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A Taehyung le gustan las flores. Le encantan las diferentes formas, colores y aromas que cada una poseía. Pero sus favoritas son los girasoles.

Claro que lo pensó mucho a la hora de elegir cuáles eran sus favoritas, ya que cada una tenía sus cualidades, pero cuando vio como los girasoles tenían una conexión con el sol, se enamoró de ellas. La forma en que seguían la luz de este a oeste, le pareció ilusorio. Adición a esto, también le atraía el color amarillo que éstas tenían, un color llamativo y lleno de optimismo. Le aportaba vitalidad cada vez que las veía.

Eran algo muy opuesto a Taehyung, por eso pensaba que ese también era uno de los motivos por las que le encantaban, pero no era así. Tenía algo en común con ellas; buscaba luz.

La única diferencia es que ellas ya tenían a su propio lucero. En cambio, él aún no.
Necesitaba un sol en su vida que le brindara vigor y ánimo.

Cuando se dio cuenta de su interés por las flores, le pidió a sus padres que le hicieran su propio jardín en el castillo. Un lugar lleno de vivacidad y energía. Un lugar en el que lo único que podría encontrar sería concordia, lleno de todos esos organismos y seres vivos que le daban armonía, que le otorgaban oxígeno y entereza.

Algo que amaba más que nada de ellos, incluyendo a los animales también, es que jamás lo van a juzgar por quien fue, quien es y quien será.




[...]

—¿Qué estás haciendo? —le preguntó Taehyung a su amigo mientras entraba a la cocina.

—Estoy cortando el pan, ¿qué no ves? —éste le contestó con cierta molestia en su voz.

—Uy, que mal humor —el rubio se acercó a la mesa dónde se encontraba el pelinegro cortando la hogaza en rebanadas—. ¿Hoy no te dieron tu lechita calientita?

—No estoy para bromas, Taehyung.

—De acuerdo. ¿Qué ha pasado? —el príncipe dejó de lado las burlas y se puso serio, recargó sus antebrazos en la mesa y observó el rostro fastidiado de su amigo, éste dio un suspiro y dejó a un lado el cuchillo que estaba utilizando para cortar.

—El hijo del carnicero, eso pasa.

—Ya entiendo. ¿Qué hizo ahora?

—Me hizo otro de sus insultos patéticos. ¿Puedes creer que me dijo que parecía un cerdo? —se señaló a sí mismo—. Y encima que me iba a cortar mis mejillas porque son muy grandes y se venderían muy bien en rebanadas para degustarlas en el desayuno, comida y cena.

—Vaya, pues...

—Oh, y eso no es lo peor —lo interrumpió con más enfado en su voz— Cuando ya me estaba yendo, lo oí decir "Quisiera que tu trasero fuera carne, para comerlo todos los días." — imitó su voz haciéndola más grave.

—Ese muchacho tiene problemas.

—Lo odio, en serio, lo odio. No hay ningún día en que no me deje en paz —a su amigo se le habían exaltado las venas y sus orejas se habían puesto un poco rojas, a causa del coraje.

—¿Ya intentaste hablar con sus padres?

—No creo que vaya a cambiar. La educación de cada quién viene desde su casa, si el hijo es así, entonces es porque sus padres lo criaron para que fuera un tremendo majadero.

—Pero, ¿y si sus padres si lo criaron con valores?

—Pues entonces que mal que no aplique esos valores con otras personas y dejen que su hijo vaya por la vida diciendo tantas estúpidecez a gente que no conoce, ¡deberían darle unos coscorrones! —levantó un poco la voz exaltado mientras agarraba el cuchillo y lo alzaba con furor en dirección a Taehyung.

—Ya, ya, tranquilo, Jimin. Sé que lo odias pero... Baja eso —Taehyung un poco asustado por la reacción del contrario, puso su mano encima de la de su amigo y con cuidado bajaron el cuchillo—. ¿Qué tal si te cuento algo más para que ya no pienses más en esa bestia pestilente?

Su amigo asintió, un poco apenado por su acto de hace unos momentos. Pero cuando Taehyung soltó las siguientes 3 palabras, toda la ira que traía Jimin se le había esfumado y abría paso a la sorpresa.

—Conocí a alguien.

—¿Quién?, ¿Cuándo?, ¿Dónde?, ¿Cómo es?, ¿Es linda?, ¿Es alta?, ¿Tiene el cabello rubio así como tú? —El pelinegro lo atosigaba con preguntas, Taehyung podía entender la emoción del contrario pues no a menudo -más bien, nunca- le decía que había conocido a alguien.

—Calma —Taehyung río por el cambio de actitud tan precipitado de su amigo—. Se llama...

Fue interrumpido por el chirrido de la puerta trasera de la cocina abriéndose, ambos jóvenes posaron su vista en la persona que se adentraba con un ramo de distintas flores en sus manos. Taehyung estaba pasmado, mientras que Jimin estaba queriendo que esa persona se apurara a salir para que su amigo le siguiera contando su relato.

—¿Hoseok?

El castaño alzó la vista de las flores y sonrió, tan radiante como siempre— Taehyung, hola.

–¿Q-Qué estás haciendo aquí? —contestó nerviosamente.

—Soy el nuevo jardinero del castillo.

Jimin frunció el ceño— ¿Nuevo?, ¿Y el señor Moon?

—Oh, se estaba enfermando, así que se tomó unos días para recuperarse.

—Pero si ayer se encontraba bien y vino a trabajar. Que extraño que de un día para otro se enfermara y tú por arte de magia apareces al día siguiente como su reemplazo.

—Jimin... —con la mirada Taehyung le estaba advirtiendo al pelinegro que tuviera cuidado con sus palabras.

—Está bien —Hoseok le contestó al príncipe y con un movimiento de mano le indicó que no había problema, y después se dirigió a Jimin— En realidad, soy cercano al señor Moon, no tiene mucho que acabo de llegar al reino y realmente vio esto como un método de ayuda para mí, y acepté gustoso.

—Que conveniente.

Jimin lo miró con desconfianza, era raro tener a alguien nuevo trabajando en el castillo porque comúnmente no aceptaban a cualquiera. La mayoría de la servidumbre eran personas veteranas, excepto por Jimin y las chicas encargadas de cuidar a los caballos.

—Veo que ya fuiste a conocer el jardín —habló Taehyung en ese silencio que se estaba volviendo pesado.

Hoseok volteó a mirarlo— Sí, aunque casi me pierdo... Es muy grande —río.

—¿Si quieres... puedo... en-en-enseñarte bien el lugar? —tartamudeo y se rascó la parte trasera del cuello con nerviosismo.

—Eso me ayudaría mucho —se sonrieron mutuamente.

Mientras Jimin con su rostro arrugado estudiaba las actitudes que estaban teniendo esos dos en frente de él. Pareciera que se habían olvidado de él, pues sólo se mantenían viéndose fijamente, en su mundo.

—Bueno... Vamos. Jimin, te veo más tarde, ¿está bien? —su amigo sólo asintió con la cabeza. En cambio, al castaño le dio una mirada con recelo y Hoseok nada más sonrió con incomodidad, mientras colocaba las flores que traía en su mano en la mesa y salía junto al rubio de la cocina.



[...]

Ambos jóvenes se encontraban en camino al jardín, pasando por los corrales y los establos, saludando amablemente al personal y a los animalitos -como si éstos les fueran a responder-, dirigiéndose a la parte del lado este del castillo.

—Así que..., ¿eres cercano al señor Moon? —Taehyung fue el primero que habló.

—Sí, bueno... Conocí al señor Moon el mismo día que yo había llegado al pueblo, osea el mismo día que nosotros nos vimos en la playa. Después de marcharme de ahí y caminar por esas calles terrosas tan solitarias, el señor Moon vio que yo estaba todo mojado y sin importarle que fuera un desconocido, me invitó a su casa —Taehyung volteó a ver a Hoseok con sorpresa y éste último igualmente lo volteó a ver— Exacto, justo así estaba yo también —señaló la cara del rubio.

>Yo estaba extrañado, así que le pregunté "¿Por qué?", y sólo me respondió "Mi esposa lo habría hecho". Con sólo decir eso, lo seguí y fui con él hasta su casa, ya estando ahí le pregunté que si no le daba miedo que yo fuera un mercenario y lo fuera a asesinar para así poder quedarme con su casa y sus pertenencias. En cambio, él se río y me dijo "Muchacho, sé que no me harás daño y aunque lo fueras, no hay nada valioso aquí. Lo más valioso en mi vida se ha ido".

Hoseok suspiró.

> El señor Moon dedujo que yo era recién llegado, ya que nunca me había visto pero que sintió una calidez familiar cuando me vio, me ofreció quedarme en su casa a lo cual yo al principio me había negado pues no quería incomodar pero después de ver que ambos teníamos química y podríamos tener compañía uno del otro, acepté. Ya fue que nos volvimos más cercanos y él fue el que me dijo que viniera en su lugar a este trabajo, y bueno aquí estoy.

—El señor Moon es alguien muy amable, lleva muchos años trabajando aquí y nunca le ha faltado el respeto a su trabajo, ni a nadie. Aquí lo apreciamos mucho, es por eso que Jimin actuó de esa manera —le dijo mientras sonreía apenado.

—Está bien, yo lo entiendo.

En eso, ambos divisaron la puerta blanca de cobre que daba entrada al jardín, una vez se acercaron Hoseok le abrió la rendija y dejo que el príncipe entrara primero, para después él seguirlo por detrás.

—Muy bien, creo que esta parte ya la conoces, ¿no es así? —Taehyung juntó sus labios y volteó a ver al castaño, éste último hizo un sonido como confirmación—. Pues empecemos el recorrido, vamos por acá —Taehyung le hizo una seña para que caminaran hacia el pasillo del lado izquierdo dónde se encontraban las flores blancas.

—Este lugar es enorme.

—¿En serio? Creo que de tanto tiempo que paso por aquí, pierdo la proporción real de las cosas y las empiezo a ver pequeñas.

Ambos rieron por el comentario.

— Las flores están preciosas. El señor Moon realmente hace un buen trabajo. Espero no arruinarlo.

—Estoy seguro que lo harás bien.




[...]

Habían pasado por todas las secciones que tenía el jardín: flores azules, flores rojas, flores rosas, plantas venenosas -algo irónico-, etc. A Taehyung le gustaba tenerlas en orden, así era más fácil para él ubicarlas. Hasta que llegaron a la última sección y la más especial para Taehyung, donde se encontraban sus girasoles.

—Wow... —Hoseok estaba asombrado por la cantidad de flora amarilla que había en ese lugar— ¿Por qué estas no estaban en la sección de flores amarillas?

—Bueno..., es que estas son mis favoritas y quería tener una sección especial para ellas.

—Entiendo. Es muy primoroso.

Se adentraron a ese manto vegetal amarillento que los rodeaba. Hoseok pasaba sus manos por los pétalos y las tocaba para sentir la lisura de ellos. Taehyung, por su parte, observaba cada movimiento que hacía el castaño, sus ojos color avellana observando con brillantez cada detalle de las flores, sus mejillas que se le pronunciaban y le daban ganas de agarrar, su cabello castaño sedoso que se movía ligeramente por el aire, sus manos delgadas que tocaban delicadamente cada flor, sus pequeñas orejas que adornaban muy bien su rostro y que se movían cada que vez que sus facciones gesticulaban un gesto, su nariz tan perfectamente respingada y perfilada y... Su sonrisa, esa sonrisa tan auténtica, tan brillante y atractiva, que deslumbraba luz cada que vez que sonreía.

Taehyung lo pensó y lo afirmó.
«Es hermoso... como las flores»

Cuando Taehyung vio a Hoseok caminar hacía él con un girasol en la mano, pensó que se la querría llevar para conservarla y cuidarla pero lo que vino después lo dejó más colorado de lo normal.

—Una flor, para otra flor —le estiró el girasol, con los ojos achicados a causa de esa sonrisa que adornaba su rostro. Taehyung no sabía como reaccionar, se sentía algo torpe y extraño, al respecto. Nunca le habían regalado una flor y menos viniendo de un chico, era la primera vez. Estaba por levantar la mano para tomar la flor pero entonces Hoseok la quitó—. No, no, no. Espera..., lo haré como debe ser —escondió la flor en su espalda e hizo un puño con su mano libre mientras la ponía en su boca, aclarándose la garganta—. ¿Me aceptaría esta flor, bello príncipe?

Hoseok sacó la flor de su espalda mientras hacía una leve reverencia y la sostenía en frente de él. Aunque Taehyung trató de ignorar el hecho de que le haya dicho bello, su corazón latía con frenesí con tan sólo haber escuchado el halago. Estaba tan ruborizado pero tan afable. Era un gesto que atesoraría en demasía.

—Muchas gracias, noble caballero —el príncipe le devolvió la reverencia con su cabeza y estiró sus manos, estas se rozaron y ambos sintieron la suavidad de sus dedos. La delicadeza y finura que hubo en ese simple roce. La sensación que tuvieron dentro de ellos y el impacto que les dejaría.

El ambiente era sublime. Lleno de dulzura y sosiego.
Algo que Taehyung no había sentido nunca.




-




Realmente no me aguanté y quise actualizar, así se gasten mis datos, ya no importa.
No quiero que piensen que abandoné la historia, o cosas por el estilo.

Al igual que inicié esta historia, le daré un final.

Uhmmm espero que no se vaya perdiendo la trama... Pues es corta y siento que debo ir al punto pero hay muchas cosas que tengo que aclarar y también debo enfocarme en la relación de Tae y Hobi y que se vaya desarrollando poco a poco pero también rápido, tampoco debo darle tanta vuelta al asunto, y no quiero tener relleno... Pero disculpen si va un poco aburrida o no es lo que esperan :(

Ah, y espero hayan entendido la referencia vhope de las flores 💜

¡GRACIAAAAAAAAAAASSSSSS!

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