¿NO LO HAS CONSEGUIDO?

Tus desprecios, tus humillaciones...

no desgastan mi deseo, mi amor por ti.

Pero en cambio, la seda de mis ojos...

¡Ay!, la seda de mis ojos arrancaste.

Ahora parpadean desnudos, a la intemperie...

sin su brillo original.

Tú aniquilaste el brillo de mis ojos.

Y mi boca...

Qué decir de la muselina que era mi sonrisa...

Demudaste mi sonrisa a un rictus de jirones.

Ya ves, yo que te iba a pedir que nos contáramos

los secretos... 

Sí... pero así, en este plan:  ¡Al oído!

«Secretos al oído», que ese matiz es importante.

Y otro matiz, también importante... 

Esos secretos que nos dijéramos al oído no incluyen pecados...

Para mí, los pecados, no tienen nada que ver con

los secretos...

Un pecado sería como los «castañazos» del alma

distraída... 

Y un secreto... 

Un secreto es el anhelo más puro de tu alma. 

Sí, me gustaría saber del anhelo más sincero y rabioso que vive por tus recónditos...

Pero disculpa, que no he dicho nada.

Haz como si no hubieras oído...

Me manda callar esa sonrisa,

muselina que instalada en mi alma,

dejaste hecha jirones.

La fotografía que avala el poema está sacada del maravilloso banco de imágenes gratuito:

https://www.freepik.es/foto-gratis/mujer-apoyada-contra-pared-mirando-abajo-pasillo-fondo-borroso-isla-alcatraz_7814788.htm#&position=0&from_view=search&track=ais&uuid=c145f565-125f-4eed-b2e2-fdfb6b88d614