Capítulo 34

Siguiendo la luz que había al final del pasillo, caminé con pasos decididos hacia donde sabía que Candela me estaría esperando. En cuanto puse un pie sobre la arena de batalla, lo primero que sentí fue como la temperatura era muy superior.

Miré a mi alrededor con sorpresa, admirando el peculiar campo de batalla en el que me encontraba. La arena era un campo de batalla rectangular rodeado por un anillo de fuego que solo tenía dos aberturas en cada extremo, que supuse que eran para que la líder y el retador pudieran acceder.

-!Vamos, no te quedes ahí pasmado!- exclamó una figura desde el otro lado del campo. Se trataba de Candela, que ya estaba en su posición y me miraba con una sonrisa desafiante.

"Bien, vamos allá." me dije a mí mismo mientras avanzaba y pasaba entre las llamas hasta colocarme en mi lado del campo.

El calor resultaba un poco agobiante. Ni siquiera había empezado el combate y ya me encontraba sudando. Miré hacia las gradas para ver si encontraba a Aura, y la vi sentada en una de las primeras filas. Cuando notó mi mirada, levantó el puño hacia mí y sonrió con confianza. Le devolví la sonrisa antes de centrarme en la batalla.

-Será un combate de tres contra tres. Solo el retador puede sustituir. Gana el primero que deje fuera de combate a todos los Pokémon de su contrincante.- anunció la árbitro del torneo, una chica joven.

Tanto Candela como yo asentimos cuando terminó de hablar, mostrando nuestra aceptación a los términos del encuentro. Entonces, cuando la mujer levantó la bandera, tomé con firmeza una de las Pokeball de mi cinturón.

La líder y yo lanzamos la Pokeball al mismo tiempo cuando la bandera descendió. Cuando el brillo desapareció, dos Pokémon de aspecto humanoide se miraban la una a la otra.

-¡Gar!/¡Brai!- dijeron las dos al mismo tiempo, tomando pose de combate.

Yo había elegido a Bianca, una opción fuerte y segura. Y para mí sorpresa, Candela había lanzado una Braixen, la fase intermedia del inicial de fuego de Kalos.

Debido al tipo fuego de Braixen, los ataques de tipo hada serían poco efectivos. Eso me dejaba solamente con los ataques psíquicos para enfrentar este combate. Afortunadamente, los ataques ígneos también son neutros contra Bianca, por lo que debería tener cierta ventaja por la diferencia de estadísticas.

-Podemos hacerlo, amiga. ¡Usa Psíquico para azotarla contra el suelo!- ordené rápidamente tras darle ánimos a mi compañera.

Bianca asintió y un aura azul la rodeó cuando liberó sus poderes. Dicha aura también cubrió a su rival y la alzó en el aire, para después ser azotada contra el suelo sin darle tiempo a reaccionar.

-No te lo vamos a dejar tan fácil. Braixen, usa Pantalla luz.- indicó la pelirroja.

El inicial de fuego se levantó del suelo y creó una pantalla semitransparente frente a ella. Eso me complicaría bastante las cosas, ya que Bianca solo tenía ataques especiales.

-Usa Hoja mágica para despistarla.- ordené mientras trataba de pensar en algún truco que me permitiera ganar esta batalla.

Bianca invocó decenas de hojas cubiertas de un brillo multicolor, para después lanzarlas hacia Braixen desde todas direcciones. Como esperaba, las hojas perdían gran parte de su fuerza al pasar por la pantalla de luz, pero al menos mantenían al Pokémon rival ocupado y causaban un poco de daño.

-Cúbrete con Giro fuego.- indicó Candela.

Para mi sorpresa, Braixen movió su varita y se vio envuelta en un remolino de llamas que la protegía de las hojas. Esa era una manera original de usar su ataque.

-Ahora Psicorrayo.- ordenó la pelirroja.

-Bianca, haz lo que hemos ensayado.- dije con una sonrisa. Era hora de que la nueva estrategia de mi amiga hiciera su debut.

Braixen reunió energía psíquica en su varita y lanzó un rato multicolor hacia mi Pokémon. Sin embargo, Bianca ya estaba preparada, por lo que cuando vio el ataque aproximarse saltó grácilmente hacia un lado.

-¿Qué forma de esquivar es esa? Braixen, sigue con Giro fuego.- Candela parecía algo extrañada por los movimientos de mi Gardevoir, pero no se dejó intimidar.

Su Pokémon comenzó a lanzar numerosos anillos de fuego hacia Bianca, pero esta los esquivaba saltando y girando de un lado a otro como si de una bailarina de ballet se tratara.

-¿Te estás burlando de mí?- preguntó la líder frunciendo el ceño.

-Para nada. Es solo que descubrí que a Bianca se le da muy bien esquivar ataques de esta manera. Tiene su propio estilo.- respondí encogiéndome de hombros. Mi respuesta hizo que Candela alzara una ceja, pero no dijo nada más al respecto.

-Pasemos al ataque. Usa Psíquico.- le indiqué a Bianca cuando Braixen dejó de lanzar ataques debido al agotamiento.

-¡Ahora, usa Giro fuego!- exclamó Candela. Me sorprendió su orden, debería saber que Bianca es más rápida.

Mi amiga lanzó el poderoso ataque psíquico contra el tipo fuego, y para mi sorpresa no consiguió levantarla del suelo. Braixen apretó los dientes e hizo una mueca, pero se mantuvo firme. Entonces, lanzó un veloz anillo de fuego que rodeó a Bianca y la dejó atrapada.

-Maldición, ya lo entiendo.- dije chasqueando la lengua con molestia.

Esperaba que la pantalla de luz disminuyera el daño que Psíquico podía causar, pero había hecho mucho más. Gracias a la barrera, Braixen podía resistir la influencia que el ataque ejercía sobre ella.

-Ahora que está atrapada, ¡acaba con Sofoco!- la orden de Candela me hizo abrir los ojos con sorpresa. Recibir ese ataque de lleno podría ser demasiado para mi amiga.

-¡Bianca, usa Paz mental para fortalecerte y luego Psíquico!- respondí al instante. Dado que Giro fuego la mantenía atrapada, bloquear el ataque era nuestra única opción.

Gracias a su velocidad superior, Bianca empezó a usar Paz mental antes de que Braixen empezara a reunir energía para su ataque. Cuando las dos reunieron fuerzas, la Pokémon zorro lanzó un poderoso torrente de llamas concentradas que brillaban con fuerza. Al mismo tiempo, el cuerpo de Bianca se rodeó de una intensa aura azul y lanzó una ráfaga de energía psíquica contra el ataque que venía hacia ella.

Los dos poderosos ataques se encontraron a mitad de camino, lo que provocó un choque de energía que sacudió todo el lugar. Las llamas parecían haber dado con una pared invisible y se dispersaban en todas direcciones. El intenso brillo blanquecino me cegó por unos instantes, por lo que tuve que cubrirme los ojos con una mano.

La colisión se prolongó por algunos segundos más, hasta que el fuego se extinguió y pudimos observar el resultado de la batalla. Ambos Pokémon estaban de rodillas en el suelo, claramente agotados. Y aunque Braixen parecía más cansada, Bianca tenía varias quemaduras en su cuerpo.

-Es increíble que hayas podido detener nuestro ataque más fuerte.- dijo Candela con expresión sorprendida y algo nerviosa.

-Y es increíble que haya necesitado usar Paz mental para poder detenerlo a pesar de la ventaja en fuerza de mi Pokémon.- respondí asintiendo hacia ella. Los dos sabíamos que el otro era un rival muy fuerte y habilidoso, y que nuestros Pokémon estaban bien entrenados.

Mientras hablábamos, nuestras compañeras habían logrado ponerse en pie, aunque a duras penas. Las dos parecían a punto de desfallecer en cualquier momento. Sabía que solo tendría una oportunidad más antes de que Bianca cayera debilitada. Y Candela estaba en las mismas circunstancias. Por ello, nos mirábamos el uno al otro, barajando nuestras posibilidades.

-¡Braixen, usa Sofoco!- Candela dio la orden que yo esperaba. Al saber que su Pokémon estaba al límite, lo apostaría todo en su ataque más fuerte.

-¡Bianca, esquívalo y usa Psíquico!- reaccioné rápidamente. Había estado esperando a que Candela se precipitase.

Braixen volvió a lanzar el poderoso torrente de llamas hacia mi amiga, aunque esta vez se notaba que era más débil debido al efecto de reducción del ataque especial que conllevaba usarlo. Como mi Pokémon ya estaba preparada, pudo saltar hábilmente a un lado y esquivarlo sin problemas. Entonces, lanzó una poderosa descarga psíquica que golpeó a su rival de lleno, lanzándola al suelo.

-Braixen no puede continuar.- anunció la árbitra levantando la bandera.

Antes de poder siquiera felicitar a mi amiga por su gran combate, noté que la quemadura le causaba daño y caía de rodillas al suelo. Antes de que llegara a debilitarse totalmente, la regresé a su Pokeball.

-Buen trabajo, descansa.- le dije con cariño mientras guardaba su cápsula y sacaba otra nueva.

-Esto no ha hecho más que empezar, Eric. Mi espíritu sigue ardiendo.- dijo la líder con una sonrisa desafiante mientras sacaba otra Pokéball.

Ambos nos miramos el uno al otro por unos segundos, para después lanzar nuestras respectivas Pokeball al mismo tiempo. Cuando el destello de luz se disipó, en el campo de batalla había una figura en tierra y otra en el aire.

-Eso es... ¿un Fletchinder?- pregunté sorprendido al ver el ave voladora de Kalos.

-Así es. Y veo que tienes agallas para usar un Pokémon de fuego contra mí.- respondió Candela mientras observaba mi elección, que no era otra que Blaze.

-Hay que combatir el fuego con fuego.- dije con una sonrisa desafiante que ella me devolvió.

-Me gusta tu actitud. Veremos quién acaba quemándose.- con esas palabras, los dos miramos a la árbitra y esta movió la bandera para dar inicio al segundo combate.

-Vamos allá. Usa Nitrocarga.- indicó Candela levantando el puño hacia nosotros.

Al principio, su orden me pareció extraña. Ella debía saber que ese ataque apenas le haría daño a otro Pokémon de tipo fuego. Pero rápidamente entendí que no pretendía causar daño, sino aumentar la velocidad de su Pokémon con el efecto secundario del ataque.

-Blaze, esquívalo.- ordené de inmediato mientras su rival preparaba su ataque.

Para cuando Fletchinder había terminado de envolver su cuerpo en llamas y lanzarse hacia mi compañero, este ya estaba listo para esquivarlo. Aunque la velocidad del Pokémon volador era sorprendentemente alta, Blaze pudo esquivarlo.

-¡Cuidado, usa Retribución!- exclamé al notar que el tipo volador giraba de vuelta y volvía a embestir a mi inicial de inmediato.

Dado que todavía estaba en el aire al haber saltado a un lado para evadir, no tenía la posibilidad de esquivar de nuevo. Por tanto, mi única opción era contraatacar y causar el máximo daño posible.

El puño de Blaze se llenó de energía y lanzó un poderoso golpe contra su rival. Los ataques colisionaron y la fuerza del impacto generó una onda de fuerza que me hizo tambalear. El choque apenas duró unos segundos antes de que ambos Pokémon cayeran de espaldas al suelo.

-Blaze, ¿estás bien?- pregunté a mi compañero. Sabía que ese ataque no lo habría dañado mucho, pero me preocupaba.

Mi amigo se levantó con energía y asintió, estaba en forma para luchar. Fletchinder también se levantó, aunque era evidente a simple vista que había recibido más daño de ese choque. Además, noté que un tenue brillo lo cubrió por un par de segundos antes de desaparecer. Si no me equivocaba, eso significaba que Nitrocarga había aumentado su velocidad.

-Esto se va a poner difícil, pero cuento contigo. Usa Furia dragón.- le indiqué a mi Pokémon.

Este asintió con una sonrisa confiada antes de volverse hacia su rival y lanzar un torrente de llamas púrpuras hacia él.

-Ataque rápido.- fue todo cuanto dijo Candela con una sonrisa que no me transmitía buenas vibraciones.

El Pokémon volador se cubrió de un brillo blanco y, en cuestión de un segundo, salió disparado hacia Blaze, esquivando el ataque dragón y golpeándolo en el cuerpo. La fuerza del impacto mandó a mi compañero de espaldas al suelo nuevamente.

-¿Pero qué...?- murmuré sorprendido. Se había movido tan rápido que casi no pude seguirlo con la vista, y mucho menos darle la orden de esquivar a mi Pokémon. Por suerte, ese ataque no era muy poderoso y mi inicial se levantó nuevamente emitiendo un gruñido molesto hacia el volador.

Me quedé por unos segundos pensando qué estrategia debería seguir. Mi idea principal al usar a Blaze no era solo su resistencia natural a los ataques de fuego, sino que podía usar Tumba rocas para dañar mucho a los Pokémon de Candela. Sin embargo, ese ataque no podría acertar contra un Pokémon tan veloz como Fletchinder. Tendría que crear una abertura para lanzar el golpe final.

-Si te vas a quedar en las nubes, atacaré yo. Usa Ataque rápido.- indicó la líder nuevamente.

-Golpea con Retribución cuando se acerque.- ordené frunciendo el ceño.

Sabía que Blaze no era tan ágil como para esquivar varios ataques seguidos a esa velocidad tan alta, por lo que era una mejor opción intentar golpearlo cuando se acercara, ya que nuestro ataque era más fuerte que el suyo.

Como yo esperaba, Fletchinder voló como un misil hacia mi amigo, pero esta vez estábamos preparados. Blaze intentó golpearlo cuando se acercó, pero no lo consiguió y el ataque del volador lo golpeó en un costado. Aunque hizo una mueca de dolor, mi Pokémon no se movió y se mantuvo firme.

Para la siguiente embestida, el ataque de Blaze casi golpea al volador, obligándolo a esquivar y retirarse sin acertar su ataque. Por tercera vez, el Pokémon de Candela se lanzó contra mi amigo, pero esta vez se movía haciendo fintas para ser más difícil de predecir. Sin embargo, cuando apareció a un costado de mi compañero, este lo vio venir y lanzó su ataque contra él.

Ambos chocaron y fueron repelidos hacia atrás, pero Fletchinder fue el único que rodó por el suelo debido a la diferencia de poder. Mi compañero consiguió mantenerse en pie a pesar del daño recibido.

-Parece que tu estrategia de usar la velocidad ya no te servirá.- le dije a Candela con confianza, aunque realmente me sentía aliviado de haber podido contrarrestar ese plan tan molesto.

-¿Eso crees? Aún no has visto nada. Usa Respiro.- indicó la líder. Parecía igual de emocionada que al principio, y no preocupada como yo esperaba.

-No lo dejes. Usa Furia dragón.- ordené rápidamente. Tenía que impedir que se curara o este combate sería muy difícil de ganar, y Tumba rocas es demasiado lento para eso.

Aunque Fletchinder se posó en el suelo para intentar recuperarse, nuestro ataque fue demasiado rápido y Candela tuvo que darle la orden de esquivar antes de que surtiera efecto la curación.

-Si intenta curarse, atácalo de la misma forma.- le indiqué a mi Charmeleon para que estuviera preparado. Él se giró a mirarme y asintió.

-Eres un rival muy molesto.- comentó la líder chasqueando la lengua frustrada.. Sonreí, tomándolo como un cumplido.

-Sin embargo, eso no te ayudará a ganar este combate. Usa Golpe aéreo.- indicó Candela con una sonrisa confiada.

Mis ojos se abrieron por la sorpresa. Ese ataque se caracterizaba por ser rápido e imposible de evadir. No me cabía duda de que era su as bajo la manga. E iba a ser un gran problema para mí.

Fletchinder se cubrió de un ligero brillo y empezó a volar a una velocidad vertiginosa. No solo era rápido, sus movimientos también eran impredecibles. Hacía giros bruscos y había momentos en los que desaparecía de la vista.

-Blaze, mantente alerta y usa Retribución cuando se acerque.- indiqué esperando que la estrategia que usamos anteriormente surtiera efecto.

Durante unos segundos, en el campo de batalla solo se escuchaban los veloces aleteos del volador surcando la arena. Como un destello, Fletchinder apareció desde un costado de Blaze y lo golpeó, desapareciendo antes de poder tomar represalias. Mi compañero se encogió haciendo una mueca de dolor, pero se repuso y miró hacia arriba con molestia, buscando a su objetivo.

Este proceso se repitió algunas veces más. Fletchinder siempre aparecía cerca de Blaze y lo atacaba antes de que pudiera reaccionar. E incluso si reaccionaba, podía evadir el contraataque con fintas a gran velocidad y golpearlo igualmente. Mi compañero se estaba quedando sin fuerzas poco a poco, tenía que hacer algo.

-Si no podemos alcanzarlo con nuestros ataques... haremos que cubran todo el campo de batalla. ¡Blaze, usa Danza de meteoros!- exclamé mirando a mi amigo con decisión.

Blaze me miró con sorpresa al escuchar mi orden, pero no tardó en sonreír y asentir.

Ese era un movimiento especial que habíamos estado desarrollando para tener un arma secreta en caso de que las cosas se pusieran difíciles, y parece que ese momento había llegado.

Mi compañero reunió una gran cantidad de llamas moradas en su boca y empezó a expulsarlas mientras giraba sobre sí mismo a gran velocidad, como si de una peonza se tratase. Al principio, las llamas se dispersaban aleatoriamente por todo el campo de batalla, pero pronto formaron un remolino perfecto que cubría toda la arena.

Candela había ordenado a su Pokémon esquivar los ataques, pero incluso con su maniobrabilidad aérea estaba teniendo dificultades para predecir las corrientes de fuego que se aproximaban a él desde diferentes direcciones.

-¡Aún no hemos acabado!- exclamé con una sonrisa astuta. La líder me miró sorprendida.

En ese momento, Blaze empezó a brillar y varias rocas empezaron a elevarse a su alrededor. Las piedras fueron arrastradas por el remolino y empezaron a girar en círculos por todo el escenario a gran velocidad. El fuego las cubrió, convirtiéndolas en pequeños cometas.

-¿Qué diantres...? ¡Usa Golpe aéreo para contraatacar!- aunque sorprendida, Candela no se dejó intimidar y buscó acabar con el combate. Debía admitir que su espíritu superó mis expectativas.

Fletchinder obedeció y empezó a volar a gran velocidad hacia Blaze. Aunque Golpe aéreo fuera un gran movimiento y el ave fuese rápida, le resultaba difícil acercarse al centro del remolino, donde Blaze giraba. Había muchas rocas que se movían de forma aleatoria y no le permitían centrarse en atacar.

Aún así, no dejó de intentar acercarse. Con un vuelo zigzagueante, surcó el aire hasta llegar muy cerca de Blaze. Sin embargo, en ese momento fue golpeado por una roca en su espalda. Eso le hizo gran daño y perdió el equilibrio, haciendo que comenzara a caer hacia el suelo. Desprovisto de su agilidad, más rocas y fuego morado comenzaron a golpearlo, arrojándolo con fuerza al suelo.

Mi compañero detuvo entonces el ataque. Estaba jadeando y parecía agotado, lo cual era de esperar después de este despliegue de habilidades. Me mordí el labio con preocupación, esperaba no haberle exigido demasiado.

-Fletchinder está fuera de combate. Charmeleon es el ganador de este encuentro.- anunció la árbitra alzando la bandera.

Aquellas palabras fueron música para mis oídos. Blaze necesitaba un descanso urgente, por lo que no dudé en devolverlo a su Pokeball rápidamente. Le susurré un agradecimiento antes de volver a centrar mi atención en el combate.

Me sorprendí al ver que Candela me miraba con admiración.

-¡Ese ataque ha sido genial! ¿Cómo lo has hecho?- preguntó la líder mirándome con ojos brillantes.

-Yo... con mucho entrenamiento.- respondí frotándome la nuca con nerviosismo.

-Por favor, continúen el combate.- nos pidió la árbitra mirándonos de forma acusadora.

Ambos asentimos de forma nerviosa y tomamos el que sería el último Pokémon que nos quedaba por mostrar en este combate. Las Pokeballs surcaron el aire y explotaron en un brillo blanco que reveló las formas de nuestros Pokémon.

-¡Nain!- exclamó el Ninetales de Candela de forma intimidante, pero mi amigo no se dejó amedrentar.

-Vamos a acabar con esto, Gael.- le dije a mi compañero alzando el puño.

Mi Pokémon era diferente ahora. Su cuerpo había crecido y se había vuelto más corpulento. Además, su flotador amarillo era más grande. Había evolucionado en un poderoso Floatzel, y era mi arma más fuerte contra Candela.

En ese momento, el cuerpo de Ninetales empezó a brillar y el Pokémon lanzó un aullido al aire. Un pilar de luz lo cubrió por completo y se elevó hacia el cielo, haciendo que la temperatura del lugar aumentara y una luz solar artificial cubriera el campo de batalla.

-Vaya, incluso tiene la habilidad Sequía.- comenté algo sorprendido. Afortunadamente, entraba dentro de mis planes.

-Así es. Y eso nos viene de perlas para acabar rápidamente este combate. Ninetales, usa Rayo solar.- con una sonrisa confiada, Candela ordenó el poderoso ataque.

Aquella era una estrategia que yo conocía de sobra por mi vida anterior. Llevar un Ninetales con la habilidad Sequía y los movimientos Llamarada, Rayo solar, Maquinación y un cuarto ataque que puede variar dependiendo de las necesidades del equipo. Era una estrategia muy fuerte y que permitía al Pokémon de fuego cubrir todas sus debilidades gracias al ataque de tipo planta.

El Pokémon zorro de nueve colas abrió el hocico y cargó en cuestión de segundos una brillante esfera blanca. Entonces, un poderoso rayo de luz blanca salió disparado en dirección a mi compañero.

-Gael, esquivalo.- ordené tranquilamente. Mi Pokémon obedeció y saltó a un lado, evadiendo el ataque. Ahora que había evolucionado, era incluso más rápido que antes.

–Lamentablemente para ti, tu estrategia tiene un punto débil.- le dije a la líder mirándola con seguridad. Ella pareció sorprenderse.

-¿De qué estás hablando?- preguntó frunciendo el ceño.

-Me refiero a que Ninetales solo puede poner el clima cuando entra al campo de batalla. Por tanto, si le quitamos su clima, pierde toda su ventaja.- respondí con una sonrisa maliciosa. La cara que puso Candela me hizo saber que ya sabía lo que venía a continuación.

-Gael, usa Danza lluvia.- ordené de manera triunfante.

-¡Tienes que detenerlo! Usa Lanzallamas.- exclamó la líder apresuradamente.

Por desgracia para ella, mi Pokémon era más rápido y no tardó en rodear su cuerpo de un aura celeste y empezar a hacer algunos movimientos de danza algo extraños. Justo antes de que el ataque ígneo lo golpeara, un rayo gris salió de su cuerpo hacia el cielo.

Mientras mi Pokémon se levantaba del suelo algo dolorido por el golpe, el techo del gimnasio se cubrió de nubes negras de las cuales empezó a caer lluvia. Mientras que Gael parecía disfrutarlo y saltaba contento, Ninetales lucía bastante incómodo.

-Tsk, esa ha sido una buena jugada, pero no nos rendiremos.- gruñó la líder chasqueando la lengua con molestia.

-No esperaba menos de ti. Gael, usa Acua jet.- aunque mi amigo todavía no había aprendido otro ataque de agua más fuerte, este se veía fortalecido por la lluvia y tenía la ventaja de ser muy rápido.

Antes de que Candela pudiera siquiera dar una orden, mi Floatzel se cubrió de agua y salió disparado como una bala hacia su oponente, sorprendiéndome incluso a mí. Debido a la lluvia, el ataque tenía un mayor tamaño y potencia, pero ese increíble aumento de velocidad se debía a la habilidad de mi Pokémon: Nado rápido. Gracias a ella, su velocidad se duplicaba bajo la lluvia.

Ninetales apenas tuvo tiempo de asimilar lo que se le venía encima antes de recibir el poderoso ataque. Soltó un aullido de dolor y fue lanzado por los aires hasta caer contra el suelo duramente. No me hacía falta acercarme a comprobarlo para saber que había recibido mucho daño y no aguantaría otro ataque como ese.

-¡Ninetales, no te rindas! Usa Psicocarga.- indicó la pelirroja con expresión preocupada.

El Pokémon zorro se levantó con dificultad y sus ojos brillaron de azul. Varias esferas pequeñas de colores rosados y azules se formaron a su alrededor y fueron lanzadas hacia Gael a gran velocidad.

-Esquívalo y usa Acua jet.- ordené confiado. No subestimaba a Candela, pero sabía que este combate lo tenía bajo mi control.

Mi compañero comenzó a correr por la arena con agilidad, evitando los ataques de su oponente. Algunas de las esferas explotaban cerca de él y lo desestabilizaban un poco, pero no lograban causar un daño importante. Finalmente, cuando Ninetales se cansó y detuvo su ataque, Gael volvió a realizar su Acua jet.

-¡Corre para esquivarlo mientras usas Giro fuego!- la extraña orden de Candela me pareció curiosa.

Ninetales logró evitar por escasos centímetros el primer golpe de Gael, pero este ya estaba preparándose para cargar de nuevo. El Pokémon zorro lanzó unos remolinos de fuego que empezaron a girar alrededor de su cuerpo, y entonces empezó a correr mientras seguía creando remolinos que cubrían la arena.

-Ya veo. Debe ser difícil para un Pokémon acercarse a Ninetales para atacar mientras hay tantas llamas a su alrededor. Por desgracia, esa estrategia no funcionará contra nosotros.- dije entendiendo la táctica defensiva de la líder, pero sabiendo que no detendría a Gael.

-Amigo, usa Acua jet.- ordené de nuevo sin dudar.

Gael tampoco vaciló en cargar de nuevo contra su oponente, surcando el aire a toda velocidad hacia su objetivo.

-¡Ahora, Psicocarga!- exclamó Candela alzando un puño.

El Pokémon zorro, sin detener su carrera, creó varias esferas psíquicas a su alrededor. Cuando mi Pokémon se acercó a él, las esferas comenzaron a impactar contra él causando pequeñas explosiones rosadas. Además, las llamas del Giro fuego chocaban contra la superficie acuática de su ataque, aunque no parecían afectarle.

Con un poderoso rugido, Gael atravesó todos los ataques de su oponente y un imponente Acua jet golpeó de lleno al zorro de nueve colas, que no pudo hacer nada contra la velocidad y fuerza de este ataque. El Pokémon de fuego surcó el aire hasta caer a los pies de su entrenadora, donde no se levantó de nuevo.

-Ninetales no puede continuar. Como la líder Candela se ha quedado sin Pokémon, Eric es el ganador de este encuentro.- anunció la árbitra levantando la bandera a mi favor.

-¡Sí, lo hicimos!- exclamé alzando un puño al aire.

No dudé en correr al campo de batalla, donde ya había dejado de llover, y abrazar con fuerza a Gael. Mi Pokémon gruñó complacido cuando comencé a acariciar su cabeza y felicitarlo, se le veía muy orgulloso de su victoria.

-Has sido un duro rival, Eric. No solo ideaste una estrategia sobre la marcha para enfrentar a cada uno de mis Pokémon, sino que anulaste completamente a mi Pokémon más fuerte. Te mereces esta medalla.- la pelirroja se acercó a mí con una sonrisa amistosa y extendió su mano en mi dirección. Sobre ella descansaba una medalla con forma de llama.

-Gracias, Candela. Tú también has sido una dura rival.- respondí tomando la medalla y mirándola con emoción. Esta insignia simbolizaba que ya había llegado a la mitad del camino, solo me quedaban otras cuatro.

-¡Eric!- escuché detrás de mí.

Apenas tuve tiempo de darme la vuelta para ver a la dueña de esa voz cuando unos brazos rodearon mi cuello y me estrecharon con fuerza. Con una risilla nerviosa y algo avergonzada, le devolví el abrazo a mi amiga.

-Ha sido un combate genial. Me alegro de tu victoria.- añadió Aura cuando nos separamos. Su amplia sonrisa llena de felicidad me hizo sentir muy dichoso por tener a alguien como ella a mi lado.

-Gracias, Aura. Estoy seguro de que también lo lograrás.- respondí mostrándole una sonrisa confiada. Ella asintió y me devolvió el gesto, parecía muy motivada.

-Me alegro de que tengáis tanto espíritu, pero yo debo descansar un poco. Tu combate empezará dentro de media hora.- nos informó Candela mientras miraba a mi amiga. Ella hizo un mohín de disgusto, pero asintió.

-Vamos, voy a darte algunos consejos para tu combate.- le dije a Aura cuando la líder empezó a alejarse.

-¿De verdad? ¡Genial!- contestó muy emocionada. Los dos salimos del lugar con rumbo a las gradas, donde podríamos hablar tranquilamente sin la agobiante temperatura que hacía en la arena de batalla.

Justo antes de salir, me giré un segundo para mirar cómo Candela desaparecía por otra puerta. Sabía que los líderes no usaban a su equipo más fuerte contra los aspirantes, lo que me hacía desear que, en un futuro, se me presentara la oportunidad de enfrentarme a ellos en su máximo potencial.

Con una sonrisa, seguí a Aura hacia las gradas. Estaba seguro de que esa oportunidad se presentaría tarde o temprano.

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