Jamás comprendí completamente el objetivo de mi vida.

La agonía sin duda me consume y el dolor ya no lo aguanto, trumada o tal vez loca este, pero esas trivialidades no me importan, se que con el tiempo todos mis desórdenes emocionales desaparecerán.

No se exactamente el por qué mi cuerpo no deja de doler y me obliga a estar en cama, solamente pensando si todo pronto acabará ya.

Cada vez me debilitó, no me quedan fuerzas, al final de la calle tal vez sólo veo una bicicleta vacía.

Mi último gritó lo di cuándo escapaba de esos furiosos canes.

Las calles obscuras y solas, sin ningún consuelo o una voz que me ayude.

Tal vez me estoy perdiendo en la agonía y temo que mi vida termine así no se si aún pueda avanzar.

¿Qué tipo de señal es esta? me pregunto.

Confinada a la soledad, al vacío, a no entender que pasa conmigo.

Desahogandome con palabreria que tal vez no ayude mucho a detener el tiempo.

No, no es Hanakiri pues hace mucho tiempo deje de creer en el amor.

Vagando sola sin fuerzas.

Alguna vez en mi vida quise desaparecer de este oxidado mundo.

Pero ahora sólo quiero mantenerme de pie y terminar las sin fin de cosas pendientes que tengo.

Todo se vuelve tan aplastante, no entiendo que tan duro puedo llegar a trabajar para lograr lo que siempre quise.

Este horrible dolor no te lo deseo, pues yo sólo quiero que desaparezca.

Aves merodeando cerca de mi, subidas en esos altos árboles me asustan.

El miedo siempre fue mi peor enemigo y ahora sólo quiero ya no temer más.