Eternos

Día 24: Luciérnagas

La palabra japonesa para luciérnaga es "hotaru" son muy apreciados en la sociedad japonesa. Las luciernagas han sido una metáfora del amor apasionado desde la antologia poetica japonesa llamada Man'you-shu (la obra data del siglo VIII). También se cree que sus luces misteriosas son la forma cambiada de las almas de los soldados que han muerto en la guerra.

Para Erza y Jellal la vida había comenzado a volverse demasiado monótona, aburrida y repetitiva. De la casa al trabajo, del trabajo a casa.

Ambos ocupados completamente en su mundo, en sus deberes y olvidando casi por completo la presencia del otro. Los dos se amaban si, y de una manera apasionada, pero la rutina en la que habían caído poco a poco comenzaba a extinguir esa llama que quemaba en el corazón de ambos, aquel fuego apasionado se extinguia de manera preocupante conforme los días transcurrían, ambos lo sabían, podían notarlo, pero ninguno hacía nada para poder evitarlo, se conformaban con lo que tenían.

No fue hasta una tarde de otoño, que Erza distraída cruzo la calle sin mirar a los lados, estaba demasiado ocupada con su teléfono leyendo un correo importante, aquella tarde casi muere, de no haber sido porque Jellal la vio. Aquel terror inmenso que invadio su cuerpo al ver el auto que iba a toda velocidad en dirección a la mujer que amaba le hizo abrir los ojos y darse cuenta de que no quería perderla.

Erza por su cuenta jamás podrá describir el dolor y la impotencia que sintió al ver como Jellal era atropellado en su lugar, la ansiedad invadio su cuerpo y la dejo paralizada, ella tampoco quería perderlo y aquella tarde estuvo a punto. Él se salvo, unas cuantas secuelas le dejaron herido el brazo izquierdo y una cicatriz en su ojo derecho.

Ambos estuvieron a punto de perderse aquella tarde, y desde entonces juraron nunca más volver a ignorarse durante tanto tiempo.

Ahora, 6 años después de aquel terrible día que les hizo a abrir los ojos, ambos se encuentra observando las estrellas, la fogata frente a ellos los mantiene calientes, el bosque donde se encuentran acampando esta tranquilo y silencioso, brindadoles una enorme paz, las miles de luciérnagas que revoloteaban a los alrededores le daban al lugar un toque mágico al lugar.

- Erza, ¿tú crees en los cuentos de hadas?

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