9
A Taehyung no le gusta la soledad. Uno de los sentimientos que más le causa tristeza y dolor.
No tenía amigos. Desde que tiene memoria no recuerda a nadie que haya sido aunque sea un compañero para él, ya que a causa de sus problemas no solía salir de los aposentos del castillo. Claro que siempre fue amable con alguna gente de la servidumbre para no sentirse solo -aunque algunas se cansaran de éste por ser muy molesto y parlanchín, y los interrumpiera en su trabajo-, incluso en las celebraciones cuando iban las alianzas de sus padres conocía a muchas personas pero con ninguna era de entablar un lazo más allá de esa noche. Por esa misma razón, conforme pasaba el tiempo se volvió tímido y con algunas inseguridades, ya que al no tener alguien de su edad con quien divertirse y hablar cómodamente provocaba que se guardara todo para sí mismo y no supiera como relacionarse o desenvolverse con confianza.
Taehyung necesitaba desahogarse aunque sea mínimamente sobre sus dificultades, sentía la necesidad de sacar un poco de ello para no quedarse estancado en su propio pozo donde a pesar de gritar inequívocamente por ayuda, lo único que hacía era llenarse de agua (problemas) y que este constantemente se ahogara, sin que nadie pudiera ayudarle.
Nunca convivió con alguien más que no fuera su familia o la servidumbre, o ya de a perdidas los animalitos. Siempre estaba solo. Claro que Taehyung no es que estuviera apresurado de tener un amigo, pero se aburría estando tan solitario, todo el tiempo encerrado en el castillo que si no fuera por su estudio de arte ya habría muerto de aburrimiento hace mucho.
Y es que cuando era pequeño jamás comprendió porque siempre tenía que estar encerrado. Taehyung siempre pensó que cuando eres niño puedes tener la libertad de explorar al aire libre, ya sea para conocer otras cosas, distraerte, aprender o para divertirte. Pero Taehyung no salía más allá del castillo, aunque al principio no le tomaba importancia conforme iba creciendo su curiosidad y anhelo por ir a conocer lo que había afuera de esas duras y aburridas paredes, se hacía mucho más grande.
Hubo muchas veces que Taehyung les pedía permiso a sus padres de salir a jugar con los niños del pueblo, ya que los veía jugando desde su ventana todos los días en las calles y él tenía muchas ganas de ir con ellos, pero sus padres siempre se negaban sacando la misma excusa: "No puedes ir con ellos. Te van a lastimar. Estando aquí nadie te hará daño. Algún día lo comprenderás."
Y en esos tiempos, él jamás lo había comprendido.
¿Por qué no me dejan salir?
¿Por qué me lastimarían?
¿Hice algo mal para que siempre me tengan encerrado como a un animal?
Las mismas preguntas todo el tiempo. Un pequeño Taehyung de 6 años preguntándose que había hecho mal para que no pudiera salir un rato con niños de su edad para hacer lo que, se suponía, todos los jóvenes hacen: divertirse.
Después... Lo entendió.
Comprendio porqué sus padres lo tenían encerrado siempre. Porqué se sentía como un animal. Porqué siempre estaba solo.
Lo peor de todo fue la manera en la que sucedió.
Fue duro y repentino. Algo que jamás imaginó que pasaría.
Desde ese momento la vida de Taehyung empezó a ser más dura. Y es que a pesar de tener a sus padres a su lado, quiénes siempre le han recordado lo mucho que lo aman y lo han apoyado en distintas circunstancias... no era lo mismo. Los amaba pero simplemente ellos no entendían a Taehyung.
El pequeño príncipe sólo tenía 6 años cuando tuvo que afrontar aquel golpe, incluyendo dejar su infancia de lado para poder tomar las responsabilidades aún más fuertes. Sólo era un niño y tenía tanta tristeza que sentía que podría asfixiarse con ella.
Lo trataba de superar, intentaba no pensar mucho en ello, aunque a veces venían esos recuerdos y cuando eso sucedía siempre recordaba las palabras que una vez le dijo su abuelo: "La muerte, al final, nos coge a todos. Antes de tiempo o demasiado tarde pero no importa porque al final todos estamos destinados a morir. Y sólo los Dioses saben el porqué se llevan a un alma tan temprano."
Recordaba muy bien esas palabras porque el viejo tenía razón. Sólo los Dioses saben el porqué sucede todo esto. Aunque a veces consideraba a su abuelo como alguien muy frío y porfiado, siempre fue alguien muy audaz y velaba por el bienestar de la familia. El hombre mayor ayudó a Taehyung con algunos de sus problemas en algunas ocasiones antes de su lecho de muerte, e incluso fue el único que lo sacó a pasear cuando era un niño, y le daba consejos y lecciones sobre la vida. Eso sí lo agradecía.
Aún así, pasó la mayor parte de su vida solo. Sin alguien con quien bromear. Con quien salir a los jardines o mínimo a caminar.
Se sentía tan íngrimo y retraído.
Él quería saber lo que se siente tener a alguien de su edad a su lado, alguien que lo comprenda, con quien pueda hacer boberías y tal vez jugarle bromas a los demás. Desahogarse del sufrimiento que tenía y ser consolado por un lazo amistoso. Quería un compañero de aventuras y fiel confianza.
Vivió un tiempo estando solo y deseándole a los Dioses una compañía. Un amigo.
Creyó que siempre estaría en añoranza, pues nunca vio señales del destino o los Dioses que le dejaran algún mensaje o algo con respecto a ello. Y estaba dándose por vencido.
Pero en el momento más inesperado llegó Jimin. Su actual y único amigo.
El rubio siente demasiado afecto y devoción por su amistad con el pequeño muchacho, ya que al igual que él, la vida del otro también ha sido un tormento. Se entienden y se complementan. Se ayudan mutuamente y se son leales el uno al otro.
Jimin es el hijo de una de las cocineras del castillo, Taehyung lo conoció por primera vez cuando se estaba escabullendo hacia la cocina para comer un postre que sus padres le habían prohibido.
Y cuando lo conocío comprendió muchas cosas...
[...]
*10 años antes*
Un pequeño Taehyung se encontraba escabulléndose por los pasillos de la planta baja, teniendo cuidado que sus padres no lo vieran o la servidumbre no lo delatara. Asomando su pequeña cabecita y asegurándose que no estuviera nadie, salió de puntitas y se encaminó hacia su destino, iba con los labios apretados tratando de no hacer ruido para no ser descubierto.
Llegando a la cocina, con sus ojitos logró divisar el pay de queso que se encontraba en la mesa, se lamió sus labios por el antojo. Sus ojos divagaron por el lugar inspeccionando que no hubiera nadie y cuando notó que estaba solo se adentró a la habitación, estiró su brazo derecho y de puntitas trató de agarrar una cuchara, una vez que la obtuvo arrastró uno de los bancos a la mesa de centro, exactamente al lugar donde estaba el pay y después sólo tuvo que jalarlo con una de sus manitas para tenerlo frente a él.
El olor a dulce y pan recién horneado se había metido en sus fosas nasales y sus ojitos brillaron con hambre. Empezó con una cucharada pequeña para no atascarse pero eventualmente sentía que estaba devorando el postre. Podía ver como algunas migajas estaban siendo dejadas en la mesa debido a su poco cuidado al comer pero no le tomó importancia, sólo quería disfrutar su pay.
El pequeño príncipe estaba tan inmerso comiendo, que no se dio cuenta cuando la puerta del otro lado de la cocina era abierta.
—Que feo comes, niño—. Taehyung escuchó la voz y levantó la vista con el miedo pasmado en su rostro temiendo haber sido atrapado. Pero en cuanto vio que la voz provenía de un niño robusto con mofletes abultados se relajó y no le tomó importancia.
—Que te importa —Le contestó con la boca llena y el otro chico hizo cara de asco por la escena. Entonces Taehyung tragó lo que tenía para después volver a hablar— Gordito.
—¿A quién le dices gordito? —El niño frunció sus labios mientras ponía sus pequeñas manitas en sus caderas.
—A ti... —tragó— Gordito.
—A mí no me dices así —el pequeño robusto se acercó molesto a Taehyung, dispuesto a decirle el insulto más grande que, en ese entonces, ellos sabían y pensaban era el más ofensivo— Tonto.
Taehyung dejó de comer para después voltear a verlo y ofendido le contestó— ¿Me acabas de decir tonto? ¿A mí?
—Sí —le sacó la lengua.
El rostro de Taehyung demostraba sorpresa y estupefacción ya que era la primera vez que lo insultaban "tan mal" y tan atrevidamente.
—Aaah sí, pues tú... tú... —el príncipe estaba pensando en un insulto que decirle, más no se le ocurrió ninguno. Se avergonzó cuando vio como el contrario sonreía satisfecho por haberlo dejado callado. Y entonces, sólo hizo lo que se le vino a la mente; con una de sus manos agarró un poco de pay y se lo embarró en una sus mejillas regordetas. Inmediatamente al muchacho se le borró la sonrisa, mientras Taehyung se carcajeaba con burla.
El pequeño, quien estaba un poco enojado, decide hacer lo mismo pero esta vez lo embarra en su ropa, Taehyung detiene su risa para mirar como ahora su vestimenta de tela fina color vino estaba manchada de queso. Ambos se encontraban en una pelea de miradas, viéndose fijamente con el ceño fruncido y los ojos entrecerrados, pero no duró mucho pues a los pocos segundos terminaron en risotadas. El pequeño de mejillas infladas se tapó su boca con una de sus manitas mientras con la otra señalaba el lugar donde había manchado al príncipe con el pay, y por su parte Taehyung se agarraba la pancita de tanto reír. En esos momentos, sólo se podía escuchar la hilaridad de ambos niños disfrutando de ese momento.
Pero como siempre, todo lo bueno, tiene que terminar.
A la cocina entra una señora que el príncipe jamás había visto pero creyó que era de la servidumbre pues traía consigo una canasta llena de varias verduras, algunas carnes y diversas frutas. Lo encontró normal pero cuando le empezó a llamar la atención al niño que se encontraba con él, se sorprendió y se asustó tanto que se quedó inmóvil.
—¡Jimin! —le gritó la señora al niño y este asustado dejó de reír mientras se quedaba quieto en su lugar—. ¿Qué estás haciendo?
—Nada, madre. Sólo me estaba riendo con él —el niño estaba cabizbajo intimidado.
Su madre volteó la mirada hacia donde estaba el príncipe y notó la mancha blanca en su ropa. Inmediatamente se acercó a donde estos se encontraban, observando con más detenimiento la mano de su robusto hijo y su mejilla manchada con pay.
—¿Tú hiciste eso? —le señaló la ropa de Taehyung.
Jimin temeroso contestó— No fue a propósito. Estábamos jugando, madre.
Su madre suspiró y asintió con la cabeza.
Taehyung se mantuvo en absoluto silencio, sólo observaba como la madre del niño, de quién ahora ya sabía su nombre, Jimin, lo miraba duramente como si hubiera hecho algo malo. Y él no lo entendía, ya que sólo se estaban riendo.
—¿Comiste del pay? —Se dirigió a su hijo.
—N-no, madre. No comí nada —la voz le salió temblorosa.
—¿Entonces qué significa esto? —lo agarró fuertemente de las mejillas y le volteó el rostro con un poco de fuerza para ver su moflete derecho pegajoso con algunas migas pequeñas de pan.
Jimin observó a Taehyung con los ojos acuosos y llenos de miedo, mientras el príncipe no sabía que decir o que hacer. Se encontraba muy incómodo.
—¿Por qué me mientes, Jimin? —lo soltó con brusquedad que el pequeño dio unos pasos atrás por la fuerza.
—No estoy mintiendo, madre. Te juro que yo no...
Lo abofeteó en la mejilla. Taehyung se sobresaltó por tremendo acto, y ahora sí se sintió con miedo. Sus padres jamás lo habían golpeado y tampoco había visto que alguien golpeara a su hijo. Estaba pasmado. No podía imaginarse el dolor que se ha de sentir ser golpeado por la persona que tú crees que te ama y que jamás te haría daño.
Observó como el pequeño niño comenzaba a llorar por el golpe y el dolor, mientras sus pequeñas manos cubrían su mejilla derecha roja y adolorida por el golpe.
—¡Ya te he dicho que no me mientas! —le gritó al pobre niño indefenso.
—E-e-es... E-es la verdad... m-ma-madre —el pequeño Jimin no podía articular palabras, estaba hipando y llorando a mares, su mejilla le ardía y sentía pavor en ese momento. Su madre irritada levanta el brazo para propinarle otra abofetada, mientras el de mofletes regordetas cierra los ojos con fuerza esperando el golpe.
—Él dice la verdad —gritó de repente Taehyung, lo que hizo que la mujer lo volteara a ver y se quedará con el brazo en el aire— Yo lo embarré de pay en su mejilla para molestarlo. Yo era el que estaba comiendo, él no comió ni siquiera un poco.
La mujer con dubitación baja el brazo mientras se le quedaba viendo, estudiándolo para saber si era verdad lo que decía. Volteó a ver su hijo que seguía sollozando y después la regresó al príncipe que tenía cara de miedo y preocupación.
—Jimin, nos vamos —. La señora ignoró olímpicamente lo que el pequeño Taehyung le había dicho, jaló a Jimin con fuerza del brazo mientras este seguía teniendo los ojos con lágrimas. El príncipe no podía hacer nada, pues era sólo un niño y todavía no tenía el poder suficiente para luchar contra un adulto, en este caso, una madre que golpea a su hijo por reír o por haber creído que comió un postre.
Era parte de la realeza pero Taehyung sentía que el simple hecho de ser un niño le quitaba poder y no podía hacer nada. A parte que seguramente si le decía a sus padres le dirían que no es asunto suyo.
De odost modos, Taehyung no entendía que tenía de malo si Jimin hubiera comido del pay, para eso eran los postres para comerse y a parte, «estaba muy rico», pensó.
Observó como el pequeño y su madre se iban, para ya no volver nunca más.
O eso pensaba Taehyung...
–
Habían pasado 3 días desde ese incidente, Taehyung se encontraba en los rosales del palacio jugando con su caballito de madera que sus padres le habían regalado por su anterior cumpleaños. En eso, observó una figura regordeta sentada en una de las bancas que se encontraba cerca de donde estaba. Temeroso -pues creyó que era la única persona que se encontraba ahí-, se acercó con lentitud y ya estando a sólo unos pasos de distancia reconoció que era el niño de mejillas abultadas de la cocina. Por alguna razón, Taehyung estaba emocionado.
—Hola —le dijo con alegría el pequeño príncipe— Pensé que ya no te volvería a ver.
En cambio, el otro niño aún no lo miraba, tenía la mirada en sus pies, los cuales colgaban de la banca y los mecía de atrás para adelante. Taehyung extrañado le volvió a hablar.
—¿Hola? —pero el otro niño seguía sin hacer algún otro movimiento. No podía verle el rostro pues tenía la cabeza gacha y su cabello caía cubriéndolo debido a lo largo que se encontraba. El pequeño príncipe creyó que se sentía mal y por eso no le hacía caso.— ¿Estás bien? ¿Te sientes mal?
Silencio.
Taehyung no sabía que hacer. Nunca había estado en una situación así, por lo que decidió seguir sus instintos; dejó el juguete a un lado y dio un brinquito para subirse a la banca y así sentarse a su lado derecho, acto seguido puso sus manos en su regazo y empezó a jugar con sus dedos nerviosamente pensando en qué hacer. Con un ligero movimiento se acercó aún más al pequeño gordito y con cuidado puso una de sus manos encima de la pequeña y regordeta mano del contrario, acariciándole con delicadeza.
Fue entonces que Jimin volteó su mirada hacia las manos juntas y acto seguido vio al pequeño niño que lo miraba con ojos tristones y preocupados.
Taehyung observó como el contrario tenía de color morado su ojo izquierdo, estaba muy hinchado y a causa de eso no lo podía abrir bien. También tenía una herida en su mejilla izquierda y su labio roto. El príncipe pensó que esos hematomas los hizo su madre pero por culpa suya y el incidente del pay, así que no pudo evitar sentirse aún peor.
—¿Qué te pasó? —Le preguntó con extrema preocupación al verlo. Jimin negó con la cabeza y regresó su mirada a sus pies.— Si esto es por lo del pay, de verdad lo lamento mucho. Si no te hubiera embarrado, tu madre no te habría golpeado.
—No es tu culpa, mi madre lo habría hecho de todos modos—. Se encogió de hombros e hizo una mueca con sus labios.
Taehyung alzó su mano libre y la acercó al rostro de Jimin tomándolo del mentón para que lo volteara a ver. Con sumo cuidado acarició la mejilla golpeada de este mientras el otro se quejaba bajito por el dolor. Examinó los golpes en el rostro del pequeño y se sintió horriblemente mal. Y entonces se observaron a los ojos, ambos podían ver su alma detrás de estos, en los cuales sólo lograron ver tristeza y dolor. Eran tan sólo unos niños, no tendrían porqué sentirse así, cuando a su edad deberían estar divirtiéndose y viviendo su infancia.
—¿Por qué te hizo esto tu madre?
Jimin no quería decirlo, se quedó callado. Y no era por querer cubrir a su madre, sino que le daba vergüenza decir el motivo, pensaba que cuando lo dijera Taehyung sentiría repulsión de él y estaría de acuerdo con su madre al golpearlo. Su vista empezó a empañarse.
—Puedes decirme con confianza. Tranquilo.
Jimin tenía miedo, la verdad. No obstante se dio cuenta que no podría ocultarlo, era sólo un niño y era muy sensible, necesitaba desahogarse sobre este problema. Y aunque no conocía a Taehyung sentía, de alguna manera, que podía confiar en él. Y lo hizo. Confió en él.
Tragó fuerte y lo soltó— Porque soy gordo.
Rompió la conexión de miradas y volteó hacia el lado contrario. No quería mirar al pequeño rubio y ver su reacción.
—Espera, ¿qué? —Taehyung estaba confundido.
—Lo que oíste.
—¿Tu madre te golpeó por ser gordo? —Jimin asintió a duras penas. Taehyung se enojó y saltó de la banca para pararse y ponerse frente al pequeño robusto.— Pero, ¿por qué?
Jimin alzó la vista para observar al muchacho.— Mi madre se enoja que coma mucho porque dice que por mi culpa no tenemos de comer. Me hizo esto —señaló su ojo morado y su mejilla golpeada— cuando me encontró en la noche agarrando una manzana porque tenía hambre y no había comido nada en todo el día, ni tampoco había cenado. Me ha prohibido cenar y también desayunar, así que sólo me da 1 comida al día, dice que comiendo menos podré estar más delgado y la comida nos alcanzará.
—Eso es tonto. Es injusto. No te puede golpear sólo por comer, ni tampoco te puede dejar sin comer. ¿Qué clase de madre hace eso? —el pequeño príncipe expresó molestó.
Taehyung era un niño, sí. Pero estaba siendo educado de buena manera que ya sabía que cosas estaban mal, su edad tampoco le era un impedimento para saber que lo que la madre de Jimin le hacía era muy injusto. Taehyung ya podía razonar igual o mejor que una persona adulta.
Jimin estaba avergonzado por decir los motivos de sus golpes, es por eso que se quedó cabizbajo pero entonces sintió como Taehyung lo agarraba de sus manitas y acto seguido lo jaló para erguirse. Lo vio fijamente a los ojos mientras seguían agarrados de las manos para después decirle unas palabras:
—Jimin, ser gordito no es malo. Al contrario, te vez más tierno y me dan más ganas de agarrarte tus mejillas y pellizcarlas y morderlas —el pequeño abrió la boca para decir algo pero se calló cuando vio que Taehyung aún no acababa— Pero no lo voy a hacer en estos momentos porque estás lastimadito. No tienes que sentirte mal por ello, quien sabe tal vez de grande seas delgado, guapo y te conviertas en un rey, conquistes todos los reinos y puedas comer todos los postres que quieras sin que nadie te diga algo.
Al pequeño Jimin le brillaron los ojitos con ilusión pero también seguían acuosos del llanto— ¿Tú crees?
—Claro, pero eso sólo si me ganas en estatura porque sino en lugar de rey creerán que eres un enano—. Lo estaba molestando inocentemente. Hasta en ese momento el joven príncipe se dio cuenta que Jimin era más bajo que él.
—Voy a crecer, así bien alto-to-to-to-te —le dijo mientras se paraba de puntitas y con una de sus manos señalaba hacia arriba— Y te voy a vencer. Comeré todos los postres que quiera y no te daré.
—¿Por qué? —Taehyung hizo un puchero.
—Porque podrían creer que eres un gigante por lo alto que eres y los gigantes no estarán permitidos en mi reino.
Taehyung soltó una risa y Jimin río avergonzado por ello.
—Un gigante que le hace cosquillas a un enano en venganza por ello —soltó las manos del regordete y le pico su pancita, para acto seguido empezar a hacerlo repetidas veces con el fin de darle cosquillas. Jimin se empezó a retorcer de la risa pidiéndole que parara de hacer eso, pues su cara le dolía y el sonreír lo empeoraba.
Ahora ambos niños se estaban riendo juntos, uno por las cosquillas y el otro por escuchar la risa del cosquilludo. Un momento muy agradable para ambos. Taehyung se detuvo y Jimin se encontraba jadeando por la falta de aire a causa de reír tanto. En eso, al príncipe se le vino una propuesta a la cabeza.
—Jimin, ¿serías mi amigo para toda la vida?
El contrario entusiasmado asiente. Él tampoco tenía amigos y el muchacho le había agradado. Lo había escuchado y no se burló de él, lo había hecho reír y se preguntó, ¿en qué mundo no aceptaría ser amigo de un niño tan agradable?— Sí.
—Pero debes jurarlo. Jurame que seremos amigos para toda la vida. No importa lo que pase.
—Mi madre dice que jurar es malo, porque estamos haciendo una promesa de algo que probablemente no suceda.
—Pero no esta vez, este juramento que haremos será de por vida y nosotros seremos fiel a ello.
El pequeño de mofletes regordetes dudó un poco pero al final aceptó.— Está bien, ¿qué debo hacer?
—Juntamos nuestros meñiques así —le decía mientras con su mano derecha tomaba la del contrario para entrelazar sus meñiques.— Y después decimos: Juro solemnemente ser fiel a mi amigo Jimin mientras exista la noche y el día. Las estrellas y el viento. El sol y la luna. Y hasta que el infinito deje de ser un infinito.
Jimin soltó una risita pero también lo dijo.
—Juro solemnemente ser fiel a mi amigo Taehyung mientras exista la noche y el día. Las estrellas y el viento. El sol y la luna. Y hasta que el infinito deje de ser un infinito.
Se sonrieron y ambos sellaron su promesa con el abrazo más cálido que pudieron haber tenido. No sin antes que Taehyung le susurra algo al oído a Jimin:
— Jimin, que tu madre te diga que estás gordo no quiere decir que lo estés. Y si así fuera no importa, porque lo que vale es lo que llevas por dentro y creeme cuando te digo, que tú vales más que muchísimas personas. Y cuando tengas hambre no dudes en acudir a mí que yo te daré toda la comida que quieras.
Se separó de él y vio que Jimin había derramado unas pocas lágrimas, así que con sumo cuidado por su ojito lastimado le limpió sus mejillas mojadas para agarrarlo de la cara y otra vez decirle:
—Eres lindo, Jimin. Tu madre no lo ve, pero yo sí lo veo. Esto es lo que eres y no tienes porqué cambiar nada de esto sólo para complacer a tu madre. En todo caso, hazlo por ti mismo. Además prefiero verte chonchito.
Jimin río mientras se sorbia su nariz— Pero... no puedo hacer nada. Debo obedecer. Aún sigo siendo un niño.
Taehyung sólo lo volvió a abrazar— No siempre lo vamos a ser y pasé lo que pasé, yo siempre estaré para ti. Para eso hicimos nuestro juramento, ¿o no? —el más bajo le dio una tenue sonrisa mientras asentía.
Ese día ambos pequeños formaron el lazo amistoso más puro e inigualable que haya existido en ese lugar. Ambos se ayudaron mutuamente. Taehyung pedía postres de más o escondía comida en su cuarto para que después a escondidas lo comiera junto a Jimin. Jugaron, bromearon y hablaban un sin fin de cosas. Aunque al principio la madre de Jimin se opuso a su amistad ya que pensaba que el pequeño príncipe lo hacía por lástima o por burla el juntarse con su hijo, conforme pasaba el tiempo no tuvo de otra que resignarse puesto que no podía quejarse a menos que quisiera ser hechada. Los padres de Taehyung, en cambio, estaban alegres porque su hijo encontrara un amigo y aunque este fuera el hijo de la cocinera, ver a su hijo divertirse con él hizo que les importara muy poco la diferencia de estatus.
Hubo el momento en donde Taehyung le contó su secreto a Jimin y tuvo miedo de su reacción pero al final éste lo aceptó sin ninguna pizca de horror o desagrado, diciéndole: "Tú eres mi amigo más allá de si tienes o no una maldición. Me quedo con el pequeño Taehyung inocente que conocí ese día en la cocina porque ese es el que siempre has sido. Hemos pasado tantas cosas y la maldición no es, ni será un impedimento para este lazo que tenemos. Tú me aceptaste con todo y mis defectos, ahora yo te acepto a ti con este... 'defecto'. Te quiero, Taehyung. Y siempre, siempre serás mi amigo sin importar qué."
Lloró. Ese día Taehyung se deshizo en los brazos de Jimin. Le contó su más grande secreto a los 8 años. Tuvo que esperar 2 años para decírselo pero al final valió la pena porque lo aceptó.
Y desde entonces, el joven príncipe ha comprendido muchas cosas. Entendió que pueden haber amigos y también puede haber familia, pero luego están los amigos que se convierten en tu familia.
Jimin se convirtió en la pequeña familia que Taehyung siempre necesitó. Se convirtió en la compañía que por tanto tiempo había añorado.
Y no iba a dejarlo ir jamás.
[...]
—Yo digo que lo beses —le dijo sin importancia.
—Jimin —le dio una mirada seria para que tomara en serio el tema.
—¿Qué? Sólo así sabrás si todavía tienes la maldición, o no.
—Ajam, ¿y si esta vez sí lo mató? —Se cruzó de brazos.
—Pues entonces sabrás que todavía la tienes.
—Esto es serio —se quejó.
—Hablo en serio, Taehyung. ¿De qué otra forma podrías averiguarlo?
Se quedó callado pensando mientras observaba a los demás sirvientes hacer sus labores. Se encontraban en la parte trasera del castillo, había un tejado hecho de troncos de árbol que los cubría del sol y debajo de este se encontraba una banca hecha del mismo material. Un lugar donde se sentaban a hablar cómodamente cuando quisiesen de cualquier tema que ellos quisieran. Esta vez el tema era Hoseok. Aunque últimamente era de lo que más hablaban pues el príncipe no dejaba de pensar en él.
—No lo sé...
—Piensalo —se volteó de su lado izquierdo para encarar a Taehyung—. Tal vez... besarlo sea la respuesta a todo esto.
—Estás loco. No puedo ir con él y decirle: "Oye, Hoseok, tengo una maldición y necesito saber si todavía la tengo o ya no, te voy a besar." —hizo su voz más grave a propósito.
—No precisamente le tienes que mencionar la maldición, solamente besalo. Ve directamente al grano —Jimin lo miró perversamente— Lo llamas "Oh, Hoseok, Hoseok" y cuando estés cerca de él, lo agarras del cuello y lo besas. Así... — Se abrazó a sí mismo y simuló estar besando a otra persona, mientras se acariciaba el cabello él mismo y su boca se movía de un lado a otro, y fue entonces cuando sacó su lengua.
—Iugh, Jimin, eso es asqueroso —lo golpeó en el hombro mientras se reía.
—Oh, vamos. Así es como se debe de besar, yo lo sé muy bien.
—Si ni siquiera has besado a nadie.
—Calla, eso tú no lo sabes —respondió nerviosamente y con el ceño fruncido— Además, estamos hablando de ti, no de mí.
Taehyung soltó una risita.
—No voy a meter lengua y punto.
—Entonces, ¿estás dando por hecho que sí lo vas a besar? —le sonrío coquetamente.
—¿Qué? No, no dije eso —Taehyung se puso nervioso.
—No lo negaste.
—El asunto Jimin es que no lo conozco muy bien y si hago eso, lo asustaré. No quiero tener esa... imagen de atrevido, ni tampoco quiero alejar a la única persona que ha sido amable conmigo en todo este tiempo, ¿comprendes?
El pelinegro suspiró— Lo entiendo. Pero entonces, ¿qué propones?
—Agh, no lo sé... —puso sus codos en sus muslos mientras se ponía las manos en la cara con frustración.— ¿Tú por qué crees que no haya muerto cuando lo besé esa noche en la playa? —dejó caer sus manos y volteó a ver a su amigo.
El contrario se encogió de hombros—Puede ser que él ya estaba muerto cuando lo sacaste del agua y por eso la maldición no hizo efecto en él. Y pudo resultar que lo salvaste sin querer.
—No, no estaba muerto, todavía tenía pulso cuando lo revisé. Y aún si ese fuera el caso, no tendría porqué volver con vida siendo que ya lo había envenenado cuando le di respiración boca a boca. Doble muerte.
—Puede ser que... —Jimin se puso pensativo mientras fruncia sus labios y miraba hacia el techo.
—¿Qué? Dime...
—Es una tontería —movió su mano negando cuando se dio cuenta de lo patético que sonaba ese pensamiento.
Taehyung se enderezó— Dime.
—Es que... El mismo día que llegó aquí, en la noche... sucedió algo extraño.
—¿Qué sucedió? —el rubio tenía toda su atención en su amigo.
—Tú sabes que yo me quedo hasta tarde para guardar todo y limpiar la cocina.— Taehyung asintió. Jimin dio un suspiró— Normalmente me quedo solo pero él estaba ahí esa noche.
—Y, ¿qué paso? ¿Hablaste con él?
—Hablar no es como lo diría. Fue sospechoso y... extraño.
—¿Por qué? ¿Qué te dijo?
—Que sí quería un vaso de agua.
Hubo silencio unos segundos para después escuchar como el príncipe reventaba en carcajadas por lo que su amigo le acababa de decir. Inclusive algunas personas de la servidumbre voltearon a mirarlos. Pensó que le diría algo más fuerte o... tenebroso.
—No te rías. Esto es serio —le dijo con molestia.
Taehyung se detuvo paulatinamente mientras se agarraba el estómago por el dolor de su risa— Lo siento pero pensé que dirías algo peor, no que si querías agua.
—Ya no te diré nada — arrugó su entrecejo y se cruzó de brazos.
El rubio dandose cuenta de la molestia de su amigo, empezó a calmar de su ataque de risa— Ya, ya, me calmo. ¿Por qué pensaste que eso era sospechoso?
Jimin tardó en contestar—Porque él no estaba ahí antes.
— ¿A qué te refieres? —preguntó confundido pero interesado al mismo tiempo.
Jimin suspiró profundamente y después de hechar una mirada por el lugar dándose cuenta que su sospechoso no estaba, se volteó de nuevo a encarar a Taehyung.— Escucha, probablemente voy a parecer un loco pero creo que... Hoseok es alguna clase de brujo.
—¿Qué?
—Hablo en serio. Esa noche yo estaba solo en la cocina guardando las verduras y el pan cuando de pronto escuché que me preguntaban si quería un vaso de agua, me exalté y cuando giré a ver quien era, Hoseok estaba parado a un lado mío con un vaso de agua en la mano.
—Quizás él entró sin que tú te dieras cuenta.
—Es imposible. Las puertas rechinan, las habría escuchado al igual que sus pasos. Y además no habría pasado desapercibido de mi vista.
El príncipe se quedó pensativo—¿Te dijo algo más? Ó ¿Tú le dijiste algo?
—Le pregunté que hace cuanto estaba ahí y me dijo que llevaba 5min. Me volvió a preguntar del agua pero le dije que estaba bien que no quería, así que se la tomó él. Cuando giré para agarrar la escoba en la esquina y empezar a barrer, él ya no estaba. Y tampoco escuché que caminará, ni oí las puertas cerrarse.
—Mmm...
«Quizás eso explica el porqué desapareció aquella vez en el mercado cuando iba a buscarlo.»
«No, no puede ser. Debe haber algo más.»
—¿Por qué no me lo habías mencionado antes?
—Porque no le tomé importancia. Se me olvidó y... apenas recordé. Lo siento, sabes que mi vida es un caos —le respondió avergonzado.
—Está bien, no pasa nada.
—Sé que no me crees, lo entiendo. Si fuera tú tampoco me creería pero... no lo sé. Él es algo extraño.— Taehyung se le quedó mirando por ese comentario y Jimin volvió a hablar— La cosa es... que nadie puede ser tan agradable a menos que esconda algo.
—Y tú sientes que esconde algo.
—No lo siento, lo sé.
—Pero dudo mucho que sea alguien... malo —habló el príncipe ahora con la vista hacia abajo y la mirada perdida.
—¿Por qué?
—Porque no siento maldad cuando estoy con él. No siento miedo, no siento nada más que... Protección. Y sí sé que, probablemente, suene estúpido porque lo acabo de conocer hace unos días pero... —soltó un jadeo— Siento que sea lo que sea que esconda, no debe ser malo. O puede ser que él no esconda nada y nosotros sólo estemos delirando —volteó a verlo con seriedad en la cara.
—¿Y si resulta lo contrario?
—No creo que él pueda ser peor que yo.
Jimin lo miró fijamente e hizo una mueca en su rostro porque le dolía que su amigo se tratara de mala manera y todo por algo de lo que él no tenía culpa. Así que cambió de tema inocentemente.
—Oye, y ¿qué paso con tu compromiso?
—Oh, maldición —se golpeó la frente con su mano derecha para después deslizarla por su cabello rubio.— Había olvidado que me iba a casar.
—¿Es duro?
—Ni te imaginas. Mi madre está pisándome los talones para que no haga alguna locura y lo eche a perder. Pareciera que le importa más la boda que su propio hijo.
—Pero, ¿por qué te obligan a hacerlo tan pronto? ¿No se supone qué deben esperar a qué seas un poco más grande?
—Cierto, no te lo había comentado —se sentó derecho, con la mirada puesta hacia el frente observando como el señor Lee llevaba los caballos hacia los establos para que los cepillara y después descansarán.— Me quieren matar —lo escupió sin más.
—Wow, ¿qué? —Jimin se sobresaltó.
—Me quieren cortar el cuello por el trono.
Jimin se había quedado callado. No sabía que decir. Así que, el rubio al hecharle una mirada rápida a su amigo y ver que éste estaba demasiado estupefacto como para decir algo, decidió seguir contando.
—Mis padres formaron una alianza con la casa Choi para que nos ayuden a combatir la guerra, a cambio de eso, me tengo que casar con su hija, Sun Hee. Y si no acepto este matrimonio, no hay alianza, no nos van a ayudar. Y probablemente muera.
—Taehyung, eso es...
—Lo sé —se apresuró a decir— Pero, ¿sabes qué es lo peor?—Jimin le hizo un movimiento con su cabeza para darle a entender que continuará.— Que Sun Hee morirá, y ni siquiera será por la guerra, sino por mi culpa.
Taehyung miró a Jimin a los ojos esperando que comprendiera a que se refería, y sí lo entendía. Su maldición.
Jimin jadeo fuertemente— Mierda, Taehyung. Las cosas sí que están muy jodidas.
El nombrado asintió con la cabeza mientras se recostaba en la pared— Y lo peor es que no sé que hacer. En cualquiera de las dos opciones habrá muerte y... Me siento tan cansado de pensar en todo esto.
Cerró los ojos pero entonces sintió como la cabeza de Jimin se colocaba en su hombro derecho y pasaba sus brazos alrededor de su cintura, sonrió levemente por ese acto. Jimin acostumbraba a hacer eso para consolarlo y a Taehyung le agradaba.
—Lo siento —escuchó como le susurró su amigo.— Lamento mucho que tengas que pasar por todo esto tú solo.
Taehyung lo envolvió con sus brazos y lo abrazó con fuerza.— Descuida, me alegra al menos tenerte conmigo para así poder sacar un poco de esta mierda.
Los trabajadores y las criadas ni siquiera los miraban raro, era normal ver a ese par siendo muy afectuosos. Ya sabían lo cercanos que eran por lo cual les importaban muy poco sus acciones cariñosas. No eran quiénes para juzgar, ni tampoco podían faltarle el respeto a su amo (Taehyung).
Se separaron y entonces Jimin le dio una suave sonrisa— Me tienes a mí para lo que sea, Taehyung, lo sabes.— el contrario asintió— Y sé que no te va a gustar lo que te voy a decir pero... Si quieres mi opinión, creo que deberías aceptar el matrimonio.
—¿Qué estás-...
Jimin lo interrumpió—Escuchame. Acepta el compromiso pero dile a tus padres que tú y Sun Hee se casarán después de la guerra —el rubio lo estaba mirando con el rostro confundido— Las guerras tardan años a veces y así tendrás tiempo para resolverlo todo. A lo mejor tus padres cambian de opinión o puedas resolver el problema con tu maldición. Tal vez puedas iniciar buscando en algún libro si hay alguna cura o algo.
—Dudo mucho que un libro me lo diga —su voz salió un poco molesta y seca, sin querer.
—Bueno, pero al menos aprovecha el tiempo que tienes buscando una solución en lugar de lamentarte.
—¿Qué te hace pensar que me la paso lamentando?
El pelinegro sólo le dio una mirada de obviedad y el príncipe maldijo en voz baja— A veces odio lo bien que me conoces.
—Bueno, 11 años de amistad no deben ser en vano —ambos rieron ligeramente para después ambos quedarse en completo silencio.
—No me quiero casar. No aún. No estoy listo para eso...
—Sabes que yo te comprendo. Es sólo que las cosas realmente se complican y debes hallarle una solución menos problemática-
—Puedo matar a Sun Hee, Jimin. ¿Dónde es eso menos problemático? —expresó con cierto veneno en su voz.
—No estaba minimizando eso sino que...—Jimin jadeo cansino— Puedes hacer tiempo buscando un remedio a tu maldición. Pero la guerra no puede esperar, seguramente el matón ese del sur ya viene en camino y necesitarán ayuda. Toda la posible. No están en condiciones de perder la guerra.
En eso último tenía razón. Las cosas podrían empeorar.
—Es que-...
Lo interrumpió—Ponte a pensar en las miles de personas que morirán sólo porque no quieres aceptar un compromiso que podría ser temporal. Sería horrible y egoísta no pensar en tu pueblo.
«Compromiso temporal», se quedó con eso en su cabeza.
—¿Por qué tendría que salvar un pueblo que me odia? —le contestó Taehyung con un tono despectivo.
—Porque sino entonces serás recordado como el peor rey. ¿Prefieres ser recordado como un rey valiente que, a pesar de que su pueblo lo odió, luchó por ellos y se sacrificó? ó ¿Prefieres ser recordado como un cobarde que le dio la espalda a su nación?
Taehyung se quedó callado porque sabía que Jimin tenía razón. En el fondo él quería demostrarle a su pueblo que puede luchar por ellos y salvarlos de cualquier usurpador e inminencia que suceda. Que no importaba cuanto lo insultaran y desprecio le tuvieran, él quería hacerlos pensar diferente sobre su persona. Pero no importa qué siempre se sentía insuficiente para demostrarlo.— Los salve o no, de todos modos, vamos a morir —terminó por decir.
—Sí, eventualmente, pero será con el debido tiempo y no asesinados. Además, tú tendrás una leyenda, una historia. Y las historias nunca mueren. Sólo piensa en la clase de persona que quisieras ser contada en tu historia y se esa persona.
Taehyung se quedó un buen rato pensándolo, analizando todo. Su cabeza sentía que iba a estallar por tanto pensamiento que tenía en esos momentos. Había tanto que procesar e idear, pero sabía que hallaría una respuesta final. Sólo esperaba que estuviera haciendo bien y que no pasara nada malo. Le rogaba a los Dioses porque todo marchará bien con los planes que va a poner en marcha.
—¿En serio debo hacer esto, Jimin? —preguntó Taehyung después de un silencio que se sintió eterno.
—¿Tienes otra opción?
Taehyung suspiró profundo, alzó la vista y observó como una figura que ya conocía se hacía acto presencia en el lugar. Saludando a todos con esa brillante sonrisa y ese porte tan animado que siempre se le ha visto. Esta vez no traía su ropa blanca, se la había cambiado y se veía... diferente. Taehyung se había acostumbrado a verlo de blanco y creyó que eso era lo que le daba un aura angélical pero se dio cuenta que la ropa no influía en nada, pues el castaño era así por el mismo y no por lo que traía encima. Eso le interesó más. Y por un momento sintió envidia por eso.
Después de un rato, por fin respondió:— Quisiera tenerla.
—Sólo dime, ¿quieres salvar la vida de una persona o la de miles?
Con la vista fija en Hoseok, observando cada acción que este hacía al comer una manzana respondió:— Ya salvé la de una. Supongo que puedo hacerlo por otras miles.
"Nacimos solos, morimos solos."
–
Aclaración:
Aquí no vamos a meter las religiones de la Iglesia porque sino tendría que meterme más a esos temas, ya que en esos tiempos para la iglesia la homosexualidad era pecado (aún lo es, pero en esas épocas era más fuerte) y si pongo a Taehyung perteneciente a una religión sería más extenso y mucho más problemático (creo yo) so... Con el tema de los Dioses no hay tanto "problema" porque siento yo que es un poco más libre, ya que es muy a parte de la iglesia, aunque no termina siendo completamente libre. Por eso tampoco crean que la madre de Taehyung es homofóbica porque pues no lo es. Y pues ya creo... sólo quería aclararlo por si han notado que he puesto 'Dioses' y les surge duda o así, well... es por eso.
*Por si tienen dudas también: Jimin sabe del compromiso porque recuerden que fue anunciado en la celebración 'x' del rey, por lo que obvio se corrió el chisme y él lo escuchó. Ya después, le preguntó a Taehyung y este se lo confirmó pero pues no hablaron mucho de ello hasta apenas, por eso no quería mencionarlo antes, ni darle tanta profundidad aquí.
*Jimin pequeño también sabe su nombre de Taehyung porque su madre se lo dijo. A parte, Taehyung es el hijo del rey y futuro gobernante, ¿quién no lo va a conocer si hasta lo quieren matar? jajaja
-También les quiero preguntar, ¿les gustan los capítulos así de largos o los prefieren cortos? 😔
Para tomarlo en cuenta en los futuros caps.
Si tienen alguna otra duda haganmela saber porque no recuerdo si debo aclarar algo más jejeje
Lamento las faltas de ortografía o algún otro error, a veces se me escapan sin querer y yo de mensa no me doy cuenta sino hasta después de publicarlo.
Anyways, ¡gracias por leer! ❤
.xx
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