La nieta del jefe general

Un bostezo se le escapó de los labios mientras frotaba sus ojos con el dorso de su mano, parpadeó repetidas veces intentando enfocar su mirada en el asfalto que a penas era iluminado por las farolas, achicó su vista al llegar al peatón para no atropellar a nadie.
El recuerdo de esa pelinegra llegó a el e involuntariamente una sonrisa se formó en su rostro.

"Sarada, Sarada"

Ajustó el espejo retrovisor y acomodó sus cabellos reveldes con sus dedos, ni siquiera tiempo para ponerse algo decente tuvo. Hoy era el día de la prueba para saber a que área pertence y dado a la gran cantidad de militares que habían, tuvo que levantarse más temprano para llegar antes y tener sus resultados.

No le agradaba la idea de conducir a tales horas de la noche, por que sí, no se podían ir hasta tener los resultados y no quería esperar tanto, por ello prefería levantarse antes para que le toque un buen lugar.

Su plan era perfecto: llegar antes que la mayoría, hacer la prueba, tener sus resultados más tardar a las seis de la tarde e irse a su departamento o más bien al de a lado, porque había decidifo que esta vez Sarada no se le escaparía.

-- Hablamos luego.

Eso había dicho y se la pasó evitándolo desde ese día, a pesar de que pensaba que ¿de qué serviría hablar? Lo más probable es que lo ignore por una simple y sencilla razón: había echo una estúpidez.

Por más que intentaba recordar solo llegaba a su memoria uno que otro beso, pero Sumire afirmaba que si habían tenido relaciones y ¿para qué mentiría? Ella era una chica muy noble y amable, sería incapaz de algo así.

Decidido a no pensar más en ella, dio un gran suspiro al ver la esquina en donde tenía que doblar para pasar las grandes rejas de su academía.
Las llantas de su auto chirriaron y se golpeó el pecho con el volante al frenar de golpe.

-- Ah, maldición -- masculló conteniedo el dolor mientras se sobaba el pecho, alzó la vista y sus ojos de abrieron en par -- Maldita sea.

Frustrado se dejó caer en el respaldo de su asiento al ver la enorme cola de autos frente a el, la reja estaba al rededor de veinte metros los cuales estaban llenos de autos de sus compañeros. Tomó su mochila y la abrió bruscamente mienteas sacaba su bebida enegética. Se había levantado a las tres de la mañana en vano.

Meneando la cabeza frustrado se llevó el envase a la boca, pero antes de tocar sus labios la soltó por el susto al escuchar un claxón sonar a su lado.

-- ¡Boruto! -- exclamó Inojin saliendo por la ventanilla -- Quien diría que madrugarías.

-- Callate -- bufó frustrado y se limpió la camiseta que tenía una que otra gota de su bebida.

-- Mira Shikadau, el gordo tiene buen lugar.

Boruto por curiosidad miró hacía adelante y era cierto, a casi cinco metros de la reja el auto de Mitsuki estaba y en el asiento de a lado ese chico moreno.

-- ¡Mitsuki! -- se oyó la voz de Inojin retumbar y al instante el albino sacó su cabeza del auto para mirar -- ¿tienes tres lugares?

Miró hacia adentro de su auto y luego sacó la mano enseñando su pulgar hacía arriba e Inojin gritó mientras salía del auto.

-- ¡Estaciona tu auto afuera y vamos!

Boruto lo pensó, miró de nuevo la gran distancia que tenía frente a el y el auto de su amigo estaba por entrar. Sin dar más vueltas al asunto metió reversa para estacionarse antes de la esquina y luego tomar su mochila y salir disparado junto a sus amigos.
No se iba a quedar de brazos cruzados después de levantarse tan temprano.

-- Hola -- Saludó Chou al verlos  y miró a Mitsuki para sonreir con malicia.

-- Dejen un espacio que un amigo fue por unos cafés -- dijo el albino y ellos asintieron.

El rubio entró primero y luego sus amigos los cuales estaban pegados a la otra puerta, a el lo dejaron morir. Suspiró y se hizo a un lado para dejar un asiento vacío.

-- ¿Desde qué hora están aca? -- preguntó Inojin animadamente.

-- Menos de veinte minutos, de la nada se llenó el lugar.

-- ¡Aquí estamos! -- gritó el moreno sacando su cabeza del auto, Shikadai e Inojin siguieron su mirada.

Sarada llegó echando humos, tuvo que hacer una cola enorme por un méndigo café con malvabiscos que se le antojó a su amiga. Al verla a lo lejos ya con su sermón preparado, abrió la boca a punto de gritarle, pero al instante la cerró al ver que no estaban solos. Con ojos nerviosos interrogó a su amiga y ella sonrió lo cual la cabreó aún más. Suspiró cansada y le dió su café para abrir la puerta trasera del otro lado.

Su mándibula casi caé al suelo al ver a ese chico rubio, su chico rubio. El la miró curioso y luego regresó su vista a su bebida, por un momento creyó que la reconocería, pero no fue así por lo que de inmediato entró para no armar sospechas.

¿Justamente tenía que estar a su lado?

-- Eres delgado -- dijo Inojin mirándolo -- correte Boruto, Shikadai me aplasta -- se quejó y empujó al rubio el cual quedó apretado junto a según el "Sora"

Sarada tragó grueso al sentir ese cuerpo varoníl tan cerca de ella, con la mirada clavada en el ventana lo intentó ignorar aunque le fuese imposible.

-- Estúpido -- devolvió el quejido dándole un codazo a su amigo el cual se lo devolvió como si de niños pequeños se tratase.

-- Gracias por esto Mitsuki -- habló el Nara ignorando la infantil pelea que tenía a su lado.

-- No es nada, solo corrimos con suerte -- miró a "Sora" a través del espejo -- se lo debemos a Sora quien nos hizo levantarnos veinte minutos antes.

-- Gracias Sora -- dijo Inojin con una sonrisa y ella asintió para de nuevo ignorarlos -- debes ser como el Boruto.

-- Mira quien lo dice, ustedes llegaron después de mi.

-- El auto no encendía -- miró a Shikadi -- ¿verdad? -- de nuevo al rubio -- además vives más cerca que nosotros, se ve que a duras penas te levantaste.

-- ¿Quién no? Me tuve que meter a la regadera a las dos y media.

-- Pudiste haberlo echo a las dos y pasar por nosotros.

-- ¿Disculpa? -- preguntó indignado-- Yo no soy responsable de ustedes y además, estaba cansado como para levantarme más temprano.

-- ¿Cansado? Pues que hacías -- alzó una ceja y luego rió -- Ah, ya recordé lo guapa que es tu vecina.

Chou ahogó su risa al ver la cara de Boruto: boquiabierto y con las cejas indignadas. Pasó la vista por su amiga y tenía casi la misma expresión, pero más disimulada "¡Tu eres su vecina, tonta!" Le gritó metalmente al suponer lo que pasaba por su cabeza.

-- ¡Eres un...! -- titubeó algo sonrojado.

-- Déjalo Inojin, recuerda que Sarada lo ignora -- soltó el Nara con una risita divertido por la situación.

-- Cierto ¡Eres un estúpido! ¿Crees qué Sara te iba a perdonar fácilmente?

-- ¡Cierra la boca! -- rodó los ojos y bufó frustrado pegándo su mochila a su pecho.

-- ¿En verdad no te ha hablado? -- preguntó el ojijade fuera de broma y el rubio solo suspiro con aires más deprimido.

-- No.

Sarada sintió ternura ante su tono de voz, lucía deprimido y como su estuviese perdido.

-- Ninguna mujer lo haría -- comentó Inojin.

-- En un relación -- acompletó Shikadai -- a la única que le eres infiel es a Sumire, ya que es tu prometida.

Boruto se crispó -- ¿Cuándo le he...?

Se calló al entender a lo que se refería, esos besos apasionados y llenos de amor, esa vez que casi lograban consumar lo que sentían. Tenía razón.

-- Pero el no se quiere casar -- miró al pelinegro y luego a Boruto -- ¿en verdad no puedes hacer nada para evitarlo?

-- Es imposible cuando el gobierno lo postula -- respondió y el Yamanaka chasqueó la lengua.

-- Y con lo que paso menos -- Inojin miró con reproche a Shukadai "gran ayuda" penso -- ¿Qué? -- preguntó ante su mirada -- ¿No han pensado en qué Sumire puede estar embarazada?

Ese fue un golpe duro para Boruto, el se quedó atónito ante aquello, no le había pasado por la cabeza y Shikadai se arrepintió de decirlo al ver su expresión. Por otro lado Sarada se tensó y rogó porque eso no pasará, en sí no podía asegurar que Boruto se acostó con ella ya que el no recordaba absolutamente nada.

-- Pero -- dijo nervioso Inojin -- Ni siquiera recuerdas nada, digo... deberías recordar algo así que no esta seguro si ocurrió.

Intentó calmar a su amigo, pero este siguió igual, con esa expresión perdida, era como si de la nada se haya vuelto pálido y sus ojos se hubiesen obscurecidos.

-- Por más ebrio o drogado -- hizo enfasís en lo ultimo el albino -- algo haz de recordar y si no es así, puedes estar tranquilo -- lo miró a través del espejo mientras pisaba el acelerador para cruzar las rejas.

Boruro alzó la vista y lo miró algo confundido -- Sumire sería incapaz de mentirme.

Sarada apretó la mandíbula ¿Qué acababa de decir? Se negó a mirarlo porque sabía que era capaz de lanzarle una bofetada "¡Te drogó, idiota!" Quizo gritarle.

-- ¿La amas? -- preguntó Mitsuki y el auto se quedó en un ambiente denso, la morena se metió una papa en la boca mirando igual a través del espejo.

-- ¿Cómo? -- titubeó confundido.

-- A Sumire -- acompletó Inojin y el se quedo callado.

"¿Incluso lo piesas?" Sarada apretó sus puños intentando contencerse.

-- Me gusta.

Sarada sintió su corazón oprimirse y Chou lo miró boquiabierta al igual que los demás.

-- Te gusta...-- dijo Mitsuki insitándolo a continuar.

-- Sí, es una chica linda, agradable, educada, sabe cocinar, tiene clase y buenos gustos...

Todos prestaban atención y Sara negando en su interior a seguir escuchando, apretó la manija del auto para salir disparada a penas se detenga.

-- Como una que cualquier hombre desearía -- acompletó -- pero...yo no. Me gusta así como el jugo de uva, es agradable y soportable, pero no la amo como al de naranja que a pesar de que lleve años bebiéndolo siempre me encantará y será como si fuese la primera vez que lo haya probado.

Mitsuki sonrió mientras buscaba un lugar para estacionarse "¿Satisfecha?" Pensó en al ver a Sarada quien lo miraba sorprendida y con ternura al misml tiempo.

-- Prefieres lo diferente -- Shikadai lo miro y el asitió mientras Inojin con una mano en la barbilla pensaba.

-- Entonces -- movió las manos haciendo ademanes -- Sarada...es el jugo de naranja salvaje -- lo miró y estalló a carcajadas al ver la expresión de su amigo la cual empeoró al escuchar a los demás unirse.

-- ¿Salvaje, por qué? -- preguntó histérico.

-- ¿Cómo qué porqué? Es la mujer más salvaje que he conocido en mi vida -- rió -- ¿Qué no la conoces bien? Tu quieres una mujer que te pegue.

-- Claro que... -- se calló al no saber que responder lo cual aumentó las risas.

Inojin sonrió con picardía y Boruto alqueó la ceja esperando que babosada diría ahora -- Me pregunto si es salvaje en todos los ámbitos.

El rubio lo meditó por unos momentos con una mirada confusa mientras los demás ya habían entendido. Shikadai abrió la puerta de prisa al ver la cara de indignación de su amigo.

-- ¡Estas muerto! -- exclamó tirándose contra el, el otro rubio rió divertido, pero su sonrisa se esfumó al no sentir a su amigo detrás de el como apoyo, en su lugar sintió el suelo helado y un gran golpe en su cabeza.

-- Eres un bruto ¡suéltame! -- gritó intentándo liberarse mientras que los demás  veían la escena divertidos.

Sarada bajó del auto divertida por la escena y algo avergonzada, pero su cara cambio de repente y se plantó mirándo a su amiga la cual miró hacia donde ella y jaló a Mitsuki el cual siguió sus movimientos, no tardó nada y el Nara hizo lo mismo.

-- Par de idiotas -- susurró, pero ellos seguían  revolcándose en el suelo.

Ambos se quedaron quietos al escuchar a alguien carraspear la garganta, todo se quedó en silencio e Inojin conectó sus ojos asustados con el. Ambos rubios tragaron grueso y miraron hacía arriba.

"No...puede...ser" pensaron al mismo tiempo al tener a Uchiha Madara frente a ellos.

-- ¡Son unos estúpidos! -- gritó Konohamaru al verlos sentados mirando el suelo -- Vaya impresión se llevó el grandísimo Madara al ver a mi alumno entrella de esa manera.

-- Tienes suerte de no ser el numero 1 de nuestro equipo Inojin -- dijo Chou y el suspiró.

-- ¡Como sea! -- Konohamaru se frotó la cien -- vayan de una vez a formarse que ustedes siguen.

Asintieron y minutos después Shikadai estaba frente a ese hombre intimidante. El leía el historial del chico y lo observaba: lucía cansada y sin ganas de moverse un milímetro más.

-- Sirves para la fuerza terestre,  -- lo miró sin retractarse y el maldijo al lo bajo, quería la fuerza marítmica -- pero tienes una capacidad analítica impresionante y no puede dejar ese cerebro en un campo de batalla en donde lo pueden desplomar en cualquier momento.

Dejó los papeles en el escritorió y lo celló y para mirarlo -- Fuerza marítmica. Quiero las mejores estratejias para cordinar los subamarinos y atacar desde abajo.

Juntó los papeles y se los entregó -- Aquí esta lo demás ¡El siguiente!

Al salir miró a sus demás compañeros y estos se levantaron de sus lugares.

-- Dime que moriremos juntos -- exclamó Inojin y el rió.

-- ¡Ya ahorré para tres porciones de papas eh!

El alzó su hoja y sí -- Fuerza marítmica.

Boruto lo miraba nervioso, a pesar de estar agotado, mantenía su postura recta. Podía sentir el sudor decender por su cuerpo a causa de la hora entera de demostraciones.

Madara miraba las hojas, el chico era bueno, pero en todo lo que demostró le faltaba algo. Sabía disparar, pero la faltaba agilidad, podían arrebatarle al arma, era bueno disparando, pero no a corta distancia.
Sabía saltar obstáculos y tenía rápidez al igual que fuerza, pero ante mucha presión podía ver que se hayaba perdido, el estar rodeado de varios chicos intentándo demostrar sus capacidades no era lo mismo que estar rodeado de soldados que tiraban a matar, sin duda alguna no pertenecía a la Fuerza terrestre.

La fuerza marítmica...negó de inmediato, aprobó el examen de conocimiento acerca de las armas y del manejo de un submaríno o tanques, pero no fueron notas perfectas como para estar ahí. La fuerza marítimica la dejaba más para los estrategas y así transmitir señales mediante radares para darle ventaja a la fuerza terrestre y aérea.
Pensando en lo último miró su otro examen, había responido tres, uni de cada área, dos había aprobado con notas regulares, pero el último podía jurar que era la nota más alta que había visto hasta ahora, repasó sus demás resultados. Disparo a larga distancia, puntería excelente y el mejor manejo de avionetas.

Estaba decidido, acentó el sello contra la hoja y se lo extendió -- ¡Siguiente!

Sarada y Mitsuki se miraban entre sí, ellos estaban frente a Hashirama y a diferencía de Madara el lucía más tranquilo y pues tenía sus motivos, el hacía rápido su trabajo al punto que los pasaba de dos en dos y en su lugar el Uchiha tardaba más ya que era uno por uno al tener que decidir sobre la vida de los alumnos tachados como más problemáticos. El rubio no tenía un buen historial por sus faltas, pero aún así era excelente. Sin embargo, a Madara no le importó al ver tremenda escenita al llegar.

-- Fuerza terrestre -- les extendió sus papeles hacen un buen trabajo en equipo chicos.

-- ¿Todo el equipo será en esta fuerza?

El castañó miró a Mitsuki ante su pregunta -- no lo sé, esto no se hace por equipos, si no por capacidades.

Los ojos de Sarada miraban la lista de nombres en cada sección, su amiga se podría decir que estaba feliz ya que a su equipo le tocó la fuerza marítmica, pero el de ella fue divido.
Mitsuki estaba en la fuerza terrestre junto a ella, pero por más que intentó hallar el nombre de su adorado rubio, no estaba y por si aún fuera poco, no lo había visto ¿se había ido ya? Los resultados oficiales a penas salían.

-- Aquí esta -- susurró al verlo, su mirada subió para ver la columna en la que estaba, sus ojos mostraron terror al secordar lo que si teniente les había dicho -- Fuerza aérea...

Dió unos pasos hacía atrás y miró a Mitsuki el cual expresaba lo mismo, pero sin menos intencidad: Miedo.

Estaba completamente segura de que se había marchado ya que no lo encontraba por ningún lado. Le había dicho a Chou que se adelante, ella se iría después. Quería pensar y ordenar su cabeza que ahora era un desastre. La preocupación no la dejaba en paz, pateó lo que estaba a su alcance, recordó lo sucedido con Sumird, se senría tan hérida y traicionada, lo peor de todo es que Boruto la veía como un pan de dios. No podía solo aparecer en su casa y decirle sus sospechas, no podía humillarla solo así porque a pesar de todo aún la quería.

Frustrada más de la cuenta haló de la mata de cabellos castaños que traía encima, dio un pequeño gritito de frustración y aporreó las botas contra el suelo, tenía casi veintiuno y se encontraba a mitad de un campo de entrenamiento desolado haciendo una rabieta frente a ¿¡Madara!?

Sus ojos se abrieron como platos y retrocedió tambaleandose en el acto.

-- ¿Tu padre lo sabe? -- preguntó el pelinegro de cabellos largos. Su voz gruesa la estremeció y negó. Se sentía pésima, había sido descubierta de la peor manera, apretó la peluca entre sus manos y lo miró con determinación.

-- No le rogaré por su silencio porque si incluso lo dice yo seguiré, ser militar es mi vocación y no pienso desistir -- habló con seriedad y el sonrió.

-- Sin duda alguna eres una Uchiha -- susurró Madara con una sonrisa de lado -- dime al menos que te tocó en la fuerza terrestre.

Ella sonrió ladinamente y asintió.

-- Se que soy tu ejemplo a seguir, pero no creí que te lo tomaras ta en serio.

Sara rió -- realmente lo decidí por mi y después me di cuenta de las concidencias.

-- Las concidencias no existen, princesa -- la miró y tocó su baebilla haciendo una mueca -- ¿Una princesa militar?

-- De princesa no tengo nada.

-- Desde tu punto de vista -- se cruzó de brazos adoptando su pose normal y ella lo miró confusa -- ¿Así me piensas saludar?

Sarada sonrió abiertamente, frente a otras personas jamás hubiese dicho aquello, sin pensarlo más se lanzó a sus brazos y los inumerables recuerdos de cuando era pequeña la inundaron al sentir la calidez de ese cuerpo, podía sentirse amada. Siempre se sintió así ante su demás familia, pero eran tan orgullosos para aceptarlos.

-- Será mejor que te cambies, antes de que alguien venga.

Ella asintió y paró en seco al recordar que su mochila la tenía Chou quien de seguro estaba ya en casa de Mitsuki pensando "Oh no, Sarada me matará" y asi iba a ser.

-- En mi maletín te traje un regalo -- lo señaló y ella se bofeteó internamente al no darse cuenta antes de ese maletín, Madara estaba en ese campo desde antes y solo salió en lo que ella entró a hacer su berrinche. Con algo de pena se acercó y antes de abrirlo lo miró.

-- ¿Un vestido?

Se escogió de hombros -- La próxima vez te traeré un revolver -- alzó la mano como promesa y ella rió mientras tomaba el maletín para perderse en el baño.

No le agradaban los vestidos, pero quedó maravillada al ver ese sencillo conjunto, era rojo vino, tenía un escote cuadrado, mangas a tres cuartos y de seda. El largo hasta las rodillas le pareció sospechoso, quizá creyó que no iba a crecer tanto y le quedaba pequeño en ese ambito, pero en lo demás perfecto.
Se miró al espejo y sonrió cuando le llegó la imagen de ese vestido en versión mini, el mismo que usó para su cumpleaños numero cinco en el que el asistió y le regaló, recordo que su abuela se enojó porque rechazó el carísimo vestido rosa con capas de tela y tul de sobra, pero es que ella prefería algo sencillo.

Se colocó las zapatillas de un tacón ligero y salió sabiendo que el unico que estaría afuera sería su tío abuelo.

-- Perecta.

Ella sonrió mostrando sus relucientes dientes; se sintió apenada al pasar los inmensos pasillos con su brazo entre el de su abuelo.

-- ¿Le piensas decir a tu padre?

Ella lo pensó -- Supongo, pero aún no.

-- La guerra esta cerca, querida. Tienes que darte prisa.

Asintió y recordo la guerra, esa palabra le aterró y no por el hecho de que podía morir, si no de que el amor de su existencía podía morir, el solo imaginarlo le picaba los ojos, negó y tomó una bocanada de aire.

-- ¿Qué necesitas? -- se sobresaltó ante su voz y lo miró.

-- Era un favor, pero se sumó uno más. Quiero que cambié de área a Uzumaki Boruto.

El la miró expectante y luego al frente soltó u suspiro -- me temo que no puedo hacerlo.

Ella enarcó una ceja -- ¿Por qué?

-- Si lo cambio morirá, no tiene la capacidad para sobrevivir ante lo demás. Sobre todo estaría quitándole el mejor militar a la fuerza áerea, estaría hundiendo su nave al hacerlo, esta seleccionado como teniente de esa área.

Ella se sorprendió ¿¡Teniente!? Quizo sonreir con orgullo, pero la preocupación le ganó.

-- Entonces espero si puedas cumplir lo siguiente...

Boruto dio una bocanada de aire y justo cuando estaba por llegar a la esquina de su departamento, dobló.

Minutos después se estacionó frente a un lugar iluminado con nitidez. En otra ocasión hubiese ido a un bar, pero esa vez solo quería tomar algo relajante para ir a casa de sus padres y explicarles la situación de la posible guerra. Supuso que su madre estaba enterarla y quería aclararle varias cosas antes de que se enterara de otras que no lo eran.

Acercó la taza de café para aspirar el aroma amargo con una pizca de dulce, tras respirar, una ligera capa de vapor se escapo de la taza y al juntar sus labios con el borde del barroco, una sensación de cálidez lo inundò. El líquido caliente se deslizo por su garganta y al tragar suspiro exhalando una ligera nubecita mientras dejaba su taza en su lugar.

-- Boruto.

Abrió los ojos asustado y miró al hombre que topaba su hombro.

-- ¿Señor Sasuke? -- se sorprendió. El negó cuando vió que estaba por levantarse.

-- ¿Te importa? -- preguntó y el meneó la cabeza en señal de si -- Te noto muy tenso ¿acaso es por los rumores?

El parpadeó confundido y luego asintió, estaba algo extrañado de que el lo saludara, con lo ultimo que pasó creyó que lo odiaría.
Llevó la taza de nuevo a sus labios y ante el vapor que salía, le llamó la curiosidad el libro de pasta azulada que el traía, tenía un título, pero no lo podía divisar bien. Sasuke se encontraba topando los dedos repetidmente en aquella pasta, como si estuviese ansioso y ¿cómo no estarlo? Sentía que traicionaba a su hija, traicionó...al haberle dado una copia y no su libro original...

-- Tenemos que hablar.







《PROXIMO CAPÍTULO》

El chico de cabellos dorados.

-- Mi arrepiento tanto de no haber saltado ese estúpido muro -- su susurro casi audible lleno de dolor se perdió en la brisa.

-- Eso hubiese sido una locura -- rió -- sin duda alguna te pareces a tu padre en todo sentido.

El arqueó una ceja confundido -- ¿Qué tiene que ver mi padre?

El se encogió de hombros -- ¿Sabías qué cuando yo estaba en el instituto el muro medía solo cinco metros?

Boruto casi escupe su café -- ¡¿Cinco?! ¿por qué le agregaron diez?

-- Porque un idiota se strevió a saltar el muro.

El hizo una mueca frustrado -- Pude a ver saltado ese muro fácilmente ¿Quién fue el estúpido?

El pelinegró rió ladinamente y después de beber de su café, clavó su mirada obscura en el -- Tu padre.

〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰

-- Tenemos que adelantar el compromiso antes de que ese rumor se haga real -- Dijo el señor Kakei ciertsmente nervioso.

-- Será después. -- habló Boruto -- No tengo ni tiempo para dormir ¿cree qué lo tendré para casarme?

-- Puede ser algo sencillo.

-- El gobierno no me dió fecha límite.

El se frotó la cien -- ¿Estas consiente de qué puedes morir y no volver?

-- Si.

Ya exasperado lo fulminó con la mirada -- ¡Mi hija esta esperando un hijo tuyo!

La familia Uzumaki se quedó atónita y Boruto recordó la charla de Sasuke.

-- Bien. Como ya había dicho, cuando vuelva se realizarán las cosas -- lo miró -- pero cuando regrese quiero ver la prueba de paternidad en sus manos.








Nota:

Faltan pocos capítulos >w< en verdad estoy pensando seriamente si finalizarla, si en verdad es exigida una continuación, lo que haré es agregar capítulos ¿va? Pero mientras haber que nos espera.

Lamento haber actualizado tarde... yo soy de hacerlo seguido com esta historia, pero yo estudio de turno vespertino, para ser exactos de 12 a 7 pm :'v y en la mañana trabajo por lo que solo me quedan unas horas en las noches para hacer mis deberes y los fucking maestros el primer día me dieron fecha de entrega de proyectos y parciales 😣😥 y hasta hoy tuve tiempo de escribir, de hecho debí subir el capítulo hace tres horas, pero me quedé dormida mientras escribía 😂.

Seguiré durmiendo 😪 tengan linda noche y pronto actualizaré, gracias por su espera 🤗


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