Así es como el demonio quería
verme destruida.
Borrar a golpes mi sonrisa,
con tumor en las dos mejillas.
Así quería verme,
desfigurada, rendida,
pálida, como un fantasma
caminando cuesta arriba,
desnuda,
con sangre y heridas
en la piel que cubre mi cuerpo,
en el músculo cardiaco,
esquelético, liso,
por fuera y por dentro.
Quería cambiar mi historia,
mi forma de ver las cosas,
mi manera de creer
O desconfiar de las personas.
El peor miedo cumplido,
el sueño peor hecho realidad.
En un engrudo con escupitajos ajenos
trago el polvo con sabor a sal
del que me empuja, me empuja,
porque ya no puedo caminar.
¿Qué más queda? ¿Como Judas,
hubiese sido mejor
ser abortada del mundo?
¿Es esto verdad
o es solo una visión turbia?
¿Es esta mi imagen
en un espejo cóncavo,
curvo, convexo?
¿Un reflejo mío
desde un cristal deforme,
o de verdad soy eso?
¿Cómo puede ser que
antes confiaba,
ahora soy cautelosa?
Antes reía,
ahora bajo el perfil.
Hablaba fuerte,
ahora guardo silencio,
por miedo, no por cobarde,
para no ser blanco
del demonio que quería
verme así, destruida,
callada, sumisa.
Carcajea
y me punza por dentro
como aquel endometrio legrado,
como Judas,
como la convulsión
de la cuerda deslizándose, asiéndose,
ajustándose al cuello.
Con intenso dolor de cabeza,
con la asfixia aguda y progresiva
del innombrable suicidio.
Escalda el cuero, la piel
de la espalda de mi alma
hasta hacerme sangrar,
hasta sacarme pedazos,
y no puedo recoger
ni sirve para algo
mi no preciosa sangre.
Veo cada vez más oscuro,
pierdo un poco más
la conciencia.
Me levanto hecha fantasma,
andando sin latir.
Me obliga a caminar
flagelándome por atrás.
No puedo retroceder el tiempo.
No puedo adelantarlo
para saber qué pasa
antes, después.
Para saber por qué.
Solo camino cuesta arriba.
Nadie me da un poco de agua.
Jadeo. Huele a hierro.
Trago más sangre,
mis coágulos, mi carne.
¿Cómo se sigue?
Con los ojos del alma acardenalados
ya no puedo ver.
¿Qué se hace
cuando ya no hay nada que hacer?
¿Están los que me quieren?
No logro oírlos,
sorda, sola
en medio de los gritos.
¿Sigo?
¿O mejor no se sigue?
¿Qué más me queda?
¿Golpes hasta matarme?
¿Qué quiere de mí?
Es la vergüenza total,
y tengo miedo.
¿Qué ocurre? ¿Cómo?
Así como él quería.
Trato te tomar un poco de fuerza.
¡Basta!
Trato de levantar la cabeza
y me aplasta.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top