Nocturna noche, luna llena, mis lágrimas manchando mis mejillas mientras un cubrebocas no me deja respirar el aire frío del viento nocturno, sin celular, solo con un viejo MP3 que casi ya no sirve,  escuchando las canciones favoritas de mi hermano intento calmar el sufrir de mi corazón, caminó, observo las calles iluminadas con una raquítica luz, no oigo nada, ni susurros ni murmullos, me siento en una resbaladilla mientras admiró los árboles, susurró para mí misma que todo estará bien, ¿Cuántas veces planteaste tú plan B? Immortals sonaba, planeaba regresar cuando la última canción sonara, no tenía miedo a las personas ni a la obscuridad, tenía miedo de matarme yo misma, de morir de dolor, mis mejillas aún están manchadas de lágrimas, pero ya no siento más dolor, la intranquilidad se fue, ver a mi gata dormida en su cama al regresar, tomar fotos de cosas triviales y atiborrarme de pastel de chocolate, contemplar la luna de nuevo desde el patio y mirarme al espejo con los ojos llorosos y la cabeza llena de enredos, estaba harta de todo, no pude celebrar adecuadamente el cumpleaños de mi hermano menor, iba pensando en que hacía tiempo que no me desahogaba con palabras escritas, aquellos que llamaba "pensamientos" desaparecieron con el tiempo para volverse versos poéticos manchados con nostalgia y obscuridad
Anécdota de un día horrible que pudo ser poesía o quizá lo será luego.