Capítulo 15
A la mañana siguiente salimos del Centro Pokémon después de hacer mi rutina diaria de ejercicios y de que todos desayunáramos bien. Tenía pensado ir al museo y, si tenía tiempo, volver a entrenar por la tarde.
En mi anterior vida no había ido casi nunca a un museo, principalmente porque no tenían exposiciones que me interesasen demasiado. Pero aquí había exposiciones sobre fósiles Pokémon, piedras del espacio y otras cosas curiosas relacionadas con los Pokémon.
Gracias al Holomisor conseguí llegar temprano al museo, pero me encontré con algo que no esperaba. El lugar estaba cerrado, y en la puerta habían colgado un cartel indicando que estaban terminando de montar una exposición y que abrirían por la tarde.
-Supongo que la suerte no está de mi parte.- murmuré mientras suspiraba. Pero, como queriendo demostrarme lo contrario, escuché una voz detrás de mí.
-¿Eric?- al escuchar mi nombre, me giré para ver quien me llamaba.
Se trataba de Bruno y Aura, siendo la chica quien me había llamado. La castaña sonrió cuando nuestros ojos conectaron, parecía contenta de verme. No podía decir lo mismo de su acompañante, que ya me dirigía una mirada de molestia.
-¿Has venido a ver el museo? ¡Nosotros también!- exclamó mi amiga con su usual energía.
-Así es, pero al parecer no abrirán hasta la tarde.- respondí señalando hacia el cartel que colgaba en la puerta detrás de mí.
-Oh, bueno, no pasa nada. Pensábamos hacerlo después de ver el museo, pero supongo que podemos ir a apuntarnos ahora.- dijo Aura mirando hacia Bruno, que se limitó a asentir.
-¿Apuntaros a qué?- pregunté algo curioso.
-¿No te has enterado? Mañana tiene lugar la Carrera Acuática Pokémon.- respondió mi amiga como si fuera algo obvio. Al ver mi cara de desconcierto, suspiró.
-Es una carrera que se celebra una vez al año en esta ciudad. Para participar solo necesitas tener un Pokémon de agua. Tienes que ganar la carrera sin caer al agua, o quedarás eliminado.- explicó la castaña mientras Bruno me miraba fastidiado. Probablemente pensaba que yo era una carga.
-Ya veo. Suena interesante, creo que me apuntaré.- dije mientras sonreía hacía el chico solo para fastidiarlo. Para mi satisfacción, pareció funcionar.
-¡Genial! Si participamos los tres tendremos más probabilidades de que alguno de nosotros gane.- comentó Aura emocionada.
-No es como si necesitara a este perdedor para ganar la carrera.- gruñó el moreno fulminándome con la mirada.
-Sí, yo también me alegro de compartir esta experiencia contigo.- contesté en tono burlón, lo que pareció molestarlo más.
-Dejad de discutir.- dijo Aura metiéndose entre los dos, colocando una mano en la cara de cada uno y empujándonos lejos del otro.
-En lugar de perder el tiempo, vamos a apuntarnos y a comer algo. Después podremos venir al museo.- con estas palabras de la chica, pusimos rumbo hacia el Centro Pokémon, donde al parecer podríamos inscribirnos.
Una vez que terminamos con el proceso necesario para participar en la carrera, fuimos a comer a un restaurante marítimo por decisión unánime de Aura. Lo cierto es que no me importaba demasiado el sitio, así que no tenía motivos para negarme.
-Este sitio luce genial.- dije bastante impresionado mientras observaba el edificio que había frente a mí.
La fachada del restaurante estaba decorada con motivos marinos, como varios Clamperl, Gorebyss y Huntail. Al entrar vimos más decoración, incluyendo una gran pintura de Gyarados que ocupaba una pared entera.
-Este sitio a recibido varios premios, me moría de ganas de venir aquí durante mi viaje.- explicó Aura mientras lo observaba todo con emoción, incluso tomando algunas fotos del lugar.
-Ciertamente es bastante espectacular.- respondí estando de acuerdo. Esta ciudad, junto con Calagua, eran los dos puertos marítimos más importantes de Hoenn, así que no me sorprendía ver este tipo de sitios para atraer al turismo.
Los tres nos sentamos en una mesa que estaba libre y un camarero vino a atendernos de inmediato. Después de pedir nuestra comida, noté que Aura me miraba con una sonrisa traviesa.
-¿Qué sucede?- pregunté sabiendo que tramaba algo.
-¿Has visto los mejores combates de gimnasio?- preguntó ampliando aún más su sonrisa. Entonces entendí lo que quería.
-Sí, los he visto. Lograste aparecer en el ranking, bien hecho.- dije extendiendo mi puño hacia ella. Aura lo miró emocionada y no tardó en chocarlo con el suyo en un gesto de rivalidad y amistad.
-Parece que los tres lo estamos haciendo bastante bien.- añadió la chica mirando a Bruno, que sonrió con suficiencia.
-Por supuesto, nosotros éramos los mejores alumnos en la escuela.- respondió el moreno. Entonces me miró y supe que iba a empezar a fastidiar.
-Pronto estaré en los primeros lugares de los ranking, no te sientas mal si te quedas atrás.- añadió con una sonrisa más falsa que la teoría de que Giovanni es el padre de Ash en el anime de Pokémon.
-Claro, lo mismo digo, señor número uno de la escuela.- respondí con una sonrisa igual de falsa. Ambos nos sostuvimos la mirada con fiereza, hasta que el camarero llegó con nuestro pedido.
-¡Esto luce delicioso!- exclamó Aura mirando su plato. Usando su Holomisor, tomó un par de fotos de la comida antes de atacar su comida con apetito.
-A continuación, vamos a iniciar con el ranking anual de popularidad.- anunció la televisión que había en el local.
-Ya va a empezar.- dijo Aura mirando la tele emocionada.
-¿De qué va eso?- pregunté algo curioso.
-Cada año, por la competencia de la Liga Pokémon, se hace un ranking con los entrenadores más populares que están participando ese año. Se tienen en cuenta muchos factores, no solo las batallas.- me explicó la castaña poniendo un tono serio de profesora que me hizo sonreír levemente.
-Deberían cambiar ese estúpido método y tener en cuenta solo las batallas. Hay entrenadores que también son actores o tiene otros trabajos que los hacen conocidos. Como tienen tantos fans, su popularidad es muy alta.- se quejó Bruno con el ceño fruncido.
Podía entender la molestia del chico. Un entrenador débil podía estar muy arriba en el ranking simplemente porque tiene mucha popularidad al ser famoso. Ciertamente no era justo para los buenos entrenadores. Supongo que, como en mi mundo, lo que importa es ser popular y generar dinero para las marcas.
-La encuesta actual es la que mostramos a continuación.- explicó la reportera de televisión mientras una larga lista de nombres aparecía en la pantalla.
Por lo que pude apreciar, solo aparecían los cincuenta primeros nombres. Empecé a repasar la lista desde el puesto número uno, esperando encontrar algún rostro que me resultara conocido de los videojuegos o del anime. Pero lo que encontré fue otra cosa.
-¿Qué demonios...?- mi mandíbula casi se cae hasta el suelo cuando nos encontré a nosotros tres en el ranking. Aura estaba en el puesto veintisiete, yo en el treintaicinco y Bruno en el treintaiocho.
-¿Por qué diablos estoy por debajo de este tipo?- protestó el moreno con molestia.
-Probablemente porque al público no le agrada tu cara de gruñón.- contesté dirigiéndole una sonrisa burlona. Él me miró molesto, pero su ceño se frunció aún más cuando Aura soltó una risilla por mi comentario y la ocultó tras sus manos.
-P-perdón, pero en parte tiene razón.- dijo la chica entre risas. Bruno gruñó y siguió comiendo, ignorándonos.
-Parece que alguien es bastante popular.- comenté mirando hacia la castaña, que se sonrojó al darse cuenta de que me refería a ella.
-N-no sé el motivo, no hago nada en especial.- respondió avergonzada mientras se removía en su sitio.
"Te equivocas. Eres hermosa y buena entrenadora, eso ya te hace especial." pensé con una sonrisa. Deseé poder decírselo en voz alta.
Después de eso, los tres terminamos nuestra comida y salimos del restaurante con rumbo al museo. Ya había pasado la hora de comer, por lo que debían estar a punto de abrirlo.
Al llegar al lugar pudimos comprobar que, efectivamente, ya estaba abierto. Los tres pagamos la entrada, que era bastante barata, y entramos al imponente edificio.
Fuimos recibidos por un espacioso salón circular con una gran estatua blanca de Groudon y Kyogre en el centro, justo frente a la entrada. Sin duda, era una buena forma de causar impresión en los visitantes.
-¡Es impresionante!- exclamó Aura acercándose a la figura. No tardó en usar su Holomisor para sacarle algunas fotos.
-Voy a ver si encuentro algo interesante.- dijo Bruno mientras colocaba las manos en los bolsillos y me marchaba por su cuenta. No le di mayor importancia, al menos no tendría que aguantar sus miradas molestas.
-¿Eh? ¿Dónde ha ido Bruno?- preguntó Aura unos segundos después, cuando dejó de hacer fotos. No pude evitar reírme un poco. Había estado tan concentrada que no lo había oído.
-Ha ido a investigar por su cuenta.- respondí encogiéndome de hombros.
-Bueno, está bien.- su expresión pareció tornarse triste por un segundo, pero rápidamente volvió a sonreír y se acercó a mí.
-Vamos a ver todas las exposiciones del museo.- dijo agarrándome por la muñeca y tirando de mí, ante lo que me dejé llevar con una sonrisa.
Pasamos un buen rato paseando por las diferentes habitaciones del museo. Vimos obras de arte, estatuas, fósiles y varias cosas más de interés. Ahora estábamos llegando a una de las últimas exposiciones, que hablaba sobre dos Pokémon legendarios.
-Latios y Latias. Según cuentan las leyendas, estos dos Pokémon son los guardianes de la región de Hoenn, y se dice que solo aparecerán cuando la esperanza se esté extinguiendo. Son muy inteligentes y pueden entender los pensamientos y emociones de los humanos, por lo que solo colaborarán con aquellos que tengan un corazón puro.- leí en voz alta lo que ponía en la placa que se encontraba frente a la estatua que representaba a los dos Pokémon.
-Son muy hermosos.- dijo Aura observando la estatua con fascinación. Me limité a asentir, los dos eran Pokémon maravillosos. Aún recordaba cómo era volar sobre ellos cuando estaba jugando a Pokémon Rubí Omega y Zafiro Alfa.
-Mira, ahí está la escalera.- dije notando que cerca de ahí estaba el camino hacia la planta superior. Los dos decidimos dirigirnos hacia allá.
Sin embargo, antes de que pudiéramos dar más que unos pasos, hubo una explosión cerca de nosotros que hizo temblar el suelo. Ambos nos sobresaltamos y miramos el uno al otro con preocupación, pero asentimos al mismo tiempo.
Echamos a correr en dirección a la entrada del museo, que era donde había tenido lugar la explosión. Al llegar allí, nos encontramos con un gran grupo de personas vestidas con uniformes grises. Los reconocí enseguida, eran el Equipo Nova.
-Me gustaría pedirle a todos los presentes que mantengan la calma. Solo hemos venido a buscar algo, si obedecéis nuestras órdenes no habrá heridos.- explicó uno de ellos. Aunque vestía como los otros, noté que tenía una estrella plateada en cada hombro. Debía ser su líder.
El tipo dio una indicación a sus reclutas y estos empezaron a desplegarse por todo el lugar. Liberaron a sus Pokémon para vigilar a los visitantes, los cuales eran Zubat, Poochyena y otros Pokémon del estilo. Tras eso, el líder se marchó de la sala y noté que se dirigía al piso superior.
-Tenemos que hacer algo. Seguro que no traman nada bueno.- susurró Aura a mi lado. Yo asentí. Teniendo en cuenta su historial, seguro que venían para robar algo importante.
Miré a mi alrededor. Los reclutas que se habían esparcido por la sala estaban trayendo a los otros visitantes a la entrada, querían tenernos a todos controlados en un solo lugar. Mientras tanto, los que se habían quedado aquí nos vigilaban con sus Pokémon.
-Por lo que he podido ver, solo hay otros dos entrenadores aparte de nosotros, mientras que ellos son unos doce.- le dije a Aura en voz baja. Ella miró a su alrededor, como para comprobar mis palabras, y tras unos segundos asintió.
-Pero creo que sus Pokémon no son demasiado fuertes.- comentó la castaña. Yo ya me había percatado de eso. Sus Pokémon eran algo más débiles que los nuestros.
-Probablemente no esperan encontrar oposición, por eso no han traído artillería pesada.- dije mientras empezaba a pensar cómo podíamos proceder para salir airosos de esta situación. Me tomó unos segundos, pero di con una manera
-Escucha, tenemos que despejar esta sala para poder combatir sin dañar a las otras personas. Tengo un plan.- dije acercándome a su oído y susurrándole lo que había pensado.
-Está bien, lo haremos.- dijo tras tomarse unos segundos para pensar en mi idea. Ambos nos sonreímos y empezamos con el plan.
Ella se desplazó lentamente hacia los otros dos entrenadores que había, un chico y una chica que tendrían nuestra edad. Mientras tanto, yo tomé una Pokeball y esperé. Cuando Aura terminó de hablar con ellos, los tres empezaron a dar el mensaje a quienes estaban cerca de ellos, formando así una cadena de mensajes.
-¡Eh! ¿Qué estáis murmurando?- dijo uno de los reclutas con molestia. Los otros también miraron hacia nosotros.
"Mierda." pensé preocupado. Sin más opción, tuve que dar comienzo al plan.
Liberé a Blaze de su Pokeball, lo que atrajo la atención de todos los reclutas. Antes de que pudieran hacer nada, mi compañero lanzó una nube de humo negro que cubrió toda la sala.
Ahí empezó el caos. Los del Equipo Nova empezaron a ordenar a sus Pokémon que no nos dejaran escapar, pero estos no podían vernos. Por otro lado, el sonido de decenas de pasos llenó la sala. Cuando el humo empezó a disiparse, solo cuatro entrenadores quedábamos frente a los malvados.
-A por ellos.- le dije a Aura y los demás. Ellos asintieron y todos liberamos a nuestros Pokémon.
Como esto no era una batalla oficial, sino una situación desesperada, no teníamos que seguir las reglas de la Liga Pokémon. Cada uno de nosotros liberó a todo su equipo Pokémon, listos para acabar con el enemigo.
-Malditos mocosos, ahora veréis lo que es bueno.- gruñó uno de los reclutas mientras todos liberaban a sus Pokémon.
Analicé rápidamente la situación. Ellos tenían aproximadamente el doble de Pokémon que nosotros, pero los nuestros eran más fuertes, por lo que la balanza debería estar equilibrada.
-Podemos hacerlo, cubríos las espaldas.- les dije a mis compañeros echándoles un vistazo. Después, toda mi atención se centró en la lucha.
Los dos grupos de Pokémon se abalanzaron contra el otro en un grito de guerra. Con solo ver el primer intercambio de golpes ya supe que teníamos la ventaja. Nuestros Pokémon no solo eran más fuertes, sino que estaban mejor entrenados y diciplinados para luchar.
Varios Zubat y Murkrow se acercaban hacia nosotros por el aire, pero el Taillow y el Electrike de los otros entrenadores, con la ayuda del Flaaffy de Aura, dieron buena cuenta de ellos.
Decidido a terminar con esto rápido, ordené a Blaze usar Furia Dragón. Mi compañero lanzó el potente ataque y alcanzó a varios enemigos, debilitándolos a todos de inmediato.
-Esto ha acabado.- le dije a los malvados mientras nuestros Pokémon derrotaban a los enemigos restantes.
Los del Equipo Nova me miraron con temor y enfado, pero no había nada que pudieran hacer frente a nuestros Pokémon. Aún así, para evitar sorpresas desagradables, le pedí a la entrenadora que nos había ayudado que usara el movimiento Somnífero de su Oddish para dormirlos, y así lo hizo.
-Ya hemos controlado la situación aquí. Es importante mantener a estos tipos vigilados mientras llega la policía, y también hay que evacuar a todos del museo. ¿Podéis encargaros de eso? Nosotros vamos a ir a buscar a su jefe.- le pedí al par de entrenadores. Ambos asintieron con decisión, alegando que ellos se encargarían de todo aquí.
-Aura, ¿estás segura de que quieres venir? Puede ser peligroso.- le pregunté a mi amiga mientras la observaba con algo de preocupación. Sin embargo, para mi sorpresa, noté que ella me estaba mirando con una expresión que no supe descifrar.
-¿Q-qué sucede?- pregunté algo avergonzado. Su mirada era intensa y me ponía nervioso.
-Es solo que... has estado increíble. En una situación inesperada y peligrosa, has logrado mantener la calma y lograr sacarnos a todos del apuro. Tú... ¿quién eres en realidad?- las palabras de mi amiga se colaron en mi pecho, produciendo una cálida y confortable sensación. No estaba acostumbrado a que me alagaran con tanta honestidad, y era agradable.
-Aura, yo...- no sabía cómo explicarle que venía de otro mundo, pero tampoco quería mentirle mientras me observaba a los ojos con esos preciosos orbes azules que destilaban inocencia, curiosidad y preocupación.
Por suerte para mí, en el momento en el que llegamos a las escaleras que daban al piso superior, una explosión se produjo en dicha planta. Ambos nos sobresaltamos y miramos al otro con preocupación. En silencioso acuerdo, los dos empezamos a subir las escaleras a toda velocidad.
Al llegar arriba, aparecimos en una enorme sala de exposición, la cual presentaba varios daños. Los cuales, sin duda, venían de la batalla que acababa de terminar. En el suelo yacía un Grovyle, y junto a él había dos personas. Eran el miembro del Equipo Nova que dirigía a los otros y Bruno. El primero estaba sosteniendo al joven por el cuello de la chaqueta, alzándolo en el aire.
-¡Bruno!- exclamó Aura preocupada. Hizo ademán de ir hacia ellos, pero yo la detuve.
-Vaya, pero si han venido más insectos.- dijo el hombre fijando su mirada en nosotros. Sus ojos eran fríos, y una sonrisa malvada surcaba su cara.
-T-tenéis que... huir.- consiguió balbucear Bruno con dificultad. El hombre lo miró con molestia, para después lanzarlo a un lado con fuerza. El joven cayó al suelo y soltó un gemido de dolor.
-¡Maldito seas!- gruñó Aura con furia. De nuevo, tuve que sostenerla con fuerza para que no se lanzara de cabeza contra ese tipo. Sabía que era lo que él esperaba.
-Espera, Aura. Ha sido capaz de vencer a Bruno, por lo que debe ser muy fuerte.- intenté razonar con mi amiga. Pareció funcionar, puesto que ella me miró con sorpresa, y después al inconsciente Grovyle de Bruno. Su mirada cargada de odio se dirigió al hombre, pero dejó de intentar lanzarse sobre él.
-Escucha, tenemos que trabajar juntos si queremos tener una oportunidad contra él.- por norma general, no iría en un dos contra uno, pero este tipo era un miserable que no se merecía que nosotros jugáramos limpio. Aura asintió a mis palabras sin dudar.
-¿Creéis que los dos juntos podréis vencerme? Ilusos. Os mostraré el verdadero terror.- lejos de parecer preocupado, la sonrisa del hombre aumentó mientras tomaba dos Pokeball. Nosotros también tomamos las nuestras.
Todos liberamos a nuestros Pokémon al mismo tiempo. Nosotros decidimos usar a todos nuestros compañeros, tal y como hicimos abajo, mientras que el miembro del Equipo Nova sacó a un Golbat y un Skuntank. Solo me bastó echarles un vistazo para saber que tenían un nivel bastante alto.
-Usemos nuestros números para ganar.- le dije a Aura mientras me mordía el labio inferior debido a la preocupación. Sabía que sería muy difícil vencerlo.
Ordenamos a nuestros Pokémon que lanzaran sus ataques, pero todo fue inútil cuando Skuntank usó Protección y Golbat se cubrió tras él. Apenas tuve tiempo de maldecir antes de que nuestro enemigo ordenara Aire afilado y Lanzallamas. Los dos ataques golpearon a nuestros Pokémon y los dejaron debilitados o al límite de sus fuerzas.
-¿Estáis bien?- pregunté mientras me agachaba al lado de mis compañeros. Ellos me miraron con tristeza y asintieron a duras penas. Noté que Aura estaba igual de preocupada por sus Pokémon.
-¿Ahora entendéis la diferencia que hay entre unos simples novatos y un Teniente del Equipo Nova? No sois rival para mí.- se burló nuestro enemigo mientras regresaba a sus Pokémon y tomaba un maletín que había en el suelo cerca de él.
Sus palabras me dieron que pensar. No estaba muy familiarizado con los escalafones de poder, pero estaba seguro de que había gente más fuerte por encima de un teniente. Maldije mentalmente al pensar que todavía habría miembros del Equipo Nova más poderosos que ese tipo.
-Espero no veros más, mocosos. La próxima vez podríais salir peor parados.- se despidió el hombre asomándose a una ventana. Entonces, su Golbat apareció y ambos se fueron volando del museo sin que pudiéramos impedirlo.
-Maldita sea...- gruñó Aura mientras daba un golpe al suelo. Podía entender su frustración a la perfección. Ese tipo era demasiado fuerte para nosotros, no habíamos podido hacer nada frente a él.
-Entiendo tu enfado, Aura, pero tenemos que llevar a Bruno a un hospital.- mi comentario pareció funcionar, pues enseguida fijó su vista en el chico y corrió hacia él.
Entre los dos logramos sacar a Bruno del museo, y al hacerlo vimos que había policía y ambulancias rodeando el edificio. Fue una suerte que ya estuvieran ahí, ya que pudieron revisar el estado de Bruno más rápidamente.
-Eric.- escuché que Aura me llamaba, así que la miré. Tenía un rostro serio y decidido. No hubo necesidad de palabras, ya entendía lo que quería decirme.
-Nos haremos más fuertes y, la próxima vez, les pararemos los pies.- le dije con una sonrisa confiada. Ella me miró y asintió, devolviéndome el gesto.
Tras eso, ambos tuvimos que declarar los hechos a la policía, lo cual nos tomó un poco de tiempo. Durante ese periodo, Bruno despertó en la ambulancia y los enfermeros le notificaron que no tenía heridas graves, pero que debía descansar un poco.
Cuando terminamos con todo este embrollo, el sol ya estaba casi totalmente oculto, y nosotros estábamos hambrientos y cansados. Ni siquiera Bruno parecía tener ganas de discutir conmigo. Por ello, fuimos directamente al Centro Pokémon para descansar.
La enfermera Joy se hizo cargo de nuestros Pokémon mientras los tres comíamos algo. El ambiente entre nosotros era silencioso y algo pesimista. Podía entender que ambos se sintieran así, era su primera vez explorando una región y los malos acababan de aplastarlos.
-Aura, Bruno.- los llamé con suavidad. Los dos me miraron sin mucho ánimo.
-Entiendo la frustración que sentís ahora mismo. Yo mismo la he sentido en más de una ocasión. Pero no podéis dejar que eso os desanime, sino que debéis canalizar esos malos sentimientos y convertirlos en motivación para mejorar. De esta forma, la próxima vez detendremos a esos delincuentes.- les dije con decisión. Mi mirada fue alternando de los rubíes de uno a los zafiros de la otra, ambos lucían algo sorprendidos.
-Todo eso ya lo sé. No he caído tan bajo como para necesitar que un debilucho como tú me levante el ánimo.- contestó Bruno en primer lugar. A pesar de sus palabras, noté que una de las comisuras de su boca se curvaba ligeramente.
-Gracias, Eric. Tenes razón, yo no soy así. En lugar de deprimirme, voy a redoblar mis esfuerzos entrenando.- una gran sonrisa desafiante apareció en el rostro de Aura. Esa era la actitud que la caracterizaba, y la que a mí me gustaba ver en ella.
Asentí hacia ambos, contento de ver que habían recuperado su comportamiento habitual, al menos en parte. Tras cenar, todos decidimos irnos a la cama, estábamos agotados. Me despedí de ambos y, nada más entrar a mi habitación, caí sobre la cama.
Solo entonces permití que el sabor ácido de la frustración me carcomiera por dentro. Aunque no quería preocupar a los demás, yo estaba tan frustrado como ellos. Sabía que me había hecho más fuerte, pero aún no era suficiente. Me quedaba un largo camino por recorrer antes de tener el poder de frenar los malvados planes que seguramente tendría en Equipo Nova.
Cerré los ojos mientras reprimía esa impotencia. Mi viaje acababa de empezar, no debía apresurarme. Con ese pensamiento, dejé que el sueño me arrastrara.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top