La avioneta de papá
El pequeño rubio bajó de un salto el auto y miró a su al rededor. El lugar tenía más edificaciones que su hogar, había mucho más gente por las calles y se sentía más pequeño.
Miró hacía arriba al sentir la mano de su madre tomar la suya para cruzar la carretera.
--- Mamá --- susurro aferrándose más a ella.
--- ¿Qué pasa?
--- Dijo que iríamos a ver a papá. --- la miró con el ceño fruncido y ella sonrió con ternura.
--- Lo haremos.
Intentó pensar la razón a lo que dijo, ahí es donde íban, entonces lo observó detenidamente. Lucía asustado y algo paranóico por tantas personas a su al rededor, él solo estaba acostumbrado a ver el campo y una que otra personas.
Por un momento se cuestionó si hizo lo correcto al alejarlo de las ciudades.
Lo hizo por varias razones, una de ellas era que recordó una conversación con Boruto de hace años atrás cuando el la arroyó aquella madrugada, después de ir a almorzar él le había confesado que a pesar de ser un millonario, preferiría mil veces vivir en un área tranquila, con paz y sin las edificaciones que arruinaban el paisaje, quería que su pequeño creciera con ese ideal y lo logró, se adaptó de inmediato a la zona tranquila en donde compró una casa, y claramente se veía que no le agradaba para nada la ciudad.
--- Mamá... --- dijo dándole leves jalones a su falda para que miráse hacia abajo.
--- Ya vamos --- suspiró y luego sonrió mientras se agachaba a su altura para acomodar el cuello de su camiseta --- primero, tenemos que cambiar las flores.
--- ¿Igual verémos al tío Inojin?
Ella asintió y se levantó para abrir la puerta de la florería, aquella florería..
Aspiró el delicioso aroma a flores mientras su tacón retumbaba en el piso de madera recién pulido.
Boruto se soltó de su mano y en seguida corrió a la vitrina en donde estaba la foto del adorado casi hermano de su madre.
Lo difícil fue tener que asimilar dos pérdidas.
--- ¡Sara!
Aquella niña de cabellos cortos miró hacia el rubio que la llamaba.
--- ¡Mira! --- dijo con una sonrisa, mostrándole un bello girasol. Ella iba a tomarlo, pero el se alejó --- No es para ti --- estallo a carcajadas dejando de pésimo humor a la pelinegra.
--- ¡Inojin! --- masculló enfadada.
El se perdió detrás del mostrador de su madre y luego regresó con las manos escondidas en la espalda.
--- ¡Los girasoles te quedan horribles, Sara¡ tú no eres tan alegres como uno--- rió al ver la cara indignada de su amiga. --- Lo tuyo son los tulipanes.
Los ojos negros de Sarada miraron ese pequeño, pero bello tulipan rojo.
--- Un tulipan rojo... --- susurro.
--- ¿No te gusta? --- hizo una mueca y pegó la flor en su mejilla --- pero te queda bien. Tú tienes mal gusto, yo soy profesional en esto.
--- ¡Nunca dije que no me gustara, tonto!
Volvio a la realidad mientras tocaba aquel tulipan, sonrió enternecida recordando que en cada cumpleaños le regalaba un ramo de esa bella flor, cada año aumentaba uno. Su último ramo fue de veintiun tulipanes...
--- ¡Sarada!
Giro sobre sus talones al escuchar su nombre ya antes de reaccionar ya que tenía a la madre de Inojin tomándola en brazos.
--- ¡Cuanto tiempo! --- la miro de pies a cabeza y acaricio su cabello ahora corto --- cada año quedas más bella.
Ella rió nerviosa --- gracias, señora Ino usted no se queda atrás, cada vez la veo más joven.
--- No exageres querida --- tocó su rostro ruborizada por el comentario.
Sus ojos azules se abrieron con sorpresa al ver esa cabellera rubia pasearse por la entrada.
--- ¡Boruto! --- dijo abrazándolo de sorpresa, el niño la miró asustado, pero la reconoció.
--- Buenos días, señorita Ino --- Dijo con una sonrisa.
--- ¿Señorita? --- rió enternecida --- Que niño tan lindo --- apretó sus mejillas --- ¿Quiéres un dulce, cariño?
El negó. --- Quiero flores para llevarle al tío Inojin y a papá.
A Ino se le encogió el corazón y tomó su mano para dirigirlo al mostrador.
--- ¿Qué flores quieres para tu papá?
El lo pensó por un momento y después de mirar a su madre y recibir un asentimiento, habló: --- Las amarillas.
--- ¿Amarillas?
--- Girasoles --- corrigió Sarada --- le cuesta trabajo decirlo.
Ino rió al ver la mirada confusa del niño y luego juntó de sus mejores girasoles en un papel para dejarlo como un ramo y entregárselo. Ella negó de inmediato al ver que Sarada sacaba efectivo.
--- No me haga esto, señora Ino. --- suspiró, no le agradaba la idea de no pagar.
--- Hace tiempo que no voy, igual son de mi parte --- sonrió.
Sarada lo pensó por un momento y cargó a su hijo ganándose una mirada incómoda de él. Después de descubrir que podía correr, no le agradaba para nada que lo carguen, quería caminar el mismo.
--- Tenga linda tarde. --- le sonrió y en un rápido movimiento dejó el dinero en el mostrador y salió corriendo del lugar --- ¡La quiero!
--- ¡Sarada! --- se puso en jarras divertida --- esta niña, no ha cambiado nada, Inojin.
Para ella era deprimente ir a ese lugar que a diferencia de su hijo el cual se paseaba por la lápidas buscando impaciente las letras del nombre de su padre. Era algo confuso para un niño ya que todas eran iguales. Cuando era el atardecer, el sol pegaba sobre las cientas de lápidas blancas, todas pertenecientes a las guerras.
--- ¿Es esta? --- preguntó apuntándo una.
--- Sí.
Aún era difícil ver su nombre escrito ahí. Se puso en cuclillas para acomodar las flores, sonrió al notar que las que tenía eran recientes, sin duda alguna nunca se sentiría solo.
--- Mamá --- dijo llamando su atención, ella lo miró esperando que continuara--- ¿Papá era fuerte?
Ella se desconcertó, casi siempre se lo preguntaba --- Si, era muy fuerte y valiente --- se sentó y tomó su pequeña mano --- él dirigió la fuerza aérea, no cualquiera lo hace.
--- El abuelo Madara dijo que papá era miedoso.
Sara estalló a carcajadas --- Digamos que el abuelo tenía cierta rivalidad con tu padre por varias cosas, pero te aseguro que él igual lo extraña mucho. --- sonrió acariciándo sus cabellos.
Era correcto decirle la verdad ¿para qué mentirle? Boruto murió en la guerra, dió su vida por muchas, fue gracias a él que ganaron esa victoria. Le encantaba ver que su hijo lo veía como su héroe, como realmente fue.
Se frotó sus manos cubiertas con esa delgada tela café que estaba acostumbrada a usar, nerviosa, decidió tocar el timbre de quella puerta de madera que hace años no visitaba, recordó que la última vez que vino, fué con su pequeño de dos años. Se sintió mal por no visitarlos ni decirles donde estaban por tanto tiempo, pero quería pensar y empezar de nuevo con su hijo. Solo rogó por que los padres de su amado lo entendieran, tenían derecho a ver a su nieto, pero ella era su madre y decidía sobre el, a pesar de todo no se arrepentía de la desición que tomó.
La puerta se abrió dejando ver a una morena con los ojos bien abiertos.
--- Chou... --- interrumpida. Se quedó quieta al sentir sus brazos rodearla y seguidamente sus gimoteos --- Oye... Chou... --- sonrió devolviéndole el abrazo.
--- ¡Sarada...! --- sus ojos eran mares de lágrimas y se podría decir que se volvió un tsunami al ver al pequeño rubio mirárla con extranez --- el...
--- Sí --- respondió al ver la mirada confusa de su amiga.
--- Buenad tardes...--- susurró confundido y aún más cuando lo cargó.
--- ¿Puedo? --- miró a Sara impaciente y ella asintió con una sonrisa.
Miró como Chou con su hijo en brazos abrió la puerta de la sala llamándo la atencion de todos.
--- ¡Miren que bello regalo!
Al instante se escucharon pequeños gritillo y sillas corriéndose al instante para levantarse. Ella caminaba tranquilamente hacia la sala, pero se sorprendió al ver una pelirosa frente a ella.
--- ¡Mi niña! --- dijo Sakura envolviéndola en sus brazos --- Te extrañé tanto, mírate cariño.
--- Yo a ti, mamá --- la abrazó y se adentró al pasillo y miró a su hijo quien estaba escondido detrás de ella ¿en qué momento llegó ahí? --- ¿Qué pasa? --- le preguntó y el la miró con sus pequeñas cejas rubias fruncidas.
La risa de Sara sorprendió a todos los presentes: Su familia y la de Boruto. La última vez que la vieron parecía una muerta en vida y ahora reía, pero ¿cómo no reir? Se agachó a la altura de su hijo y le limpió las marcas de besos de labial que tenía en las mejillas, divertida por su expresión.
--- Hola --- sonrió tomándo su mano y nuevamente sintió varios brazos rodearla, por un momento creyó que la odiarían.
--- No sabes cuanto te extrañamos --- le sonrio Hinata.
--- ¿Por qué no nos dijiste dónde estabas? --- reprochó Hima con los ojos aguados.
--- Lo lamento, tenía que pensar varias cosas.
--- Bueno ¿ahora si nos dirás? --- se volteó y miró al niño --- ¡porque iré semanal a visitar a sobrino!
Intentó abrazarlo, pero el retrocedió y casi brinca del susto al ver a Kushina atrás de el, nuevamente reteocedió y se detuvo al chocar con alguien, se volteó y miro hacia arriba intentándo recordar a ese hombre alto y rubio.
--- Lo están asustando -- rio Naruto mientrás revolvía sus cabellos --- ¿Cómo estas?
--- Bien. --- contestó
--- Es tu abuelo --- Dijo Sara al ver que le dificultaba reconocerlo, pero era normal en un niño de su edad.
--- Me haces sentir viejo --- rio nervioso.
--- Lo estás --- corrigió Sasuke divertido.
--- Tú igual, Sasuke.
--- ¿Te quedarás? --- preguntó Hinata y ella lo pensó.
--- ¡Claro que lo hará! --- dijo Himawari apareciéndo de la nada entre ellas --- ¿verdad?
La Uchiha solo pudo reir.
Cuando menos se dio cuenta, la tarde ya se asomaba por las ventanas y su pequeño ya se había adaptado al lugar, sonrió al verlo entre los hombres que veían el televisor.
--- Creció bastante --- comentó Sakura y ella asintió.
--- Tu igual, Sarada --- habló Mikoto tomándo su rostro en sus manos --- Ya eres toda una mujer ¡mirate!
--- ¿Cómo le haces pata conservar esa figura? --- preguntó Himawari y ella rió.
--- Es bueno escuchar tu risa de nuevo.
Comentó la morena ganándose asentimientos de las demás, ella solo se encogió de hombros apenada. Se avergonzaba de su caracter años atrás, donde maldecía a todos por no dejarla suicidarse e ir con su amado, ahora comprendía todo.
Kushina miró como su adorado bisnieto miraba sin pestañear las avionetas del televisor, era un documental y parecía muy interesado para un niño de su edad.
--- ¿Te gustan?
El la miró.
--- Las avionetas --- sonrió y el titubeó sin saber que responder. Sus abuelos miraron la escena interesados cuando el asintió.
Entonces la pelirosa se levantó del sofá y en cuestión de segundos volvio con las manos escondidas atrás.
--- ¡Ta dan...! --- exclamó mostrándole una, pero de madera con detalles bien remarcados. Él la miró claramente interesado, pero luego retrocedió --- ¿No te gusta?
El parpadeó y miró hacia donde su madre conversaba animadamente.
--- Sí, pero a mamá no le gustan.
Sasuke y Naruto entendieron de inmediato a qué se refería y miraron a Kushina quien sonreía tiernamente.
--- Era de tu papá, lo hizo cuando tenía once años, yo igual lo ayudé obviamente ¡por eso luce tan cool!
La Uzumaki siguió hablando y no se percató que incluso las mujeres se habían callado para escucharla.
--- A él le gustaban mucho, le dije que un barco sería más fácil de hacer ya que tenía que tallarlo en madera, pero el me dijo: ¡Yo quiero una avioneta abuela! --- rió recordando aquel día --- Y yo le dije: no te saldrá, y si lo intentas te llevaría muchos días. ¿sabes que hizo al final?
--- ¿Qué? --- preguntó curioso.
--- Se desveló una semana entera para acabarlo --- rió negando --- lo acabo y me sorprendí por ello, pero cuando me lo mostró --- aguantó la risa mientras las emociones salían al borde --- sus manos...estaban llenas de curitas --- rió sintiéndo sus ojos inundarse --- pero estaba feliz por haber hecho su avioneta...
--- ¿Ha papá le gustaban mucho?
--- ¡Le encantaban! --- revolvió sus cabellos y se acercó a su oído para susurrarle: --- Quédatela, de tu mamá me encargo yo --- se alejó guiñándole el ojo.
El la tomó y se la mostró a Naruto, el rubio ya de por si estaba afectado, perdió a su adorado hijo y sintio culpa por no haberlos dejar luchar por su relación antes, sintió culpa por no estar con él, y ahora que veía a su hijo...los sentimientos explotaban.
Eran tan identicos.
Y el que el pequeñe le esté mostrando esa avioneta que una vez él le mostró, su corazón se encongió: era la misma sonrisa.
--- ¡Oye viejo, mira!
Su voz, su mirada, su sonrisa.
--- ¡Abuelo, mira!
Sus labios se torcieron en un puchero y no pudo evitar abrazarlo a pesar de que su adorado nieto se resistía.
--- ¿Quiéres lanzarlo? --- preguntó animado.
--- ¿¡Vuela!?
--- ¡Claro que si! --- lo tomó y empezó a hacer sonidos similares a las de una avioneta --- ¡vamos a atacar al malhumorado abuelo Sasuke! ¡Piu¡
--- ¡Oye, tonto! --- se quejó el Uchiha.
--- ¡Cállate teme, se esta riedo! --- dijo divertido mientras veía a su amigo rodar los ojos.
--- Espero que dejes que lo conserve --- dijo Kushina sentandose a lado de Sara.
Ella solo suspiró --- Creo que es más hijo suyo que mío --- comentó divertida --- no solo se parecen en el ámbito físico.
--- Lo de los abrazos te lo creo ¿verdad Hinata? Nunca le gustó que lo abracen.
--- O que le den besos --- rió divertida.
--- ¡Sarada! Tengo que contarte muchas cosas --- Dijo Chou emocionada.
--- ¿De qué me perdí?
--- De qué no te perdiste, sería la pregunta --- dijo Sakura dando inicio así a una tarde que parecía interminable.
No tardó mucho en aparecer la noche y los Uzumaki sacaron todas sus vajillas para servir, por primera vez después de esa trágica noticia, podían sentirse en familia. Boruto hacia falta y su lugar siempre quedaba recervado en la mesa. Llegó un tiempo en donde dejaron de usar la mesa porque querian evitar su recuerdo y caer de nuevo, pero con aquella luz que corría con esa avioneta, lograba llenar aquel vacío que habia en esa familia.
--- ¡Jugo de naranja para ti! --- dijo Kushina sirviéndole al pequeño, pero este hizo una mueca de desagrado sorprendiéndola --- ¿no te gusta el sabor?
Era el favorito de Boruto.
--- Si, pero... --- susurro mirándolo y luego buscó a su madre.
--- Boruto --- lo llamó y él fue sonriendo al ver que sacaba su mochila. --- Aquí esta.
El regresó de inmediato y tomó su lugar frente a las miradas expectantes.
--- Aquí --- dijo colocándo un vaso en la mesa, diciéndole así a su bisabuela que ahi le sirva.
Las mujeres Uzumaki lo notaron de inmediato y no pudieron evitar recordarlo.
-- ¿Por qué tan irritado? -- preguntó Kushina y el la fulminó con la mirada-- ¡¿Qué forma es esa de saludar a tu abuela?!
-- Esta deprimido porque perdió su vaso -- río Himawari.
-- ¿No lo encontraste? -- preguntó su madre y el negó mientras retenía un puchero.
-- ¡Vas a cumplir veintiuno! -- dijo Kushina negando con gracia -- ¿Aún conservas ese vaso? -- estalló a carcajadas y el rodó los ojos.
Las manos de la pelirosa temblaron mientras servía el jugo, ese vaso con fondo azul...miró a su bisnieto quien esperaba ansioso la bebida ahí y su vista se nubló al recordarlo a él de la misma manera.
--- ¿Abuela?
--- ¿Qué pasa, cariño?
--- ¿Por qué lloras? --- preguntó preocupado --- si quiere tomo en el que me dio.
Kushina rió --- ¿llorar? Pff es... es sudor, hay calor.
--- Pero yo nunca he sudado por los ojos.
--- ¡Mi niño! --- dejo de un lado el jugo y lo abrazó, lo apapachó y el con una mueca aceptó el abrazo.
La cena transcurrió tranquila y cálida, la mayoría sentía ese hueco vacío ahora lleno, ese pequeño sin duda lo era todo para ambas familias.
--- ¿Mañana lo puedo llevar a presumir con Shikadai y Mitsuki?
Sarada frunció las cejas fingiendo molestia --- ¿presumir?
--- ¡Pues claro! Mi sobrino es tan lindo...
Sara río, a pesar de lo bien que se sentía, aún había un vacío en su corazón. No podía evitar pensar, que sería si el estuviese aquí, él le enseñaría a volar esa avioneta, él estarí con su hijo...
El timbre sonó y la desperto del trance.
--- ¡Yo voy! --- habló la Akimichi y a penas fue, regresó algo nerviosa y habló por susurros a Himawari.
Ella se levantó extrañada y Sarada se dio la vuelta para ir con su hijo, pero al hacerlo, se topó con quien menos creía llegar a ver.
Sumire.
Abrió en par los ojos sorprendida al verla, ambas estaban atónitas al verse. Sarada buscó de reojo a su hijo: no debia verlo.
--- Mamá...
Se quedó quieta al sentir los jalones en su falda y como lo imaginó: Sumire estaba en total estado de shock.
Sarada chasqueó la lengua y con delicadeza lo hizo a un lado detrás de ella para ocultarlo con su falda, pero ya era tarde.
Ya lo había visto.
《Próximo capítulo》
Te encontraré.
Espero les haya gustado 🤗 lamento si quedó aburrido :( quería hacerlo sentimental y que se note la falta de la ausencia de nuestro adorado rubio 😭
Si en verdad les gusta esta historia, les ruego que no la dejen por la muerte de Boruto. En verdad se perderan de lo bueno si se van ahora 😥
Sin más me despido, tengan linda tarde chic@s gracias por su apoyo🤗😉
Pd: en la imágen que dejé, imaginen que es una avioneta en lugar de un peluchito XD
Ensalada fuera xdxdxd
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