17. ¿Te imaginas si dejases de existir? 🌬️

¿Te imaginas que desaparezca de la faz del planeta Tierra la persona que más quieres, la que más amas? Que quede un espacio invisible en su lugar. Esa persona sin la cual no podrías vivir. Esa persona que te saca sonrisas cuando menos lo esperas. Cuando las necesitas porque estás también muy triste. Esa persona que has visto llorar y has apañado, sintiendo que sus lágrimas eran propias. Esa persona por la que sientes una gran simpatía y empatía. Ese otro ser que te acompaña, te escucha, te aconseja, te calma, te nutre.

¿Te imaginas su espacio vacío? Como si fuese el pupitre del mejor estudiante ausente. Donde todos miran esperando respuestas. Donde todos acuden cuando las preguntas son capciosas, y las soluciones inciertas. Cuando ni siendo el más inteligente, ni el más bello, ni el más valiente, ni el más feo, ni el más triste, ni el más alegre, ni el más divertido, ni el más aburrido, ni el más de los más que puedas imaginar, cuando ni siendo lo inimaginable puedas responder a la pregunta del más necesitado y quieras hacerlo fervientemente para ayudarle. ¿Te imaginas su espacio vacío y no poder ni siquiera acercarte a preguntar siquiera aunque vayas a obtener un "no sé" como respuesta? Cuando al menos vayas a descubrir que sigue allí presente y no ausente.

¿Imaginas que esa persona especial no se aparezca nunca más delante de tus ojos más que en sueños? Más que en recuerdos, fantasías despierto. Pesadillas y otra vez más sueños.

¿No lo imaginas? Espero que no. Espero que nunca lo hagas. Aunque a veces es imposible, porque esos pensamientos son comunes cuando nos encontramos en el borde del abismo de nuestro lado más profundo. Ese hueco vacío como creemos que estamos nosotros mismos, llevándonos lejos y cada vez más profundo en una larga y eterna espiral sin retorno. A veces pasa. Pero... Espero que sepas que esa persona de la cual estoy hablando eres tú mismo.

¿Te imaginas dejar de existir en un mundo tan cruel? Tal vez sí, pero, ¿en qué solucionaría eso las cosas? No dejará de ser cruel. ¿Realmente somos tan innecesarios como para dejarnos ir? ¿Como para dejarnos aplastar?

¿Te imaginas que esa persona especial se desvanezca por siempre y no regrese jamás? No quiero que lo hagas. No quiero que tú te vayas. No quiero que hagas nada que te haga desaparecer. Quiero que persistas. Porque ni tú mismo eres tan santo para decidir que este mundo es demasiado cruel para vivir en él.

El demonio convive en todos. Hay que aceptarlo. Asimilarlo. Invitarlo a pasar unos minutos bajo el sol de la tarde y que se avive, que se avive de que ambos brillan demasiado fuerte como para dejarse arrastrar bajo tierra. Que se avive incluso si lo invitas unas horas por la noche, bajo la oscuridad y una luna llena, para que vea el brillo del sol otra vez reflejado y lo recuerde.

La luna también está triste y solitaria, pero eso no la vuelve inservible. Pero eso no significa que el sol no la ame. Que el sol no ame hacerla brillar, y luego algunas noches la deje descansar. Eso no significa que la luna no se ame a sí misma. Es orgullosa, quiere alejarse cada tanto para que el sol no la queme. Quiere admirar desde su lado más oscuro las estrellas, y darse cuenta que hay miles de seres brillando más que ella misma, más de lo que nunca podrá hacer.

Y tal vez algunos somos la luna, y otros son nuestro sol.

Pero no olvides nunca que vives en la tierra, y desde muy lejos admiras a los dos.

Y en las noches el sol se va de paseo, y solo estas tú.

Tú, la oscuridad, y la luna pequeña y escondida si es nueva.

Porque quiere que tú también te des cuenta, que estás brillando intensamente. Que el sol te abraza aunque no lo veas. Y que la luna te espía en secreto, mientras te comparte el panorama de las estrellas.

¿Te imaginas si no existieses?

Nunca más podrías admirar ese brillo intenso, de quien está muerto.

De las estrellas recordándote, que sólo ellas brillan después de vivas.

Que ellas solas son unas completas divas en el firmamento. Que parece que están intactas pero en realidad están apagándose.

Y el sol es idéntico. El sol es una estrella. Tarde temprano se apagará también.

Pero la luna sin brillo propio, resiste.

Resiste como tu cuerpo, tus huesos fríos y cansados.

Resiste, sigue ahí, opaca. Pero perenne.

Es tu otra mitad recordándote que tú vales más que cualquier estrella.

Que eres la luna. Una piedra en la Tierra.

Un alma que sana. Que vive y se luce.

Como el carbón más oscuro.

Tu corazón es un diamante.

Y créeme, uno bien en bruto si crees que no vale la pena seguir en el mundo, esperando ser encontrado, mientras ruedas por los desvíos y espesuras de este bosque experimental llamado vida.

Yo estoy por ahí también, oculta entre unos espinosos rosedales, mirando quien se aproxima. Lanzando espinas, lastimándome por igual.

Pero estoy por ahí también, chocando con algunos diamantes que se impiden brillar.

Entonces es cuando mis pétalos extiendo, y los invito por un corto tramo a que experimenten el terciopelo y la suavidad con la que varias veces en el camino, también se van a reencontrar.

¿Te imaginas entonces si dejaras de existir?

Si no me permitieses, al menos por una vez, en tu corazón latir.

Entonces lector mío, sería yo quien se sentiría morir.

No soportaría saber que se va del mundo, un alma tan bella como la que llegó hasta aquí.

Siempre hay alguien amándoles. Somos el platónico, el ideal de alguien. Pero tan sólo resta esperar y mientras tanto hacer nuestro propio camino. Ese desviado y lleno de abismos. Ese de amarnos a nosotros mismos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top