Te encontraré
Nervios.
Quedaban cortos con lo que sentía, claramente notó la mirada de Sumire clavado en Boruto, su hijo.
Lo menos que quería era que lo conociera.
Se descubrió que lo de su supuesto embarazo era falso y tal como suponían, solo fue hecho para intentar quedarse con la fortuna de su amado. El problema es que ella si lo amaba.
¿Amor? No...eso era obsesión.
Si hubiese sido amor lo hubiese dejado ser feliz, le hubiese enseñado el diario. A veces no podía evitar pensar qué si se hubiese enterado, quizá hubiesen huído para estar juntos y él nunca hubiese muerto, pero el destino estaba escrito.
¿Hubiese cambiado?
Se paró firme y no doblegó, podía sentir la incomodidad y sobre todo sus ganas de gritarle ¿amiga? Eso quedó en el pasado, una amiga no hubiese hecho lo que ella.
--- ¡Por tu culpa esta muerto!
Esas duras palabras no las diría una amiga... no la hubiese humillado.
No debía conocer a su hijo por una simple y sencilla razón, no solo era ella, si no la sociedad.
Boruto era el heredero legítimo de la fortuna Uchiha y Uzumaki.
Esa razón era suficiente para no presentarlo ante los demás. Hubiese deseado apellidarlo como su padre, pero al hacerlo armaría polémica y un gran alboroto por el cual el pequeño no tenía que pasar. Solo era un niño de cuatro años.
¿Qué hacer? No merecía ni un saludo. Se volteó y cargó a su hijo para dirigirse a las escalera y subir. Sabía que esos segundos que parecieron eternos fueron suficientes para darse cuenta que era hijo de Boruto. Su rostro, sus rasgos...decían todo. Solo faltaron sus ojos azules para ser su replica.
--- Mamá...
--- ¿No tienes sueño? Hoy estuviste muy activo --- acarició su mejilla y él intentó negar, pero el bostezo que se le escapó lo delató. --- Alguien tiene que dormir, pero primero el baño.
--- ¡No! Hay frío.
--- El agua esta caliente --- se levantó y miró el al rededor --- adivina de quién es este cuarto.
Boruto observó su al rededor y luego sonrió --- ¿De papá? --- ella asintió.
--- Si quieres dormir aquí, debes bañarte --- abrió la puerta del baño y el entró con un puchero.
En la sala, todos los presentes se miraban después de que aquella invitada sorpresa se había marchado. Himawari se sintió fatal, olvido que vendría y el rostro de Sarada...todo fue un estallido de emociones. Claramente la sonrisa de su amiga desapareció ¿cómo no hacerlo? Después de lo que ocurrió con ella era normal que las cosas ocurrieran así, pero no pensó que acabara así, aún no se podía creer que su cuarteto se esfumó.
--- ¿Creen qué este enojada?
--- Ha de estar hechando chispas.
No tardó mucho y Sara bajó con un Boruto adormilado envuelto en su pijama.
--- Hinata ¿puedo calentar...?
--- Si, adelante --- le sonrió al ver sacaba algunas cosas de su mochila y como dedujo: prepararía leche.
Se acercó al pequeño que esperaba enojado su porcion de leche tibia de todas las noches, tenía sueño, pero igual su antojo de leche.
--- ¿Me darías un beso de buenas noches? --- preguntó la Uzumaki y el asintió para acercarse y plantarle un delicado y pequeño beso en su mejilla.
--- Buenas noches --- dijo en un bostezo robándose aún más el cariño de aquellas mujeres.
--- Ya esta -- Dijo Sarada después de tapar el pequeño vasito en donde tomaba leche en lugar de una mamila, era practico ya que a pesar de que tenía algo parecido al biberon, era de plástico y mejor. El lo prefería cuando se enteró que debía dejar la mamila a los tres años y con su excusa de: ya soy un niño grande. Aprendió a beber ahí.
El se acercó y lo tomó para comenzar a digustar de aquella bebida que cualquier niño amaba antes de dormir. La pelinegra lo abrazo como si fuese aún un bebé y él se dejó, ya con sueño no se pudo resistir, además de estar acostumbrado a adormecerse en los brazos de su madre mientras caminaba de un lado a otro.
--- Señor ave --- dijo antes de caer en los brazos del morféo.
--- Lo sé, vamos por el.
La pelinegra se perdio en las escaleras y minutos después dejo su cueroo caer contra el respaldo de la cama, le entregó a su hijo aquel peluche con el que acostumbraba dormir.
Cerró los ojos un momento aspirando el aroma de esa habitación con el intento de lograr sentir la fragancia del Uzumaki, pero era imposible.
Esa habitación permanecía vacía desde hace más de cuatros años...
Sus pupilas se enfocaron en su hijo al dejar de escuchar el pequeño y curioso sonido que emitía al beber de la leche y como imaginó, ya estaba vacío y a punto de caerse.
Tomó el pequeño vaso y lo dejó en la mesita de noche para luego acariciar esos bellos cabellos y besarle la frente.
--- Buenas noches, cariño. --- susurró con una sonrisa.
Acomodó los almohadas y lo recostó en un lado mientras lo arropaba. Como rutina de todas la noches, se acostó a su lado y lo miró embesalada aún no podía creer que algo tan magnífico y tierno haya sido formado por su amor.
¿Cómo sería Boruto como padre?
Cerró los ojos recordando aquello que ocurrió esa noche, después de ser uno, después dd formar parte de un nosotros.
Al abrir los ojos su corazón dió un salto al verlo, esos safíros azules la observaban y al salir de su trance, sinrtió su caricia en su cabello, le llevó un mechón detrás de la oreja de un modo tan suave y delicado para luego sonreir y mostrar esos relucientes dientes.
--- Hola. --- susurró y se acercó tanto hasta que la punta de sus narices se rozaron. Ella sonrió.
--- Boruto... --- susurró maravillada por el hermoso momento. Iba a besarlo, pero notó algo distinto en su mirada que no pudo decifrar --- ¿Qué pasa? ---. Acarició su mejilla.
El negó y sonrió --- Eres hermosa.
Ella sintió la sangre arremolinarse en sus mejillas, pero no se quedo satisfecha, ocurría algo y con las mejillas encendiéndose más decidio hablar --- Estas preocupado. --- afirmó.
--- ¿Preocupado? Claro que lo estoy, estamos a mitad de una guerra, pero ¿a ese te refieres?
Ella negó --- olvídalo. --- rió nerviosa.
--- Dime.
Sarada soltó un leve gemido al tenerlo sobre ella de nuevo, no pudo evitar aferrarse a su espalda mientras sentía esa traviesa lengua delinear sus labios para hacer un espacio entre ellos y entrar.
--- Y si no ¿qué?
El rió y la miró fijamente --- No tienes eleccion ya que disfrutarías tu castigo asi que dímelo.
Ella desvió la mirada sonrojada y luego cerró los ojos al sentir sus besos húmedos en su cuello.
--- Sara...
--- No usaste protección --- soltó en un suspiro --- hay posibilidades de que a la primera no ocurra nada, pero tu...yo... nosotros... --- titubeó avergonzada.
--- Hemos hecho el amor toda la noche.--- afirmó sin pena alguna.
--- ¡No...! No lo digas así --- cubrió su rostro sonrojado con ambas manos y el soltó una ligera carcajada.
Se estremeció al sentir la brisa golpear su cuerpo: no tenía la sábana que la cubría. Su respiración se agitó al sentir sus besos en sus cosquillas para luego bajar a su ombligo donde no pudo evitar reir.
Sus ojos azabaches se abrieron sorprendidos al sentir sus labios en su vientre. No la besaba de esa forma sensual ni coqueta, era delicado y sobre todo tierno.
Tardó solo unos minutos en captar lo que hacía, miró totalmente maravillada como le acariciaba el vientre y la besaba con total ternura y amor. Su corazón bombeó tan rápido que sintió que se escaparía de su cuerpo al presenciar un acto de amor tan bello y profundo.
--- Te amo... --- susurró rozando sus labios en su vientre.
Ahora entendía el porque de sus palabras, el porque la dejó quedarse en tierra tan fácilmente, el sabía que corría más riesgo estando con él, que corrían...
--- Te amo.
Recordó el timbre de su voz y la sensacion de amor de aquellas palabras, él lo sabía. Miró a su hijo quien dormía con una ligera sonrisa abrazando aquel peluche.
--- Tu papá te amó incluso antes de que nacieras, cariño... --- susurró con la voz a penas audible antes de que se quebrara.
Hubiese sido un excelente padre...
La noche pasó y la mañana llegó al escuchar los nudillos chocar con la puerta, se levantó algo mareada y después de acomodarse la maraña en el cabello, abrió.
--- Lamento despertarte --- se disculpó Hinata y ella rió avergonzada.
--- No, yo dormí de más. Gracias por hacerlo ¿qué pasa?
--- Lo que pasa es que tienes visitas, bueno... tienen. --- corrigió con una enorme sonrisa.
Sarada se acercó a las escaleras curiosa y sonrió a reconocer las voces de Shikadai y Mitsuki. Le llenaba el pecho saber que tenían tantas ansias de conocer a su pequeño.
--- ¿puede decirles qué me den un momento? --- Hinata asintió.
Entró a la habitacion y jalo la sábana para acercarse a su niño, fué uno y luego dos, para sumarse más. Los picos de Sarada lo hicieron removerse.
--- Ma... --- susurró voltéandose.
--- ¿Me das la espalda? --- se cruzo de brazos --- esta bien, le diré a los amigos de tu padre --- hizo enfásis en lo último --- que no quieres verlos.
--- Mamá... --- se quejó sentándose para luego ver un punto fijo en la habitación.
--- vamos --- rió mientras alzaba sus pies para ponerle la calza --- ¿no los quieres saludar? --- él asintió.
El Nara observaba a la morena quien le relataba varias cosas que ocurrieron en su asusencia. El se había ido, de hecho ya nadie vivía donde antes, solo pequeñas cosas como la florería Yamanaka se conservaron, los demás lugares cerca de aquella zona de guerra son inhabitables por el momento, la radiacion no ha sido completamente liberada de aquel lugar por lo que lo que antes existio ahí se quedo. Una de las varias cosas fueron la academía militar y la casa de Shikadai quien vivía cerca. Con el tiempo se dio cuenta que uso aquello como excusa para alejarse, simplemente se sentía como Sarada, no podía estar cerca del lugar que le recordaba cada minuto a él.
Su amigo.
--- ¡Shikadai! Tienes que irte conmigo a la academia militar ¿acaso me piensas abandonar? --- cruzo su brazo en su cuello para no dejar huir a su amigo.
--- Será un completo fastifio --- suspiro el Nara con una ligera sonrisa.
--- ¡Será divertido¡ ¿no te gustaría ser un militar? ¿ganar medallas? --- hizo ademanes con la mano llamando la atención.
--- ¿medallas? --- arqueó una ceja mientras estallaba a carcajadas --- Son insignias de honor, tonto.
--- ¡Es lo mismo! Serás considerado un héroe. --- sonrió mostrando esa sonrisa única.
Un héroe...
"Lo lograste" pensó al recordar la ceremonia después de la trágica guerra. El perder al fastidoso rubio fue un golpe muy duro que casi lo mata, pero el perder a ambos imperactivos rubios fue... indescriptible. Dolía un demonio.
Miró en sus manos aquella cajetilla con un vidrio de cristal.
"Valor" decía debajo de la medalla de oro y en lo más alto del recuadro "Fuerza áerea" sus dedos recorrieron aquel cristal con cuidado hasta llegar a la parte de abajo en donde en letras doradas estaba tallado su nombre.
"Uzumaki Boruto"
De toda la guerra, de todas las pérdidas el fue el único hombre quien fué conmemorado con la medalla de honor. Al mismísimo Madara le costó varios años en guerras para obtener una y su amigo...la obtuvo al tercer día de guerra. Se hubiese llenado de orgullo al verlo con esa sonrisa de lelo recibiendo su medalla, hubiese reído cuando en lugar de inclinar la cabeza en forma de respeto él hubiese alzado su mayor adoración con una cara diciendo: ¡Shikadai, mira mi medalla!
Sarada no asistió. Era algo que se esperaba, pues ni el mismo quería ir para que omenajearan la muerte de su amigo.
Apretó con algo de fuerza esas dos cajetillas, pues no era la única.
Se levantó al ver Sarada bajar las escaleras, ya no lucía como aquella bella joven. Si Boruto estuviese vivo, presumiría de esa hermosa mujer.
Su corazón se aceleró al ver esa melena rubia bajar detrás de ella, Mitsuki igual dejó a su novia con la palabra en la boca. Todas las miradas pararon hacia aquel pequeño bajar con una sonrisa, con esa sonrisa.
--- Buenos días, señor. --- dijo saludando a Shikadai.
Tanto él como Chou pensaron lo mismo al oírlo.
"¡Te llamó señor! Jajaja"
La risa de Inojin acompañada de más burlas hubiesen retumbado en la sala pero aquella carcajada animada solo quedaba en su recuerdo.
--- Hola --- lo saludó y revolvió esos cabellos. Agradecía que tuviese los ojos de Sarada porque si tuviese los de Boruto, ya estaría llorando a mares.
La pelinegra sonrió y aún más cuando miró sorprendido a Mitsuki, no es que fuese raro, pero tenía rasgos no muy comunes que le daban misterio y curiosidad.
--- Sarada --- la llamó Shikadai.
Ella le prestó atención y le hizo una seña para ir a la sala ya que estaban en el comedor.
--- ¿Qué pasa?
--- Quería dartelos antes, pero no sabía donde estabas...así que a penas me enteré de que llegaste vine enseguida.
La aludida lo miró curiosa y desconcertada.
--- Tienes que tener esto.
Extendió las manos mostrando así, el recuadro en donde estaba dicha medalla.
--- Lamento recordártelo, pero...creo que es algo que tu deberías conservar.
Sus ojos se abrieron sorprendidos, ella sabía que significa esa medalla y el verla ahí con el nombre grabado de su amado le estrujó el corazón.
"Valentía e intrepidez con riesgo de la propia vida, más allá de la llamada del deber, estando en combate contra un enemigo"
Sus dedos cubiertos por sus guantes cafés, delinearon las letras mientras sonreía con ternura y orgullo.
--- Mamá.
Ella volteó al ver a su hijo entrar con Hinata y parpadeó alejando las lágrimas que sentía venir.
--- ¿Qué es eso? --- preguntó curioso.
Ella lo pensó por un rápido segundo y lo decidió. Se sentó en el sofá y el se acercó en seguida.
--- Es de papá.
Shikdai se sorprendió que lo mencionara, la Sarada que vió la última vez no quería saber nada de él.
--- ¿De papá? --- sus ojos brillaron --- ¿papá ganaba medallas?
Ella asintió y se lo entregó, el la tomó con extremo cuidado. Sabía que era importante y lo cuidaría tanto como a su vaso.
--- ¿Le puedo enseñar al abuelo?
Asintió de nuevo --- con cuidado. --- se levantó para verlo irse y no pudo evitar reir al ver que caminaba lento con temor a tirarlo.
--- Medalla de honor. --- dijo Sasuke con una sonrisa --- eso le habrá caído en el hígado a Madara. --- rió.
--- Claro --- habló Shikadai --- pero igual estaba sentimental ese día y sobre todo por esto --- miró a Sara y le extendió otra recuadro y ella lo miró confundida.
--- ¿Ganó otra? --- preguntó con sorpresa y el negó.
--- Es tuya.
Esa sensación de haber ganado algo que tanto anhelabas se hizo presente. Tomó aquel recuadro pensando que el nombre que estaría ahí sería el falso.
--- Uchiha Sara...da --- pronunció boquiabierta --- ¿cómo...?
--- Tu brigada.
Ella no pudo evitar sonreir, pero negó. --- no puedi quedármelo. Él no sabe que fuí militar y no planee decirle.
--- ¿Por qué?
--- No quiero responder preguntas.
Sara notó que su expresion cambió y al instante se dió cuenta de sus palabras.
--- Me refiero... a él --- titubeó --- ya sabe...es un niño y preguntará cosas que prefiero no recordar.
--- Entiendo, pero puedes dejarlo con tus padres. Yo no se que hacer con él.
--- Oh claro. Gracias por traerlo.
--- No fue nada.
Sin que se diera cuenta todo pasaba rápido así como esos años, aún recordaba las noches en vela al ser madre primeriza. Todo ocurrió tan rápido, en un santiamén ¿así sería siempre? Cuando se de cuenta su hijo estará en el instituto ¿qué será de ella? Estar seis años sola... su hijo era todo para ella, estaba pensando seriamente en darle clases ella misma.
Eran al rededor de las seis de la tarde y Himawari resongaba y rogaba porque no se vallan.
--- Volverémos, solo tengo que resolver unos asuntos de trabajo.
--- ¿Segura? Si no yo misma iré por ustedes.
Ella sonrió y asintió. Le agradaba que su actitud haya regresado, después de lo de Inojin y Boruto, cayó en una profunda depresión y parecía muerta en vida como ella, solo que a su diferencia ella logró salir por su cuenta de ese vacío.
--- Nos vemos, gracias por todo.
--- Gracias a ti por venir. --- dijo Hinata y se agachó para besar a su adorado nieto.
--- Adíos abuela.
--- Cuídate --- le sonrió y el asintió para despedirse de los demás con la mano.
--- Te daremos un aventón --- dijo Naruto a lado de Sasuke.
--- No es necesario...--- rio nerviosa.
--- Queremos hacerlo --- sonrió y cuando se dio cuenta estaba en el auto y atrás de ellos íban Mitsuki y Shikadai.
--- ¿No necesitas ayuda en el trabajo? --- preguntó Sasuke
--- No, solo iré a supervisar que todo esté bien. --- miró por la ventana y le señaló a Naruto que se estacionara ahí pues irían en tren.
Al bajar del auto sintió un déjà vu de aquella tarde, su respiración se aceleró y sintió sus nervios salir a flote. Los adultos lo notaron. Miró a su al rededor y la tarde era extraña, como si del horizonte apareciera algo de la nada, pero la gente transitaba normal ¿qué le pasaba? Sintió que en culaquier mimento caería. Sasuke la sujetó del brazo.
--- ¿Qué pasa?
No contestó, miró que Shikadai y Mitsuki salieron del auto y lo notó en la mirada de su amigo, él igual lo sentía.
--- Mamá.
Miró hacía abajo y a pretó un poco la manl de su hijo, como si se le fuese a escapar en cualquier momento.
Y fue ahí, cuando creyó que todo era su imaginación... ocurrió.
En el cielo se divisó ese brillo que ella conocía y en cuestion de segundos el piso se movió y la ola de polvo llegó hacia ellos.
Cargó a su hijo en seguida y lo aferró a ella ¿otra guerra? A penas habían pasado cuatro años como para que comenzara otra.
Se oyeron disparos en el fondo y escuchó la puerta del coche abrirse y se volteó para entrar con su hijo, pero no lo logró.
Sintió un goloe seco en la cabeza como aquel día, el golpe que le dió aquel tipo que la dejó en el suelo para ver como Boruto moría.
Sintió su cuerpo tambalearse, pero no cayó. Forcejeó al sentir que u a parte de su vida era arrebatada.
---- ¡Mamá!
--- Boruto...--- susurró y cuando se dio cuenta se estaba levantando del suelo, jamás sintió la caída. --- ¡Boruto! --- gritó desesperada al no verlo.
El polvo de dispersó y miró a su al rededor y encontró a su padre, sus amigos, pero no a su hijo. En el fondo escuchó su voz y lo encontró, un hombre lo llevaba.
A su hijo, su vida.
--- ¡Boruto!
Corrió sin importarle que empujara a la gente que gritaba, detrás de ella a unos metros lejanos, venían los demás igual de preocupados...no. la preocupación de una madre no se comparaba.
--- ¡Sarada!
Era la voz de Mitsuki, le dijo algo que no escuchó, pero lo entendió. Se dirigían a la zona con radiación, pero no le importó. Corrió incluso cuandl sentía sus piernas arder y sus ojos inundarse. El ver a lo lejos a su hijo sufrir le partía el corazón.
--- ¡Mamá!
--- No, no ¡no! --- gritó al ver que se acercaban a un helicóptero --- ¡Boruto!
Fue tarde, subieron.
Sus ojos desprendiendo lágrimas divisaron como forcejeaba para que no le cubrieran la boca.
--- ¡Boruto...! --- gritó al sentir su rostro humedecerse precipitadamente. Íba a seguir corriendo, pero sintió una mano en su cintura detenerla y fue ahi cuando se dio cuenta que estaba a un paso de entrar a la zona cubierta por esa cinta amarilla.
El solo mirar como sus ojitos intentaban no cerrarse por el somnífero... era una total tortura.
El helicóptero ya estaba en el cielo llevándose a su hijo, su vida.
--- ¡Boruto! --- gritó desesperada mientras intentaba liberarse --- ¡Te econtraré! --- gritó desgarrandose la garganta y atragantándose con sus lágrimas --- Lo prometo... te encontraré...
《Próximo capítulo》
Veinticinco tulipanes.
Espero les haya gustado 😉ahora ya viene lo interesante...
¿Quién creen que se haya llevado al Borutito? >:( hagan sus apuestas 😂
El título del próximo igual es un gran espoiler así que piensen ¿qué demonios está planeando ensalada chan? 😂
Sin más que decir seguiré durmiendo 😥 tengan lindo día amig@s nos vemos después. Gracias por sus votos y comentarios, sobre todo su apoyo 🤗😊
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top