Trotan bestias por el lóbrego cielo,

En lo alto resuenan galopes como truenos.

Cabalgan a la tierra por el portal del viento,

Despojando a los muertos de su tétrico velo.

Los veo. Las centellas reflejan su figura.

Esbeltos son los cuerpos de las hadas infames,

Que montan los temibles corceles azabaches,

Desplegando en las nubes su bandera.

Como aves de rapiña revuelven la carroña,

Buscando entre despojos apreciados tesoros. 

Sobre la misma muerte erigen sus imperios,

Pintando las murallas con su sangre borgoña.

Por fin el cuerno suena reuniendo a los "Señores".

Ha llegado la hora de marchar a otros lares.

La conquista prosigue por todo el ancho mundo,

Donde la muerte exista continúan sus labores.

Ensillan los caballos y ascienden al celaje,

La tormenta refulge con furia atronadora,

Y sus aciagas capas ondean con la brisa.

Vuela hacia los confines "La Cacería Salvaje".