XV. confío en ti

Taehyung sonreía de labios mientras era abrazado por su equipo y todos saltaban a la vez que gritaban de felicidad, las cámaras los apuntaban por ser los ganadores de la primera ronda y, de vez en cuando, enfocaban al resto de equipos que parecían abatidos tras los resultados.

El equipo liderado por Ming se veían molestos por quedar en segundo lugar, en especial Mei, la cual hacía tronar sus huesos y no dejaba de ver mal al equipo Golden, por lo que Ming la rodeo con su brazo por el hombro y besó la cabeza de la fémina, buscando calmarla o quizá tratando de ganar un poco de apoyo del público.

Varios comentarios en la pantalla fueron de apoyo para los otros equipos, pero la mayoría eran de felicitaciones y admiración para el equipo local.

Después de un rato, cuando todo se calmó un poco más, los presentadores mostraron la escala de puntos y le explicaron al público que, con 50.000 wones y tras pasar un encuesta, podían ayudar al equipo de su elección con diez puntos, pero solo era un aporte por usuario y con aquella cantidad como máximo.

Luego de aquello todos se dirigieron a la salida, Taehyung hizo una señal con la mano para que mantuvieran el orden inicial y así poder proteger a Jihoon, quien sonreía feliz por los resultados obtenidos.

Mientras caminaba detrás de su equipo, Ming se acercó disimuladamente a él, pero no le importó, después de todo era obvio que lo iría a amenazar.

—Si crees que con solo trescientos puntos extra nos vas a ganar, pobretón, estás alucinando —comentó cerca de su oído con resentimiento.

—Si crees que me asustas, Zhang, te recomiendo ir de una vez con el psiquiatra —sonrió de forma angelical sin verlo a los ojos—. Vas a necesitar pastillas para la demencia.

El peliplateado suspiró a la vez que tensaba su mandíbula.

—Ya veremos quién obtiene la copa, Kim —dijo mientras se alejaba y Taehyung le mandó un beso volador.

Cuando el equipo Golden llegó a su salón asignado, todos suspiraron cansados, Taehyung se dirigió a buscar las botellas de agua y repartirlas junto al sándwich, y, cuando vio la marca, sonrió y le sacó una foto para mandarla al grupo que tenía con Hoseok y Jungkook.

—Uhmm —dijo Jihoon al probar el primer mordisco del pan—. Amo a Hope & Sunshine, Dios, su comida es exquisita.

—Si fuera por mí, viviría a base de la comida de allí —habló Haewon luego de tragar.

Taehyung comenzó a escribir por el grupo sobre las buenas reseñas que tenía sau equipo ante la cafetería de Hoseok, el cual le respondió con una foto en la que él también tenía un sándwich en la mano y detrás se veían cientos de ellos, "Si quieren más, estoy regalando algunos afuera del comedor!!".

El castaño sonrió en grande, porque su equipo había devorado la comida como si no los hubieran alimentado en años.

—Chicos —los llamó—. Hobi dice que está regalando más sandwiches afuera del comedor, vayan a comer, tenemos rueda de prensa en una hora y los quiero bien.

Los chicos le agradecieron mientras salían del salón, todos asegurando permanecer juntos y llegar antes de la actividad.

Kim suspiró con una sonrisa cuando los vio irse, pero claro que la princesa se quedaría para hablar con él. Lenna se sentó sobre una mesa en posición de loto y con sus manos apoyadas en la misma, ya que estaba reclinada hacia atrás y con la vista en el techo blanco.

Taehyung se quedó unos segundos apreciando la anatomía ajena, el cabello cobrizo que caía como cascada y brillaba aún más porque la luz del sol caía sobre el, la piel lechosa y pálida de la fémina junto a su cuerpo largo y delgado, la pequeña cintura en la que se ceñía la falda gris tableada y la cadena de plata fina que estaba en el cuello de ella.

No podía mentir, Lenna era hermosa.

Se acercó a paso lento hacia ella, sin dejar de apreciarla y se paró frente a ella, a un paso de distancia .

—Sé que quieres decir algo, Lenn —rompió el silencio y ella sonrió—. Habla, muñeca.

—¿Por qué tienes que ser un maldito con cerebro de prodigio? —cuestionó mientras se sentaba correctamente, viéndolo a los ojos—. Me dan ganas de golpearte, ¿Sabes?

—Así que te gusta rudo, ¿eh? —terminó por avanzar el paso que los separaba, chocando sus muslos con las rodillas ajenas—. Yo le voy a todo...

La pelirroja lo tomó del mentón con su diestra y se acercó peligrosamente al otro, quien bajó la vista a los labios rosas de la otra.

—Me caes mal —dijo Lenna a punto de rozar sus labios con los del mayor, pero luego lo alejó, corriendo con su mano el rostro del castaño y con la izquierda lo empujó hacia la derecha, y ella se bajó de la mesa.

Taehyung sonrió entretenido, le gustaba jugar de esa forma con Lenna, para ese punto ya era algo característico de ellos, pero él solo la veía como una amiga, incluso, estaba cerca de considerarla su primera mejor amiga.

Lenna fue a buscar una botella de agua y Kim se sentó en la mesa de la que ella se bajó, a los segundos la puerta se abrió y ambos miraron en aquella dirección; Lenna dio una mirada de desagrado y a Taehyung le brillaron los ojos al ver a su Estrellita.

—¡Hyung! —gritó Jungkook mientras corría hacia él—, ¡Eres increíble! —dijo una vez lo tenía entre sus brazos.

Taehyung se sonrojó hasta las orejas al tener a Jungkook hurgando en su cuello buscando su olor, pues estaba Lenna viendo todo, pero no pudo evitar abrazar al menor y acariciar los cabellos azabaches de este.

—Te ví por la transmisión en Stigma, no me perdí nada —los ojos de Jungkook brillaban al ver a su Hyung y cambió su posición de abrazo, rodeando con ambos brazos el cuello ajeno—. Me encanta cuando te pones modo cerebrito, es muy cool, hasta diría que hasta hot —se sinceró el menor y Taehyung tenía todo el rostro rojo.

—Jungkook —le habló haciéndole señas con los ojos para que se diera cuenta de la existencia de Lenna.

—Eres demasiado majestuoso para ser real, Hyung —Jeon se acercó a restregar su mejilla con la del mayor, la cual era una costumbre vieja que tenía él—. Estoy tan orgulloso de ti, eres el mejor de todos, Hyungie, yo sé que vas a ganar, esos hijos de puta no te llegan ni siquiera a los talones —se separó acunó el rostro del mayor con la derecha y Taehyung se reclinó en ella, a la vez que peinaba los cabellos castaños—. Mi Taehyung es el más inteligente de todos, eres el mejor.

Taehyung ya se estaba olvidando de la presencia de Lenna, estaba perdiéndose en los mimos de Jungkook y sus palabras de apoyo, en como las falanges del menor peinaban sus cabellos y la mano derecha lo acunaba mientras el pulgar hacía círculos en su mejilla.

Se perdió tanto que apoyó su mano en la diestra ajena y dejó un pequeño beso en la palma de Jungkook, quien lo vio con un sonrojo y después se escondió en el hueco derecho del cuello de Kim, volviéndolo a abrazar, olisqueando la fragancia característica del mayor y dejando un besito en la zona que le hizo cosquillas al otro.

Hasta que un carraspeo se hizo escuchar, haciendo que Jungkook volteara para ver quién había sido la dueña de aquel sonido, cuando se dio cuenta solo la vio de mala gana mientras recostaba su mejilla en el hombro de Taehyung.

Kim rio nervioso mientras acariciaba la espalda del azabache y daba pequeñas palmadas en el lugar, para que Jungkook captara la indirecta y tomara algo de distancia, pero él hizo todo lo contrario, incluso lo apresó aún más con sus brazos y repartió caricias en la nuca ajena.

A decir verdad, Taehyung no quería que su Estrellita tomara distancia, pero a veces se creaban rumores estúpidos cuando lo veían junto a su mejor amigo, debido a que ambos eran de demostrar afecto de forma física y eran bastante melosos con el otro.

Confiaba en que Lenna jamás esparciría rumores maliciosos con respecto a él o a su relación con su mejor amigo, pero tampoco quería que ella pensara que Jungkook lo tenía como amante o algo así, porque no era el caso.

—Hola, Jeon —saludó la pelirroja con una sonrisa amigable, pero que para Jungkook era maliciosa.

—Hola, Choi —dijo sin despegarse de Kim y viendola directo a los ojos.

—Ahora que lo pienso, ¿Ustedes se conocen? —preguntó Taehyung—. Creo que es obvio que ubican al otro, pero, además de eso, ¿Se conocen?

De forma inconsciente, Taehyung rodeo la estrecha cintura del azabache, dejando caricias con su pulgar que dibujaba circulos, y comenzó a peinarlo con la izquierda, acariciando los cabellos negros hacia atrás con cariño.

—Algo así —respondió Choi mientras cerraba su botella de agua—. Estuve en el club de fotografía antes de comenzar a trabajar en el concejo estudiantil, pero fue por un periodo bastante corto.

—Ni siquiera te recuerdo —comentó Jungkook.

Taehyung rio nervioso ante la forma brusca en la que su mejor amigo le habló a la pelirroja, sabía que Jungkook se comportaba borde con las personas que no le agradaban, lo hacían sentir incómodo, le hicieron algo en el pasado o querían quitarle algo que era suyo; pero que él supiera, Lenna no había cometido nada para que Jeon se portara así.

Apretó un poco la cintura ajena y Jungkook retiró su rostro del hombro del mayor, dedicándose a ver con sus ojos de cervatillo a Taehyung, quien le susurró un pequeño "Hey" mientras le hacía señas con los ojos.

Como respuesta, Jungkook se alzó, usando como soporte sus brazos que rodeaban el cuello del otro, para sentarse en la pierna derecha del mayor, dejando sus dos piernas enmedio de las extremidades de Taehyung, y terminó por recostarse en el pecho de este mientras no despegaba su vista de la chica.

Jungkook estaba disfrutando aquel momento, quería que Lenna viera que Taehyung era suyo, que su presencia pasaba a segundo plano cuando él hacía aparición, que era una persona más del montón para su Hyung.

La fragancia de Taehyung lo anestesiaba bastante, lo calmaba y lo hacía querer estar lo más cerca posible de él, no quería despegarse de su mejor amigo, quería sentirlo cerca, su calor, su cuerpo y su olor.

Todo. Eso quería, quería todo de Taehyung.

Sabía que su dependencia era fuerte, porque Taehyung, para él, representaba seguridad, calor, hogar, amor y todo lo que le hacía bien. Adicto, era jodidamente adicto a tener a Taehyung, y que Lenna viera que seguía siendo suyo, que siempre lo ha sido y siempre lo será, lo hacía sentir orgulloso.

Taehyung solo era así de cariñoso con él, era así de amoroso con él, no con ella.

Pero... ¿Y Bambi?

Tomó una bocanada de aire mientras escuchaba en forma de eco la conversación de Taehyung con Lenna, se escondió en el pecho ajeno y cerró los ojos, concentrando en el olor de su Hyung.

Su Hyung. Suyo. De nadie más. Taehyung no lo iba a dejar. Taehyung no se iba a ir.

Inhaló el olor a cacao, el aroma leve a pino y la pizca, casi imperceptible, de olor a vainilla con canela.

Su Hyung. Taehyung estaba con él. Taehyung no se iría otra vez.

Repitió aquello en su cabeza todas las veces posibles y apretó con fuerza los ojos para que no se saliera ninguna gota de una posible lágrima.

Bambi no le hacía caso a su Taehyung, no tendría porqué preocuparse, ¿cierto?, su Hyung no era correspondido, así que Bambi no le quitaría a su Taehyung, no lo volvería a perder, su mejor amigo no lo volvería a dejar.

Bambi estaba en una relación con alguien a quien no piensa dejar, por lo que dicen los poemas de su Hyung, así que no debía preocuparse. Sonrió mientras se repetía aquello, que Bambi no era una amenaza, y, mientras inhalaba el aroma de su mejor amigo, logró autoconvencerse —aunque sea por ese momento, porque sabía que volvería a pensar en el tema cuando estuviera a solas— de que Taehyung nunca más lo iba a dejar, de que nunca se separarían otra vez.

Se alejó un poco de su escondite y comenzó a tomar atención a la conversación ajena, Lenna se comportaba como la chica perfecta que no haría nada malo, una mera actuación patética que le daba asco.

Si había algo que lo diferenciaba completamente de Choi, era que él jamás actuaba frente a las personas, no se hace la mosquita muerta, el chico que no rompe un plato o el pan de Dios, eso no iba con él.

Se fijó en la posición de Lenna, primero se apoyaba en un pie y luego en el otro, sus brazos estaban cruzados sobre su estómago y podía notar como pellizcaba su brazo con derecho con su mano opuesta de forma discreta, además de que constantemente movía la cabeza al hablar, a veces la ladeaba, otras miraba el techo o la agachaba.

Se notaba que estaba nerviosa, incluso incómoda y trataba de disimular sus celos.

La chica sonreía de forma angelical, pero sus miradas a veces cambiaban de forma sutil, en ocasiones miraba con amargura y en otras parecía encantada.

Jungkook pensaba que era demasiado agotador tener que fingir de esa forma.

Suspiró con una pequeña sonrisa en sus labios, si bien él no fingía para el resto, sí fingía para sí mismo, cuando se sentía mal y no podía contarle a su Hyung, se hacía el loco; literalmente fingía demencia, se ponía a ver vídeos, a jugar Sugar Bomb o bailar Just Dance, ponía karaoke o iba al gimnasio de su casa a practicar box.

Era su forma de evadir sentirse mal, cuando se le olvidaba qué era lo que le dolía, dejaba de sentirlo por un tiempo y no veía necesidad de actuar; simplemente postergaba su malestar de forma infinita, porque no le gustaba tener que enfrentar el dolor, prefería atrasarlo lo más que se pudiera.

"Mañana dolerá menos", dice la gente, pero si no dejas que tu malestar se manifieste, ¿Realmente se irá disipando?Jungkook sabía que no, pero así como evitaba sentir dolor, también se mentía: "Si no lo siento es porque ya se está yendo"; en realidad lo estaba almacenando, acomodando todo el malestar en una caja que algún día explotaría.

En esa caja tenía varias cosas guardadas, tenía el bullying que recibió hasta los once por tener sobrepeso, lo que hablaban los medios de su físico al ser un Jeon, los comentarios de sus hermanos mayores, la muerte de su padre, el haber despertado del coma y que nadie estuviera a su lado, el abandono de su mejor amigo, su salida del clóset filtrada por la prensa y el bullying que tuvo por eso en la escuela.

La caja almacenaba, cada vez obtenía nuevas cosas para meter, apenas las podía acomodar y luego la cerraba con fuerza, para esconderla en lo más profundo de su mente.

Jungkook sabía que algún día la caja explotaría y no sería capaz de esconder todo, pero prefería posponer eso, quería que su felicidad durara lo más que se pudiera, pero, ¿realmente era feliz o solo estaba distraído?

Jungkook pestañeó un par de veces al oír varias risas interrumpir en la habitación, encontrándose con el resto del equipo que parecían hablar de algo que pasó en la cafetería, ninguno le tomó mucha atención al cómo estaba abrazado a su Hyung, todos le saludaron con una venia de mano, excepto una persona.

Park Haewon se quedó al lado de Lenna viéndolo con el ceño fruncido y con mala cara, lo veía de pies a cabeza, juzgandolo, y luego resopló.

—Parece prostituta —comentó por lo bajo, camuflándose con la conversación del resto.

Jungkook la miró inexpresivo y se alejó de a poco de su Hyung, confundiendo al castaño, se paró y, mientras se arreglaba el uniforme escolar, se acercó a Haewon, quien se veía notablemente nerviosa, tratando de esconderse detrás de Lenna.

—Dimelo en la cara, Park —le dijo parándose frente a la chica—. Vamos, dímelo, dí que parezco una prostituta, como lo susurraste hace unos minutos.

Taehyung se levantó para respaldar a su mejor amigo, el cual parecía querer matar a Haewon, el silencio se hizo presente en el salón, el resto del equipo notando la tensión en el aire.

—Y-yo no dije nada —dijo la azabache—. ¿Cierto, Lenn?, yo no dije nada.

—Yo no oí nada —contestó la pelirroja.

—¿Están diciendo que Jungkook miente? —la mirada en los ojos de Taehyung se volvió oscura mientras fruncía levemente su ceño.

—Bu- bueno, no es como que tenga la mejor reputación —comentó por lo bajo la de pelo corto, Lenna viéndola mal.

Taehyung acercó a Jungkook jalandolo por el brazo y tomó entre sus manos el rostro ajeno, acarició las mejillas ajenas para después besar el entrecejo fruncido.

—Ve afuera, yo lo arreglo —los ojitos del menor lo vieron, rogándole que lo dejara permanecer allí—. Hazme caso, Estrellita.

Jeon asintió de mala gana, y caminó a la salida siendo guiado por su mejor amigo, quien le abrió la puerta y se despidió de él con una sonrisa de labios.

Cuando la puerta fue cerrada, Taehyung se apoyó en esta con los brazos cruzados y sin alguna expresión en su rostro, la tensión junto al cruel silencio estaban a punto de asfixiar a todo el equipo.

—¿Qué le dijiste a Jungkook? —preguntó mientras fijaba su mirada en la chica.

—Y-ya dije que nada —respondió a la vez que se hacía la desentendida.

—¡¿Qué mierda le dijiste a mi mejor amigo, Park Haewon?! —gritó mientras daba un golpe a la puerta, la cual retumbó tras el estruendo—. Te hice una sola pregunta y no he escuchado la respuesta.

—¡No le dije nada! —gritó mientras miraba el piso, evitando la mirada del mayor—. ¡Él lo inventó todo!, ni idea de cómo puedes ser amigo de ese —comenzó a hablar con desagrado—. Es un necesitado de atención, siempre hará algo para que lo noten.

El resto del equipo permaneció callado mientras veían a Taehyung apretar los puños, todos sabían que la chica la había cagado en grande, decir aquello era de las cosas más estúpidas que se podían hacer.

Es de Kim Taehyung del que están hablando, la persona que peleó por Jungkook a muerte.

Kim caminó hacia la fémina, quedando enfrente de ella, viéndola desde arriba con aires de superioridad completamente válidos.

—Oh, Haewon, me das tanta pena —habló condescendiente con una sonrisa burlona—. Mírate, casi que temblando por decir una mentira que ni siquiera sabes mantener en pie, patética — dijo lo último con asco y la vio de pies a cabeza—. Park, créeme que no te conviene hablar mal de mi mejor amigo —su entrecejo se frunció cuando la chica se dedicó a ver sus zapatos—. ¡Mírame cuando te hablo, mujer! —ordenó—. Ten los ovarios de enfrentar las consecuencias de tus mentiras.

Haewon levantó la mirada con vergüenza, pero a la vez enojada por estar expuesta por decir lo que ella consideraba como una verdad.

—No me importa la mierda que salga de tu boca, pero si piensas hablar blasfemias de mi mejor amigo, tú y yo tendremos problemas —la miró directamente a los ojos, congelándola en su lugar—. No querrás tenerme como enemigo, Haewon, porque, si hieres a Jungkook, me encargaré de que en todos tus míseros días recuerdes la mierda que te haré vivir, lo mal que te sentirás al sentir vergüenza, humillación y lo que es ser excluida.

»Esto es para todos aquí —habló volteandose para que todos le prestaran atención—. Si cualquiera de ustedes se mete con Jeon Jungkook, sepan que me tendrán de enemigo y no hago distinciones —miró de reojo a la pelirroja que abrazaba a su mejor amiga—. Hablan mal de mi mejor amigo, o lo hieren de alguna forma, y haré que se arrepientan por el resto de su vida... No me importa romper los límites de lo moral o ilegal, quien se mete con Jungkook, las paga.

Las campanas sonaron anunciando que debían ir a la rueda de prensa, Taehyung sonrió como si hace unos segundos no los hubiera amenazado y aplaudió, para luego decir:

—Es hora de hablar con los medios, la formación no la olviden, Ming ya se me acercó a amenazarme —peinó sus cabellos hacia atrás mientras se dirigía a la puerta—. Sean libres de responder las preguntas que quieran y decir lo que se les dé la gana —suspiró y abrió la puerta, señalando con una mano la salida.

Minho sonrió de lado ante aquello y con un movimiento de cabeza logró sacar del shock a los demás, quienes volvieron a tomar la formación para salir. El de lentes estaba algo ansioso para poder comentar aquel suceso en el club, a los chicos le encantaría saber la reacción de Taehyung cuando Haewon habló pendejadas.

Nakamura salió del salón con una gran sonrisa mientras debatía sobre si llevar muffins de chocolate o de arándanos para la reunión número treinta y cuatro del club "Taehyung Lovers", además de que estaba ansioso por hablar de su ship favorito, el cual él llamó TaeKook, combinando el nombre de Taehyung con el de Jungkook; bajó la perspectiva de él, ese par hacía una pareja mucho más linda que Jungkook con Jimin.

El presidente del club solo pensaba en todo lo que tenía por decir en aquella junta, se moría porque fuera jueves.

Lenna, por otra parte, maldecía en su cabeza a la estupida de Haewon, había perdido varios puntos por la pendejada de la azabache, Taehyung había trazado una línea entre ella y él.

Si era honesta, tenía ganas de golpear a su amiga, deseaba darle una cachetada por sus acciones tan infantiles y tan poco inteligentes.

Pero, además de aquello, ver la perspectiva de los dos polos de Taehyung era increíble, porque si bien todos creían que Taehyung era calidez, un chico sonriente y amable que te ayudaría en todo; ella sabía que esa no era toda la realidad del castaño.

Lenna sabía que Taehyung era más frío que cálido, él era más despiadado, duro, sinvergüenza, descarado e insensible, de lo que la gente pensaba.

Si bien Kim mostraba una sonrisa y era servicial, la verdad es que cuando tocaban algo que él quería, dejaba ver su otro lado, el cual era tan inteligente pero tan hijo de puta, que era fascinante.

A Taehyung no le gustaba que se metieran con Jungkook, y quien lo hacía salido herido o perjudicado de alguna forma, quizá Jeon era esa debilidad de Taehyung que le hacía despertar su lado más primitivo, quien le hacía activar el instinto de sangre, de herir.

El castaño era buena persona, ella no podía mentir sobre aquello, pero Kim Taehyung era mucho más que eso, él era un diamante en bruto, su inteligencia era su mayor arma y cuando era cegado por aquel instinto, era capaz de destruir todo lo que se le diera la gana.

Taehyung es ambicioso, lo había demostrado en la presentación de las olimpiadas diciendo que ganarían a como dé lugar, también es un buen estratega, sabía cómo actuar ante las cámaras y cómo incentivar al público, y era bastante seguro de sus capacidades, en la primera ronda oo demostró al calcular los ejercicios extra.

Que pensaran que el castaño solo era un chico guapo, debía de ser ilegal.

La determinación que brilló en los ojos caramelo de él cuando le ordenó a Haewon que lo mirara a los ojos, el placer que demostró con una pequeña sonrisa al ver cómo la chica obedecía y la mofa que nació en su expresión facial al dejar a todos sin habla.

Kim era un hijo de puta, era frío, era hielo; pero se volvía la persona más cálida del maldito universo cuando estaba con Jungkook.

Lenna aún se cuestionaba si aquello era una ventaja o desventaja, el que se volviera fuego cuando Jungkook hacía acto de presencia. Porque si bien le creaba una especie de ancla que lo mantenía siendo un humano bastante empático, también daba origen a su mayor razón para mantenerse a raya en cuanto insensibilidad y, aparte, creaba aquel instinto de protección que ella envidiaba; pero también lo limitaba, según ella, porque si Taehyung no estuviera estancado en su fijación por Jeon, podría estar haciendo estudios científicos, estar en la universidad o incluso haberse graduado de ella, las posibilidades eran infinitas.

Jungkook era una debilidad la mayoría del tiempo, una que activaba la naturaleza fría de Taehyung cuando era herido y una debilidad que mantenía a raya las conductas más despiadadas del castaño.

Jungkook era quien marcaba los límites de Taehyung y también era quien lograba que Taehyung rompiera esos límites para su propio beneficio.

¿Jungkook sabía el poder que tiene en sus manos?, ¿Era consciente de que podía quitarle la empatía, los sueños y la esperanza a Taehyung?

El periodo en el que Jungkook no contactó a Taehyung tras el accidente, el castaño se volvió un zombie, vivía para poder castigarse, participaba en peleas ilegales para obtener algo de dinero y comprar drogas, las cuales consumía con la esperanza de volver a sentir esa chispa de vida que había perdido, la cual tenía nombre: Jungkook.

Taehyung creía que dependía de Jungkook por estar enamorado, pero era más que eso, Lenna lo sabía; Taehyung se aferraba tanto a Jungkook porque era quien le daba una razón de existir, era quien despertó su lado más empático, con quién tuvo su primera amistad, con quien conoció lo que es pensar en el otro... Pero, realmente, su empatía estaba centrada en cómo se sentía Jungkook.

Taehyung conoció lo que era ser una persona, no un prodigio ni un niño superdotado, gracias a Jungkook.





























MookieNota: wenas, wenas, son las 3 de la mañana, pero para mí sigue siendo viernes, así que se aguantan.

Les cuento que se me rompió la silla de escritorio; me caí porque me incliné mucho, caí de lado y casi me voy con Dios porque me pequé con el basurero en la cabeza, al final se le salieron dos patas a la fokin silla y tuve que comprar otra :,)

También le compré churu, comida rica y un juguete a la Pinina, está bien mimada la envra, toda una reina ella, la amo.

Pero weno, a lo que nos compete... ¿Qué opinan de cap?

No pasaron muchas cosas, pero se narraron varias (siento que los monologos internos son mi fuerte), por ejemplo lo que nos enteramos de Jungkook, su forma de evitar el dolor, o también lo último que dijo Lenna, sobre el lado frío de Taehyung.

Hubo un momento bien lindi TaeKook, me gustó escribir cuando Jungkook fue a felicitar a Tae, fue re lindi.

Y Minho es el presi del club de Taehyung Lovers, que bello, y OJO con eso, porque es una MookieHerramienta que usaremos después.

Weno, eso :D

Sé que nadie pesca mis anuncios porque dijo mucha pendejada, pero mañana sabado o el domingo voy a cambiar los titulos de los caps, le agregaré nombre, no serán solo números romanos, y es para dar pistas del plot.

Besos de burbuja, Mookie.

Muah muahhhhh.

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