—Por un momento me dio la impresión de que habría tensión en cuanto invité a Devon a cenar con nosotros, pero estaba equivocada...

     — ¿Qué? ¿No te llevó con él para estar a solas? ¿Y te declaró sus sentimientos?

     —Lo juro. Una interrupción más y dejaré de hablar de Devon.

     — ¡¡No puedes hacer eso!!

     —Claro que puedo hacerlo.

     —Bien, bien. No diré nada.

     Por un momento me dio la impresión de que habría tensión en cuanto invité a Devon a cenar con nosotros, pero estaba equivocada. Jackie sonrió de oreja a oreja, parecía agradarle tener compañía. Devon era quien actuaba con recelo, no dejaba de mirar a Jackie y a Max como si hubiera desconfiado de ellos durante toda su vida.

     Antes de hacer cualquier otra cosa, revisamos las pertenencias de los estudiantes que enfrentamos pocos minutos antes. Max se dejó caer a un lado de la fogata y extendió su pierna herida para deshacerse de las punzadas de dolor. El vendaje había vuelto a cubrirse de sangre, así que Jackie tuvo que buscar en su equipaje nuestro pequeño botiquín de primeros auxilios. Devon, al darse cuenta de que Jackie intentaba asegurarse de que las vendas que nos quedaban fueran suficientes, decidió hablar.

     — ¿Qué te ha pasado en la pierna?

     Max imponía un cerco que ninguna persona, y ningún Pokemon, podía atravesar deliberadamente. Es decir, él no estaba conforme con la idea de que otra persona se atreviera a hablarle. Le dirigió una mirada severa a Devon para hacerlo callar, Jackie hizo lo mismo. Eso hizo que yo me sintiera casi privilegiada por poder tratar a los hermanos Roosevelt como iguales.

     —Sólo está herido —respondí yo.

     No me gustó ocultarle información a Devon. Me habría encantado decirle lo que realmente había ocurrido con la bala incrustada en la pierna de Max, pero había algo que simplemente no funcionaría si lo hacía. Los Roosevelt estaban confiando en mí, no podía traicionar esa confianza.

     Con todo, Devon asintió y se levantó para tomar las vendas de las manos de Jackie. Sin detenerse a explicar nada, Devon se dedicó a revisar el vendaje de Max. Ni bien lo hubo visto asintió y miró a Jackie.

     —Hace falta que hagas vendajes más ajustados —dijo Devon—. Intenta hacer un torniquete con ellos, debes detener el sangrado y permitir que la misma sangre comience a coagularse.

     — ¿Qué eres? —Le espetó ella con hostilidad—. ¿Un médico experto?

     Devon sonrió, ese gesto era tan propio de él que no podía imaginarlo sin esa sonrisa dibujada en su rostro.

     —Lo haré por ti esta vez —respondió él—. El próximo vendaje lo harás tú.

     Llámame loca, pero estoy totalmente segura de que algo en el vendaje de Devon causó que Max sintiera un gran alivio. Devon limpió la herida, la cerró con ayuda de una aguja e hilo conseguidos en un costurero que había en el equipaje que habíamos robado, colocó el nuevo vendaje justo después de asegurarse de hacer una almohadilla de algodón con la que cubrió la herida, para detener el sangrado, y se sacudió las manos una vez que hubo terminado con su tarea. Max, sorprendido, agradeció con un cansino suspiro.

     — Mi madre nos ha enseñado cosas sobre primeros auxilios —explicó Devon—. Tu hermano estará bien, sólo necesita descansar un poco. Sin embargo, deberían llevarlo a urgencias en cuanto la prueba termine, sólo para estar seguros.

     —Nadie te ha pedido tu ayuda —le espetó Jackie cruzándose de brazos.

     Yo sonreí.

     Esa era la manera que Jackie tenía de agradecerles a las personas.

     Una vez superado el asunto de Max y el vendaje, procedimos a repartir las posesiones de los dos sujetos que habíamos abatido. Jackie fue la encargada de hacer la repartición, formando cuatro montículos. Devon y yo intercambiamos una mirada para comunicarnos lo impresionados que ambos estábamos ante el aparente acuerdo que Jackie estaba mostrando ocn la idea de aceptar a un nuevo miembro del equipo.

     Resultó ser que las mochilas de nuestros compañeros contenían un gran surtido de comida, así como mudas de ropa, algunos medicamentos para el resfriado y, por supuesto, Pokebolas de Oro. Eran cuatro justamente, así que decidimos quedarnos con una cada uno de nosotros. De esa manera, el marcador quedaba así:

     Jackie, cinco Pokebolas de Oro.

     Max, cinco Pokebolas de Oro.

     Devon, cinco Pokebolas de Oro.

     Yo, cuatro Pokebolas de Oro.

     Quedaban poco menos de cinco días para que el tiempo de la prueba finalmente se terminase, era tiempo suficiente para poder obtener la última Pokebola que me faltaba.

     Me sentía optimista.

     La cena de esa noche consistió en un delicioso chocolate caliente, tal y como Jackie había sugerido. Y cuando los Roosevelt se retiraron para dormir, sintiendo quizá que Devon convertía nuestro trío en una multitud, finalmente pudimos quedarnos nosotros dos a solas para ponernos al tanto.

     Ambos preparamos un poco más de chocolate caliente para poder conversar. Su Pokemon, ese Eevee que amaba correr por todos lados, jugaba con Bulbasaur y Meowth.

     Devon echó la cabeza hacia atrás en un momento, suspiró y me miró divertido.

     —Me ha costado encontrarte —me dijo—. Y al fin lo hice... ¿En verdad estás con los Roosevelt?

     Yo le devolví la mirada y solté una risita nerviosa.

     —No son tan malos, en realidad —respondí—. Deberías conocerlos un poco.

     —Entre todas las opciones posibles... En verdad no creí que estarías con ellos. Para serte sincero, habría esperado más que estuvieras en algún claro, solitaria y muriendo de hambre.

     —Bueno, no fue así. Me encontré con Jackie poco después de haberme separado de ti, así que no estuve sola durante mucho tiempo.

     — ¿Y qué tal lo has pasado con ellos?

     —Todo ha estado bien. Tuvimos nuestros altos y nuestros bajos, claro... ¡Cierto! ¿Qué hay de tus bajas? ¿Te han disparado alguna vez?

     Él negó con la cabeza.

     — ¿Qué hay de ti?

     —Max disparó por error.

     Él asintió. Mi respuesta, tan directa y despreocupada, causó que él me mirara con el entrecejo fruncido y arqueando una ceja. Soltó una risa y yo lo miré un tanto confundida.

     — ¿Qué miras? —le pregunté.

     —Nada —dijo él—. Sólo quisiera saber qué han hecho los Roosevelt con la Skyler que conocí.

     Recuerdo haber sentido que mis mejillas se ponían coloradas. No me había dado cuenta del cambio que sufrí hasta que Devon lo mencionó. Entonces me pareció evidente que, si Devon me hubiera hecho esa pregunta sobre mis bajas dos semanas antes, seguramente habría agachado la mirada o me habría enfurecido. Pero no fue así en ese momento. En realidad, me pareció tan común haber perdido una oportunidad... Era como si hubiera dejado de importarme. Estaba actuando tal y como los Roosevelt hacían. Sonreí entonces, sintiéndome agradecida con ellos. Me habían contagiado un poco de su fortaleza sin estar yo consciente de que estaba aprendiendo algo de ellos.

     —Te ves diferente —dijo Devon—. ¿Qué es? ¿Te hiciste algo en el cabello?

     Ambos reímos, los dos estábamos conscientes de que ese cambio que se reflejaba en mi exterior, se había originado en mi interior.

     —Te he extrañado —confesó él con soltura—. Muchísimo. No tienes idea de qué cosas tan atroces pensaba cada noche. Lo único que quería hacer era encontrarte.

     — ¿Por qué a mí?

     —Porque me importas. Estaba preocupado por ti. No quería dejar que una amiga tan querida, como lo eres tú, estuviera por su cuenta en esta competencia. Pero siempre que te encontraba el rastro, terminaba por perderlo.

     — ¿Y cómo fue que me encontraste?

     —Eevee detectó tu aroma.

     — ¿Qué? ¿Insinúas que apesto?

     Reímos de nuevo.

     Era como si algo también hubiera cambiado entre nosotros.

     — ¡Eso es tan...!

     —No lo digas.

     —Entonces, ¿todo está bien? —me preguntó.

     Yo asentí.

     —Han pasado tantas cosas en estos días... —Dije con una risita nerviosa—. Imagina que he hecho cosas que jamás creí que haría.

     —Estar con los Roosevelt es lo que encabeza esa lista.

     —Lo sé... Pero ellos en realidad son distintos a lo que todos piensan.

     — ¿En verdad puedo quedarme con ustedes?

     — ¿Por qué no hacerlo? Aquí tenemos todo lo que necesitamos. Además, somos un equipo.

     — ¿Estás segura?

     —Sí. Ellos son muy leales, puedo asegurarlo.

     —Para serte honesto, quisiera que volviéramos a ser sólo nosotros dos.

     — ¿Por qué?

     Pero él no quiso responderme.

     Al principio creí que él solamente intentaba comunicarme que los Roosevelt no le inspiraban la misma confianza que a mí. No podía culparlo, había pasado sólo un par de horas con nosotros. Yo estaba convencida de que era cuestión de tiempo para que él pudiera convertirse en un miembro importante de nuestro círculo. Mi mejor amiga y mi mejor amigo llevándose de maravilla, ¿qué cosa podría ser mejor?

     —Sky.

     Lo miré cuando lo escuché decir mi nombre. De repente, él me tomó de la mano que no estaba vendada y acarició mis nudillos con delicadeza. No supe en ese momento lo que el cosquilleo en mi estómago significaba, pero sí sé que la manera en la que Devon me miraba me hizo sentir... Especial. Vi entonces que se acercó lentamente hacia mí, inclinando su cabeza un poco hacia la derecha. Algo dentro de mí me hizo cerrar los ojos y separar un poco mis labios. Estaba tan cerca de mí que podía sentir su aliento y su respiración contra mi rostro.

     Entonces, él se detuvo y le dio un apretón a mi mano.

     Yo abrí los ojos, con mi respiración un poco agitada y sintiéndome vacía.

     —Lo lamento —dijo él apenado y se puso en pie.

     —Devon —lo llamé suplicante.

     Él se giró, me dedicó un guiño y dijo:

     —Necesito un poco de aire y tú deberías ir a dormir.

     Me sonrió y se alejó sin más.

     Puede ser que en ese momento yo haya comenzado a ver a Devon con otros ojos.

     — ¡¡No puede ser!! ¡¡Estuvo a punto de besarte!!

     —Basta.

     — ¡¡No lo creo!! ¿Y qué pasó después?

     —Bueno, la prueba terminó y volvimos a McAllen.

     — ¿Terminó sólo así?

     —No. Antes, ocurrió el derrumbe.

     — ¿Qué cosa?

     —El derrumbe. El reto final, si tú quieres.

QUÉDATE AL ESPECIAL

SKYLER RESPONDE

Primero que nada, tengo que decir que hubo un reto que dejó @Sue167 sobre un beso de Devon y Skyler, cosa que quiero guardar para el especial de Devon Responde xD Luego, muchos dejaron retos y preguntas para otros personajes. A esas personas quiero decirles que sus preguntas se quedarán almacenadas para cuando llegue el especial de ese personaje, aviso para que no sientan que no los tomé en cuenta. Hoy puse solamente las preguntas que hicieron para Skyler. El próximo viernes estará el próximo especial, Devon Responde. Así que en los comentarios pueden dejar preguntas, declaraciones de amor, invitaciones a tener sexo salvaje BDSM y retos para él. Sin más por el momento, los dejo con Skyler.

     No me pagan lo suficiente para hacer esto.

     Esto no formaba parte de mi contrato.

     Bueno, bueno... Al mal paso, darle prisa.

     Hay un comentario de @Kiriatheblackpanther.

Eso es verdad, Sky, porque quieres a Devon sólo para ti 7u7

     ¡¡Que sólo somos amigos, maldita sea!!

     ¿Es que acaso todo tiene que terminar relacionándose con el amor y las cosas de pareja?

     ¡Sólo somos amigos!

     Bien, hay un comentario de @Adry19ana.

(^_^) Me ha gustado mucho el especial.

Pregunta para Skyler: ¿Crees que podrías pasar la prueba sin asociarte con nadie?

     Esa es una pregunta interesante. Supongo que podría hacerlo, sólo es cuestión de tener fuerza de voluntad. El resto llega por su cuenta.

     El siguiente comentario es, de nuevo, de @Kiriatheblackpanther.

Una pregunta, Sky: ¿Por qué te gusta tanto maldecir?

     No lo sé, supongo que es algo mío.

     Bien, este comentario es de @Sue167.

Pregunta para Skyler: ¿Es cierto que más tarde Devon y tú fuisteis pareja?

     ¡¡¡Maldita sea!!!

     ¡¡Sólo somos amigos!!

     ¿Cuál es la obsesión que todos tienen con respecto a Devon y yo?

     Espero que el siguiente comentario sea mejor.

     Hmmm, éste va de parte de @Sannti1.

Pregunta para Skyler, ¿quién es más importante para ti, Devon o Jackie? Y otra pregunta que no tiene nada que ver ¿Cuál es tu Pokemon favorito?

     ¿Es que acaso todo lo que digan tendrá que estar relacionado con Devon?

     Sabía que no tenía que hablar sobre él...

     Pero, respondiendo a tu pregunta, supongo que... Ambos son muy importantes para mí, no podría elegir entre ninguno de ellos.

     Oh, y mi Pokemon favorito es Lugia.

     Bien, pasemos al siguiente. De parte de @Itgonca.

Pregunta para Skyler: ¿Has pensado en amordazar a la persona a la que le cuentas la historia para que deje de interrumpir o molestar?

¿Cual tu Pokemon de agua favorito?

     ¿Sabes? Eso de amordazarla es una excelente idea.

     — ¡¡Oye!!

     Increíble. Ha estado espiando por detrás de la puerta. ¿Es que no se puede tener un poco de privacidad? Sí, lo sé, sólo ha tratado de descubrir algo más sobre Skylevon.

     — ¡Sí!

     Maldita sea.

     En cuanto a tu otra pregunta, @Itgonca, diría que mi Pokemon de agua favorito es Totodile.

     Siguiente comentario.

Pregunta para Skyler: si tuvieras que elegir, ¿elegirías a Devon o a Bulbasaur?

     ¿Elegir?

     ¿En qué sentido?

     Ambos son partes importantes de mi vida, pero cada uno tiene su lugar. No podría decidir solamente por uno de ellos.

     Bien, parece que no hay más comentarios, así que... Oh, no... ¡No, no, no, no, no! ¡¡No!! ¡¡No pienso dejar que Devon cumpla con tu reto, @Sue167!! ¡¡Maldita sea!! ¡¡Sólo somos amigos!!