Capítulo V
Lo recuerdo bien cada que doy un paso, cada que giro el cuello, cada que intento hablar. Incluso cuando parpadeo. El dolor es un recuerdo persistente. Y aún así, a pesar de que me cuesta moverme, no me arrepiento de nada.
Sucedió hace dos días, cuando aquella mujer llegó a Phoenix en busca de su hija.
Luego de sedarla con potentes tranquilizantes, fue trasladada a La Sede, donde yo tuve que encargarme de su entera vigilancia. La sujetaron a la cama con correas y yo tenía que inyectarle cada vez más dosis para mantenerla quieta. Pero no lo hice y tuve la suerte de no estar ahí cuando despertó.
Pero ella sí estuvo ahí.
Recuerdo bien los gritos de Jackie Roosevelt y los chillidos de esa pobre chica…
— ¿Qué está pasando? —recuerdo haber dicho cuando entré velozmente a la habitación.
La mujer estaba de nuevo sedada pero Jackie tenía a la chica sujeta por los cabellos y le vociferaba violentamente:
— ¡Pídeme perdón! ¡Suplícalo, anda!
— ¡Perdón! ¡Perdón…! —decía ella.
Jackie le dio un tirón a esos cabellos púrpura para que la chica se golpeara la cabeza con el borde de la cama. La chica cayó inconsciente y la sangre comenzó a encharcarse.
— ¡Eres una…!
Pero me hizo callar con un puñetazo que me hizo caer en la inconsciencia.
Cuando desperté, estaba encerrada en las Celdas de Detención. Esos sitios donde el Jefe envía a los renegados para castigarlos. No podía moverme y sentía la sangre aún salir por mi boca. El quejido que solté sirvió para llamar la atención de la chica que estaba encerrada conmigo.
—Mira cómo te han dejado —me dijo y me puso una mano sobre los hombros para ayudar a que me incorporara—. Son unos brutos.
—Lamento no haber sedado a esa mujer —le dije pero el dolor me impedía hablar con soltura.
—Yo habría hecho lo mismo —me sonrió y pude ver el terrible golpe que había en su boca. El corte iba de izquierda a derecha, seguramente le dejó una buena cicatriz.
—Soy Skyler —le dije y estrechamos las manos—. Skyler Crown.
—Yo soy Harumi —me respondió—. Harumi Itou. Y sé quién eres. Eres la encargada del proyecto S001.
—Supongo que si estoy aquí, me han relevado del cargo —le digo con una sonrisa nerviosa.
—Escuché lo que decían de ese proyecto en los dormitorios de los Iniciados —me comentó, fue entonces que supe que era una Iniciada.
Los Iniciados son los nuevos reclutas de la Elite. Pasan aislados del resto en un dormitorio privado y son seleccionados solo los mejores. El resto…
—Se dice que Jay entregó a una de las nuevas elegidas —me dijo.
—Mi hermana es otra de ellas —le confesé con cierto temblor en mi voz—. Intenté evitarlo, pero…
—Morirán, ¿cierto? —me preguntó—. Igual que los otros elegidos.
—Yo haré que eso no ocurra —le aseguré.
Lo último que supe de Harumi Itou fue que su nombre apareció entre los Expulsados y la trasladaron al Basurero, el sitio donde el Jefe se deshace de los inútiles. En éste momento, debe estar ya descansando en paz.
Pero yo no.
Aunque me han quitado el cargo de Encargada de la Operación Proyecto S001, me convertí en Contacto. Trasladar a los elegidos al hotel es mi nuevo trabajo. Y después de lo que me han hecho en ese infierno, estoy dispuesta a destruir la misión. Tengo que advertirle a Perla y sus amigos, a mi hermana, lo que está pasando realmente… Tan sólo espero que no sea demasiado tarde.
Sólo así lograré salvar a Sheryl de su destino.
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