Un cuchillo en mis manos, la caja de musica sonando aquella tonada triste, la obscuridad de mi alma aun no puede desaparecer, la sangre goteando de mi muñeca aguantando un dolor tan simple y poco dañino que se diferencia de lo que siento en mi corazón, mis labios susurran asesiname a ahora, relamiendo la sangre con sabor a metal que queda en el cuchillo, él aire que hace que cierre los ojos al igual que una venda que me hace caminar a ciegas, los errores y las cosas que he echo me tienen así, frágil esperando él final de todo, él farol de una calle obscura parpadea indicando que aún queda esperanza y que él miedo pronto se ira, me arrepiento de demasiadas cosas que me han llevado a la desesperación y a sentirme tan miserable y estúpida, si un lo siento fuera suficiente no estaría escribiendo esto mientras Contengo las lágrimas y observo la herida en mi mano que aun sangra y que yo misma me hice, odiaba él dolor pero ahora puede que me acostumbre a el, se muy bien que mi actitud egoísta provoco toda mi desgracia, palabras que son tan fáciles de decir pero que mi cobardía hace que me niegue a decir. Quisiera cambiar mi debilidad, mi egoísmo, mi dependencia de los demás, él miedo a estar sola, él miedo a decir lo que siento, mi cobardía, las alas de un ángel rotas están, caminando sola en la acera me encuentro, contemplando las flores que caen de los arboles y sintiendo él aire en mi cara mientras pienso en todo lo que he perdido por ser como soy.