Capitulo 2: !Lest Go Eevee!


—Rayos, rayos, rayos... porque siempre me tiene que pasar esto. —La joven de catorce años no paraba de correr, hasta llegar al laboratorio de la profesora Lisa, y así poder recibir a su primer pokemon. Se encontraba tan desesperada, que no se daba cuenta de lo chascona y rojiza, que iba quedando con el trote.

Sin dudas, el ejercicio físico no era lo suyo.

Pasaron los minutos, hasta que por fin, la alvina acababa de llegar al laboratorio. El lugar era un poco sencillo por fuera; estaba compuesto por dos pisos, su techo era de teja asfáltica gris, que por encima de ellos estaban instalado unos paneles solares como fuente de poder, y el revestimiento era un estuco color verde claro.

Pero por dentro; el laboratorio estaba repleto de maquinas, computadoras, libros, libretas, ect; todo lo que estaba relacionado con el estudio de los pokemons: las diferentes especies, las cadenas evolutivas, sus diferentes habitas, la gran variedad de tipos, y mucho más sobre esas increíbles criaturas.

—Permiso —Ingreso la peliblanca al laboratorio, luego con su voz agitada pregunto: —¿Hay alguien aquí?

—Hola niña. —Saludo un chico de diecisiete años, su cabello era color castaño y su vestimenta consistía; en un delantal blanco, pantalones rojo marrón, zapatos cafés y un par de anteojos. —Supongo que vienes a ver a mi prima, ¿cierto?

—Si... af, af, vengo por la profesora Lisa. —Respondió la alvina, que iba recuperando el aliento. —Tú debes ser su ayudante primo, ¿cierto?

—Exacto. También me dedico al estudio de los pokemons, me llamo Levi Oak. —Se presento a la chica.

—Es un gusto Levi... mi nombre es Linka Loud, ya estoy lista para convertirme en la mejor entrenadora pokemon. —Dijo la alvina con mucho entusiasmo y animo.

—Esa es la actitud... —Se fija en el desordenado cabello de la chica. —Deja adivinar; tu primer combate fue contra la almohada, ¿verdad?

La peliblanca tras escuchar eso ultimo, empieza arreglar su cabello de inmediato, acompañada de un pequeño sonrojo en sus mejillas, al ser una situación algo a vergonzosa. —Jeje, ni tanto... es una larga historia.

—Vaya, vaya, con que nos volvemos a encontrar jovencita.

—Eh... profesora. —Comento la peliblanca, al apreciar; a Lisa bajando por las escaleras. —¿Usted, se acuerda de mí?

—Pues claro que sí, nos vimos hace un par de minutos. —Respondió, mientras que se acercaba hacia la peliblanca. —Además, como voy a olvidarme de la chica que hizo pipi en medio del bosque.

La pobre alvina se sonrojo, al estar invadida por una gran cantidad de vergüenza. Obviamente, esperaba que la profesora, la recordara por algo mucho más épico.

—Jejeje... tranquila, solo bromeaba un poco. —Dijo entre pequeñas carcajadas. —Como voy a olvidarme de la chica, que me ayudo a capturar un eevee shiny.

—Jeje, ahora si nos entendemos.

—Vaya... con que fue ella; quien lo capturo. —Comento Levi, estando asombrado por la futura habilidad de la peliblanca como entrenadora.

—Sí. —Ahora le dirige la palabra hacia la alvina. —Dime niña, ¿Qué haces por estos lados?

—Eh... bueno, no sé si usted recuerde que hoy yo iba a recibir; primer pokemon. Envié mi solicitud la semana pasada.

—aaa... ya recuerdo; tú eres Linka Loud, una de los cuatro chicos que iban a venir aquí, para poder recibir a su primer pokemon. —Se dirige hacia la escalera para poder subir al segundo nivel, no sin antes de invitar a la alvina: —Ven, acompáñame por aquí Linka.

La peliblanca asiente y se dispone acompañar, a la profesora hacia el segundo piso. Por otro lado Levi; se quedaría en el primer piso para organizar unas cosas, que son muy útiles para los entrenadores novatos.

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Linka se encontraba muy emocionada; un momento que espero por mucho tiempo al fin había llegado, su gran camino y aventura por el mundo pokemon, estaba a punto de comenzar. Sobre todo; por fin tendría a su propio compañero. Pero, ¿Quién sería ese compañero?

—Debes estar muy ansiosa. —Comento la profesora.

—Claro que si profesora... me costó un poco en quedarme dormida anoche, la emoción y los nervios, no me permitían dormir en paz.

—Pues viendo la hora y del estado en que llegaste, demuestran que no dormiste como correspondía.

—Bueno solo un poco... es que anoche, me quede pensando y meditando; cual podría ser mi pokemon ideal para iniciar mi camino como entrenadora. Admito que me costó un poco, pero al final pude seleccionar, a mi primera opción —La peliblanca le empieza a dar un ataque de emoción, entusiasmo y nervios. —¡Escogeré a Mudkip!

—mmm... no es una mala opción, pero hay un pequeño problema; Mudkip se le fue dado a un chico que si respeto la hora citada.

—¿Qué? —La pobre alvina se empezó a preocupar, su primera opción ya no estaba disponible, probablemente los otros dos podían tener el mismo destino. —Rayos, yo quería a Mudkip... —Agacho un poco su cabeza. —pero bueno, de igual modo tengo seleccionado mi segunda opción; ¡Torchic!

—Aff... —Tras escuchar ese suspiro, significaba una mala noticia para la alvina. —Lo siento, pero a Torchic se lo llevo una chica que si llego temprano, incluso fueron diez minutos antes de las nueve.

—Ay no —Empezaba a desesperarse y a decepcionarse, al igual que la primera; su segunda opción ya no estaba disponible. —¿pero qué clase de broma cruel es esta?

—No se llama broma, sino responsabilidad.

—Rayos, ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí? —Ahora solo le quedaba una opción, que a pesar de no ser de sus preferidos, como lo eran Mudkip y Torchic, era su única alternativa para poder iniciar con su aventura. Solo esperaba; que no haya tenido el mismo destino de los otros. —Entonces escogeré a Treecko.

—Ay niñita...

—Deja adivinar; también se lo llevaron. —Dijo sin ningún ánimo, ya estaba muy decepcionada y desanimada, incluso más de lo que esperaba.

—Pues sí, el que madruga Dios bendice... a final de cuentas gana el pokemon.

—Entiendo, ¿Por qué me tuve que quedarme dormida tan tarde? —Se preguntaba a sí misma con algo de tristeza. Acababa de llegar al segundo piso con la profesora, apreciando tristemente las capsula de los iniciales totalmente vacías, en verdad fueron entregados a alguien más. —Eso significa; que empezare mi aventura sola, sin ningún compañero pokemon, ¿verdad?

—Obviamente que no, está estrictamente prohibido; entrar a los bosques sin ningún compañero. Los pokemons salvajes son cosa seria, en especial cuando estos se encuentran en su etapa final. —Comento la profesora seriamente. —Así que por favor no seas tan tontuela.

—¿Entonces como lo hago? —Pregunto Linka con un tono desesperado y entristecido. —No quiero esperar tanto tiempo para poder dar, mis primeros pasos como entrenadora.

—Pues súper fácil muchacha, no por nada soy profesora. —Dijo Lisa, mientras que alzaba su mirada hacia una mesa; al lado izquierdo de la vitrina de los iniciales, encima de ella se encontraba una pokebola. —Todavía nos queda un pokemon más por entregar.

—¿Me lo dice enserio?... pero si Mudkip, Torchic y Treecko ya no están, ¿Qué pokemon es? —Preguntaba la alvina con intriga; por una parte su estado emocional iba mejorando, al ver que aun quedaba un pokemon para ella, pero también tenía mucha curiosidad por saber, cual era esa criatura en la pokebola; acaso seria uno que ya conocía, sería uno de sus favoritos o tan preferidos, sobre todo lograría formar un

fuerte lazo de entrenadora a Pokemon, con esa misteriosa criatura.

—Pues intenta de recordar; lo de esta mañana, cuando nos encontramos en el bosque.

Evo, evo, evo... era el sonido que la alvina recordaba, tras oír las palabras de la profesora Lisa; el gruñido de un pokemon que conoció durante la mañana. Pudo simpatizar con él a pesar de ser salvaje, sintiendo una pequeña conexión. Sobre todo, tuvo la fortuna de capturarlo con sus propias manos, siendo su primera práctica de captura, en especial; se trataba de una especie de color diferente a los otros.

Ese color era casi idéntico al suyo; siendo los indicios de su conexión con aquella criatura.

—¿Eevee?

La profesora asiente con su cabeza e indica, con su mano la pokebola; respondiéndole a la alvina indirectamente.

La muchacha de cabello blanco no podía creerlo; la profesora le estaba ofreciendo un pokemon bastante raro como inicial, sin mencionar que apenas lo consiguió hace unos minutos, obviamente se necesitaría más tiempo para analizarlo e investigarlo.

—¿Me lo dice enserio?, ¿en verdad usted me quiere darme a Eevee? —Preguntaba la alvina.

—Pues claro que sí, es el único pokemon que nos queda en el laboratorio... viendo tu actitud y personalidad como entrenadora, dudo mucho que quieras esperar por un largo tiempo para tener uno de los tres iniciales. ¿Estoy en lo correcto, Linka?

—Bueno si, pero... ¿está segura de darme a Eevee? —La alvina aun estaba dudosa y preocupada por esa opción, no era porque sentía disgusto hacia la criatura, sino porque pensaba que el laboratorio era un mejor lugar para él; ya saben estudios, análisis, etc. —Aunque sea un shiny súper raro.

—Aff... Linka, entiendo lo que me quieres decir. Los shinys son muy difíciles de encontrar, incluso la probabilidad de un entrenador para tomarse con uno; son menores al cero por ciento, sin mencionar que si fallas con la captura, es muy posible que nunca más se vuelvan a ver. Pero durante la mañana paso al distinto, te encontré a ti jugueteando con ese shiny y más encima, lo capturaste sin ningún problema, ni siquiera batallaste por él... quizás hayas pensado que fue cosa de suerte, pero no, porque durante ese pequeño tiempo en que jugueteaste con eevee, construiste un lazo de entrenador a pokemon. —Lisa al terminar de hablar, saca su botella de agua, para refrescar su garganta de tanto hablar.

—Entonces eevee y yo, tenemos ese lazo especial. —Comento despacio la alvina, para luego meditar las palabras de la profesora. Estaba en lo correcto, ella había sentido esa conexión con aquella criatura, a pesar que fue por un breve tiempo, se estaban volviéndose amigos y llevándose muy bien; eevee era su pokemon ideal para iniciar, no importaba su rareza, sino su lazo. —Eso es... —Por fin logro entenderlo: —Todavía están los tres iniciales, pero se dio cuenta que eevee y yo, estamos hechos para el uno. ¿Cierto?

"En que parte no entendió; que eevee es el único que nos queda, espero que no tenga mucho aire en la cabeza... por al menos capto lo más importante". —Dijo la profesora en su mente, al notar la poca ignorancia o atención de la peliblanca. De igual modo le siguió la corriente: —Si muchacha, esa era la idea.

—¡Sí! —Dio un pequeño brinco y empezó a celebrar: —Tendré un pokemon, por fin podre ser una entrenadora. —Empezó a dar pasos, hacia la mesa en donde estaba la pokebola, pero al estar casi cerca del objeto, este empieza a rebotar como si nada. —¿Pero qué? —Quedo sorprendida, al ver nuevamente ese extraño comportamiento.

—Vaya... de nuevo la pokebola se está comportando como loco, es como; si el pokemon estuviera bastante emocionado o nervioso, para actuar nuevamente de esa manera. —Comento Lisa. Seguía sin entender ese comportamiento de la criatura, en especial que solo ocurría, cuando la peliblanca estaba cerca. —Esto es raro, hace rato estaba tranquilo, pero ahora que estás tú... no será que... haber tómalo de una vez, con confianza que no muerde.

La peliblanca asintió y procede en tomar la pokebola, con un poco de miedo y nervios por aquel comportamiento. Cuando ella estuvo a punto de tocarlo, la ball empezó a emitir una luz azul claro, y de pronto...

—¡Evo! —El pequeño eevee, había salido solo de su pokebola. —evo, evo... —Sacudía sus orejitas, al sentir la mano de la chica sobre su cabeza.

—¡¿Qué?! —Exclamaron las dos chicas, por la repentina aparición de eevee.

—Evo... —La criaturita, empieza a olfatear los dedos de la peliblanca. —... —Se queda observando fijamente a su entrenadora, hasta hacer una pequeña sonrisa y tocar la mano de Linka con su pata delantera, tal como si fuera un saludo o estrechada de manos. —evo, evo, evo...

—Je... —La peliblanca de apoco empieza a sonreír. —Je, también es un gusto amiguito.

—En realidad es una hembra.

—Evo, evo, evo... —Eevee da unos pequeñísimos brincos por la emoción. —evo, evo.

¡Eevee es ahora compañera Pokémon de Linka!

—Este ejemplar es bien curioso. —Comentaba la profesora Lisa, al estar maravillada por esas dos, en especial por el pokemon. —Sale de su pokebola y entra en ella como le antoja... pero por muy rebelde que sea, yo diría que le agradas mucho. ¿Le quieres ponerle mote?

—mmm... un mote, ósea un apodo. —Se queda pensando un poco, mientras que miraba a su compañera. —mmm... —Se queda pensando en el color de eevee, que era único para su especie. —Que te parece; Silvin, ¿te gusta?

—Evo, evo... —Respondió con entusiasmo a su entrenadora, le gustaba ese nombre.

—Entonces te llamare; Silvin. —Dijo, acompañada por una linda sonrisa y un pequeño rubor en sus mejillas.

—Excelente, ya tienes a tu compañero pokémon. —Decía la profesora, a la chica. —Ahora te daré mi última invención... —Desde uno de los bolsillos, de su delantal; saca un pequeño aparato de color rojo, en la cual se parecía a un celular. —Con este aparato podrás registrar; los datos de los pokémons que vayas avistando o capturando. Es un tipo de enciclopedia vanguardista, cuyo nombra es... Pokédex. —Hace entrega del aparato a la peliblanca. —Solo tienes que apuntar al pokémon con la Dex, y así podrás tener su información.

—Okey, muchas gracias profesora. —Agradeció, mientras que recibía la Pokedéx.

—De nada... es mí deber preparar a los entrenadores, para que puedan ser grandes maestros en el futuro. Esto solo es el primer paso, tu aventura recién comienza... tienes un gran camino por recorrer. ¿Estás lista?

—¡Claro que sí!

—¡Evo!

Las dos estaban listas para comenzar, su gran recorrido por la región de Bratian.

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Minutos más tarde: Linka junto con Eevee bajarían al primer piso, encontrándose nuevamente con Levi. Él ya sabía que su prima, le daría a eevee a la chica, así que no le sorprendió mucho, a pesar de ser un pokémon raro para su especie.

Al igual que a los otros entrenadores, se encargaría; de entregar un pack especial para los novatos; consistía en cinco pokebolas normales, para que pudieran capturar y formar su equipo Pokémon. También incluía diez pociones, que permitiría curar a sus pokémons, cuando se encontraran en un daño crítico, sin ningún avistamiento de Centro-Pokémon.

La peliblanca agradecería por la entrega de recursos, mientras que Levi le desearía mucha suerte en su viaje. También le recomendaría, que fuera hacia donde sus padres, antes de aventurar.

Que al parecer, no fue necesario.

—¿Papá, mamá, Lily? —Les preguntaba la alvina muy confundida, al ver a sus dos padres (que estaban acompañados por sus compañeros pokémons) y hermanita, afuera de la entrada del laboratorio. —¿Qué hacen aquí?

—Acaso no es obvio, nos venimos a despedir de ti cariño. —Respondió su padre, que procedió en abrazar a su hija, junto con unas lagrimas. —Mi niña ya esta grandecita, snif, snif...

—Papá, por favor no me avergüences. —Dijo la peliblanca con un pequeño rubor, le resultaba un poco incomodo, cuando su padre se ponía sentimental. —No era necesario que vinieran, yo iba a pasar a la casa.

—Lo sé tesoro, pero tu padre insistió bastante. —Dijo Rita, mientras que notaba el curioso compañero de su hija. —Vaya, con que ese es tu compañero.

—Si mamá —Respondió, mientras que se separaba del abrazo de su padre. —es un eevee, lo llame Silvin.

—Guau... es un pokémon bastante bonito, aunque no recuerdo que fuera uno de los tres iniciales.

—Pues, es una larga historia... jeje.

—Pero cariño, los eevees son de color marrón, ¿porque este es de color gris? —Preguntaba su padre, al notar la diferencia de color de la criatura.

—Es un pokémon shiny; un pokémon de color diferente a los de su especie, son muy difíciles y poco probables de encontrar. —Respondió Linka, mientras que cargaba a Silvin.

Los padres se sorprendieron, tras oír lo que si hija había dicho, desde hace varios años escucharon esa palabra shiny, pero nunca lograron de toparse con uno para comprobarlo, hasta ahora. Sin dudas su hija era una suertuda.

Los Señores Louds pasaron varios minutos conversando con su hija alvina, ya que pasaría un largo tiempo en que no la verían, sin mencionar que estaría bastante lejos de su casa. Aunque Rita si lograba controlar sus emociones, no como su delicado esposo. Por otro lado Silvin estaba socializando con los Pokémons de los padres de Linka, en la cual si resultaba ser una buena y agradable relación entre ellos.

Antes de despedirse, la Señora Loud, le hizo entrega de unos objetos para su hija; un mapa de toda la región de Bratian, un Pokegear; para que se pudieran comunicar en cualquier momento con tan solo marcar el contacto, y un par de guantes negros muy deseados por la alvina.

Por otro lado su padre, le entrego; unas bayas silvestres para sus pokémons, una libreta para que anotara algunas cosas importantes, y una mochila con algunos útiles en ella; alimentos, ropa extra, y papel higiénico. Sin mencionar que aún le quedaba espacio extra, para guardar sus demás objetos.

—Gracias papá y mamá —Agradeció la alvina, abrazando a sus padres y a Lily, siendo su despedida. —Los quiero, prometo que estaré bien y que traeré de vuelta a Lincoln, lo hare por ti Lily. —Acaricia el cabello de su hermanita, siendo la promesa que la menor; conocería a su hermano.

—Se que lo harás tesoro, pero no olvides que si necesitas algo, no dudes en llamarnos... igual estaremos ahorrándote dinero para tu viaje, así no te hará falta. —Comentaba Rita, luego dirige la palabra a Silvin. —Por favor cuida a mi hija. —Eevee asiente; evo.

Tras despedirse, los Señores Louds con Lily y sus compañeros regresaron a su casa. Aunque Rita tendría que consolar a su esposo, durante la caminata.

Ahora si estaba lista para iniciar.

—¿Estás listo Silvin? —Pregunto la peliblanca a su compañera, mientras que se colocaba los guantes que su madre le regalo.

—Evo. —Respondió la criatura dando un brinco, siendo un sí. Luego se monto en el hombro de su entrenadora.

—Bien. —Hace una mirada de confianza. —Comencemos... ¡Lets go!

La peliblanca procedió en continuar con el camino del bosque, ya que este estaba conectado; con la primera ciudad de la región. Estaba muy ansiosa por enfrentar distintos entrenadores, capturar a distintos pokémons, superar distintos desafíos. Sobre todo encontrarse con su hermano mayor y desafiarlo, a una batalla pokémon, junto con su compañera Silvin.

¿Qué desafíos o retos, le esperaran a Linka y Silvin?, ¿Sobretodo lograran superarlo?

Solo el tiempo lo dirá.

—¡Rayos! Me olvide dar mi contacto a Linka. —Lisa salió de inmediato para alcanzar a la alvina.

Bien amigos espero que les haya gustado el capitulo, de ser así pueden dejar su voto o comentario, sobre todo disculpen por la demora o por algún error.

Datos:

-El Mote de Eevee; Silvin. Se debe por su color, que se asemeja al plateado, y como saben plata en ingles es Silver.

-La frase Lest go, es referencia a los videojuegos de Pokémon del mismo nombre, con Pikachu y Eevee.

-Desde un principio pensaba usar los de Jotho como iniciales, pero se me hizo interesante usar los de Hoem, aunque no resultaron ser revelantes. POR EL MOMENTO.

Eso es todo, nos vemos!!

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