Entendiste




Y de pronto, resulta que me gustás.

Que me enamoré. Que te quiero.

Que la vida me llevó hasta tu tierra, como decís vos,

y me levanté a bailar contigo. «¡Me muero!».

"Enseñame", te dije,

mientras sonaba la canción con la que,

ya antes, te había imaginado bailar.

Eras algo nuevo. Un terremoto, un ataque...

Y te quiero como sos. Siempre te quise así.

Eso que te hace diferente,

es exactamente lo que me gusta.

Mi pecho contra el tuyo, tu boca en mi frente,

presioné a mí tu cuerpo,

nos dimos una vuelta y te reíste.

Un muslo tuyo separó un poquito los míos.

"Enseñame", te pedí otra vez. Y entendiste.

No a bailar. A quererte. Pero a tu manera.

Acerqué mi boca a la tuya. Dábamos vueltas.

Rocé con miedo tus labios y atrapaste mi boca.

"¡Ah!", con la oxitocina revuelta

Nos besamos como dos adolescentes,

suave, despacio, cada vez más intenso.

Nos detuvimos en la pista, abducidas,

con los músculos tónicos, tensos.

Tu lengua ingresó por mi boca hacia toda mi sangre,

y el beso se hizo largo.

Olvidamos que estábamos en el mundo

que esto, más que verdad era un letargo.

Que nos miraban. Que nuestras manos

bailaban un ballet desesperado.

Arreciaba la percusión del reggaetón,

pero nuestros pasos sordos se movían pausado.

«Es la primera vez que estoy así»;

lo escuchaste en mi pálpito, no lo había dicho.

Terminó la canción. Reímos.

«No me estoy enamorando, es solo un capricho».

Mirando hacia los demás pero a la nada

me entrelazaste los dedos.

Qué tersa tu mano, pequeña, femenina.

Me derruía el contacto, me dañaba el miedo.

«¿Sos como yo?». Yo estaba en éxtasis, incrédula.

Qué linda tu risa. Qué agudas tus miradas.

Tomé un trago de vino. Te besé sin tragarlo.

No podía pensar ni decidir, ni nada.

Caí un poco en la cuenta. En honor "al honor"

decidí escaparme, perderme, correr.

En honor al deseo, a la libertad, al amor

me atrapaste del brazo, «¡soltame, mujer!»,

me diste la vuelta, me estiraste hacia vos

como si yo no tuviera peso,

tomaste mi rostro, lo enfrentaste a tus ojos,

y me partiste el alma con otro beso.

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