III.
Cuando era pequeña, solían contarme que, cuando un ser querido muere, se convierte en una brillante estrella que nos cuida y vigila desde las alturas, pero creo, que no es necesario morir para convertirnos en un cuerpo de luz con luz propia y cuidar a los que amamos, nos convertimos en estrellas cuando pensamos en los demás antes que en nosotros mismos, cuando lo material pierde importancia, cuando cada palabra que sale de nuestro corazón la usamos para ayudar a quien lo necesita, cuando sin importar que tan duro fue nuestro día seguimos adelante con la mente en alto, soñando, y deseando libertad, cuando a pesar de tener heridas curamos a quienes sangran, cuando a pesar de que nuestro corazón está roto, intentamos pegar las piezas de otro, existen miles de estrellas reencarnadas en la tierra dispuestas a compartir su luz a aquellos con alma oscura, todos en algún momento necesitamos un poco de la luz que nos rodea, para algún día compartirlo al mundo o a un espectro solitario que necesite un brillo de esperanza, pasaremos por malos momentos, pero algún él cosmos dormido en nuestro corazón, arderá tanto hasta quemar al más iluso, igualando nuestro poder, al de nuestra madre la luna.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top