El detonante

El detonante
número uno
fué el miedo,
pensaba que lo iba a dejar, combatí el chantaje
y terminé huyendo.
La misma sintonía
nos envolvió
en un ambiente tóxico.
Las mañanas eran naranjas, noche era un azul martirio.
Quise e s p e r a r
Superar y no d e s e s p e r a r.

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