En esta casa nadie duerme.
Y no es por falta de sueño, es quizá por exceso de estos, exceso de pensamientos, exceso de emociones no placenteras.
En esta casa nadie duerme.
Que si el insomnio por el amor perdido.
Que si el insomnio por el amor ganado.
Que si el insomnio por el amor arriesgado.
El punto es que en esta casa nadie nunca duerme.
Al menos no lo suficiente.
Todos tienen miedo o tristeza o enojo.
En esta casa nadie duerme.
Y todos tenemos cansancio, pero no solo físico, también mental y emocional, nuestros músculos están cansados, el cerebro quemado y el corazón, él  solo se esfuerza por seguir adelante, sin tener éxito como se esperaría, y eso lo estresa más y lo hace trabajar más duro.
En esta casa nadie duerme.
Se nos hace temprano hablando de lo que es, lo que será, lo que fue y lo que pudo ser.
En esta casa nadie duerme.
Llevamos todos lunas bajo los capulines, y capulines empañados por ojos.
En esta casa nadie duerme.
Alguien se levanta por no dormir, por pensar, camina como fantasma y lo vuelve a intentar.
En esta casa nadie duerme.
Alguien juega para callar su mente y ahí llega su amanecer.
En esta casa nadie duerme.
Yo escribo porque me da la inspiración.
Muevo las orejas y las paro cuando hablan, pues es en susurras, quiero escuchar si hago algo mal, si algo les incomoda de mi, me siento intrusa y algo ajena, también por eso no duermo, eso y que quiero mantener despierto un amor que me aterra pensar que no funcione, también pienso de más y sola me lastimo antes de tiempo, me anticipo a todo lo malo.
En esta casa nadie duerme, es culpa del amor, es culpa de ser humanos, es culpa de nosotros, pero no es culpa de nadie, porque no hay culpables de tal cosa.