Vivimos en un mundo donde cualquier cosa puede matarte.

Puedes morir en cualquier momento.

En cualquier sitio.

Aún...

Estás eligiendo hacerlo tú mismo.

Niña patética, temes a la oscuridad, pero eres tú quien apaga las luces.

Pequeña niña llorona que deseas amor, pero eres tú quien los aleja a todos.

Pequeño niña confundida, rezas por Dios, pero eres tú quien no cree en su misericordia.

Ni en dios.

Nadie se apiadará de ti, niña, porque te has condenado a una vida enteral de dolor.

Eres tú a quien has condenado.

Acuéstate ahora y ponte a pensar, porque el sol saldrá pronto...