Extra 2 (Fin)
Durante un tiempo, solo vi oscuridad, no escuchaba nada, no me movía, por lo que llegue a determinar que estaba en un estado de coma, después de todo soy medico, pude deducirlo rápido, a veces tenia un estado de conciencia, pero solo de mi mismo, no podía sentir, escuchar y mucho menos ver nada a mi alrededor, para mi no fue mucho tiempo en realidad, era como si un día me acostara en una habitación solitaria oscura y no pudiera dormir a ratos, pero a la mañana siguiente despertaba.
Así me sentí el día que por fin la luz se hizo en mi vida.
Cuando note que realmente veía, escuche algo confundido el sonido de los monitores y demás aparatos conectados a mi, por lo que al ver la estadísticas en estos, pude determinar que ya estaba estable, pero lo recomendable era no moverme para evitar mareos o dolores.
Extrañamente cansado, trate de recordar por que es que ahora estaba en un hospital, y las imágenes del accidente volvieron a mi, y me maldije internamente.
Seguro Serena estaría triste.
Ese día, yo no iba solo en el auto, ese día iba con mi ¿Amante?, bueno, si así se le puede llamar a una mujer a la que conoces 8 meses antes en un viaje de negocios, tienes una noche con ella y al volverla a ver te informa de su embarazo, entonces si, era mi amante.
Yo en ningún momento deje de querer a mi novia, yo a Serena la adoraba, pero debido a mi trabajo tuve que hacer muchos viajes y en aquella época teníamos semanas sin habernos visto, y aquella mujer, Emma, se parecía un poco a mi Serena, por lo que cuando ya estaba bastante tomado ni note la diferencia.
Cuando despertamos yo le deje en claro todo y ella entendió, de hecho ella era casada, por lo que aquello se decidió dejar como algo de una noche, y por ello nunca imagine que de un día a otro me llegara un mensaje de ella diciéndome que necesitaba hablar urgentemente conmigo.
Con pesar y algo de remordimiento cambie mis planes y engañe a Serena, yo desde hace meses había planeado ir a una magna conferencia en Corea, por lo que mi rubia me creyó cuando me fui, pero en realidad, tome un vuelo a Tailandia donde vivía ella.
Solo para que al llegar ella me diera esa noticia, ¿Cómo confirmaba que era mío y no de su marido? Sencillo, el también estaba en un viaje de negocios desde hace 9 meses, y el único con el que lo engaño fui yo, al parecer no se había dado cuenta debido a que no presento síntomas y no tenia mucho aumento de peso, a penas un par de kilos, pero como estos no bajaban fue al medico y así lo confirmo, tenia 8 meses de embarazo.
Cada uno tenia su pareja, y su vida, y sinceramente ninguno quería un hijo tan pronto, por lo que decidimos que la adopción era lo mejor, ambos empacamos y decidimos que nacería en Corea, donde se supone yo estaba, y allí mismo lo pondríamos en adopción, así nadie se daría cuenta, el marido de ella llegaba ese día, pero habíamos convencido a una de sus amigas de Emma de decir que salió de viaje de 2 meses con ella, el único problema era Serena, no quería preocuparla, por lo que nuestro vuelo fue de Tailandia a Japón, esa tarde se supone yo llegaba, y Serena siempre me esperaba en casa, por lo que pensé llevar a Emma del aeropuerto a un hotel cercano en lo que yo iba con Serena y le daba excusas de un nuevo viaje.
Pero un tráiler se atravesó y el plan hasta allí quedo.
¿Cómo estaría Serena? Por como fue el choque podía predecir que Emma murió, bueno, así me ahorraría todos los problemas, pero seguramente Serena estaría muy contrariada por que estaba en el auto con otra mujer, y mas una embarazada.
Pero conozco a mi pareja, seguramente ella estaría tan feliz de verme despierto que le importara poco quien era la mujer, y yo luego hablaría con la amiga de Emma para que esta se inventara un accidente para decirle de su muerte a su marido.
— ¡Darién! — El gritillo de Amy me devolvió a la realidad, ella me miraba con asombro y alegría, pero no pude decirle nada, ya que me volví a desmayar, cuando desperté de nueva cuenta, una enfermera me atendía, me informo que se hicieron los chequeos correspondientes y que se estimaba que en unas semanas retomaría mi vida, además de que Amy ya le había hablado a Serena.
No paso mucho para que escuchara la linda voz de mi novia cerca de la habitación, con tranquilidad estaba preparado para lo que viniera, pero me sorprendí cuando ella se dejo ver. Ya no era la niña que deje en mi ultimo viaje, ahora se veía un poco mas alta, su cabello rubio lo traía mas corto, aun con su típico peinado, y vestía muy modestamente, ya no parecía la alumna de artes que deje.
— ¿Como te sientes Darién? — Me pregunto tranquila sorprendiéndome un poco, ya que ella jamás había sido tan madura, yo me senté con cuidado ayudado por ella, mirando sus ojos azules, que parecían no haber dormido por una semana.
— Bien, gracias, te ves muy linda Serena, mas madura — Le alague causándole un ligero sonrojo como siempre, mientras ella sonreía de nueva cuenta.
— 5 años no pasan en balde — Me respondió sorprendiéndome demasiado, si me esperaba que hubiera pasado tiempo, pero no tanto, ella pareció notar mi desconcierto pues rio divertida y le palmeo el hombro.
— Serena... — Me adelante a hablar mientras tomaba con cariño su mano, pero extrañamente ella la retiro, le mire pidiendo respuestas, y solo se me ocurrió una cosa— ¿Estas molesta? —
— No Darién, se a lo que te refieres, en realidad nunca lo estuve, lamento lo de Emma — Me dijo, yo solo suspire.
— Así que murió — Comente, algo esperanzado por que hasta allí se acabaran mis problemas.
— Pero te dejo un regalo, ¿Quieres que te la presente? —
El mundo se me vino a abajo, solo había un significado para esas palabras, mi Serena, mi dulce artista, se había hecho cargo de aquella criatura con tal de que no la mandaran al orfanato, así era ella, simplemente no habría podido dejarla, me sentí muy culpable, pero aun así asentí.
Cuando entro aquella niña tan parecida a Emma las lagrimas quisieron salir, ella se acerco a mi curiosa y con los ojos brillantes mientras tomaba mi mano.
— ¡Despertaste Padre! — Musito ella feliz, tras eso, vino lo mas raro, las presentaciones pues éramos un par de desconocidos pese a ser padre e hija, me sentí muy feliz cuando supe que se llamaba Rini, un nombre precioso para ella.
— La adopte aquella noche —
— Pero Emma, ella... tenía pareja — Comente en voz baja para que mi hija no escuchara mientras esta buscaba algo en su mochila, Serena sonrio comprensiva, creo que en realidad eso era algo bastante fuerte de decir.
— El me concedió la adopción — Me respondió alegre, tras eso hablamos un rato de cosas normales, como el que ella hacia tras acabar la carrera, o el como me encontraba de salud según las y los enfermeros. De pronto, mi hija me paso una hoja, la cual mire sin comprender.
— Es un dibujo de mi familia para padre — Me explico, desdoble la hoja alegre pero cuando la abrí, mi mundo se derrumbo, las cosas en 5 años si que cambian.
Me esperaba un dibujo de Serena, Rini y mío, pues me había imaginado que ahora que Serena era su madre, seriamos una familia, pero dentro de la hoja venia lo contrario, era un dibujo lo bastante bueno para una niña de 14 años cuando Rini tenia solo 5, pero la imagen era lo importante, si, era ellas dos, pero Rini traía de la mano a una niña mas pequeña de cabellos negros y ojos azules, y Serena estaba en los brazos de un hombre igual a la niña, y arriba de cada uno venia su puesto en la familia, "Papi, mami, Ai-chan y yo"
— Seiya Kou — Pronuncie mirándola, ella pareció sorprendida de que lo descubriera, pero cualquiera sabría que era el después de ver que se había pasado enamorado de mi novia desde que la conoció, Serena era lo bastante ingenua para nunca haberse dado cuenta.
Y a ahora estaban casados y con una hija, y el colmo era que mi hija, me tenia denominado como "Padre" y a Kou como "Papi".
— ¿Desde cuando es el padre de Rini? — Pegunte de manera frívola, incomodando a Serena, pero necesitaba saber cuanto tiempo me llevaba de ventaja.
— El me ayudo a adoptarla, desde el primer momento el la crio — Me aclaro.
— Ya veo — Musite algo decaído, después de todo, realmente había perdido, debía agradecerles el que siquiera me llamara padre Rini, porque, Seiya me había ganado en todos los ámbitos, primeramente, nunca le fue infiel a su amor por Serena ni aun siendo una estrella, después, siempre estuvo para ella sin abandonarla, se quedo a su lado en los momentos mas difíciles, y ahora por lo que veía era un esposo ideal, pero le había ganado en mucho al amarla.
No cualquiera acepta al hijo de la pareja de su interés amoroso, el cual tuvo con otra.
— Debo agradecerle como se debe — Dije de un momento a otro causando la sonrisa de Serena, Rini nos miro con los ojos curiosos, para después sonreír y llamar nuestra atención.
— ¿Que sucede Rini? —
— Solo pensaba que si Papi no estuviera, me gustaría que estuvieran juntos, pero como Papi esta, no quiero que Mami y el se separen — Concluyo ella sorprendiéndonos, no dijimos nada, solo le devolvimos la sonrisa, al cabo de un rato, Rini salió ya que Amy la había llamado, hasta ahora noto que esta embarazada.
— Darién, tengo un favor que pedirte... —
Cuando me pidió que por el momento le siguiera la corriente en la romanticona historia que le invento a Rini sobre Emma y yo, sinceramente quise gritare que eso no era así, que me dejara explicarle que yo nunca la deje de amar, pero no podía, ya había pasado mi tiempo, ahora todo lo que podía hacer era dejarla ser feliz.
— Padre, quiero presentarte a mi hermanita — Rini después entro con aquella niña en brazos, y note que apenas tendría un año a lo mucho, me la presento felizmente mientras la pequeña Aika me miraba reconociéndome, lo cual me daba a entender que me visitaba seguido la familia completa.
— ¿No piensas saludarme? —Pregunte al aire llamando la atención de las tres mujeres, no pasaron muchos minutos para que el finalmente se animara a entrar, yo había notado que desde que Rini me había mostrado el dibujo, el había llegado con su hija, por eso Amy la llamo.
— Hola, cuanto tiempo — Me saludo parándose atrás de Serena sin tocarla, yo creo respetando mi presencia, pero Serena tomo su mano y la coloco en su hombro aun mirándome, y entendí la indirecta.
Yo ya no tenia oportunidad, y lo máximo que me acercaría a ellos, seria siendo un buen padre para Rini, sonreí, lo aceptaría, nunca pensé que podría perder a Serena, pero ahora frente a mis ojos se encontraba ella, al lado de otro hombre, con una hija de él, y ambos criando a mi hija, por lo que por mas que no me gustara mi nueva vida, debía aceptarla y corregir mis errores.
Y empezaría demostrando que buen padre puedo ser para esa niña que intente abandonar, la cual fue la causa de toda esta situación.
FIN
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