Capítulo XVIII

     Creo que nunca antes me había fijado en lo mucho que Skyler me agrada, aunque llegué a desconfiar de ella alguna vez. 

     Caminando por esta zona árida hemos tenido la oportunidad de conocernos un poco mejor.

     Skyler no es tan huraña como Sheryl cuando se trata de estos temas.

     Resulta ser que Skyler se volvió una Entrenadora Pokemon a muy temprana edad. Le gusta el color negro y le fascinan los Pokemon de Tipo Siniestro, aunque nunca haya tenido la oportunidad de atrapar uno. Su favorito de entre todos los Pokemon que lleva encima es Lugia. Su cumpleaños es en marzo y tiene veintiún años de edad.

     ¡Es muy joven!

     Es la hija favorita de su madre y su padre biológico, que lleva ya varios años muerto, quería a Sheryl y Skyler por igual. Actualmente, tiene un padrastro con el que se lleva de maravilla. Se volvió parte de la Elite a muy temprana edad y su sueño dorado siempre fue convertirse en cantante. Me ha contado también que su madre quería heredarle el Gimnasio Pokemon de la familia Crown, pero Skyler se negó. También me ha dicho que quiere a Sheryl con toda el alma, a pesar de que Sheryl la odie. 

     Sheryl dijo alguna vez que estaba celosa de Skyler. Y hoy me enterado de que Skyler está sólo un poco celosa de Sheryl. 

     ¡Vaya problemas los de estas dos!

     Si tengo que ser honesta, también yo estoy celosa de ambas. Ya quisiera yo que mi familia tuviera un Gimnasio Pokemon. 

     — ¿Cómo empezaste tú? —me pregunta Skyler.

     Estoy resignada a contarle mi vida poco interesante.

     —Yo me convertí en Entrenadora Pokemon con ayuda del profesor Bean, un experto en el tema. Mi sueño dorado era pertenecer a la Elite.

     Y ya está, esa es mi historia.

     Me siento estúpida.

     Pensar en el pasado me hace recordar que viví engañada toda mi vida. Fui una tonta por pensar que Julie/Jay Jason era mi mejor amiga.

     — ¿Y hace cuánto conoces a James?

     ¡No puede ser!

     ¿También Skyler molestará con eso?

     —Lo conocí en Phoenix cuando todo esto empezó —le respondo.

     — ¿Y te gusta?

     ¡Basta!

     Skyler ríe cuando ve el sonrojo en mis mejillas.

     —Tengo algo para ti —dice y saca un artefacto de su bolsillo para entregármelo.

     Pero, si es…

     ¡Es mi cámara!

     ¡Y todas nuestras fotografías siguen aquí!

     — ¿Cómo la conseguiste? —le pregunto emocionada.

     —La tengo desde que ustedes estuvieron con Lucario —me responde—. No te la di antes por no haber encontrado el momento.

     — ¡Muchas gracias, Skyler! 

     La envuelvo en un fuerte abrazo y ella sólo vuelve a reír.

     Ahora que tengo de vuelta nuestras fotografías, creo que esta situación no es tan mala después de todo.

     — ¡¿Cómo que escaparon?!

     ¡Cuánta incompetencia, maldición!

     —Lo sentimos, ellos eran muy poderosos.

     Chasqueo los dedos y mi Scyther se encarga de acabar con ese inútil. Se desploma a mis pies sin vida y yo paso por encima de él para encarar al inútil mayor.

     — ¡Itou, quiero una explicación!

     Los mataré a todos si resulta ser que me han hecho venir a Alaska en vano.

     Kaoru Itou balbucea.

     —Al Jefe no le gustará saber que no puedes hacer bien tu trabajo —le digo—. Todo lo que tenías que hacer era mantenerlos aquí mientras yo llegaba. ¿Es tan difícil de comprender?

     —Ellos escaparon, son más listos de lo que piensas.

     Claro…

     Ahora lo entiendo…

     — ¿Los estás encubriendo? 

     Me sostiene la mirada y aprieta con fuerza los labios.

     — ¿A quién proteges, Itou? ¿A Perla Cobby? ¿Es que se ha ganado tu confianza con esa cara inocente?

     —No estoy…

     —O quizá se trata de esa zorra, Skyler Crown. ¿Es por ella? 

     —Jay…

     — ¿Sabes lo que la Elite hace con los traidores como tú?

     Chasqueo los dedos de nuevo y dos de mis hombres lo sujetan por los hombros para llevárselo al helicóptero a rastras. 

     Detesto a las personas como Kaoru Itou.

     Detesto a las personas que piensan que pueden engañarme.

     — ¿Y bien?

     — ¿Qué?

     —Perla y tú.

     — ¿Qué hay de nosotros?

     —Sabes bien de lo que hablo.

     Ahora entiendo porqué a Harrison le atrae tanto Perla.

     Ambos son un par de idiotas.

     —Perla me ha gustado desde que nos conocimos.

     —Lo sé. Te escuché hablando con Fox al respecto.

     —Nos besamos en la torre de Mewtwo.

     —Eso también lo sé.

     — ¿Y qué hay de ti? ¿Sales con alguien?

     — ¿Te parece que soy la clase de chica que cree en las historias de amor?

     — ¡Oh, vamos! Somos amigos, ¿no es así?

     ¿En qué momento cambié tanto? 

     Antes, jamás me habría imaginado que algún día tendría algo como un grupo de amigos.

     Siempre me ha gustado estar sola, después de todo.

     Es culpa de Perla Cobby.

     —Estoy bastante ocupada intentando superar a Skyler, ¿lo olvidas? No tengo tiempo para esas ridículas historias de amor.

     —Yo saldría contigo.

     —Eres un patán.

     Ambos reímos.

     Lo detesto.

     —No entiendo qué fue lo que viste en Perla. Dime, ¿qué tiene ella de especial, además de ser insoportable?

     Harrison intenta responder pero nos detenemos en seco cuando vemos lo que hay al frente.

     Huellas.

     Huellas de un Pokemon.

     —No siguen ningún patrón —dice Harrison.

     De pronto reina la seriedad.

     Y de repente, lo vemos aparecer frente a nuestros ojos.

     Un Zoroark salvaje dispuesto a atacar.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top