¿Como estuvo tu día?

Noivern emanó un aura azulada que se transformó en un manto eléctrico y  se elevó al cielo.

Raihan no iba a burlarse de su decisión, sabía perfectamente que un movimiento de tipo eléctrico era cero eficaz contra su Pokémon, pero no podía pasar por alto a alguien como Hirokai que era un genio analítico estratega.

Usando Voltio Cruel Noivern fue rodeando a Flygon para seguido moverse en zig zag por todo el espacio posible. Raihan no comprendía su accionar, a lo que de inmediatamente le ordenó usar Avalancha para detener su estrategia.

En el cielo grandes trozos de roca se materializaron lloviendo con dirección a Noivern que aceleró el paso para evitarlos.

Todos se apartaron porque el combate se tornaba algo peligroso, pero ambos entrenadores se mantenían firmes.

Las alas del murciélago draconico se iluminaron dándole un aspecto cromado (Ala de Acero) y cambió de dirección toscamente para ir ahora hacia la libélula dragón cortando las rocas como si fuera un cuchillo en un pan.

La cola de Flygon se iluminó justo a tiempo para ser recibido por el ataque de Noivern que le estaba empujando en picada hacia el campo.

La mandíbula del Wyvern irradiaba un aura multicolor que tomaba la forma de la cabeza de un dragón, quedando a quemarropa para ser posiblemente el final de la lucha.

De inmediato Flygon sometió a su rival y cambiaron de posición, con el plus de recibir la potente Cola Dragón.

Noivern descendía con fuerza, no podía recuperarse del todo su estabilidad así que solo le quedó liberar su Pulso Dragón antes de estrellarse contra la arena.

—¡Esquivalo!–

Flygon evitó el ataque de energía de Noivern, esto le dio más confianza a Raihan de creer que tenía el combate en su favor.

—¡Rematalo de nuevo con cola dragón!–

El dragón libélula preparó su ataque y rápidamente comenzó a des...

—¡Roorr!–

Un ataque lo había golpeado por la espalda y lo derribó al suelo donde Noivern le esperaba con un rápido combo de sus alas de acero.

Nadie entendía como la situación había cambiado de forma tan repentina, de Raihan tener el control a Satoshi en solo unos segundos.

—Maldita sea...

Tal como lo había previsto, posiblemente como Hirokai dio apertura al combate era el factor que le estaba dando la ventaja y no sabía que efecto tenía.

Algunos fueron comprendiendo que el entrenador Rojo era alguien de temer. Los demás seguían apoyando a West, el era el mejor.

Satoshi permanecía en su clásico silencio, esto podía darle la pinta de que analizaba múltiples estrategias.

—¡Avalancha!–

De nuevo grandes trozos de roca se formaron y descendieron hacia Wyvern.

—Voltio Cruel.

Se envolvió en su manto de aura eléctrica y alzó de nuevo vuelo, a lejanos centímetros de el las rocas sin explicación alguna se desviaron.

Raihan intentaba descifrar la técnica en juego...

—Usa Avalancha... ¡Sobre ti!–

El dragón dejó caer las rocas hacia si mismo causando confusión en todos menos en Satoshi.

—¡Potencialos con cola dragón!–

La libélula giraba en forma de rueda, todas las rocas que iban hacia el eran potenciados por la potencia de su movimiento y con ello más rápido.

Continuaba analizando, las rocas se desviaban en todas las direcciones, inclusive algunas se le redirigian hacia su Pokémon.

Noivern liberó un pulso de dragón sin preocuparse de tener en la mira a Flygon. Raihan miraba como el ataque de energía cambiaba de forma brusca su dirección, posiblemente no había manera de esquivarlo.

—Muévete Flygon!–

La libélula tenía en la mira el ataque e intentó evitarlo al moverse en zig zag, grave error debido a que por estar tan concentrado en el ataque varias ráfagas de aire comprimido (Tajo Aéreo) le golpearon, sumado que al quedar desorientado recibió el pulso y lo derribaron nuevamente.

Raihan estaba sumido en la ira de sentirse humillado de tal forma y sin poder hacer nada.

—¡Hirokai!–

Los ojos de Satoshi se iluminaron.

—Noivern acabemos esto... Pulso Dragón.

¡VERN!

La presencia de la figura de un dragón hecho de energía multicolor se movía por todo el cielo como una serpiente e impactó en un casi debilitado Flygon.

La explosión liberó una onda de choque tan fuerte que tambaleó a Raihan que cayó sobre su rodilla y agachando la cabeza, como si se estuviera postrando ante Satoshi.

De nuevo la onda expansiva del ataque draconico de Noivern hizo retroceder a todos, el polvo no se hizo presente mostrando a Flygon bastante herido y fuera de combate.

Nadie se lo podía creer, Raihan el posible mejor entrenador había sido derrotado, no, humillado por Satoshi en solo unos minutos.

Raihan fue con su Pokémon a quien tomó entre sus brazos, para luego mirar hacia arriba con rencor a Satoshi, quién le contestó muy fríamente sin mostrar arrogancia, solo era la consecuencia a su anterior acción.

Sonia se apresuró a llegar para ayudar a su novio quien estaba muy triste por el estado de su Flygon.

—¡Porqué hiciste eso Satoshi!–

Hirokai no iba a refutar algo solo permaneció en silencio.

—¡Que arrogante eres! ¡No era necesario que hicieras esto tonto!–

Sonia extendió la palma de su mano y le dió una cachetada, pero quedó conmocionada al no mover su rostro que permanecía fijo y le miraba muy fríamente lo que le hizo sentir una punzada en su corazón.

—¿Realmente crees eso?– Le apartó la mano con delicadeza para poder retirarse.

Los estudiantes le abrían camino mientras le decían un montón de cosas desagradables, su Noivern volaba sobre el antes de desaparecer.

Ella comenzó a sentirse muy mal emocionalmente. Raihan era alguien bastante engreído que comúnmente era víctima de su propia mano. Satoshi no lo conocía muy bien, solo un par de días, pero en esos días dió a resaltar que era una muy agradable persona.

—Yo... No lo sé...

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Era un día bastante difícil, durante las clases nadie se quiso acercar a él ni siquiera dirigirle la mirada hasta que llegó la hora del receso pudo tomar un respiro de todo.

La cafetería no era un lugar que tenía en mente si no que fue de nuevo al patio del colegio, aún con la lluvia tan fuerte se puso bajo un árbol para mitigar el agua. No le importaba estar mojado, solo quería irse a casa.

A lo lejos desde los espejos Sonia lo miraba con mucho arrepentimiento, no tenía idea de los problemas emocionales del chico.

—¿Que haces Sonia?– Raihan con un grupo de chicos le rodearon, destacando su piel blanca de porcelana en contraste de las pieles negras brillosas de ellos.

—¿Oye ese es el sujeto que te venció? ¡Jajaja!–

—Imbecil, en la revancha me voy a vengar.

—Solo veo la lluvia, está muy fuerte.

—Oye hoy te toca preciosa– Le susurró al oído lo que sonrojó a la joven.

—Ah... Si... Te avisaré si mi abuela no está en casa si no para que vaya a la tuya.

—Excelente.

Raihan le puso uno de sus brazos sobre su hombro y se la llevo junto con el resto de sus compañeros.

Afuera la lluvia era más fuerte pero no importaba, Noivern surgió para cubrir a su entrenador con sus grandes alas, además no estaba solo ya que Ahri y Pikachu estaban con el haciendole compañía.

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Las aulas del colegio estaban diseñadas para que los estudiantes pudieran sacar a sus Pokémon en eventos recreativos, este era uno de ellos.

Gardevoir era una Pokémon conocida por su increíble belleza tan deslumbrante, pero el espécimen que tenía Satoshi era muy especial ya que aparte de ser muy hermosa era muy inteligente sumándole el plus de su estado variocolor.

—(Maestro Satoshi no entiendo nada ¿Quién fue la mente Giratonica que pensó que combinar números y letras era buena idea?)–

El pelinegro sonrió por la actitud de su compañera así que le acarició su corto cabello esmeralda.

Había Pokémon de todos los tamaños y diseños que acompañaban a sus respectivos entrenadores en resolver algunos ejercicios de la clase de álgebra.

El término, dejó su lápiz para levantarse e ir con su profesor a entregar su cuaderno con la intención de que le revisara.

En el camino uno de sus compañeros tenía la intención de hacerlo quedar en ridículo al meterle el pie para que cayera. Ahri que tenía una percepción extrasensorial, hizo retroceder el ritmo del movimiento en las piernas de su entrenador, para que la abertura de cada paso estuviera milimétricamente exacta y pasara sobre el pie del sujeto que miraba molesto y confundido no haber logrado su objetivo.

Molesta uso su aura para arrojarle una mochila random que lo terminó tumbando.

Satoshi no entendía que era lo que sucedía a sus espaldas, esperaba que el profesor terminara de evaluar las respuestas.

—Muy bien Hirokai– Le firmó con el sello. —Si quieres puedes retirarte de la clase o esperar.

—Gracias esperaré afuera– Fue por su mochila y se retiró del salón.

Los pasillos no contaban con mucho gentío, no tenía alguna cosa en mente más que explorar lo que quedaba del colegio.

Deslizó el cierre, Pikachu dormía todo revoloteado pasando a cuidado de Ahri en lo que deambulaban.

—¡Satoshi!–

Volteó para ver a un chico vestido con ropa de deportes todo lleno de moretones.

—¿Que sucede?–

—¡Necesitamos tu ayuda!–

—¿Para?–

—¡La presidenta Bea entró en plan todos contra mi sola y nos está dando una paliza!–

—Ya veo.

—¡Te lo ruego!–

—Muy bien vamos para allá.

No tenían nada mejor que hacer así que fue al auditorio para ver el panorama, unos 20 chicos tumbados en el suelo quejándose del dolor en un extremo, y en el otro la albina de piel morena sujetando una pelota.

—¿Quien te dio el derecho de huir de mi Sakagiri?–

El chico se escondía detrás de Satoshi que solo suspiró y pasó al perímetro de juego.

No estaban solos ya que en las gradas había un cantidad considerable de estudiantes que veían el juego.

—¿Se podría saber que pasó aquí?–

—¡Si quieres saber Hirokai tendrás que vencerme!–

De nuevo suspiró, se quitó la gorra que inmediatamente fue atraído a Ahri.

Bea tenía la pelota en su mano y se la arrojó con una fuerza tremenda al vientre con el objetivo de dejarlo fuera de combate.

Satoshi no apartó de mira a su contendiente y extendió su mano derecha al aire. En el contacto recibió la fuerza de la pelota, para rotarla desde atrás en su espalda y devolverla con fuerza extra a las piernas de Bea, que estuvo a escasos segundos y centímetros de ser golpeada.

Miraba con cierto asombro al chico para seguido sonreír y buscar más pelotas.

—¿Con que así serán las cosas Satoshi? ¡Por mi está bien!– Arrojó la pelota sobre ella y la pateó con fuerza.

—Bailemos entonces.

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Era extraño, el timbre no tenía ni un minuto que sonó y ya el colegio se veía parcialmente vacío.

El sonido de los tacones en sus botines resonaba en el suelo, miraba los salones para encontrarlos vacíos.

Su mochila estaba semi abierta porque llevaba consigo una camisa, entre sus brazos traía su fiel compañero Pokémon; un Morpeko.

Tenía la intención de devolverle su camisa a Satoshi, sería algo muy vergonzoso y daría de que hablar lo que iba a hacer pero no tenía nada de malo, solo un buen gesto.

Las orejas del roedor se movían para apuntar a las puertas del gimnasio de donde provenía ruidos muy alborotados.

Abriendo se llevó la impresión de ver una gran muchedumbre que le cubría el paso y el panorama, junto con el hecho de que no era muy alta no ayudaba.

Morpeko se liberó de los brazos de Marnie para soltar pequeñas descargas eléctricas a los pies del gentío abriendo el camino a su entrenadora.

En el frente solo estaba Satoshi junto con la chica de piel caramelo jugando un partido de quemados, que ha criterio de ella no era algo muy impresionante.

Bea pateó la pelota con mucha potencia, Satoshi lo detuvo pero llevándose algo de retroceso.

Ambos estaban agotados, el sudor escurria hasta formar gotas que caían al suelo.

Satoshi tomó impulso y le arrojó la pelota a un ángulo que daba la impresión de que no le iba a conectar hasta que tomó efecto y rosarle cerca de su brazo.

Bea estaba muy animada por haber encontrado a alguien que pudiera llevarle el ritmo y que también lo disfrutara, fue por el último balón y lo tomó, aquí tenía que dar por terminado su juego.

Miró al chico que esperaba su remate, así que tomando bastante impulso arrojó la pelota al aire y la pateó con sus últimas fuerzas.

El sonido provocado era como el de un cañonazo que iba tan rápido que no permitió a Marnie verlo del todo, solo escuchar el choque contra Satoshi que iba retrocediendo progresivamente hasta caer de rodillas.

Ella junto a Ahri miraban con preocupes al pelinegro sosteniendo con fuerza las prendas suyas que traían consigo.

Con mucho asombro y alegría gritaron luego de verlo levantarse y sosteniendo la pelota.

—Muy bien Satoshi, has superado mi ataque más fue... Auch.

Hirokai le había lanzado la pelota en la cabeza siendo el vencedor.

—¿Ahora si podrías explicarme?–

La albina de caramelo se retiró hacia su mochila para regresar con el.
En su mano llevaba su celular que luego de interactuar un poco...

—Lo que sucede es que en la Serie Mundial de Coronación iba ascendiendo a la clase Ultra hasta que alguien me quitó el puesto...

Y le mostró su teléfono.

Aquella hermosa chica de larga y ondulada cabellera de color chocolate, ojos zafiro tan brillantes de aspecto competitivo, de grandes glúteos redondos y torneadas piernas gruesas le era imposible no reconocerla...

Su compañera y amiga de la región Teselia; la campeona Hilda Malkova.

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