Los lobos
Detesto ser, algunas veces,
lo que quieren los demás.
Detesto que me dicten
y no permito que me influyan.
Sobre todo gente
con máscara brillante,
que me desafían
con la mirada disfrazada
de lobos hambrientos,
lobos que comen
de la basura.
Yo apenas vivo,
vivo a veces,
otros, viven en mí,
mientras el letargo continúa.
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