Capítulo XXVIII

Consigo llegar sana y salva al fondo gracias a Lugia. Aterrizamos y le agradezco con una caricia antes de devolverlo a su Pokebola.

Me encuentro en una habitación pequeña y frente a mí hay una puerta entreabierta.

— ¡Chicos! ¡Respóndame!

No hay nadie cerca y eso me da mala espina.

Algo en esa puerta llama mi atención, como si estuviera llamándome para que pase a través del umbral. Podría ser una trampa, pero es el único camino que hay. Así que preparo la Pokebola de Yvisaur y empujo lentamente la puerta.

Es como si entrara en otra dimensión.

Me encuentro en la cocina de la casa de mis padres. Todo luce demasiado real a pesar de que detrás de mí está la puerta que me trajo aquí. Los gabinetes y los utensilios de cocina lucen relucientes, tal y como a mi madre siempre le gustó tenerlos. Por las ventanas se ve nuestro inmenso jardín y más al fondo está el Gimnasio Pokemon de mi familia, es tan imponente como lo recordaba. Mi madre está rebanando algunos vegetales y yo, o una representación de mi misma, le ayuda pelando algunas cebollas. A juzgar por que la ilusión lleva el cabello peinado con dos coletas y usa frenillos, no debo tener más de quince o dieciséis años.

¿Cómo es posible que pueda ver esto?

— ¿Estás segura de lo que estás diciendo? —pregunta mi madre tras cortar una zanahoria con un poco de ira.

—Quiero viajar y tener la oportunidad de conocer a otros Entrenadores —le responde mi yo más joven.

—Ser Líder de Gimnasio es algo importante —insiste mi madre—. Podría ser una buena oportunidad para ti.

—Lo consideraría si tuviéramos un Gimnasio de Tipo Siniestro. Deberías tomar en cuenta a Sheryl para el trabajo, ella adora al Tipo Agua.

—Tu hermana no sabe lo que hace.

—Claro que lo sabe. ¿Ya olvidaste cómo logró controlar y atrapar a ese Gyarados salvaje que nos atacó cuando fuimos de vacaciones a Main Beach?

—Tuvo suerte, ese Gyarados estaba distraído.

—También consiguió hacer que su Squirtle evolucionara hasta ser un Blastoise en tiempo record. Sus otros compañeros del colegio no han logrado hacer evolucionar a ningún Pokemon.

—Eso no prueba nada, Skyler.

—Su Psyduck también evolucionó en tiempo record.

Mi madre baja el cuchillo con impaciencia.

— ¿A dónde quieres llegar, Skyler?

—Sólo creo que la subestimas. Sheryl tiene todo lo necesario para convertirse en Líder de Gimnasio. Es mejor que yo entrenando a sus Pokemon.

—No vuelvas a menospreciarte de esa forma.

— ¡No me estoy menospreciando! Lo único que digo es que Sheryl tiene trece años y sus Pokemon van evolucionando uno tras otro. Yo no he podido hacer que Bulbasaur evolucione.

—Cada Pokemon crece a su tiempo, son como nosotros. Algunos maduran antes y otros tardan un poco más. El mejor ejemplo son tu hermana y tú. Ella es una niña todavía, no tiene idea de lo que es ser una Entrenadora Pokemon. Pero tú, en cambio, eres la mejor de todos los Entrenadores de tu edad. No me sorprendería que en unos años la Elite intentara reclutarle.

— ¿Por qué odias tanto a Sheryl, mamá?

—No la odio, Skyler. —Mi madre suelta un suspiro y retoma su tarea de rebanar vegetales—. Es sólo que… Tenemos que ser realistas.

— ¿Realistas?

—Sí. Todos en nuestra familia hemos sido grandes Entrenadores Pokemon, no por nada Crown Corners es uno de los cinco más famosos Gimnasios Pokemon del mundo. Pero, a veces, no todos nacen con la capacidad de seguir nuestros pasos. Tu hermana nunca podrá ser como nosotros, por más que lo intente. Sheryl no tiene lo que hace falta para ser una buena Entrenadora Pokemon, ¡imagina el fiasco que sería como Líder de Gimnasio! Pero tú… Tú eres distinta. Tú, Skyler, llegarás muy lejos. ¡Ya puedo verte codeándote con la Elite!

—Sheryl también podría ser parte de la Elite, como esos Entrenadores pequeños que parecen sacados de una guardería y usan las ropas negras de…

—Basta, Skyler. Quiero que una cosa te quede muy clara: Sheryl y tú son distintas. Tu hermana es una inexperta inútil. Y tú, eres nuestro más grande y único orgullo.

Recuerdo bien todo el coraje que sentí en ese momento, cuando mi madre me dedicó una sonrisa maternal y besó con cariño mi cabeza.

Pocas fueron las veces en las que mi madre menospreciaba a Sheryl de esa manera en mi presencia, pero siempre detesté todos y cada uno de esos momentos. Como ese día, el que estoy… Sheryl… ¿Sheryl estuvo todo el tiempo escuchándonos desde el umbral de la puerta que conducía al jardín?

Sí, es ella.

Una Sheryl de trece años. Vestida con el uniforme del colegio. Con la mirada agachada y aferrando con fuerza el picaporte. Una lágrima solitaria recorre su mejilla y ella echa a correr en dirección al Gimnasio.

Mi madre se gira y le pregunta a mi yo más joven si ha escuchado algo. ¿Cómo pude no darme cuenta en ese momento de que Sheryl estaba ahí, con nosotras?

— ¡¡Sheryl!!

Intento perseguirla, pero todo se desvanece cuando mis pies pisan el césped del jardín.

Estoy rodeada de completa oscuridad, lo único que se escucha a mí alrededor es el sonido de mi propia respiración agitada.

Skyler Crown…

El temor se apodera de cada pequeña parte de mi cuerpo.

Esa voz cavernosa se escucha en mi cabeza.

¿Te gusta el entorno? La oscuridad le va muy bien a los seres humanos despreciables como tú. Es idéntico a lo que hay en tu corazón. Todas esas sombras que arrastras detrás de ti terminarán por destruirte, la culpa te carcomerá por dentro. Si bien no eres como esos otros insectos, tampoco estás exenta de remordimientos.

Mis pies retroceden con torpeza para intentar alejarme de esa voz, pero no deja de escucharse.

Tengo que admitir que tú sólo tienes una parte de la culpa en todo esto. La principal responsable fue tu madre, por haber dado a luz por segunda vez.

Frente a mi aparece una traslucida imagen de mi madre con un bebé en brazos. Sé que es Sheryl, pues yo estoy abajo. Intentando hacer que mi madre voltee a verme.

Quizá ames incondicionalmente a tu hermana, pero es necesario aceptar que a ti también te disgustaba su constante ascenso como Entrenadora Pokemon.

La imagen cambia y aparece la Sheryl de trece años con la mayoría de sus Pokemon ya evolucionados. Aparece también una imagen de mí, la Skyler de dieciséis, con un Bulbasaur reacio a evolucionar.

Estabas celosa de tu hermana y en te preocupaba que tu madre pudiera darse cuenta de que tú no eras tan buena Entrenadora. Si tu madre se hubiera dado cuenta de lo inútil que eras, posiblemente habrías dejado de ser su único orgullo. Y no podías permitir eso, ¿cierto? Por esa razón te volviste tan amiga de Jackie Roosevelt, a quien utilizaste para llegar a ser parte de la Elite.

—Yo jamás utilicé a Jackie.

Maldigo a mi voz que suena trémula cuando quiero que se escuche firme.

No puedes ocultarme nada, Skyler Crown. Puedo ver bien lo que hay en tu corazón. Tú lo sabes y yo lo sé: no habrías entablado amistad con Jackie Roosevelt si ella nunca te hubiera dicho que su padre es el Jefe de la Elite.

De pronto es como si todo a mí alrededor se volviera confuso.

Sé que los Roosevelt fundaron la Elite, pero esa no fue la razón por la que me hice amiga de Jackie. Cuando todo entre nosotras era distinto al rencor y la rivalidad, éramos como… Hermanas. Nuestra amistad jamás estuvo relacionada con aprovecharnos de los beneficios que una podría ofrecerle a la otra. Jackie no buscaba colgarse de la fama de mi familia, así como yo no quería trepar encima de ella para llegar a convertirme en una de los Ocho Líderes. Que todo haya terminado como terminó, no es prueba de que sólo la estuviera usando.

Esa voz…

¡Esa voz está mintiendo!

Fueron tus celos, Skyler. Tus celos te orillaron a llevar a tu hermana menor a una misión de la que no saldrá con vida. ¿Cómo se siente saber que tú cavaste su propia tumba?

Siento el nudo formarse en mi garganta, pero no le demostraré debilidad a esa voz.

Estoy aquí para salvar a Sheryl, nada le pasará mientras yo esté protegiéndola.

No imagino cómo puedes dormir tan tranquila por las noches. ¿No te asusta saber que quizá nunca volverás a ver a tu hermana?

— ¡Si te atreves a tocar a Sheryl, te asesinaré con mis propias manos!

La voz ríe a carcajadas.

Intento buscar una forma de salir de este sitio, pero la oscuridad es total y no puedo ver nada a mí alrededor.

Esa desesperación que sientes es la prueba fehaciente de que la culpa ya te está consumiendo viva. Sabes que lo que hiciste no tiene perdón. Sabes que cuando todo esto termine, tu hermana no sobrevivirá. Si no la asesino yo, la asesinarán los hombres para quienes trabajas.

— ¡Yo ya no soy parte de ellos!

¿Cómo estás tan segura de eso? En lo que a ti respecta, la culpa que sientes podría ser una ilusión fabricada por ellos. ¿No es eso a lo que se dedican? Esa es tu doble vida, Skyler Crown. Para tu hermana y tus amigos, eres una persona con un pasado oscuro que intenta redimirse. Pero para ti y para quienes te conocen realmente, no eres más que un títere sin corazón ni sentimientos. Una boba marioneta que hará todo lo que esté a su alcance para seguir siendo la favorita de la familia.

¿Qué…?

No…

¿Podría ser?

¿Podría ser verdad que la Elite también esté moviendo los hilos en esta situación?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top