Capítulo 25
Mis pasos me llevaron por varias zonas de la granja mientras sentía el aire fresco de la mañana contra mi rostro, hasta que finalmente me detuve frente a un pequeño estanque. Allí estaba el Pokémon que estaba buscando.
Volt dejó de beber y alzó su cabeza al notar que alguien se acercaba. Sus ojos amarillos no tardaron en encontrarme, e incluso me pareció que rodaba los ojos con hastío al verme. Eso me produjo un tic de molestia, pero sonreí forzadamente.
-Hola Volt, ¿cómo te va?- dije parándome a su lado, sin acercarme demasiado. No quería ponerlo incómodo y a la defensiva.
El pequeño tigre se limitó a mirarme, para después darse la vuelta y empezar a alejarse. Suspiré ante su actitud, pues aquello me obligaba a usar mi arma secreta. Se trataba de las golosinas que Lena me había dado.
-Mira lo que tengo.- dije agitando la bolsa. Eso hizo que los pasos de Pokémon se detuvieran. Tomé algunas golosinas con mi mano y la mirada de Volt no tardó en dirigirse hacia ahí.
El ruido de un estómago hambriento me indicó que el Pokémon debía llevar un tiempo sin comer, lo que hacía que aquella tentación fuera incluso mayor. Por unos segundos ninguno se movió. Él miraba mi mano y yo lo miraba a él.
Al final, Volt empezó a acercarse lentamente, mirándome con desconfianza. Sus pasos se detuvieron cuando estaba casi al alcance de mi mano, pero parecía dudar sobre acercarse más o no. Para tentarle, agité un poco mi mano y las golosinas se movieron.
Un gruñido salió de su garganta. Sabía que lo estaba tentando a propósito, pero tenía tanta hambre que se acercó y tomó una golosina de mi mano rápidamente, para después alejarse de un salto y mordisquearla.
Como sabía que aún tendría hambre, continué enseñándole la comida. Volt volvió a acercarse, y esta vez cogió una golosina y no se alejó. Sus ojos me vigilaban para que no hiciera nada raro, pero yo solo estaba quieto mirándolo comer.
Cuando el pequeño tigre terminó de comer se alejó un paso de mí y me miró con curiosidad. Quizá estaba extrañado porque esperaba que fuera algún tipo de trampa, pero no era esa mi intención. Solo quería demostrarle que estaba seguro a mi lado.
-¿Sigues teniendo hambre? Tengo bayas y algo de comida Pokémon.- sugerí señalando la mochila que llevaba a mi espalda.
Volt me miró con interés, parecía ansioso de ver que tipo de comida guardaba ahí. Sonreí levemente y saqué un bote de comida de mi mochila y una baya de cada tipo. El Pokémon empezó a oler las bayas con curiosidad, hasta que finalmente tomó una Safre y se la comió rápidamente.
-Curioso, tienes el mismo gusto que Blaze.- comenté mientras lo veía comer. Eso hizo que me mirara con curiosidad.
-Blaze es mi Pokémon inicial, un Charmeleon. Podría presentarte a mis Pokémon si quisieras, aunque ya conociste a Bianca.- le propuse a Volt, aunque no tenía esperanzas de que aceptara.
Y efectivamente, él pareció acordarse de Bianca, ya que su cuerpo se puso algo tenso. No me extrañaba. Ella lo había intimidado la primera vez que se vieron. Probablemente no sería la mejor opción para que se relacionara con él.
-Sé que no te gustan los otros Pokémon, pero mis compañeros son geniales y no te harán ningún daño.- lo animé con una sonrisa. Aún así, no parecía tener ninguna intención de conocer a mis Pokémon.
-Eric tiene razón, sus Pokémon son muy amables.- escuché una voz detrás de mí.
Tanto Volt como yo observamos en esa dirección con sorpresa. Allí estaba de pie una entrenadora castaña, de ojos azules y radiante sonrisa. Aura me observaba con dulzura, lo que me puso algo nervioso y me indicó que había estado pendiente de mi interacción con Volt.
-¡Aura! Me alegro de verte.- dije poniéndome en pie y acercándome a mi amiga.
No pude terminar de acercarme porque ella acudió a mi encuentro, envolviéndome en un abrazo. Algo sorprendido, se lo devolví con timidez. Al cabo de unos segundos, ella se separó y miró a un lado.
-Sabía que estabas aquí porque he hablado con los dueños hace poco. Son encantadores.- dijo la chica con una sonrisa.
-Así es. Me han acogido aquí mientras trato con él.- dije mirando al Shinx, que observaba a Aura con desconfianza.
-Ya veo. Tú debes ser el pequeño Volt. Me alegro de conocerte.- la sonrisa de mi amiga podría ser capaz de derretir un témpano de hielo, pero no parecía funcionar en este Pokémon.
-Es bastante desconfiado con todos. No se lo tengas en cuenta.- le expliqué a Aura, pues no quería que se lo tomara a mal.
-Lo sé. Gina me explicó lo que estás haciendo. Te ayudaré en lo que pueda.- su ofrecimiento me hizo sonreír. Sabía que ella tampoco abandonaría a un Pokémon en apuros. Nos parecíamos en eso.
-Te lo agradezco, aunque lo cierto es que estoy un poco perdido ahora mismo. Volt no quiere tratar con ningún Pokémon, y apenas quiere estar conmigo.- dije frotándome la nuca con incomodidad. Los avances eran escasos.
-Parece complicado...- mi amiga se llevó la mano a la barbilla con expresión pensativa. El Shinx nos miraba con recelo, pero al menos aún no había salido huyendo.
-Ya sé. Quizá quiera tratar con un Pokémon amistoso de su mismo tipo.- al decir eso, Aura tomó una esfera de su cinturón y liberó a uno de sus Pokémon.
Volt retrocedió de un salto mientras un destello de luz daba forma a un Pokémon blanco y rosa. Se trataba de Flaaffy, la evolución del Mareep de Aura. Parece que mi amiga tampoco se estaba quedando atrás en su entrenamiento.
-¿Puedes hablar con él? Tiene miedo de los Pokémon.- le pidió la castaña a su compañero, que asintió con una sonrisa. Ciertamente parecía amistoso.
Shinx retrocedió un paso cuando Zip empezó a acercarse a él. Sin embargo, esto no detuvo al Pokémon rosado, que seguía sonriendo y acercándose al pequeño tigre. Volt empezó a gruñir para intimidar al otro Pokémon, pero no tuvo ningún efecto.
Algo preocupado por cómo podría resultar esto, agarré la Pokeball de Blaze. No pretendía hacer daño a Volt, pero sí detenerlo si la situación se volvía más grave. Aunque algo me decía que Flaaffy era lo bastante fuerte para controlarlo.
Volt empezó a soltar chispas de su pelaje cuando Zip se colocó justo frente a él. Sin embargo, lejos de molestarse, la oveja empezó a hablarle con buen tono. Noté que el tigre se sorprendía, probablemente porque esperaba alguna agresión de su parte.
Al principio solo Flaaffy hablaba, pero pronto Volt comenzó a contestarle. Se le notaba tenso, pero que hablara con un Pokémon ya era un buen paso. Noté que Aura me miraba y le devolví el gesto con una sonrisa, a lo que ella me guiñó un ojo con diversión.
Dejamos que los dos Pokémon hablaran y nos apartamos un poco para tener nuestra propia conversación. No veía a mi amiga desde Portual y quería saber qué había estado haciendo.
-¿Cómo te ha ido desde Portual?- pregunté apoyando la espalda contra el tronco de un árbol.
-Bastante bien. He estado entrenando duro y avanzando poco a poco en mi viaje. De hecho, ayer vencí a Lena.- al decir esto, la castaña me enseñó su medallero, que tenía las tres mismas medallas que el mío.
-Felicidades. No tenía ninguna duda de que lo lograrías.- le dije mirándola con cariño. Estaba preocupado por lo que le sucedió durante la carrera y en el museo, pero ella tenía la fuerza para seguir adelante.
-Gracias por confiar en mí.- su sonrisa y la forma en que me miraba hicieron que algo se removiera en mi estómago. Aparté la vista avergonzado mientras murmuraba que no tenía importancia.
-Parece que tú también has estado ocupado. Vi a Bruno en Malvalona y me contó que una entrenadora misteriosa os dio un buen repaso en el torneo del casino.- añadió mi amiga con una sonrisa algo burlona. Estaba metiéndose conmigo.
-Así es, era demasiado fuerte.- acepté con una sonrisa. Yo todavía no estaba al nivel de Tristana. Aún así, la derrota mereció la pena a cambio de la información que conseguí.
-Vaya, es raro que aceptes una derrota tan fácilmente. Pensaba que eras más competitivo.- comentó la chica alzando una ceja.
-Y lo soy, pero es cierto que ella era increíble. Además, pude aprender varias cosas bastante útiles.- respondí haciendo referencia a mi habilidad, aunque no podía decírselo a Aura.
Para mi sorpresa, el ceño de mi amiga se frunció por unos segundos y agachó la mirada. Pensé en preguntarle qué sucedía, pero ella sacudió la cabeza y volvió a mirarme con su alegre expresión habitual.
-Entiendo, es genial que sacaras algo bueno de la derrota.- dijo con una sonrisa. Tenía la extraña sensación de que algo le sucedía a mi amiga, pero no quería presionarla.
-Por cierto, tengo algo interesante que contarte.- decidí cambiar de tema, quizá así la distrajera de lo que le pasaba. Al parecer había funcionado, porque ahora mi amiga me miraba con mucha curiosidad.
-¿Recuerdas que en el vídeo de mi combate con Marcial pude combinar dos ataques?- pregunté esperando que recordara la grabación de mi combate.
-Sí, es algo increíble.- contestó ella emocionada..
-Pues he averiguado que todos los entrenadores pueden hacerlo, aunque requiere de mucho esfuerzo.- informé a Aura con una amplia sonrisa.
Como esperaba, los ojos y la boca de mi amiga se abrieron hasta formar un círculo perfecto. Entonces, una enorme sonrisa se formó en su rostro y dio un gran salto mientras gritaba de alegría. Dicha acción asustó a Zip y Volt, que la miraron extrañados.
-¿De verdad? ¡Eso es genial! Ya sé lo que voy a hacer en mi próxima sesión de entrenamiento.- la chica desbordaba emoción, y verla tan radiante me hacía feliz a mí. De hecho, la calidez que sentía en mi pecho solo la provocaban ella y mis Pokémon.
-Espero que te esfuerces para...- antes de poder terminar la oración, una explosión en la lejanía me hizo dar un salto por el susto.
Todos nos giramos a la vez hacia el lugar del que provenía el sonido, y no me gustaba nada. Allí estaba la granja, y por tanto también Joe y Gina. Aura y yo no dudamos en echar a correr hacia allí. De reojo noté que Volt nos seguía.
Cuando llegamos a las cercanías de la granja vimos que había un gran agujero en una de las paredes y algo de humo salía de ahí. Pero lo más preocupante eran las tres personas vestidas del Equipo Nova que se encontraban frente a dicho boquete.
-Son esos indeseables.- gruñó Aura con rabia. Asentí, su presencia aquí no auguraba nada bueno.
-Vaya, se suponía que no había entrenadores aquí.- dijo uno de ellos cuando se percató de nuestra presencia. Los tres nos miraron con burla y aires de superioridad.
-Ninguno de ellos tiene la estrella que tenía el del museo, son simples peones. Podemos aplastarlos.- le dije a mi amiga ignorando a los reclutas. Ella asintió mientras tomaba una Pokeball.
-No solo te atreves a ignorarnos, sino que además te burlas de nosotros. Vas a comprobar por las malas que no solo los Tenientes son fuertes, algunos reclutas también.- dijo uno de ellos con enfado. Los otros también parecían irritados y tomaron sus Pokeball.
Tras un momento de silencio en el que la tensión podía cortarse con un cuchillo, todos lanzamos nuestras cápsulas al aire. Los reclutas liberaron un total de cinco Zubats, tres Poochyena, dos Stunky, dos Houndour y un Seviper. Por nuestro lado, liberamos a todos nuestros Pokémon, teniendo un total de nueve.
Aunque ellos tenían ventaja numérica, eso no me preocupaba. Nuestros Pokémon estaban mejor entrenados y eran más fuertes. El único peligro real era ese Seviper, se veía más fuerte y peligroso que el resto de enemigos.
-Gael, encárgate de los Houndour. Bianca, a por los Zubat. Kai, acaba con los Poochyena. Spike, tú hazte cargo de los Stunky. Blaze, vamos a enfrentar a ese Seviper.- ordené rápidamente a mis Pokémon. Sabía que ellos podían luchar sin mis instrucciones, y todos asintieron con decisión.
-Haru, ve a por los Stunky. Zip, hazte cargo de los Zubat. Hit, ayuda a Riolu. Lev, apoyemos a Eric con ese Seviper.- Aura también distribuyó a sus Pokémon rápidamente. Su Deerling, Flaaffy, Tyrogue y Croconaw acompañaron a mis Pokémon a luchar.
Los dos le plantamos cara a uno de los reclutas, el cual controlaba a Seviper. El tipo nos miraba con suficiencia, como si pensara que no teníamos nada que hacer. Eso solo sirvió para que mis ganas de aplastarlo fueran aún mayores.
-Haré que os arrepintais de meteros en nuestros planes, malditos mocosos.- escupió el hombre con desprecio.
-Y nosotros te vamos a dar una paliza y después te meteremos entre rejas.- me burlé con una sonrisa desafiante que pareció molestarlo más.
-Ahora veréis. Seviper, usa Cola veneno.- ordenó el recluta. Su Pokémon obedeció y se lanzó a por los nuestros con un brillo morado cubriendo su cola.
-Lev, deténlo con Colmillo hielo.- pidió mi amiga con seriedad. No estaba acostumbrado a verla combatir sin divertirse, pero la situación era grave.
Los dientes del Pokémon cocodrilo crecieron un poco y se cubrieron de un aire helado. Cuando Seviper fue a impactarlo con su cola, Lev la mordió y detuvo el golpe para sorpresa de todos.
-¿Sorprendido? La mandíbula de la línea evolutiva de Totodile es muy poderosa. Ahora usa Pistola agua.- tras la orden de Aura, Lev lanzó un poderoso chorro de agua a quemarropa que mandó al Seviper a los pies de su entrenador.
-Parece que has estado estudiando.- le comenté a mi amiga con orgullo. Ya no solo seguía su instinto, también conocía las fortalezas de sus Pokémon y les sacaba partido.
-Por supuesto. Mi meta es ser la Campeona.- respondió con decisión. Eso me hizo sonreír. No podía pedir una rival más digna, pero ahora no era momento para admirarla.
-Esto no ha acabado. Seviper, usa Constricción.- ordenó el recluta mientras apretaba los dientes con rabia.
La serpiente se movió rápidamente y rodeó a Croconaw, estrujándolo con su cuerpo. Vi que mi amiga se mordía el labio con preocupación, pero no estaba sola en esto.
-Blaze, Retribución.- ordené con calma.
Mi compañero reunió energía en su puño y saltó hacia su enemigo, propinándole un poderoso golpe en el rostro que le hizo soltar a su presa. Sin embargo, para mi sorpresa, Seviper golpeó de inmediato a Blaze con un Cola veneno que lo mandó al suelo.
-¿Qué demonios...?- murmuré consternado.
-¿Sorprendido? Vuestros Pokémon no son los únicos que pueden pelear sin instrucciones. Los nuestros están entrenados para ser astutos y vengativos, por lo que devolverán un golpe aunque no se lo ordenemos.- explicó el recluta con tono burlón.
Aquello me sorprendió. Parece que el Equipo Nova sí entrenaba adecuadamente a sus Pokémon, aunque solo fuera a los más fuertes. Tomaría nota de ello para estar preparado más adelante.
-Blaze, usa Furia dragón.- ordené cuando mi amigo se levantó. Todavía podía seguir luchando a pesar del golpe.
-Lev, Pistola agua.- me apoyó Aura.
-Ataca con Colmillo veneno.- dijo el recluta sin inmutarse. Aquello me sorprendió, puesto que esperaba que lo esquivara.
Como si leyera mi mente, Seviper esquivó el ataque dragón, aunque recibió el acuático. A pesar de ello, siguió adelante y mordió a Lev con sus colmillos venenosos. Para nuestra desgracia, el Pokémon de Aura quedó envenenado.
-¡No!- exclamó la castaña con preocupación mientras tomaba la cápsula de su amigo. Pero su Pokémon levantó una pata para detenerla, indicando que quería seguir.
-Debemos darnos prisa.- le aconsejé a mi amiga. Ella asintió, aceptando que su Pokémon quería seguir luchando.
-Blaze, usa Retribución.- dije con una idea en mente. Miré a Aura de reojo y ella se percató.
Mi Pokémon reunió energía en sus puños y se lanzó para golpear a la serpiente, pero esta usaba su flexible cuerpo para esquivar los golpes. Al final, Blaze se detuvo respirando agitadamente por el cansancio.
-¡Ahora, Cola veneno!- exclamó el recluta con una sonrisa victoriosa.
-¡Deténlo con Colmillo hielo y gira!- ordenó Aura rápidamente.
Mientras Blaze entretenía a Seviper, Lev se había colocado cerca de su espalda. Por ello, cuando la serpiente preparaba su ataque, el Croconaw fue más rápido y mordió su cola, congelándola y deteniendo su ataque. Por si fuera poco, empezó a girar el cuerpo del enemigo por los aires.
-Blaze, mándalo al aire con Retribución.- le indiqué a mi Pokémon, que obedeció rápidamente y alcanzó con un fuerte gancho el rostro del Seviper, mandándolo por los cielos.
-¡Acaba con Furia dragón/Pistola agua!- exclamamos Aura y yo al mismo tiempo.
Aprovechando su indefensión en el aire, nuestros Pokémon lanzaron sus poderosos ataques, los cuales golpearon de lleno al Seviper. Cuando esté cayó al suelo ya se encontraba inconsciente.
-Maldición... no puede ser.- gruñía el recluta con la cara contraída de la rabia.
Justo en ese momento empezaron a escucharse sirenas de policía que se acercaban, lo cual hizo que su rostro se pusiera pálido. Dio media vuelta para intentar huir, pero se encontró de lleno con nuestros otros Pokémon. Al mirar más allá, vio que el resto de Pokémon habían sido derrotados al igual que Seviper. No tuvo más opción que rendirse.
Tras eso, la policía llegó al lugar y arrestó a los tres malhechores. Mientras Aura prestaba declaración de los hechos, yo busqué a Volt. El pequeño tigre había desaparecido, y tampoco sabía dónde estaban Joe y Gina.
Cuando empezaba a preocuparme de que algo les hubiera pasado, las dos personas y el Shinx aparecieron por el boquete que había en la pared. Afortunadamente, todos lucían bien.
-¿Cómo estáis?- pregunté muy preocupado mientras me acercaba a ellos.
-Perfectamente, solo algo asustados. Volt entró a la casa y se hizo cargo de un par de Pokémon que nos estaban acorralando.- explicó Gina con una sonrisa mientras acariciaba la cabeza del pequeño, que parecía orgulloso de su hazaña.
-¿De verdad has hecho eso? Eres un héroe.- dije agachándome y acariciando su cabeza. Él se dejó hacer, lo cual me alegró. Parece que teníamos más confianza.
-Ya he acabado.- anunció Aura llegando a nuestro lado. Ahora sería el turno de la pareja para prestar declaración.
-Os agradecemos mucho la ayuda, a los dos. Esta noche os prepararé una deliciosa cena.- prometió Joe antes de ir a hablar con la policía junto con Gina.
-Parece que nos entendemos bien en combate.- le dije a Aura con una sonrisa mientras levantaba mi puño.
-Por supuesto, además de rivales también somos amigos.- respondió ella chocando ligeramente su puño con el mío.
-Y parece que Volt tiene más confianza en sí mismo ahora.- comenté mirando al pequeño Pokémon.
-¿Crees que el problema era su confianza?- preguntó mi amiga mirándome con curiosidad.
-No lo sé, quizá una parte sí. Si fue atacado cuando era más joven puede haberle afectado mentalmente. Sin embargo, ahora que ha vencido a los Pokémon que atacaban a Joe y Gina y se ha demostrado su valor a sí mismo parece haber recuperado parte de su confianza.- deduje llevándome una mano a la barbilla. Probablemente el problema era más complicado que eso, pero yo no era ningún psicólogo Pokémon, si es que eso existía.
Después de eso, la policía se marchó con esos delincuentes y nosotros pasamos una agradable cena charlando con la pareja de adultos. Incluso nos dijeron algunos trucos para criar bien a nuestros Pokémon, como cepillarle el pelaje a los Pokémon eléctricos para eliminar el exceso de carga estática.
Decidimos pasar la noche en la granja y marcharnos a la mañana siguiente. Volt parecía estar mejorando, por lo que Joe y Gina podían seguir ayudándole en la granja. Aura y yo decidimos continuar nuestro viaje juntos, al menos hasta que nuestros caminos se separaran de nuevo.
-Nos marchamos ya, gracias por todo. Y Volt, sigue esforzándote.- le dije al pequeño tigre, que estaba en la puerta de la granja junto a los adultos para despedirnos.
-Eso es, volveremos a visitarte.- añadió Aura dedicándole una sonrisa cálida. Pero eso no pareció reconfortar al pequeño Pokémon, que lucía triste.
Levantamos la mano para despedirnos y echamos a andar hacia Ciudad Malvalona, pues habíamos acordado visitar Verdegal en otro momento. Sin embargo, antes de poder alejarnos mucho algo se enganchó a mi pierna. Al mirar, vi que Volt estaba mordiendo mi pantalón.
-Creo que quiere ir contigo.- comentó Joe con una sonrisa. Yo le miré sorprendido, y después contemplé a Volt.
-¿Es cierto? ¿Quieres acompañarme?- pregunté agachándome junto al pequeño. Este asintió enérgicamente.
-Él ha hecho su elección.- Gina se acercó y me entregó la Pokeball de Volt, la cual tomé con cuidado.
-En ese caso, te acepto como mi amigo y compañero. Además, te llamarás Volt oficialmente.- dije con una amplia sonrisa. A él pareció gustarle, puesto que gruñó felizmente.
Tras eso volvimos a despedirnos de la pareja, esta vez definitivamente, y nos alejamos por el sendero que iba a la ciudad. Noté que Aura me miraba, por lo que le devolví la mirada con curiosidad.
-¿Sucede algo?- pregunté algo nervioso. Su mirada transmitía cariño.
-No, es solo que tu esencia nunca cambia, siempre atraes a los Pokémon hacia ti con tu buen corazón. Me gusta eso de ti.- respondió ella con naturalidad. Sus palabras me dejaron de piedra, pero ella siguió caminando tranquilamente como si nada, dejándome atrás.
Tardé un segundo en recuperarme del shock, pero rápidamente la alcancé de nuevo. Estaba tan nervioso que no podía decir nada, pero la miré de reojo. Por un segundo me pareció que tenía el rostro rosado, pero miré al frente antes de que me descubriera mirándola.
No me cabía ninguna duda de que viajar junto a Aura iba a ser divertido... y peligroso para mi corazón.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top