestionó Tur.
─Sí y con esto confirmo que es un pokémon del tipo psíquico ─señaló Argos a su compañero─. Habla por medio de telepatía.
─Capitán Tur. ¿Cuáles son sus tipos y especie? ─pregunté al pokémon verde.
─Ahora debe estar hablando contigo ─indicó Argos llamando mi atención.
─Sí... me esta preguntado mis tipos y especie ─los ojos del capitán se fijaron en el Argos.
─El capitán es un Cacturne ─los ojos de Tur volvieron a verme cuando el teniente coronel habló─. Sus tipos son planta/siniestro.
Ambos nos encontrábamos a punto de preguntar algo más, pero la familia apareció nuevamente, evitando que Argos ni yo pudiésemos añadir una pregunta.
El capitán acompañó a Irwin y Laila a uno de los camiones, mientras que el teniente coronel nos guió a otro. El camión no era la gran cosa, solo muy espacioso en la parte de atrás, donde habían alrededor de quince pokémon con sus miradas fijas en mi.
Argos ayudo a Rafael a subirse al camión, mientras, yo tuve que hacerlo por mis propios medios. Los pokémon en el interior se impresionaron al ver como usaba mis poderes psíquicos, para levitar e ingresar al interior.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top