Capítulo LXXX

¡Hey, hola! Voy a anunciar a los ganadores del reto del viernes pasado. Les recuerdo que por SIETE PUNTOS, siete personas debían cumplir con esta actividad:

.:: Escribir un oneshot sobre la reacción de Sheryl al enterarse de la muerte de Perla, narrado desde el punto de vista de Sheryl. ::.

Sin embargo, únicamente dos personas se llevaron el premio.

GANADORES

@Sannti1

@Sue167

@Sannti1 se ha ganado la portada especial para el oneshot, en caso de que quiera publicarlo aquí en Wattpad. Sólo debes decirme y yo la haré. No puse los oneshots aquí, porque ocuparían mucho espacio. El de @Sannti1 fue enviado por privado y el de @Sue167 pueden leerlo en su perfil.

Además, tenían la pregunta extra para dar cinco puntos a los cinco primeros en responder:

.:: ¿Cuáles son los Pokemon de Sheryl? ::.

Sheryl, al iniciar la historia, tiene en su poder a Blastoise, Vaporeon, Omastar, Golduck, Dewgong y Gyarados. Más adelante se hace con Lucario. Al morir Skyler, Sheryl toma posesión de Lugia. Y en el epílogo vemos que se ha quedado también con Diamond (y con los Pokemon de Perla, a quienes no tomé en cuenta para la respuesta). Son nueve Pokemon en total. Y quienes dijeron a los nueve Pokemon son:

GANADORES:

@irvin-eevee12_otaku

@Sue167

@Kiriatheblackpanther

@Lucario37

MARCADOR

@Sue167: 29 PUNTOS

@Kiriatheblackpanther: 18 PUNTOS

@Sannti1: 16 PUNTOS

@Lucario37: 14 PUNTOS

@Adry19ana: 9 PUNTOS

@Kevstar: 7 PUNTOS

@VadaLedesma: 5 PUNTOS

@irvin-eevee12_otaku: 5 PUNTOS

@sheylavigneperegrin: 4 PUNTOS

Ahora, pasemos a la pregunta de hoy: A lo largo de la Saga Pokemon, vimos que Skyler y Jay Jason eran enemigas mortales. Pero también vimos que Jay se convirtió, poco a poco, en una rival de quien había sido su mejor amiga durante toda la vida. Se sabe que Jason se encargó de que Perla estuviese en Phoenix aquel día, pero la pregunta es ¿por qué? Así que daré CINCO PUNTOS a las cinco personas que en los comentarios me digan de la forma más extensa posible...

.:: Una teoría acerca de la razón por la que Jay Jason propuso a Perla para que fuera enviada a capturar a los Dioses Legendarios a pesar de que eso podría costarle la vida a Perla. ::.

PREGUNTA EXTRA: Además, daré tres puntos a las cinco primeras personas que me digan EXCLUSIVAMENTE POR PRIVADO:

.:: ¿Cuándo y cómo ocurrió el primer beso de Perla y James? ::.

Pista: Sucede en el libro de La Isla de Mewtwo.

Las respuestas a ambas preguntas serán admitidas si llegan ANTES de las 00:00 horas del miércoles 9 de septiembre (hora de México). ¡Mucha suerte y disfruten el capítulo!

—Pronto me di cuenta de que las clases de Número Tres eran juegos de niños en comparación a la manera en que Lawrence Mawson impartía sus clases...

—Debilucha.

—Quisiera verte intentando correr quince kilómetros sólo para calentar.

—Pues en el colegio gané una medalla por haber llegado en segundo lugar en una carrera de relevos.

— ¿De quince kilómetros?

—En realidad fueron cinco, pero...

—Y soy yo la debilucha...

— ¡¡Skyler!!

Pronto me di cuenta de que las clases de Número Tres eran juegos de niños en comparación a la manera en que Lawrence Mawson impartía sus clases. Nuestra jornada diaria se dividía en tres partes. Cuatro horas de clases teóricas, cinco horas y cuarenta y cinco minutos de acondicionamiento físico, y tres horas de Entrenamiento Pokemon. Teníamos sólo quince minutos de descanso entre cada bloque, más veinte minutos dos veces al día para tomar el desayuno y renovar las energías con un bocadillo para terminar la jornada. Terminábamos las clases con nuestros cuerpos aullando de dolor; pero igualmente debíamos entregar al día siguiente los ensayos o tareas que consumían nuestro poco tiempo libre. Imagina lidiar con todo eso y, además, tener que encontrar la manera de dormir, al menos, ocho horas diarias.

Tal y como él nos advirtió en un principio, Mawson no tenía piedad de nadie. No podías tropezar frente a él siquiera, pues encontraría una forma de ridiculizarte. Esa era su manera de hacernos mejorar. Nadie quería ser el objeto de su burla, así que todos debíamos encontrar alguna manera de evitar que nos considerara torpes.

Tengo que admitirlo.

Extrañaba mucho a Número Tres.

Y envidiaba el hecho de que mi hermana no tuviera que esforzarse en las clases de mi sádica profesora. Sheryl subió a la cima, gracias a todos sus talentos, sin necesidad de mover un solo dedo.

Mawson no volvió a repetir aquello acerca de La Mortal Skyler Crown. A decir verdad, difícilmente se fijaba en mi presencia. Él centraba su atención en Jackie y se aseguraba de dejar a Max como un reverendo inútil. Para Lawrence Mawson, Devon y yo éramos invisibles... Hasta que ocurrió.

— ¿Ocurrió? ¿Qué ocurrió?

—Paciencia...

Ese día transcurría como cualquier otro.

Nos encontrábamos en la sesión de Entrenamiento Pokemon. La actividad del día consistía en lanzar platos de cristal a nuestros Pokemon, quienes debían destruirlos con sus técnicas especiales antes de que cayeran al suelo. Mawson llevaba un conteo de los aciertos de cada Pokemon. Si el Pokemon dejaba caer un plato, el marcador del Entrenador volvía a ceros. Jackie y Persian iban a la cabeza, con noventa y cinco puntos al hilo. Le seguían Devon y Sylveon, con ochenta y nueve puntos al hilo. Ivysaur y yo íbamos en tercer lugar, con setenta puntos al hilo.

— ¡Más rápido! —Exclamó Mawson—. ¡Más rápido, holgazanes!

Obedecerle fue un gran error, pues los cristales rotos comenzaron a caer con más frecuencia y algunos fragmentos alcanzaban a cortar nuestras pieles. Yo me detuve cuando un trozo de cristal cortó el dorso de mi mano. Jackie, a pesar de tener cuatro dedos ensangrentados, no se detuvo. En ningún momento.

— ¡Energía! —Insistió Mawson—. ¡Háganlo como si les pagaran por hacerlo!

Seguimos trabajando de esa manera durante quince minutos más, hasta que Mawson hizo sonar su silbato y exclamó:

— ¡Tiempo! ¡Vamos a la piscina!

El grupo se dirigió al gimnasio del Instituto, donde la piscina techada esperaba a ser partícipe de nuestra tortura. Devon rodeó mis hombros con un brazo en el momento exacto en que Ivysaur accedió a competir con Sylveon en una carrera para ver quién llegaba antes al gimnasio.

—Quería un Glaceon —dijo Devon para romper el hielo—. Un Espeon también habría sido aceptable. Pero Sylveon es adorable, ¿qué puedo decir?

—Definitivamente elegiste una evolución muy varonil para Eevee —se burló Jackie—. Ahora eres todo un macho alfa.

—Ellen fue quien eligió a Sylveon —explicó Devon—. No pude negarme. Ellen es mi pequeña princesa. Lo que ella diga, tiene que ser.

—Me he puesto celosa de tu hermana —le dije.

Él rió a carcajadas.

—Si yo tuviera un Eevee, habría elegido evolucionarlo en un Jolteon —dijo Jackie.

—Yo habría elegido un Vaporeon —dije—. Ya saben, para complacer a mi madre.

Me mordí la lengua al instante, pues decir aquello implicaba ser y actuar como mi hermana menor. Aunque muy en el fondo sabía que mi madre se habría sentido en la gloria si aquel Vaporeon de Sheryl hubiese sido mío.

Los vestidores del gimnasio tenían tantos casilleros que cualquiera podía confundirse. El mío, por fortuna, estaba señalado con un collage de fotografías de Ivysaur. Al llegar, introduje la clave en el pequeño tablero táctil que servía para bloquearlo.

1212.

El cumpleaños de mi padre.

La puerta del casillero se abrió y yo procedí a quitarme la ropa con timidez para poder ponerme el bañador del Instituto, que era de dos piezas y de color negro. Nuevamente sentí un poco de envidia al ver a Jackie sacándose la parte superior de sus ropas de entrenamiento. La manera tan desinhibida en la que se sacó también el sostén, luciendo su ya perfectamente esculpido busto, me hizo pensar que mi cuerpo tenía la forma de una patata.

Jackie se percato de que yo la estaba mirando. Terminó de vestirse con el bañador, sonrió con malicia y pasó a un lado de mí, dedicándome un guiño y contoneándose con sensualidad. De pronto sentí sus manos sobre mi espalda, segundos antes de que mi sostén cayera al suelo gracias a que ella había quitado los broches.

— ¡Mierda, Jackie! —exclamé enfurecida.

Ella rió.

—Sé menos tímida —me dijo—. No es como si Paltrow te estuviera viendo.

— ¡Cierra la boca!

—Como si Paltrow no te hubiera visto ya sin nada encima —se burló.

—Por supuesto que no. Qué tonterías dices.

Jackie rió de nuevo.

—Te esperaré afuera —me dijo y se retiró.

Yo sólo puse los ojos en blanco.

Comenzaba a atar mi cabello con una coleta y me preparaba para salir, pues el vestidor se había vaciado casi por completo. Ivysaur y Sylveon entraron a buscarme, aún corriendo y jugando juntos. Cerré la puerta del casillero, activé el sistema de seguridad y escuché aquella voz a mis espaldas.

— ¡Oye! ¿Puedes ayudarme?

Acudí al llamado, pues sólo quedábamos esa chica y yo en los vestidores.

—Seguro —le dije.

Ella me entregó una bandita que aún estaba en su empaque. Se giró para darme la espalda y retiró su largo cabello castaño para dejar al descubierto el pequeño corte que se ubicaba entre sus clavículas. Comenzaba a cicatrizar.

— ¿Puedes cubrirlo? —Me pidió ella—. Sé que no servirá de mucho, pero arde como el infierno con el agua de la piscina si lo llevo descubierto.

Lo hice. Puse la bandita en su lugar y mis ojos se fijaron en esa serie de cicatrices que se extendían por todo el lado izquierdo de su espalda. Eran cicatrices de puñaladas, así como el corte que cubrí parecía haber sido hecho con un arma blanca.

—Ya está —le dije para poder dejar de mirar.

—Te lo agradezco —dijo ella y procedió a trenzar su cabello.

Antes de que ella cerrara la puerta de su casillero, alcancé a ver dentro la carta de la Elite. Abierta.

—Llevamos poco más de tres meses en este curso y no nos hemos presentado correctamente —me dijo sonriente, mostrando que usaba frenillos. Me tendió una mano y añadió—: Soy Lindsey. Lindsey Stark.

Lindsey era casi diez centímetros más alta que yo. Tenía el cuerpo esculpido por el ejercicio, piel de color canela, un tatuaje con la forma de un Dragonair que iba desde sus caderas hasta sus muslos, dedos largos, labios delgados y un par de bellos ojos de un claro tono de color marrón.

—Skyler Crown —dije estrechando su mano—. No te había visto en el Instituto antes de este curso.

—Me transfirieron desde Idaho. Luego de mi desempeño en la última prueba, mi profesor consiguió que me admitieran aquí. Debe ser un colegio realmente bueno si es aquí donde se encuentra el Alto Mando. Leona Lively es todo un modelo a seguir.

— ¿Lively? ¿Te refieres a Número Tres? ¿Leona Williams?

—Así es. Sólo que en la Elite la conocen por su apellido de soltera. Es tan hermosa y muy talentosa. ¿Puedes creer que la Elite pagó todos sus estudios, desde el bachillerato hasta la universidad?

— ¿Cómo sabes todo eso?

Realmente me sentí un poco traicionada y desinformada. ¿Cómo era posible que ella conociera a Número Tres mejor que yo?

—Ella es famosa entre los miembros de la Elite —me dijo—. Fuerte, talentosa...

—Tú... ¿Tú recibiste la carta?

Era una pregunta innecesaria, pero igualmente debía formularla.

Ella asintió.

—Soy una Iniciada —me dijo—. Pero por más que he intentado que Leona Lively me entrene, desde que llegué a McAllen, ella sigue rehusándose. Supongo que tendré que sacarle provecho a las clases de Lawrence. Definitivamente no dejaré que la oportunidad de usar uno de esos abrigos negros de la Elite se escape de mis manos.

— ¿Cómo puedes decir algo así? —Reclamé, ella me miró confundida—. ¡Ellos son monstruos! Destruyen todo lo que tocan. Y el líder... ¿Él te ha...?

R es el hombre más caballeroso que he conocido jamás —dijo ella, auténticamente confundida—. Desde que soy una Iniciada, él se ha hecho cargo de los gastos médicos de mi padre. Necesita muchas medicinas que nosotros no podemos pagar.

—Escucha, Lindsey —insistí—. No puedes fiarte de él. Te hará mucho daño.

— ¿Eres una Iniciada?

—No. No he abierto la carta.

—Te aseguro que te equivocas, entonces. Abre la carta y compruébalo por ti misma.

Quise responder algo para intentar establecer mi punto, pero la mano de Jackie me tomó furtivamente por el brazo para apartarme de Lindsey. Me llevó casi a rastras a la piscina sin decir la más mínima palabra. Vi a Devon en el agua, jugando con un Furret que había liberado una de nuestras compañeras. Y lo único en lo que pude pensar era en que si Lilly Lawler y Lindsey Stark habían defendido al sucio cerdo, era porque había algo detrás que yo no podría ver mientras estuviera fuera.

Así que esa misma noche, después de la cena, tomé la última carta misteriosa que llegó por correo. Me encerré en mi habitación, cerré las cortinas y, dejándome llevar por mi propia curiosidad mortífera, finalmente abrí el sobre.

— ¡¡¡No!!!

—Sí.

— ¡¡¡No!!!

—Sí...

— ¡¿Por qué lo hiciste?!

—Porque tenía que descubrir lo que ocurría realmente allí dentro. Tenía que ayudar a Jackie. Y a Lindsey, a pesar de haberla conocido pocas horas antes.

— ¿Qué sucedió con Lindsey? ¡Dime que ese maldito no le hizo ningún daño!

—Es triste decirlo, pero a veces la vida pone en tu camino a personas que quisieras conservar a tu lado por siempre. Y cuando menos te lo esperas, esas personas simplemente desaparecen en la nada como si nunca hubieran existido.

—Skyler, ¿ella...?

—Pronto lo sabrás.

— ¿Y qué decía la carta?

—Estimada señorita Skyler Crown...

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