Llámale nostalgia
a tu juventud pasada,
a esos días felices
que ya no volverán.
Llámale nostalgia
al tiempo transcurrido,
a los años perdidos,
al hastío del engaño.

Juventud ansiosa...
Cuando era fácil
amar hasta el delirio
y curar muy pronto
un corazón herido.

Cuando sembrabas
sin esperar cosechas,
pues todo era embustero,
todo era banal.
Llámale a aquello:
"Qué buenos tiempos fueron".
Cuando los placeres
y las desventuras,
se equilibraban por igual.

Y aunque había agonía...
¡Oh juventud divina!
Era aún más fácil
el cerrar una herida.

Llámale «pasado»
a ese tiempo lejano,
donde la algarabía
enjugaba el llanto;
donde el fiel amigo
nunca fenecía.

Cuando componer poemas
era más sencillo,
cuando habían lamentos
sin tribulaciones,
cuando era más fácil
entonar canciones.

Llámale «nostalgia»
y sigue recordando,
viviendo en el pasado
que ya no volverá.
Aférrate al recuerdo
y huye de lo amargo,
renuncia a ese presente
que tanto te ha agobiado.

Que al fin y al cabo
cuando la vejez llene,
de arrugas tus encantos
y la muerte al fin te llame
a dormir en su regazo;
Caerás en cuenta amarga
que has vivido en el pasado,
y te has perdido sin remedio
tus más hermosos años.