La nota
Las gotas tibias de la regadera caían en chorros sobre su cuerpo, sus cabellos dorados se le pegaban a la nuca y a los lados donde el agua cristalina se deslizaba segundo tras segundo, con la mirada clavada en los azulejos del piso del baño, miró como el agua de acumulaba en ese punto exacto y aún con la vista nublosa por las gotas podía ver y recordar lo sucedido.
Kagura había muerto.
El cuello del uniforme de Kagura era verde militar, pero recordaba perfectamente como ese color tomó un tono obscuro al igual que el suelo y la camiseta de Boruto que ahora estaba en una esquina del baño.
La sangre se esparció en segundos, cuando se dio cuenta sus guantes estaban impregnados de ese líquido que debería permanecer dentro de su cuerpo, pero no estaba ahí: estaba regado en el suelo.
Todo ocurrió muy rápido.
Levantó el rostro para que las gotas le cayesen directamente en el rostro para limpiar su dolor y borrar aquella imagen.
¿Ardía porque las gotas caían directamente o era por las gotas que salían del interior?
Miró sus manos: estaban rojizos. Era normal después de haber golpeado la pared sin cesar, dejó que el agua golpeara el dorso de su mano para luego deslizarse por sus uñas en donde aún habían restos de sangre por aferrarse a ese cuerpo con vida.
El chorro fue reemplazada por un leve goteo que a los segundos desapareció, sus pies húmedos dejaron un pequeño charco al salir del cubículo de la ducha. Con una toalla en la cintura y otra en los hombros, abandonó el cuarto de baño. Después de colocarse la ropa interior, metió un pie con pesadez en su pans para que luego siga el otro. Se dejó caer en el sillón individual en donde estaba.
¿Quién soy?
Esa pregunta ya era una rutina en lugar de un duda. Kagura le dijo algo, pero no lo escucho, sus cuerdas vocales estaban desgarradas.
¿Habrá sido su imaginación lo que alcanzó a leer en sus labios? Miró de reojo al niño que estaba aferrado a la almohada, era una locura ¿no?
Deslizó sus dedos sobre la tela de su jersey, aumentó la velocidad y al igual que sus latidos, los cuales se regalaron cuando sintió esa elevación que resaltaba en la tela, llevó su mano hacia su cuello en donde halo de la cadenilla hasta sacar el dije que estaba perdido dentro de su prenda.
Sus dedos índice y pulgar frotaron ese círculo que parecía ser un anillo.
Sumire le había dicho que se deshaga de esa cosa, que sólo era un pedazo de plástico inútil sin ningún valor, Pero no lo hizo.
¿Por qué? Hasta donde sabía era lo único que traía después de que encontraron su cuerpo ¿en dónde? Quien sabe, nadie sabía nada.
Lo soltó, Pero nunca cayó, se sujeto con la cadenilla en donde estaba. Miró de nuevo al niño quien cada vez estaba más cerca de la orilla de la cama.
El pequeño rubio se removió y pestañeó varias veces hasta enfocar su vista en el adulto que acababa se voltear su rostro. Se sentó y lo miró fijamente, la habitación estaba obscura, Pero no tardó y se iluminó por los relámpagos y segundos después el trueno retumbó en la habitación.
No pudo evitar sentir un escalofrío en su pequeño cuerpo, No le tenía miedo a las tormentas, pero las que había presenciado en su corta vida no eran de tal magnitud como aquellas. Se bajó tambaleandose de la cama y camino hacia la ventana como solía hacer.
--- ¿A dónde vas? --- preguntó Bolt sujetandolo del brazo --- No está bien que te acerques a las ventanas. No se porque tienes ese vicio ¿qué no ves los rayos que hay?
Se quedó callado al notar que había alzado la voz y que ponía más presión que la que debía en el agarre, justo antes de que el niño lo mirase se dio cuenta de que estaba desquitando toda su frustración en él. Al principio cuando aún acababa de pasar lo de Kagura y lo mandaron a su habitación para relajarse, Lo culpó. A un niño inocente, creyó que si no hubiese estado con él estaría con Kagura, Pero no fue así. Boruto estaba enfermo y él estaba con Sumire.
Su corazón se estrujo al ver esos ojos negros brillar en la oscuridad, su mirada lucía triste y al borde del colapso.
Los ojos del pequeño rubio brillaron aún más por las lágrimas que se amontonaban en sus párpados, sus cejas rubias se curvearon al igual que sus labios para hacer una mueca que era más bien de dolor, intentaba oprimir sus emociones.
--- La lluvia ha arruinado las flores de papá. --- sollozo. Miró el piso y se frotó los ojos con su mano libre, no quería llorar.
Bolt sin decir nada, lo tomó de los costados y lo cargó para pegarlo contra su pecho, el pequeño por instinto se acurrucó al sentir calidez, una calidez tan parecida al cuerpo de su madre.
--- Quiero a mi mamá.
--- Pronto estarás con tu mamá --- le acarició los cabellos y lo rodeó aún más con sus brazos. Lo apapacho.
En la casa Uzumaki el clima era tranquilo, el cielo estaba oscuro, pero era por la noche, incluso resultaba algo refrescante.
Inojin pasaba por la sala para ir por más té para Himawari, ella también no se encontraba bien, nadie de hecho. Todo era un caos...Mitsuki le había dicho que la casa lucía tal y como era después de la muerte de Boruto, el pequeño era el todo de ese hogar, sin él, Sólo eran personas rodeadas por cuatro paredes.
Se quedó quieto al escuchar el timbre y sin pensarlo tanto fue directo a abrir, con la mano en el picaporte miró curioso el sobre que se deslizó en la abertura donde metían el correo. Lo levantó en seguida y volvió a la sala donde encontró a Himawari dormida.
Dejó el sobre en la mesa de centro he hizo un lado los cojines para que se recortará bien --- descansa Himawari --- le dijo mientras metía una almohada debajo de su nuca.
--- Al fin se quedó dormida --- habló Naruto apoyado en la arcada de la sala. Inojin se sobresalto.
--- He...si --- sonrió y se irguió --- llegó un sobre. Lo señaló y el rubio entrecerró los ojos agotado, después bostezo.
Se rascó la nuca después de pensarlo bien y parpadeo para no quedarse dormido. Estaba cansado por el trabajo, además, tenía que vigilar a su esposa al igual que todas las mujeres en esa casa para que no hagan una locura.
--- ¿Para quién es? --- preguntó y se dejó caer en el sofá individual.
Inojin lo tomó y giró el hilillo para abrir el sobre ya que no tenía nombre afuera, Sólo la dirección. Metió los dedos y cuando tocó la primera hoja volteó hacia Naruto.
--- ¿Puedo...?
--- ¡Claro! --- el rubio sonrió y el Yamanaka continuó.
Sacó los papeles y miró algo sorprendido que eran bastantes. Su mirada leyó lo primero que estaba escrito.
Para: Uzumaki Sarada.
Releeo varias veces y sí, eso decía. Algo confundido siguió bajando y miró dudoso la caligrafía en aquella hoja que lucía algo arrugada, los trazos se veían muy fuertes y marcados como si el que lo escribió tuviese miedo de que alguna letra se le escapara. Tras cada letra que sus ojos pasaban su corazón bombeaba cada vez más, ese sólo pedazo de hoja tenía escrito palabras, palabras que lo dejaron helado y Naruto lo notó.
Inojin sintió que le faltaba el aire y se sentó mientras dijeria lo leído.
Familia Uzumaki
Boruto está vivo, en Corea. En el sobre están todos los datos y motivos del porque ocurrieron las cosas. No tengo mucho tiempo, tienen que saber que perdió la memoria y está diagnosticado como permanente.
Su hijo está con él, todo esto lo hizo k...
La nota terminaba ahí, la última palabra estaba escrita como si la tinta se hubiese borrado, sólo lograba apreciar algo parecido a una "a" después, pero lo demás era irreconocible.
Sasuke era el que ahora veía atónito lo escrito. Siguió pasando las hojas, era el único que aún estaba en condición para hacerlo, su amigo y el otro chico estaba en total shok.
Estaba escrito todo, lo que ocurrió, sus resultados médicos, la medicación que llevó, los años que estuvo en coma, incluso sobre lo reciente como aquel compromiso que le llamó la atención.
Estaba casado.
Lo dejó realmente anonadado ¿cómo pudo haberse casado? Fue una duda más respecto a todo y en la siguiente hoja había otra nota junto a lo que parecía ser un acta de matrimonio. El chico que investigó esto fue muy meticuloso y no perdió ni un detalle, le quito la carga de encima el leer la firma, ahí en donde Boruto debió firmar para que sea oficial su matrimonio, no estaba escrito Uzumaki Boruto.
Los trazos de una letra insegura y dubitativo decían: Kakei Bolt.
Comparando con la nota que dejó el chico, corroboró que tenía razón. En efecto el que firmó esa acta no existe, Kakei Bolt no existe.
Ahí debía estar Uzumaki Boruto, por lo tanto, era falso.
Sarada cargó su arma con las balas que pudo aunque con una era más que suficiente para acabar con todo.
Sumire tenía a su hijo y lo recuperaría por las malas.
Haló la cortina y en un suave movimiento comenzó a abrir la ventana para no hacer ruido, un clic en falso y todos entrarían en la habitación.
Se abrió y no espero para salir de prisa, fue tarde cuando se lamento por no haberse cambiado su falda, después de un enredo logró mantenerse de pie en el tejado, pero el tacón de sus botas hizo un ruido estrepitoso.
Sasuke e Inojin se miraron al mismo tiempo, y Mitsuki que estaba por las escaleras subió de prisa y abrió la habitación en donde se suponía que estaba Sarada. Todos se alertaron al escuchar el motor del auto, el Uchiha salió enseguida y sólo alcanzó a divisar a su hija alejándose con el auto.
--- ¡Sarada!
Era tarde, el automóvil se perdió al doblar en la esquina.
--- Maldición Sara no sabe de esto --- mascullo el Inojin --- ¿creen qué...?
--- Sí, irá a Corea --- dijo el albino dejando los papeles en la mesa --- ella cree que fue Sumire y por lo que se, ahí vive.
--- En efecto --- dijo el Uchiha después de dejar el teléfono en su lugar.
--- Tenemos que ir antes de que lo encuentre --- Hablo el Nara y miró a Naruto que seguía sentado con la mirada perdida --- lo mejor será no decirle ahora a Hinata y Himawari.
--- ¿Y cuándo? Shikadai, Sara va armada.
--- Si, pero no pueden saberlo aún, querran ir a Corea y si esto no miente--- tomó los papeles --- No seria bueno en el estado en el que se encuentra Boruto.
--- Adelantarse --- habló el Uchiha y los chicos después de pensarlo un momento asintieron.
Sumire tocó levemente la puerta, y tras no resivir respuesta giró el picaporte y se asomó a encontrar la habitación vacía.
--- ¿Bolt?
Sus tacones hicieron eco en la oscuridad y silencio. No estaba ahí, su cama estaba bien tendida como si fuese una habitación nueva. Supuso que quizá salió, aún estaba afectado por lo de Kagura, tan sólo había pasado un día.
El que haya salido a tomar un deseestres era lo más obvio, pero el niño no estaba, entonces, se lo llevó con él.
--- ¿Qué haces aquí? --- preguntó el pequeño rubio al adentrarse a la sala en donde ya había estado.
--- Es mejor que estar ahí ¿No?
El menor miró las cortinas que le causaban miedo, pero era cierto, prefería ese lugar que estar encerrado en un cuarto metálico.
--- ¿Y el señor amigo? --- preguntó al no notar la presencia del otro chico.
Bolt entendió de inmediato que se refería a Kagura, sintiéndose mareado y fatigado de nuevo decidió sentarse y frotar su rostro.
--- Él...Kagura --- titubeó buscando las palabras para continuar --- él está durmiendo.
--- Por eso está triste --- dijo acercándose. Se apoyó de la pierna de Bolt para poder subirse al sofá y sentarse a su lado --- mamá siempre está así por papá. No este triste.
--- ¿Por qué lo dices? Incluso si me dices que no este así, lo seguiré estando. --- lo miró.
--- seguirá triste, pero no sólo --- le sonrió --- mamá me enseñó eso.
Fue ahí cuando el hielo azulado de los ojos de Bolt se fue derritiendo.
¿Y si Kagura tenía razón? ¿era por ello que no podía dejar al pequeño? ¿era por eso que no podía dejar de pensar en la madre del niño?
Su corazón tenía la respuesta, pero su memoria no.
--- ¿Y cómo era tu papá?
Boruto lo miró y luego tocó su barbilla pensando --- No lo conocí.
Bolt se sintió estúpido y se quiso disculpar al momento.
--- pero mamá me contó mucho de él, dijo que era militar --- dijo y sus ojos brillaron aún más --- manejaba avionetas...
--- Eres inmortal Bolt, aún no se sabe como sobreviviste a la explosión de una avioneta.
--- ¿avioneta?
--- Hasta donde sé, manejabas avionetas.
--- ¿Y tú madre...? --- preguntó intentando alejar el recuerdo de aquella conversación con Kagura.
--- Mamá es la mejor mamá --- sonrió.
Esa mujer... si era esa mujer... aún así no la recordaba. No recordaba nada, Sólo el estallido y un grito. De ahí todo se volvía confuso y doloroso.
--- ¿Cómo se llama?
--- Uchiha Sarada --- contestó con algo de dificultad.
Uchiha Sarada... ese era el nombre que tenía firmado el libro que encontró.
--- Ve por tu abrigo, tomaremos un tren.
Ya habían pasado horas desde que Sarada dejó Japón. Ahora sólo miraba el teléfono, iba a encontrar a Sumire y por ello rastreo el número, el cual se movió de una zona militar a la ciudad. El sonido del tren la sacó de su trance y subió en seguida.
--- ¡No puedo creer que nunca me haya dicho! --- exclamó furiosa.
--- Sumire... Bolt sólo necesitaba estar en un lugar tranquilo...
--- Soy su esposa y no sabía que tenía un departamento --- los fulmino con la mirada.
--- No...no te enojes ya estás llendo hacia allá --- dijo Metal Lee nervioso.
Se aferró a la barra de hierro del tren y en cuanto paro, bajó sin importarle el empujar a las personas.
--- Muy bien ahora díganme donde diablos está Bolt --- se volteó y retrocedió en seguida ahogando un gritillo.
Una bala había pasado frente a sus ojos.
Los tres chicos se pusieron en guardia y miraron a su al rededor.
--- ¿Dónde está? --- preguntó Sarada detrás de Sumire apuntando con su arma en su nuca --- ¿Dónde está mi hijo?
--- Sarada... baja el arma, yo...yo no tengo a tu hijo, te lo juro --- susurró nerviosa.
--- ¿Sabías que una bala en el abdomen no te matará, pero si te causará mucho dolor? El suficiente como para que hables.
--- ¡Sarada por favor! --- sollozó
--- Teniente Uchiha --- habló Metal sorprendido --- su hijo... ¿es el pequeño rubio?
Ella le prestó atención en seguida.
--- ¿Dónde esta? --- preguntó precipitada.
--- Él está bien, un amigo lo está cuidando...
《Bien hecho Metal》se dijo Iwabe, pensando que la estaba distrayendo, pero no era así.
Él Moreno metió sus brazos entre las separaciones de los de Sarada y la sujeto con fuerza al punto de que soltara el arma y Sumire logró zafarse de su agarre.
La Uchiha no pataleo ni se resistió, cosa que esperaba Iwabe. Ella alzó la cabeza hacia atrás sacándole un quejido al moreno por el golpe y después que notó ese pequeño segundo de distracción, metió un pie entre los de Iwabe y levantó su pierna ocasionando que se impactará con el suelo.
Fue muy rápido para todos y cuando se dieron cuenta estampó su puño en la cara de Sumire.
No fue una bofetada, fueron sus nudillos blanquecidos por la fuerza ajercida.
--- ¿Dónde está...? --- preguntó, pero se quedó callada al ver la mirada de horror de Sumire detrás de ella.
Bolt y el niño estaban a unos metros del lugar.
Sarada volteó y sintió su cuerpo entumirse, su pecho ardió y el respirar quemaba ¿era un sueño más? Boruto estaba muerto...entonces ¿quién era ese hombre que tomaba la mano de su hijo?
La silueta era idéntica, los cabellos, la altura.
La barrera de hielo que sentía que congeló su cuerpo, se rompió cuando volteó.
Azul y negro chocaron, ese azul era único, entonces lo entendió. Era él.
--- ¡Mamá!
La voz de su hijo la hizo volver y lo miró. Se escapó del agarre de Bolt y comenzó a correr. Su corazón volvió a sentir una calidez enorme, aún estaba en shock, pero su hijo era más importante.
Justo cuando iba a comenzar a avanzar se quedó quieta al ver a Boruto correr detrás de él, pero no llegó a sujetarlo porque fue interceptado por un tipo.
En milésimas de segundo todo cambió de pronto. El pequeño se detuvo al escuchar que lo Bolt lo llamó diciéndole: ¡Corre!.
Era un niño y no sabía reaccionar al instante.
Un tipo alto lo tomó en brazos y comenzó a correr.
--- No... --- susurró y tomó su arma que estaba en el suelo mientras lo corría hacia el.
Bolt se liberó del agarre gracias a sus amigos que había llegado, pero a penas se liberó. Corrió también.
Las balas de Sarada comenzaron a resonar, pero se detuvo. No podía disparar libremente por su hijo, No quería dañarlo.
E
l tipo en su lugar usaba de escudo al niño sabiendo que ella no se atrevería a disparar.
Giró sobre sus talones ocasionando un chirrido, la chica lo estaba alcanzando y debía detenerla. Sacó su arma y le apuntó, Sara se detuvo de golpe, era un lugar abierto sin donde esconderse para que no le diera. Jaló el gatillo y la bala estallaró en el lugar. Sin embargo, no le dió.
Sarada sintió un ardor en la pierna y en la cabeza, se había golpeado tan fuerte al caer, pero no sentía completamente el sucio y frío suelo de la estación. Se sentía rodeada por unos brazos y cayó en cuenta de que la había salvado.
Bolt la tomó del brazo a levantarla y siguió corriendo. No quería que se lo llevaran, debía salvarlo, la sensación de terror, miedo y desesperación se apoderó de él al punto de que no notó que la pelinegta cojeaba por una bala en la pierna.
Sentía que si se llevaban al niño, se llevarían lo único que le quedaba. Era su vida.
Ambos divisaron como ese hombre cruzaba las vías sin importarle el grito de la gente, i tren venía y si no se apresuraban no lo alcanzarían.
--- ¡Boruto! --- gritó sintiendo como sus cuerdas vocales dolían, pero no tanto como su corazón.
Sarada quiso seguir a su hijo, pero el rubio la detuvo. La tomó de ambos brazos y retrocedió justo en el instante que el tren pasaba a unos milímetros de la Uchiha.
Quería golpear algo y desquitar su frustración, para cuando ese maldito tren termine de pasar ya no estarán y así fue.
Cuando por fin terminó, Sólo había gente asustado mirando su al rededor.
Lo habían perdido de nuevo.
Sarada se dejó caer contra el pecho de Boruto. Su corazón no podía con tantas emociones, encontró a su hijo, lo perdió de nuevo y su amado estaba detrás de ella sosteniendola y diciéndole cosas que no pudo entender.
Su voz se volvió lejana y distorsionada así como su vista.
--- Sarada... --- susurró sujetandola al sentir que se desvanecía en sus brazos.
《PRÓXIMO CAPÍTULO 》
El shock seguía en ella, estaba en un estado normal, pero por dentro su cabeza era un caos total.
Quería pensar que era un sueño porque si era la realidad dolía, habían tantas dudas de por medio. ¿por qué nunca volvió? Era una de ellas.
Sintió un sensación muy similar de años atrás cuando el rozó el algodón en su pierna herida, ella lo recordó, pero el no. Ese día que empezó a experimentar cosas por él, era la misma imagen.
Ella en la cama y él limpiando su herida. Años atrás había dicho que solo le mostraría las piernas a su marido, pero Bolt no lo recordaba.
Sin embargo, el pequeño gemido que se escapó de sus labios le dió un jalón a su corazón. La miró y la imagen de esa chica sonrojada cubriendo sus labios se le hizo tan familiar.
Sarada lo miró expectante ¿qué haría? Era la misma situación con una pequeña diferencia. Él ya no era ese chico de diecinueve años, era un hombre que tenía mil dudas en su cabeza, pero la mirada...esos ojos azules se oscurecieron como aquel día.
¿Escapará de nuevo?
Nota:
Aquí el capítulo, lamento haber tardado, pero es que ya publiqué que me sucedió 😂 soy ambidiestra, pero no aplica en el teléfono :'v
Disculpen si no se entiende el capítulo o mi narración en pésima, hice lo que pide en mi estado 😟
Espero en verdad que les haya gustado, intentaré no tardar en subirlo de nuevo.
Díganme ¿qué creen que pasará con el pequeño Borutin?
¿Qué creen que hará Bolt? 🙊 ¿Escapará como en aquel capítulo? Lo recuerdan ¿verdad? 😂
Sin más que decir, me despido. Tengan linda tarde amados lectores gracias por todo 🤗
Por cierto, he estado dedicando capítulos y si eres un fiel seguidor y no te he dedicado alguna, sin pena alguna dime y lo hago porque está historia está por finalizar y quiero mencionar a todos los fieles seguidores. 😉 Si no lo he hecho es porque me quedé sin capítulos 😂 o no te sigo. Me faltaron creo que seis personas y s£ sabes que eres tú 👀 no te preocupes, no lo he hecho por falta de capítulos.
Ahora si me voy 🤗
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