Lo prometo

La tetera hizo un agudo sonido en la habitación tapizada con un tono azul rey en donde detrás de un escritorio, un hombre sostenía un periódico el cual cubría su rostro.
El sonido del teléfono se unió al ensordecedor ruido de la cocina, la mano que lucía algo arrugada lo levantó y lo situó en su oído.

--- ¿Está listo lo que ordené? --- preguntó aquella voz gruesa.

--- Sí. --- una carcajada resonó al fondo inundando el lugar. --- Uchiha Sarada ¿verdad?

--- En el próximo periódico que lea, quiero encontrar el pésame a la familia Uchiha ¿entendido?

Los rayos del sol inundando la habitación hubiese sido una bella forma de despertar ¿no? Aquello pensaron ambos, pero no estaban en una luna de miel en la cual podían despertar a la hora que le plazca y repetir sus besos mientras el sol se asomaba.

Estaban en una guerra.

El simple hecho de imaginar qué mientras ellos gozaban de placer, ahí afuera los militares daban sus vida les carcomía en su consciencia, pero quisieron por algún momento olvidar todo, disfrutar de su cercanía como si no hubiese un mañana.
El sonido de una que otra bomba los despertó, completamente desvelados y agotados se levantaron y por ello ahora estaban ya con sus respectivas ropas en la entrada de la cabaña.

--- Tenemos que regresar por las avionetas. --- habló Sarada caminando frente a él --- ¿alguna idea?

El lo pensó por unos minutos mientras miraba a su al rededor.

--- Carnada.

Los ojos de Sarada brillaron y Boruto sonrió al saber que con una palabra su mente formuló varios planes.

--- Mitsuki. --- habló por el comunicador --- ¿cuáles es tu ubicación?

--- Cerca del cargamento, no los veo por ningún lado, pero siento que podrían aparecer en cualquier momento.

--- Irémos enseguida.

Minutos después la cabellera rubía y obscura corrían entre los árboles de prisa, saltaban, se agachaban o arrastraban. Las balas pasaban con una velocidad inimaginable mientras al fondo los gritos hacían eco.

Rusia y Corea peleaban.

Al principio iniciaron aliados, pero por lo poco que sabían, los rusos asesinaron a unos militares coreanos, provocando así una guerra dentro de la misma que crearon. Ahora no podían confiar en nadie, cualquiera podía ser su enemigo.

A unos metros Sarada divisó a su brigada entre unos arbustos, pase lo que pase tenían que recuperar las avionetas, sin la fuerza militar los acorralarían a penas salgan al campo de batalla de nuevo.

Ella le hizo una señal a Boruto para que cruzara primero ya que el no portaba arma y así ella podría cuidarle la espalda. Después de que el llegó al otro extremo que estaba a unos diez metros, miró a su al rededor para vigilar su trayecto.
Todo iba bien, cruzó de prisa árbol tras árbol y en un segundo su mirada se conectó con la de Boruto perdiéndose así en el.

Sus botas derraparon con el afán de detenerse al ser intersectada por un Coreano, el rubio miró en camara lenta como chocaba con aquel chico y su melena impactaba contra el suelo. Tras sentir el suelo en su rostro se levantó de prisa apuntando con su arma al chico, pero el igual se encontraba apuntando a su cabeza.

Las manos temblorosas del chico, su respiración acelerada y sus ojos llorosos fueron suficientes motivos para no jalar del gatillo ya que ni el lo haría.
Mitsuki maldijo a lo bajo al ver a varios militares rodear a Sarada, tuvo que sujetar a Boruto para que no regresara, ella era lista encontraría una forma de librarse.

--- El arma --- dijo otro sujeto apuntándola con un rifle. --- ¡¿planeaban emboscarnos?!

--- Recuperar nuestras avionetas. Los rusos nos emboscaron. --- habló con voz firme, debía aprovechar la ruptura de su alianza.

--- Ahora no podemos creer en nadie.

Más militares salieron y apuntaron a la brigada que solo pudo quedarse quieta, sin armas con que defenderse solo debían hacer lo que les pidan para vivir. Sarada miró horrorizada como golpeaban a uno de los suyos, ella era la teniente del ejército y no podía  dejar que los mataran. Un teniente se aseguraba de dirigir a su brigada por el camino indicado así como de cuidar de ellos, dar su vida por ellos.

--- ¡Por favor! --- gritó dejando caer su arma y seguidamente sus rodillas tocaron la grava para luego ser acompadas por sus manos cubiertas de la tela de cuero café. --- ¡Solo recuperaremos lo nuestro y nos marcharemos! --- inclinó la cabeza en señal de respeto. Los coreanos sabían qie significaba aquella posición.

Dejo su orgullo atrás.

--- Si no es así... --- masculló apretándo la mandíbula --- ¡Os ruego dejarlos ir y matarme a mi!

--- ¡Sarada!

Boruto estaba decidido a acercarse, pero el brazo de Mitsuki lo detuvo. Observó su semblante serio y leyó en sus labios: Lo tiene.
Miró de nuevo como el sargento daba la señal para bajar las armas, dió unos pasos hacia ella, con los ojos aún cerrados elevó el rostro para encontrarse con el coreano ofreciéndole su arma.

--- Esto es por Tobirama.

Ella tomó el arma y luego recapacitó, esa brigada eran coreanos, para ella la diferencia era poca, ni siquiera prestó atencion a su uniforme, solo fue en su auxilio y ahora el karma se lo devolvía por primera vez de buena manera.

--- Les daremos quince minutos para tomárlos.

Ella los miro perpleja.

--- ¡Ahora! --- gritó el sargento y todos sus soldados corrieron hacia el cargador de donde los rusos salieron.

Ella dio la señal y los siguieron, mientras corría entre las balas miraba como los militares caían uno por uno ¿dónde estaba la humanidad? Miró a Boruto quien dirigía a su tropa para subir de inmediato, poco a poco las avionetas se llenaron y su motor dio inicio a una nueva etapa para el ejército japones.

--- ¡Sarada!

La atrapó en sus brazos y le gritó para que volviera en sí.

--- ¡Tenemos que irnos ahora!

Ella negó, la grava se llenaba de sangre, sangre de esos soldados que los ayudaron sin pensarlo. Hombres que quizá tenían ahora mismo una esposa rezando por su bienestar...

¿Huir?

Unió sus labios con desesperación y se perdió en su mirada.

--- ¡Vete!

--- No me iré sin tí --- la tomó de las muñecas y ella negó.

--- Cumple tu deber y yo el mío.

Boruto maldijo a lo bajo, su brigada lo esperaba, el tenía que dar las ordenes.

--- ¡Volveré! --- aprisionó sus labios de nuevo. La besó hasta sentir que sus pulmones estallarían por la falta de aire --- Te lo prometo.

Ella acarició su rostro, esas facciones varoniles que le encantaban --- ¡Te esperaré! --- sollozó mientras sus cabellos se sacudían por la brisa de los motores de las avionetas --- Te lo prometo.

Unieron sus labios una vez más y juntaron sus frentes observando sus sentimientos dibujados en las pupílas del otro.

--- Lo prometo. --- susurraron al unísono y sus corazones fueron testigos de como esas manos con anillos que hace poco lograron unirse, se separaban...

Sarada giró sobre sus talones y gritó, gritó hasra sentir su garganta arder para dar la orden. Su brigada corrió de inmediato para ir en ayuda de la otra. Corrían a toda velocidad entre las balas. Pateaban, golpeaban, jalaban de gatillo y esquivaban. Tenían que hallar una manera de limpiar la zona y no huir, no dejarlos morir. Ya nada importaba.

"Maldición" se quedó sin balas. Siguió corriendo entre la multitud y tomó su rifle y lo azoto en la cabeza del sargento ruso. El arma se despedazó en su cabeza dejando tendido en el suelo al hombre, el teniente del ejército coreano la miró sorprendido. Ella volteó y de una patada alejó a otro hombre, así siguío quien sabe cuanto tiempo.
Cuando reaccionó sintió varias gotas caer en su rostro, parpadeó para enfocar su vista, intentó asimilar en donde estaba y el olor a polvora, sangre y la carne perforada la volvió en sí.

Intentó levantar sus manos, pero no podía. Le pesaban, intentó hablar y la garganta seca la hizo toser, desesperada intentó levantarse, pero en el intento de sentarse un fuerte dolor en el abdomen la hizo caer boca abajo, por instinto se tocó en esa zona y al mirar su mano cubierta de sangre sus ojos se abrieron en par.

--- No se mueva. --- escuchó una voz y volteó enseguida.

Un chico de ojos fuscia...era el de la otra vez, sus cabellos estaban empapados y cayó en cuenta de que estaba en pleno diluvio, miró el cielo y estaba obscuro. ¿eran las nubes o la hora? El chico entendió su duda al instante.

--- Estamos a las 17 horas.

--- ¡Sarada! --- la voz de Mitsuki la alertó. --- no te muevas estas hérida.

Se acercó y la ayudó a sentarse para cargarla, la llevó debajo del techo de aluminio que había en el cargamento y la dejó con cuidado apoyada en la pared.

Ella gimió de dolor tocando su abdomen y sintió todo su al rededor dar vueltas.

--- ¿Qué paso?

--- Solo fue un golpe. --- dijo el albino después de revisar la zona --- pero tenemos que ir a un médico de inmediato, tus manos me preocupan.

Ella las miró y recapacitó que la sangre era de sus manos, la tela de cuero estaba rasgada y olía a quemado. En su mente divagó los recuerdos de una bomba. La tiraron cerca de donde estaba su brigada y en un loco intento de protegerlos la levantó: levantó la bola de polvora de cuarenta Kilos y la lanzó lejos de ellos, el problema era que estaba hirviendo y sumado con el peso, le dejó daños fatales a sus manos a tal punto que sus guantes se derritieron.

--- No hay tiempo para el médico.

Todos miraron hacia el sargento de la otra brigada.

--- Harán un ataque nuclear.

Las respiraciones de asombro y las maldiciones se hicieron presentes.

--- Ese era nuestro plan, esta predicho a las 18 horas.

--- ¿En una hora? --- preguntó Mitsuki con cierta alteración. --- ¿en dónde?

--- En el punto exacto del centro, pero hay una forma de ganar antes de que suceda. --- tomó una rama del lugar y comenzó a dibujar en el suelo --- Aquí tenemos nuestra artillería pesada, es un tanque lleno de explosivos.

--- Pero ¿de qué manera ganaríamos?

--- Ahí esta su jefe general, matándolo sería el final.

--- ¿por qué estaría ahí?

--- Porque nadie se atrevería a acercarse, incluso el enemigo tenía que estar mínimo cinco metros para activarlo y nadie lo haría, ya que la explosión abarca cien metros cuadrados. Ni estando en una avioneta te daría tiempo de escapar.

--- Tiene que haber un sacrificio...

--- Me temo que sí, pero de esa forma eviatariamos más muertes.

--- Bien --- Sarada se levantó --- ¿Esto es una alianza?

El sargento asintió.

--- Este es el plan.

La fuerza marítmica ya estaba en la superficie, por alguna razón habían ¿ganado? Les pareció más una retirada, pero siendo así ¿por qué? No eran de dar miedo, había algo que no cuadraba.

--- ¿Qué piensas? --- preguntó Yodo y Shikadai negó.

--- Algo planean.

--- Algo como para que ellos mismo huyan. --- dijo Chou.

--- A mi solo me viene una cosa a la cabeza --- dijo Inojin y lo miró desde la grava donde el ya estaba --- La lección veinticuatro del teniente Shino ¿la recuerdan?

Miraron el lugar vacío y desolado, los cuerpos de los militares tendidos en el suelo y la sangre embarrada en la suela de sus botas.

Ataque nuclear, pensaron todos.

Solo por esa razón huirían como roedores en busca de protección.

Sus cuerpos se erizaron al escuchar el sonido de los tanques acercarse, tenían el emblema de corea.

--- ¡Oh por dios, Shikadai un misil!

--- ¡No podemos disparar en la superficie!

Shikadai estaba por dar la orden de entrada, pero se detuvo al ver que de ahí salió ¿¡Sarada!? Inojin miró horrorizado su traje cubierto de sangre, su rostro golpeado y a penas podía caminar.

--- ¡Sara!

En un santiamén estaba corriendo hacia ella, pero Sarada se percató de que no estaban solos, de los arbustos varios militares rusos tomaron como blanco a Inojin.

Olvido su dolor y corrió, el rubio se extraño ante su reacción y leyó en sus labios: abajo, pero antes de recapacitar los disparos comenzaron y su cuerpo fue empujado al suelo y sobre el calló el de ella. Se retorció de dolor por las balas que perforaron su brazo.

--- ¡Sara! --- repitió de nuevo y estaba vez la pegó al suelo y uso su cuerpo como escudo mientras las tropas salían al rescate.

Chou corrió de inmediato y la miró ahí en el suelo, pero tenían que hacer algo, los coreanos les dieron armas y les gritarin ordenes que a penas entendieron, pero lo hicieron. A pesar de casi no saber nada del ejército se unieron, tenían que ayudarlos de alguna forma.

La fuerza aérea no tardó en aparecer, ya con su plan al pie de la letra. Solo un avión les quedaba con misiles y no podían desperdiciarlo. Se habían comunicado con el ejército y el plan era que, el militar de esa avioneta lo dirijera hacia el tanque, pero el antes tenía que saltar con un paracaídas y así no era necesario sacrificar vidas.

Sara se levantó y miró a lo lejos a Boruto, dando ordenes como un teniente ejmplar. De nuevo el suelo se le movió y sintió todo venirse abajo. Escuchó la voz de Chou gritárle y cuando volteó sintió un dolor horrible en la cabeza y seguidamente se encontraba en el suelo, gimio de dolor y tocó su cabeza; estaba sangrando.

Se estaba desangrando mejor dicho, escupio sangre y sintio su vista nublarse por una capa rojiza. Alzó la vista y era un tipo de tez morena y un lado de la cabeza rapado. El se carcajeó y giró el arma que derramaba sangre desde la orilla, con eso la había golpeado.

Apuntó directo a ella --- Hasta aquí llegaste Uchiha.

Apretó el gatillo, pero la bala no le dio, pasó a un lado de su cabeza y pestañeó para ver la imagen de Inojin empujando al tipo para derribarlo, pero el fue más rápido.
Se volteó de inmediato y la bala estalló de nuevo.

Sarada abrio los ojos como platos al ver la bala atravesar el cuerpo de Inojin, su casi hermano.

--- ¡Inojin...!

Su grito se perdió por la repentina explosión. El avioneta que se dirigía al tanque había sido derribado metros antes de llegar a su objetivo.

Del horizonte donde el sol se escondía salió un avión enorme cargado con misiles los cuales empezaron a bombardear a la fuerza aérea. Boruto miraba como avioneta por avioneta caía, no tenía como defenderlos, el ya no tenía armas, pero se percató de algo. Ese avión tenía el arma nuclear, estando varios metros sobre el cielo la iba a lanzar, si el tanque explotaba se amortiguaría ya que abarcaría la zona en donde estaba la bomba.

Los segundos fueron eternos, tenía que tomar una desición en ya.

Inojin lo miró, su avioneta no estaba tan lejos del suelo y miró su expresión entendiéndo lo que iba a hacer, miró como Madara apareció y cargo a Sarada para alejarla de la zona.

Ella igual había visto su plan en su mirada.

La pelinegra decifró esos ojos que tanto amaba, claramente miró como en esas pupilas azules se dibujaba una sola palabra de arrepentimiento: perdón.

Usó sj fuerza para intentar safarze del agarre de su tío abuelo, pero ya no le quedaba nada, a penas estaba consciente.

--- ¡Suéltame por favor! --- gritó al borde del colapso y el volteó viendo en dirección a ese Uzumaki leyéndo en sus labios una sola palabra.

Protégela

Siguió corriendo, tenia que salir de la zona y mientras lo hacía les gritaba a los militares a su al rededor la retirada.

Todo ocurrio tan rapido, los ojos de Inojin se abrieron en par al descubrir algo, esa era su salvación. Sin importarle que una u otra bala lo interseptara el corrió. Shikadai lo llamo eufórico, quizo detenerlo, pero otro sargento lo arrastró fuera del campo de batalla y en su mente solo cruzaba una pregunta.

¿Por qué se dirigía al lugar en donde las bombas estallarían?

Nunca lo supo.

--- ¡Boruto...! --- gritó Sarada desesperada.

Apretó los párpados y en camara lenta, en esos ojos negros que aquel rubio tanto amaba, se dibujó el horror.

Los ojos de Sarada eran negros como la noche tal y como ahora, pero tenían un brillo que le iluminaba su camino, el siempre creyó que se comparaba con las estrellas iluminando la noche, pero en ese día...en ese instante, en los ojos de Sarada se reflejó el brillo del tanque explotando junto a la bomba sobre ellos.

La silueta de Inojin se perdió en el gran estallido y Boruto...

Su avioneta impactó contra el tanque marcándo así el final de esa guerra así como el final de su vida.

Sarada abrió los ojos topándose así con el techo de madera de la atención médica, miró sus manos vendadas, las deshizo al instante y descubrió su mano con quemaduras graves al igual que aquel anillo de juguete.

Todo fue real, los recuerdos inundaron su mente al igual que sus ojos en donde lágrimas de dolor puro se deslizaban, pues igual recordó algo días después de que la guerra acabó. Visitó un lugar horrible en donde su corazón se enterró porque todo fue real, así como el escrito en esa lápida.

"Hijo, Hermano, Amigo, Esposo y Padre"

Descanse en paz Uzumaki Boruto

Lo prometo, recordó su promesa y tal como lo hizo la cumpliría.

--- Te esperaré, lo prometo.

Podría morir y esperarte otra vida....



Fin...¿? Este es el final original de la novela....



Antes de que me tiren bombas nucleares ¡esperen!

Hay tres razones por la cuál acabo así.
》El es final original de la novela
》Porque tenía un límite de páginas (200)
》Si hacía un final feliz se iba a ver muy forzado por la razón 2.

Además que el nombre de la novela es por algo, pero....mientras escuchaba mi playlist de música Sad me llegó una inspiración horriblemente tremenda...

Y si tenían duda...sí, Sarada quedó embarazada.

Ahora la preguntá... ¿Quiéren continuación? Porque su la tiene...Ya que dejé un final abierto practicamente como el qué paso y porqué Inojin fue ahí....o el tipo del inicio que quería matar a Sara, así que si quieren que continúe lo haré, pero no será segunda temporada, solo máximo como 7 capítulos más 😯

No me maten 😂😅😥 les repito que se iba a ver muy forzado, de hecho escribi el capitulo y no me gustó para nada, quedó horrible :( por eso mejor dejé el original y ahora depende de ustedes que continúe.

100 votos y... Okno😂 con una personita que lo pida es más que suficiente para que la continúe ya que escribo para ustedes practicamente😊

Sin más que decir nos vemos al rato que me iré al colegio, tengan linda tarde 🤗

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