POEMA 22 || AMOR, NO HAY AMOR. SEGUNDA PARTE


AMOR, NO HAY AMOR. SEGUNDA PARTE. 

Amor, no hay amor... ni enamorados. Ni mucho menos esas rutinas de amor propia de los enamorados.

Como quedar para tomar un café... Pero de verdad, verdad; como si tuvieras la edad en la que tu corazón fue virginalmente joven... ¿Veinte, veinticinco años? Y apresar ese sentimiento renovándolo año tras año en tu corazón, como si fueran unos votos. Los votos de la juventud de tu alma renovados, tu corazón comprometiéndose contigo a no dejar de ser nunca joven.

Y esa otra rutina, como merendar pan con chocolate con tu enamorado... Como si fuerais dos niños, dos niños que se niegan a dejar de ser niños.

En cambio, Amor, qué quieres que te diga —y tú lo sabes muy bien—,  ir al cine con tu pareja, llevarle el desayuno a la cama... Esos «clásicos» a mí siempre me han parecido de postureo, de postureo sobrevalorado del amor. En fin, tú sabrás... Yo siempre me he resistido a ellos.

Sin embargo, sabes qué... Eso de que estés en una feria —si es de pueblo mejor, no me preguntes por qué—, hablando con tu amor, sin que tu amor sepa qué es él, y se  acerque un vendedor ambulante ofreciendo capullitos de rosa sintética... Sí, ya sabes, esas, las de invernadero con su celofán blanco, todo falso, pretencioso y chabacano... Bueno, pues esas, y el que te gusta a morir —leáse bien que no digo ni tan siquiera novio— le compre al chino, te regale, un capullito de rosa sintética... Jo, eso para mí, Amor, eso es el sumun del romanticismo...

Ya ves, Amor, que no hay... Sólo aplicaciones, Kinder, Badoo... y pornografía. Sí, esa fulana que dice ser prima segunda tuya... ¡Ay, Amor! Ella sabrá.

Otra rutina de enamorado joven y eterno: Hacer el amor con música... O ponerla después de... Y saborear el disco o el compact, en silencio, o con risas; abrazados... «Ahítos», como bien diría mi admirado Sabines. Y poder llevarte ese momento para siempre contigo, gracias a entre otras cosas, esas canciones. Y volver a él, con más intensidad si cabe, al extrañar ese momento. Y simplemente llamarlo, escuchando esa canción... Sí, ya sabes, Amor;  como los tan-tan indígenas, señales al cielo desde un corazón para otro corazón... Heurístico de: «Te extraño amor, no sabes cuánto». «Te echo tanto de menos...».

Sí, Amor, no te hagas, que sabes de lo que te estoy hablando. Me temo que es uno de tus hits favoritos y de tus huestes enamoradas: «Te extraño..., aunque nunca llegue a conocerte».

Yo, Amor, sabes que...

Soy una impostora...

Pero no se lo digas a nadie...

Porque Amor, estoy hablando de lo que no sé...

Porque todavía estoy esperando a mi enamorado... Ya sabes, aquel que llegue y me rete a una partida de Tetris jactándose de una victoria por adelantado y,  a la misma sabiendo, que tiene todas las de perder conmigo.

Porque todavía estoy esperando a mi enamorado... Aquel que llegue y me invite a tomar un café de verdad; con alas de joven enamorado...

Aquel que meriende conmigo pan con chocolate.

Aquel que me regale una rosa sintética; pero de amor, al fin y al cabo, que es la intención lo que cuenta. Pero en una feria, Amor, cayéndonos el relente de una dulce noche de verano... Plenilunio, y una canción romántica de Juan Luis Guerra sonando de fondo.

Aquel que me regale una canción, o todas las que quiera... Mientras me hace el amor, o las que vengan después de... Momentos igual de singulares y maravillosos. Y yo tener esas canciones y poder volver a esos momentos cuando yo quiera, con mi propia banda sonora incluida. Ya sabes, Amor...,  tú puedes llegar a entenderlo. Volver a esos momentos, inextinguibles, hacerlos real, a placer, sólo con prender la música que nos hizo de testigos.

¡Ay, Amor! Y tú, que sabes de todo esto que te estoy hablando... Ya sabes que muchos poemas, con todos sus versos, claro, pueden cumplir la misma función que una canción.

Pero bueno, Amor... ¡Que no te estoy pidiendo que sea un poeta mi enamorado! Pero sí que tenga sensibilidad, humanidad, honestidad, integridad... Romanticismo.

Mira, Amor... Vamos a dejarnos ya de tanto rollo y, ya que me estás escuchando, apiádate de mí: ¡Envíame de una vez por todas a mi enamorado! Ese que cumpla con las rutinas de amor; esas que sólo tú y yo sabemos...

Ay, Amor, por lo que más quieras, desesperando espero.

Ay, Amor, qué te digo... Voy a cambiar el título de esta misiva, ¿qué te parece este otro?: Aspirante a poetisa le pide al Amor que le envíe a su enamorado.

Pero dime, Amor, tú que todo lo sabes... Pero, ¿es mucho pedir? Que me hagan el amor, mientras suena un disco de Brian Mcknight o de Sarah Vaughan de fondo. Para poder llevármelo después a mi casa y revivir el momento cada vez que me de la gana, cuando me sienta romántica, nostálgica; o por qué no, de buen humor. O, por si mi enamorado se arrepiente y no le vuelvo a ver más la cara. Qué sé yo, Amor... Fíjate que aunque te lo haya podido insinuar, no te lo he condicionado a la exigencia de ser correspondida...

Ay, Amor... Con qué poco me conformo. ¿Es que no lo ves? ¿Es que acaso es mucho pedir? Amor, tan solo amor, y mi música favorita de fondo, con mis versos predilectos orbitando como anillos por mi corazón planetario...

Ay, Amor, tu sabrás... Aquí te sigo esperando, a ti y a mi enamorado. Alguien que me haga sentir como en casa. Besos y deseos desde el país de tus sueños, Amor.

Amor, no hay amor, solo Poesía.

Fdo: Dorothea Bloom


No puedo más, poemario, aquí te dejo ya porque me vas a matar. Me quemas en las manos y te suelto, te dejo ir. En el alma.  Gracias por todo lo que me has dado, por toda la gente que he conocido a través de tus versos. Hoy, es extraño, pero ya parecen que no fueran míos.

Vuelvo a repetir, todos estos poemas están fechados en el año 2019, tal parecieran, más bien, una maldita tirada de cartas a cinco años vistas... El orden de los poemas han ido dándose natural, sin planear, misteriosamente todos han ido otorgándole más sentido si cabe,  a su predecesor. Y además, como ente vivo, todavía habla, sigue aportando información, señales, causalidades...  Me han dado escalofríos. Mis ángeles me han traído hasta aquí, y yo ahora, hecho el freno. Leeré poesía si tengo el corazón indulgente para ello, pero de momento no la escribiré, o por lo menos no la publicaré. 

Espero que os haya gustado este poema de cierre, yo pienso que me voy por todo lo alto. Qué contrariedad, recuerdo cuando lo escribía: "Vaya mierda, vaya tontería....". Ay, Dios, cómo somos con nosotros mismos.

Vengo de escuchar  en Youtube un audio bellísimo:"Cartas de amor de Octavio Paz a Elena Garro"..... Wuauuuu....  Hay gente que "no tiene sangre en las venas", que lo que lo corre es tal abstracción de conceptos, metáforas, destellos, sensaciones, incorporeidad.... Una fluidez y una naturalidad para describir de forma mágica, increíble,  todo lo que le rodea, por ínfimo y anodino que parezca. Las palabras se vuelven agua. Cómo se puede escribir así. Cómo se hace, cómo se llega a eso. De qué está hecha la delicada sangre de un Poeta. De Majestad. 

Qué raro todo.

♥ 

Sevilla, a 11 de abril de 2024

Los premios Amby 2024 fallaron el viernes 31 de octubre.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top