A Media Mañana

Levantaré el vuelo a media mañana
y plegaré mis alas en el ancho azul.
Iré a lo alto que a mi alma reclama,
y vestiré mis ojos con el blanco tul.

Al mismo sol cruzaré de frente,
a mis pupilas no lastimará.
Volaré tan alto hacia el azul celeste,
que mirarás al cielo y no me verás.

Cruzaré desiertos de tibias arenas,
volaré sobre las corrientes del mar
y veré tu alma y tu faz serenas...
desde los cielos mis lágrimas caerán.

Cantaré mis cantares a media mañana,
cantares celestes de hondo pesar.
Descenderé siempre en la misma torre,
aquella en la cual te solía soñar.

Soñaba contigo a media mañana,
soñaba sueños de nunca jamás...
en mis alas tu cuerpo paseaba,
yen aquella torre te solía amar.

Y desde los cielos yo te observaba,
como en mi torre mirabas de pie,
la gracia de mi vuelo junto a la ventana.
Más al llegar, jamás te encontré.

Te fuiste de mi torre a media mañana,
mientras mi alma surcaba las nubes
en aquellos sueños que dulce cantaba
y fue ya despierta, nunca te tuve.

Y ahora ya no vuelo, ya no de mañana,
sólo siento frío y soledad.
Entonces tu vuelas fuera la ventana...
y me dejas sola sin tener piedad.

Inmóvil, sin alma, fría y callada,
no canto no vuelo y jamás soñaré,
sueños que soñaba a media mañana,
en la misma torre que una vez te amé.

Levantaré el vuelo a media mañana,
plegaré mis alas en el ancho azul,
el día que tu vuelvas junto a mi ventana
y seques estas lágrimas con el blanco tul.