XVI. la Raíz marchita

Taehyung se encontraba en su habitación leyendo un libro sobre la segunda guerra mundial, debía estudiar porque su madre le haría una prueba esa misma tarde para comprobar si estaba bien encaminado. Pero él solo quería ir a casa de su mejor amigo a ver películas, ya le estaba mareando leer tanta información y tenía que leer tres veces el mismo párrafo para lograr entender bien lo que decía el libro.

Arrugó la nariz mientras alzaba el libro, ya que estaba sentado sobre su cama con decoración de submarino, y luego lo dejó de lado para poder salir a ver qué hacía su hermano.

Se bajó de la cama tratando de no hacer mucho ruido, su madre lo podía oír desde su estudio, el cual estaba frente a su cuarto; en puntillas avanzó hacia la puerta, la cual estaba media abierta, así que se le hizo fácil poder abrirla en su totalidad, casi en silencio.

Esperó unos segundos para comprobar que su madre no lo había escuchado, y después siguió su camino al otro lado de la casa, en donde estaba la habitación de SeokJin y la de sus padres.

Taehyung nunca entendió porqué su habitación estaba tan lejos, porque había una habitación vacía al lado de la de su hermano, pero su madre decía que él era especial, así que debía haber silencio a su alrededor, uno como el que ella tenía en su propio estudio.

Su madre solía decir que él era especial, que él era muy inteligente y que iba a lograr muchas cosas, Taehyung solo quería comer una hamburguesa con Jungkook, su mejor amigo había dicho que eran ricas, quería probarlas.

Caminó con cuidado por el largo pasillo lleno de ventanales que dejaban entrar cantidades excesivas de luz, Taehyung decía que era el camino al cielo, para él lo era, porque cada vez que lo cruzaba podía ver a su hermano, comer en la mesa con su familia o ir a la escuela para poder ver a Jungkook.

El piso del camino al cielo era blanco y siempre estaba limpio, su madre decía que la perfección era limpia y casi blanca, además de que los procedimientos médicos siempre debían ser limpios, eso lo había estudiado con su mamá en su cumpleaños número seis, ¡Y de regalo recibió un kit de primeros auxilios!

Mientras caminaba de puntillas, vio el enorme jardín repleto de plantas y árboles, a su padre le gustaba la naturaleza y una vez le enseñó a podar un enorme arbusto, pero a él no le gustó porque su padre no lo dejó darle forma de tiburón; podar era aburrido si no podía darle la forma que él quería.

A los minutos ya estaba en ese lado de la casa, en donde el piso era de madera, había un rico olor a flores moradas y habían varias fotos enmarcadas en las que aparecía junto a sus padres y hermano, eran sus favoritas, aunque también habían doctorados de su madre y premios que él había ganado en ferias científicas; pero a Taehyung le gustaba más ver las fotografías, su favorita era una donde estaba sobre la espalda de SeokJin y su hermano lo paseaba como si fuera una nave espacial.

Cuando llegó a crujir la madera del piso, Taehyung sonrió en grande, porque había llegado al cielo y podía ir a jugar con su hermano, o a leer mangas con él, ¡O ver televisión!, Taehyung no tenía televisión en su habitación, así que amaba ver películas con SeokJin, o con Jungkook.

Taehyung estaba ansioso por ver a SeokJin, así que corrió a las escaleras, subiéndolas de dos en dos, y luego corrió por el pasillo de alfombra gris.

¡Quería jugar con SeokJin!, ¡Ver películas!, ¡O podía llamar a Jungkook y así le podía contar sobre la segunda guerra mundial!

Había tantas posibilidades que se ponía ansioso.

Abrió la puerta de la habitación de SeokJin y el mayor volteó a verlo desde su escritorio, asombrado tras su presencia y luego frunció el ceño, parecía molesto pero terminó por cambiar su rostro a afligido.

—¡Jin! —gritó mientras corría a los brazos de su hermano mayor—. ¡Juguemos a las cartas!, ¡O-o podemos ver una película! —se había sentado, de un solo salto, en las piernas de su hermano y sacudió el brazo derecho de este— ¡Veamos la película del superhéroe!

SeokJin suspiró mientras lo detenía, y Taehyung se le quedó viendo con los ojos brillantes.

—Cerebrito, ¿Mamá sabe que estás aquí? —él negó con la cabeza—. Entonces vete, no quiero problemas —su hermano lo bajó de un empujón de sus piernas.

Taehyung no entendía mucho a SeokJin, a veces era muy amoroso y aceptaba jugar con él, a pesar de que se hubiese escapado de su habitación; pero otras veces era frío y lo sacaba de su cuarto.

—¿Por qué no quieres jugar? —preguntó con un puchero en sus labios y una mirada triste—. ¿Ya no me quieres? —SeokJin suspiró mientras dejaba su tarea de lado.

—Mira, Taehyung —se acercó, pero permaneció en la silla, Taehyung jugó con sus dedos—. Sí te quiero, pero no quiero tener problemas con mamá... Así que mejor vete de una vez.

—¿Mamá? —estaba confundido, ¿Por qué Jin tendría problemas con mamá?

—Sí, Taehyung —respondió de mala gana—. Siempre que vienes a jugar, mamá me regaña por... distraerte y esas cosas —viró los ojos y se volteó para seguir haciendo su tarea.

—Perdón —susurró mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

—Mierda, no llores —SeokJin lo miró con el ceño fruncido y solo hizo que él llorara más—. ¡Ahora mamá me va a joder porque estás llorando, Taehyung!, ¿Sabes los problemas que causas cuando vienes a la casa?, mejor quedate en tu cuarto de hospital.

—¡No es un cuarto de hospital! —gritó enojado mientras apretaba los puños—. ¡Es mi habitación! —pequeñas lágrimas recorrieron sus mejillas—. ¡Eres malo, siempre me dices cerebrito o-o enfermo o antisocial!

—Será porque lo eres... —respondió con crueldad.

—¡No soy un enfermo!

—Pero lo pareces, enfermito —escupió lo último con una sonrisa maliciosa.

—No es culpa mía que tú seas un fracasado —Taehyung lo miró directo a los ojos cuando pronunció aquellas palabras—. Sabes perfectamente que podría resolver tu tarea si quisiera, y tú apenas si puedes. Inútil.

—¡Largo! —gritó el mayor mientras lo empujaba fuera de la habitación—. Y será mejor que llegues rápido a tu cuartucho, porque mamá te va a castigar cuando le avise que saliste de allí.

Sus ojos se abrieron ante la mención de un castigo, sus manos temblaron y los pies se le estancaron en el suelo. Tenía miedo.

—¿No que muy machito? —se burló Jin mientras marcaba el número de su madre en el celular—. Será mejor que corras, Taehyung.

Taehyung corrió como si lo persiguiera el diablo, bajó tan rápido las escaleras que hasta resbaló los últimos cuatro escalones y cayó de trasero en la madera, pero se levantó enseguida para seguir corriendo.

Mientras él corría por el pasillo hacia el cielo, la figura delicada de su madre hizo presencia, tenía el ceño fruncido y en sus manos estaba el libro de historia; Taehyung paró en seco, porque había sido atrapado.

Yuna caminó a paso tranquilo hacia su él, mientras la veía aterrado y temblaba.

—¡Mamá, no! —gritó mientras juntaba sus palmas—. ¡Te juro que no lo volveré a hacer!

Su madre no le dijo ninguna palabra, solo se detuvo enfrente de él y le extendió el libro, Taehyung lo tomó entre sus manos y, al segundo después, recibió una cachetada que le volteó el rostro.

—¿Quién crees que eres como para desobedecer una orden?

Bajó la cabeza mientras lloraba en silencio y se llenaba de mocos, la mujer tomó con fuerza su muñeca, causándole un gran dolor que lo hizo tratar de quitar su mano, pero ella presionó aún más fuerte.

La mujer de lentes lo arrastró por el pasillo mientras él le suplicaba perdón y le decía que jamás volvería a escaparse a la hora de estudiar.

Cuando él se lanzó al piso para intentar detener el avance a su habitación, su madre lo tomó de sus cabellos, arrastrándolo por el blanco piso con fuerza, Taehyung suplicaba perdón a gritos mientras las lágrimas impedían que pudiera ver bien.

—Desobedeciste una orden directa, Taehyung, tú sabes las consecuencias —la voz de su madre era serena, como si hablara del clima—. Mereces un castigo por tu rebeldía.

La mujer lo jaló con fuerza de sus cabellos castaños para lanzarlo dentro de la habitación, cerró la puerta y se dirigió al baño; él sabía lo que tenía que hacer, así que gateó, con el libro en mano, hacia la bañera, lugar en donde se quitó su camiseta manga larga y pantalones.

Su madre dejó correr el agua de la ducha, empapandolo de agua helada, por lo que comenzó a temblar, así que se abrazó.

—¿En qué año inició la segunda guerra mundial? —cuestionó su madre mientras levantaba el libro que estaba en el suelo.

—U-uno de se-sep-ptiembre de 1939 —respondió nervioso.

—¿Cómo inició? —la voz de su madre era robótica, no demostraba ningún tipo de emoción.

—A-alemania invadió Po-Polonia...

—¿Quién era el presidente de Estados Unidos en aquel momento, Taehyung? —él no estaba muy seguro de la respuesta, pero debía responder.

—¿Roosevelt?

—¿Roosevelt? —preguntó la mujer mientras lo penetraba con sus ojos café.

—¿N-no? —sus labios temblaron con fuerza, al igual que todo su cuerpo, el temblor era tanto como de miedo como de frío—. ¿Me-e equivoqué?, ¿Mami? —se arrodilló en la bañera para suplicar perdón—. Perdón, mamá, n-no lo volve-veré a hacer.

—Solamente los imbéciles dudan de sí mismos, Taehyung —la voz tan tranquila, pero con toques de asco, solo hizo que él supiera, inmediatamente, el castigo que su madre le daría.

—¡No, mami, no! —gritó con fuerza—. ¡No quiero ir ahí!, ¡Me da miedo! —sus lágrimas corrían por su pequeño rostro.

—Tú sabes que has desobedecido, Taehyung, esto es algo que me obligas a hacer —se arregló los lentes mientras suspiraba—. No trates de hacerme quedar como la mala, hijo —cortó el agua, dándole la señal de salir—. Yo hago todo esto por tu bien, por tu futuro, para que seas el mejor de todos y no dependas de nadie, mi amor.

Bajó de la bañera y se encaminó al pequeño clóset que estaba en la esquina del baño, todo mientras escuchaba a su madre decirle que todo eso era por amor, que todo era para que tuviera un futuro mejor y que él se lo buscó, porque él debía estar estudiando, no tenía porqué ir a la casa, mucho menos a visitar a SeokJin.

Su madre abrió la puerta de lata del pequeño clóset, el cual parecía más un casillero, él entró cabizbajo y, cuando su madre se agachó para acariciar su rostro, capturó su labio entre sus dientes, mordiendolos con fuerza, porque él no quería llorar, porque su madre tenía razón, ella siempre tenía razón.

Se sintió un mal hijo, su madre solo quería lo mejor para él, pero él era tonto y se escapaba, no era culpa de su madre los castigos, eran culpa suya, él merecía ser castigado.

—Mi amor, esto es solo porque has desobedecido, recuerda que mamá te ama —él asintió, pero lucía como un zombie, su cuerpo temblaba por el frío, pero sus ojos se veían vacíos, como si no sintiese nada—. Recuerda que mamá hace todo para que seas el mejor... —dejó a su lado izquierdo el libro de historia.

Él asintió y suspiró de forma lenta, liberó un poco el dolor de su alma, cuando la mujer alejó la mano, para después alejarse y cerrar el clóset con un candado.

Tomó, como pudo, el libro, mientras temblaba al estar a oscuras en aquel lugar tan pequeño, y lo aplastó contra su pecho.

Él odiaba los lugares pequeños, sentía que se asfixiaba cuando estaba en ellos, en el clóset ni siquiera podía sentarse, no había espacio para que él lo hiciera, así que tenía que quedarse de pie mientras se concentraba en poder respirar.

Cerró los ojos para poder concentrarse en respirar, porque él sabía que, si no lo lograba aquello, se iba a desmayar, pero ya estaba comenzando a marearse, todo le estaba dando vueltas y el dolor en su pecho era demasiado fuerte, así que, con su mano derecha, acarició la zona.

Pero no lograba calmarse, porque sentía que no había aire, que el lugar se hacía cada vez más pequeño y-

Negó con la cabeza mientras se desesperaba y trataba de tomar bocanadas de aire.

—Estoy en casa de Jungkook —dijo en un susurró—. Estoy en el patio grande, ¡Grande!, ¡Patio muy grande! —comenzó a golpear la lata con el libro, creando abolladuras nuevas— ¡Aire!, ¡Aire!, ¡Aire! —repitió entre gritos.

El aire le faltaba, las paredes se hacían cada vez más pequeñas, él iba a morir aplastado y todo estaba muy oscuro, tenía miedo, miedo, miedo, mucho miedo.

—¡Jungkook! —gritó con fuerza mientras abrazaba el libro pensando que era su mejor amigo— ¡Quiero a Kook!, ¡Tengo miedo! —comenzó a llorar mientras trataba de salir con desespero.

Su pecho subía y bajaba con fuerza, el aire no era suficiente, las paredes lo apretaban cada vez más, todo estaba muy oscuro y quería salir.

Salir. Salir. Salir.

—¡Esto-toy con... Co-con Jungkookie! —gritó mientras cerraba con fuerza los ojos y su cuerpo temblaba con demasiada fuerza.

De a poco sus ojos se iban cerrando, porque pesaban demasiado y estaba demasiado cansado. El aire no estaba, no había aire... y todo fue negro.

—¿Alumno Kim? —preguntó el reportero de la rueda de prensa.

—Oh, disculpe, ¿Cuál era la pregunta? —Taehyung parpadeó un par de veces para poder concentrarse en lo que le decía aquel hombre.

—¿Cree que sus difuntos padres estén orgullosos de usted? —el castaño suspiró leve y luego sonrió.

—Estoy seguro de que deben estar orgullosos por lo que he logrado, en especial mi madre —respondió enterrando sus uñas en su muslo, todo por debajo de la mesa—. Ella siempre estuvo velando por mi educación, potenciando mi inteligencia.

—¿Su madre es su mayor motivación para poder ganar su última competencia en estas olimpiadas?

La pregunta resonó en la cabeza de Taehyung, se volvió eco y, cuando por fin se disipó, pudo responder.

—Realmente lo es —sonrió triste mirando sus manos, actuando para las cámaras, usando la empatía de los espectadores, usando la lástima a su favor—. Ella siempre ha sido mi mayor motivación en cada ámbito de mi vida, por ella me esfuerzo para seguir adelante, para poder superarme —sus ojos brillaron al volverse aguados—. Voy a ganar para honrar su nombre —una pequeña lágrima cayó, llamando la atención de todas las cámaras.

—Es muy lindo el gesto que quieres hacer, Taehyung —habló el reportero con una sonrisa compasiva—. Tienes bastante apoyo para poder lograr aquello, un equipo ejemplar y una inteligencia deslumbrante.

—Muchas gracias —sonrió fingiendo estar avergonzado y limpió el rastro de su lágrima de cocodrilo—. Sé que ganaremos, y, si alguien duda de nosotros, le demostraremos lo contrario. El equipo Golden ganará estas olimpiadas.

El castaño miró a sus compañeros de equipo, ellos le devolvieron una sonrisa de apoyo, tragándose toda la mentira, no dudaron ni un segundo sobre su discurso de chantaje emocional; Taehyung no sabía si agradecer o llamarlos idiotas.

La rueda de prensa siguió su curso normal, les preguntaron sobre qué prueba consideraban la más difícil, quién creían que podía fallar más seguido y cientos de preguntas que buscaban entre desestabilizar la confianza del equipo para crear drama o sobre qué prueba se les complicaba y porqué.

Mientras ellos respondían a las preguntas, al mismo tiempo, y en la misma mesa larga, entrevistaban a los otros equipos, eso era solo para intentar crear controversia, para preguntar por X jugador y que la persona respondiera creando un conflicto; marketing en su máximo esplendor, el cual hizo efecto, porque un participante del equipo Rose Bianche College habló sobre que no tenían mucha competencia ese año.

El escándalo comenzó expandirse cuando una chica del equipo de Honor and Culture opinó que habían equipos que se confiaban mucho para ser la primera ronda, desde allí las indirectas entre los otros cuatro equipos se lanzaron de forma feroz, aunque el equipo Golden mantuvo la compostura la mayoría del tiempo, no caerían en aquellas bajezas, incluso cuando los reporteros trataban de crear más controversia, ellos se mantuvieron impasibles y distantes del drama... Hasta que un chico de Agust Winter les dio un ataque directo.

—El equipo Golden cree que podrá ganar este año porque en los pasados lo lograron por casi nada —dijo con el micrófono en manos—. En años anteriores apenas lograron la victoria por cien o noventa puntos, y ahora que tienen trescientos puntos extra creen ya tienen la victoria asegurada, pero si somos honestos, no manejan bien el tiempo y todo termina recayendo en Kim, ¿Qué pasaría si Kim Taehyung abandona el equipo?, no serían nada, quizá hasta acabarían últimos.

Aquella pregunta era una amenaza, si era sincero, Taehyung no se creía el hecho de que lo amenazaron de una forma tan directa y explícita, pues estaban en vivo y en directo, además que no esperaba que los chicos de Agust Winter tomaran las mañas de los imbéciles de Rose Bianche College; porque todos los competidores sabían la verdad sobre el "accidente" del chico de Honor and Culture.

Las cámaras los enfocaron de inmediato, la atención había recaído en ellos de forma brutal, el flash de las cámaras incluso los cegó por unos segundos, pero eso no logró que el rostro de Taehyung cambiara.

Kim sonrió de lado y se estiró para atrás, buscando con la mirada a Lenna, la fémina lo vio a los ojos y el mayor asintió, entregando la señal de aprobación que buscaba.

Taehyung no era tonto, él sabía quienes estaban en su equipo, sabía la forma de actuar de acada uno de ellos, no por nada trató así a Jihoon a la hora de verlo nervioso, no por hacerse el lindo le aseguró una seguridad máxima con aquellas palabras bañadas de confianza, no fue por simple aprecio que acarició la mejilla del chico.

Sí sabes cómo es la persona, entonces sabrás qué botones presionar para conseguir lo que quieres.

Taehyung buscaba que Jihoon confiara plenamente en él, así que usó lo que al chico le faltaba: Seguridad. Se la dio con palabras de afirmación que iban directo a la seguridad del menor, reafirmó la cercanía entre ellos con el tacto, lo tomó de los hombros mientras se acercaba aún más y acarició su mejilla para darle ese toque de intimidad y complicidad, le sonrió para entregarle la calma de que estaría bien y cumplió su palabra para que se quedara en la zona de confianza, para que no dudara de su palabra.

Kim Taehyung sabía quienes estaban en su equipo, sabía cómo reaccionarían, por eso tampoco dudó de lo que Jungkook le dijo sobre Haewon, porque él no era tonto y no era un secreto que esa chica solo tenía la cara de tímida, porque había filtrado chismes de la escuela bajo seudonimos por años; tampoco era muy inteligente la verdad, siempre usaba el "wo" en sus ussers de Stigma.

Así que él sabía cómo reaccionaría Lenna cuando le diera el permiso de hablar, conocía el poder del habla de la fémina, su pulcritud con las palabras, cómo era de tenaz a la hora de defenderse y cómo se regocijaba a la hora de callar al resto.

Puede que Choi solo se presentara como la princesita alemana, la chica linda de rostro fino, cabello de cobrizo y de ensueño, pero había detalles que Kim no pasaba por alto, como el hecho de que fingió no haber escuchado a Haewon; él sabía que lo dijo para no pertenecer a ningún bando, no quería tener problemas con su mejor amiga, por lo que no se atrevió a afirmar lo que Jungkook había dicho, eso lo decepcionó, la verdad, pero cada uno se caga como quiere.

Él confiaba en Lenna, estaba casi que la nombraba su mejor amiga, aunque eso era más por el hecho de que sus otras amigas eran de forma virtual y él demostraba su cariño de forma más física, por lo que se sentía limitado con sus otras amistades, pero, aún así, a veces eran un mejor apoyo para él.

Lenna tomó entre sus blancas manos el micrófono para hablar, Kim pudo ver como el rostro de poker dominaba el rostro ajeno, ese rostro que le permitía no tener piedad con nadie, sus ojos café tenían toques sombríos pues su mirada había cambiado y una pequeña sonrisa ladina quería asomarse en la esquina de sus labios.

¿Era una máscara o era un espejo al alma?, Taehyung tiene ganas de averiguarlo.

—Honestamente, no sé qué tanto pueden hablar los que quedaron en cuarto lugar en la primera ronda, y que, en años anteriores, solo han llegado hasta el tercer lugar en las cuentas finales de las olimpiadas —habló despreocupada, pero Taehyung detectaba el disfrute que sentía Lenna al tener todo el control a través de sus palabras—. ¿Creen que sin Taehyung no somos nada?, pues dejame decirte que seguiríamos siendo más que ustedes, y lo saben, solo hablan y no demuestran nada en las pruebas, acabamos de realizar la primera y ustedes obtuvieron cuarenta y siete de cincuenta, ni siquiera intentaron realizar las cinco extra, ¿Y creen que pueden tener esa libertad de expresión tan descarada? —suspiró mientras negaba con la cabeza—. Será mejor que demuestren algo de valía, porque son solo peones en este juego que tenemos el equipo Golden con el equipo Rose, peones que se pelean por el tercer lugar, no son adversarios dignos de mi equipo, así que no abran la boca si lo que dirán no concuerda con su rendimiento en las pruebas.

La pelirroja dejó el micrófono en el soporte mirando directamente a la persona que dijo tal barbarie, la cual empujaba su lengua contra su mejilla interna y hacía sonar sus dedos con rabia.

—El equipo Rose apunta a la victoria —habló Ming con una voz tranquila, pero la esquina de sus labios quería extenderse en una sonrisa, la declaración de guerra había sido clara—. No sé si otros equipos son felices con las migajas del tercer lugar, o de los que le siguen, pero nosotros estamos decididos a recuperar el primer lugar, que la copa vuelva a su hogar, ya ha estado mucho tiempo fuera.

—Que las palabras ajenas no nos representen —dijo la líder del equipo del equipo de Honor and Culture—. Mi equipo persigue la victoria como varios aquí, quizá para otros no se vea reflejado, al menos por estos momentos, pero ya verán nuestra eficacia en las pruebas posteriores —la fémina barrió con la mirada al equipo Rose—. Somos conscientes de que nuestra escuela no ha portado el primer lugar desde hace casi veinte años, pero nosotros nos hemos preparada arduamente para poder darle ese gran honor a nuestra institución —se relamió los labios mientras veía a Taehyung—. Si creen que somos un equipo fácil de derribar, les demostraremos que no es así y que por algo estamos en estas olimpiadas.

Taehyung la vio directo a los ojos, analizó el comportamiento de ella por su lenguaje corporal, y se veía decidida, al menos cuando habló casi en general, pero en cuanto ella posó sus ojos sobre él, ella se había puesto nerviosa, relamió sus labios, sus orejas se pusieron un poco rojas y jugó con sus dedos de la mano izquierda, además de que no pudo mantener el contacto visual directo.

¿Acaso tenía una fan en un equipo rival?, Dios, quería dar una carcajada ante aquel pensamiento.

Suspiró mientras la seguía viendo y sonrió de lado cuando ella lo miró por unos segundos para después correr la mirada, incluso un leve sonrojo tiñó los pómulos de la chica de cabellos largos.

—Me encantaría ver esa preparación en juego... —habló con picardía a través del micrófono mientras la veía.

La chica juntó las manos mientras suspiraba lento, como si quisiera mantener la calma.

—No pongas en duda que lo harás —contestó viéndolo a los ojos.

Taehyung se mordió el labio, no se esperaba encontrar un buen polvo en las olimpiadas, mucho menos que el coqueteo fuera grabado en vivo, pero eso de alguna forma lo calentaba más; y él quería saber si realmente ella llegaría a concretar sus palabras, porque varias veces se encontraba con personas que hablaban mucho y luego no hacían nada.

La chica era hermosa, tenía el cabello castaño oscuro que recorría hasta su cintura, incluso tenía unos pequeños rizos y un fleco, piel pálida y tersa, era delgada pero con un buen busto, ojos grandes de colores grisáceos y labios regordetes que tenían brillo labial.

Dejó el micrófono en el podio sin borrar su sonrisa, habían pasado varias cosas en un solo día, y ya estaba ansioso por lo que se vendría.


MookieNota: wenas, estoy muriendome, soy más mocos que persona, je, pero aquí está lo prometido, el maratón de 3 caps,  el que debía, el de hoy y uno extra... que quizá no les guste, pero es necesario.

Estuve con fiebre el otro día, me duele la garganta, soy más mocos que persona, e incluso me dio cagadera por comer basura, PERO SIGO VIVA COÑO, así que seguiran teniendo notis de mis anuncios random.

Ahora sí.

¿Qué opinan del cap?, nos enteramos de más traumas (no por nada a este fic le tengo cariño), y también de que la perso de Tae no es ser una rayo de luz... Tae es bien hijo de puta, calcula hasta el más minimo de sus movimientos, pero con Jungkook es otro tema.

Además, ¿otras amigas?, weno, en un inicio se habló que Tae tenía virtualitos, así que sí, hay más gente por ahí, que van a servir para después, OJO.

Weno, nos vemos en el siguiente cap, me tengo que apurar porque me tengo que bañaaaar.

Muah, muah.

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