El chico de cabellos dorados.

Miraba su taza de café en la mesa, se enfríaba, pero no era capaz de levantarla. Sabía que si lo hacía la mano le temblaría, estaba más que nervioso y como no estarlo, el Uchiha lo miraba con esos ojos obscuros sin parpadear, sin duda alguna esa era la mirada de Sarada cuando estaba enojada.

-- ¿De... qué quiere hablar? -- titubeó acomodándose la bufanda que traía.

-- Solo vine a traerte esto.

Deslizó el libro por la mesa y lo dejó frente a el, obviamente al revés. El rubio lo miró entre confuso y dudoso, desde que lo vió, ese libro le trajo curiosidad y no pasó por su cabeza que se lo vaya a dar.

-- Leelo cuando ya tengas una desición.

-- ¿Desición?

-- ¿Te casarás? -- preguntó directamente. Boruto se tensó ante la pregunta.

¿Lo haría? ¿Tenía opción?

-- No tengo opción -- rozó con sus dedos la pasta azul rey -- no hay forma de ir en contra del gobierno.

-- Si la hay -- suspiró y sorbió un trago de su bebida -- seré directo, los demás no te lo han dicho por tener sensibilidad, pero yo no la tengo cuando igual se trata de mi hija -- hizo enfasís en lo último y Boruto lo miró perplejo.

-- ¿Decir qué?

-- Eres un estúpido -- dejó su taza y clavó su mirada en el -- ¿acaso no vez que te quieren ver la cara? Eres un chico listo así que usa la lógica ¿Qué ganaría el gobierno aliando una de las mejores empresas con una que esta en bancarrota?

-- ¿Bancarrota? -- preguntó dubitativo.

-- ¿Qué no lo sabías? Los Kakei están en las ruinas ¿por qué crees que de la nada se postuló el compromiso? Su objetivo es tu herencia, como hijo primogénito te corresponde practicamente toda la herencia Uzumaki.

-- Pero...

-- Hace al rededor de un mes Sarada retiró una fuerte cifra del banco, tiene todo el derecho al hacerlo ya que es lo que le corresponde como hija legítima, pero ella no suele tocar parte de su herencia -- miró el reloj de su muñeca -- ella es muy orgullosa como para aceptar dinero. Por lo que le pregunté para que lo hizo y me respondió que le prestó dinero a una amiga.

Boruto parpadeó intentando comprender a donde quería llegar.

-- Sarada solo suele llamarle a tres personas amigas y justamente la familia de la señorita Kakei quedó en ruinas -- lo miró -- con la cifra que ella le dio es más que suficiente para comprar al gobierno y pedir un favor.

-- ¿Quiere decir qué...?

-- El compromiso no fue decidido por el gobierno, fue una desición comprada por lo que no es "imposible"

Boruto se quedó anonado por lo dicho, intentaba de alguna manera asimilar aquello que le resultaba lógico, pero imposible de creer ¿Sumire se prestó para ello? No era de alardear, pero podía ver claramente amor en su mirada, amor que no era correspondido. Incluso se llegó a cuestionar que quizá en un futuro hubiese funcionado su matrimonio.

El se la iba a pasar la mayor parte del tiempo, ocupado como un esposo normal tenía que trabajar para mantener a su mujer e hijos, Sumire por su lado siempre lo esperaría con un baño caliente y una deliciosa cena. Ella era amable y callada, hablaba solo cuando el lo hacía, era educada y muy sumisa, pero para su gusto de el ese era el problema. Esa relación hubiese sido sumamente aburrida.

En cambio imaginándose a Sarada como esposa era divertido ¿esperarlo con una cena deliciosa? Já, si como no. Ella le diría: ¿Por qué tengo que cocinarte? Hazlo tú que ya sabes hacerlo.
Esa mujer era indomable y estaba en duda si aunque sea sabía calentar agua, fue educada para ser una esposa, pero ella se fijó más en la vida laboral que la de una ama de casa, era normal por ser la heredera del imperio Uchiha, crecer rodeada de hombres que querían que sobresalga en todo, fue el indicio de su caracter frío y calcular, pero de igual manera sabía ser amable, mimar y romper en llanto como una mujer. Eso le encantaba, era una chica extravagante y peculiar.

¿esperarlo con un baño tibio? Ella lo arrastraría a la ducha a penas cruzara la puerta, sin duda alguna era una mujer apasional que lo entregaba todo sin pensarlo, prefería gozar del momento y asimilar las consecuencias de sus apasionados encuentros. Sin duda alguna la quería a ella, No, la necesitaba. Era un complemento para su vida.

-- Mi arrepiento tanto de no haber saltado ese estúpido muro -- su susurro casi audible lleno de dolor se perdió en la brisa.

Sasuke sonrió sutilmente al entender a lo que se refería. Con el diario de su hija y una que otras investigaciones le llevó a descubrir que el era el mocoso que no le apartaba la mirada a su princesa. Ese cabello dorado era único como describía Sarada, habían varios rubios, pero muy pocos en el lugar donde crecieron y los que si tenían esos rasgos, no eran peculiares como los de el. Eran rubios con mechones castaños o un tono amarillo pálido que no resultaba atractivo, si no apagado. En cambio el de el era vivo y llamativo así como inconfundible.

-- Eso hubiese sido una locura -- rió -- sin duda alguna te pareces a tu padre en todo sentido.

El arqueó una ceja confundido -- ¿Qué tiene que ver mi padre?

El se encogió de hombros -- ¿Sabías qué cuando yo estaba en el instituto el muro medía solo cinco metros?

Boruto lo asimiló por un momento, hablaba del instituto, era como si supiera de que hablaba y luego pasó como un flash en su memoria que el era el supervisor del colegio de chicas. ¡Era obvio que sabía de el! Sus nervios se fueron al terminar de entender lo que dijo ao final y  casi escupe su café -- ¡¿Cinco?! ¿por qué le agregaron diez?

Con cinco metros hubiese sido pan comido trepar ese muro y declararle a Sarada sus sentimientos, todo hubiese sido más fácil ¿por qué tremendo cambio?

-- Porque un idiota se atrevió a saltar el muro.

El hizo una mueca frustrado -- Pude a ver saltado ese muro fácilmente ¿Quién fue el estúpido?

El pelinegró rió ladinamente y después de beber de su café, clavó su mirada obscura en el -- Tu padre.

Esas dos palabras hicieron eco en su cabeza, no sabía como sentirse, aún no hablaba a su padre y seguía enojado con el por la última vez, sentía como si le hubiese arruinado la vida de algún modo.

-- En ese entonces el instituto no contaba con tantas habitaciones por lo que teníamos que compartir y me tocó en el mismo piso que el -- miró la nada consumiéndose por los recuerdos -- Era muy ruidoso e imperactivo, al menos heredaste cierto carácter de tu madre.

Boruto sonrió nervioso y perdió su mirada en lo poco del líquido café que quedaba.

-- Le dije que era una pésima idea, pero el nunca escucha. Se enamoró de tu madre por una ventana.

Levantó la vista ante lo dicho.

-- La ventana del cuarto piso conectaba directamente con la de las chicas.

Sus ojos azulados brillaron al recordar su piso.

-- Pero claro, tu madre era muy tímida y apegada a las reglas que lo ignoraba -- dijo lo último con gracia recordando los inútiles carteles o avioncitos de papel que el rubio usaba para llamar la atención -- Ese día fue muy loco. Al estúpido se le ocurrió la idea de saltar el muro a la media noche cuando la guardía bajaba.

Boruto se llevó uno de los caramelos de miel a la boca que el lugar le ofrecía por el clima, como un niño pequeño lo anolaba mirando al Uchiha expectante.

-- Aún no entiendo como me convenció para esa estúpidez -- rió a lo bajo -- por supuesto que era fácil de trepar, pero nadie tenía las agallas para hacerlo hasta que llegó él.

-- ¿Qué ocurrió cuando lo saltó?

-- ¿Por qué tendría que saberlo? Quizá fue ahí cuando fuiste concebido, yo qué voy a saber -- bebió su té y el Uzumaki hizo una mueca de asco e indignación a lo que el pelinegro rió.

-- Dijo que saltó con el -- desvió la mirada avergonzado.

-- Sí, pero ¿yo para qué querría ver como te hicieron tus padres?

-- ¿¡Entonces para qué saltó!? -- preguntó histérico para dejar de lado esos comentarios embarasozos.

-- ¿Saltar? -- se preguntó a sí mismo recordando el momento, que más bien fue un jalón que un salto, lo único que le agradecía al estúpido de su amigo es que por sus babosadas conoció al amor de su vida, por seguirlo fue secuestrado por cierta chica pelirosa que lo pilló en su balcón por equivocación -- las chicas tenían habitación propia y pues cuando fuí por tu padre caí en otra habitación -- se encogió de hombros.

Boruto lo miró confuso y luego entendió para sonreir. Hubiese deseado tener esas posibilidades, quizá si lo hubiese echo, Sarada ya sería su esposa ahora, ambos serían felices sin importar nada. Su sonrisa se apagó al recordar de nuevo aquel compromiso que lo ataba a él y no a su corazón.

-- Aunque quisiera hacerlo no puedo romper el compromiso, hice una estúpidez y ahora no puedo hacerlo.

Sasuke miró como la noche se extendía en el horizonte, ahora todo cobraba sentido, lo obvio y sus investigaciones. Sarada tenía razón. Sabía que con la llegada de Madara podría entender a su hija y tal como imaginó así fue. Ella le contó todo a su adorado tío abuelo, cada detalle como si fuese su mejor amiga.
Incluso el mismísimo Uchiha formó sus sospechas y por ello lo citó para hablar al respecto. En otra ocasión hubiesen ignorado el tema, pero tenía que ver con su adorada pequeña, Sara sufría y era su punto débil de tan indestructibles Uchiha.

El sabía de todas las pruebas que Sarada encontró, era una chica tan lista que ya había armado cada pieza en el rompecabezas de ese compromiso, ya sabía el porqué y cómo de lo sucedido, pero simplemente no lo podía aceptar por los sentimientos hacía su "amiga" por más Uchiha que fuera también era una Haruno y su corazón era sumamente cálido.

La única forma era que él lo entendiera. Sasuke lo miró.

-- ¿Sabes? Mi esposa no era de una familia reconocida por lo que negaban rotundamente que me case con ella.

-- ¿por el nível social?

Sasuke asintío.

-- Importa incluso ahora.

-- Entonces... ¿cómo...?

-- La embarazé.

Boruto se quedó perplejo por tremenda confesión, el pelinegro tenia la mirada dura y segura ¿por que le contaba aquello?

-- Es la única manera de casarse si no es permitido -- suspiró -- no le quedó otra opción al gobierno que aceptarlo y a pesar de que la sociedad decía que Sakura se embarazó con tal de quedarse con mi jugosa fortuna, no fue así. Lo hicimos porque era la unica forma de estar juntos.

-- Entiendo -- respondió dubitativo.

-- ¿Entiendes tu situación o te lo tengo que explicar con manzanas?

-- ¿Mi situación?

El Uchiha bufó ya impaciente -- seré directo.

-- Bien.

-- Esa chica quiere hacerte creer que está embarazada para quedarse con tu fortuna.

Boruto se quedó atónito -- Sumire es incapaz...

-- Pero su padre sí ¿por qué crees que quieren adelantar el compromiso? Con la guerra cerca lo más probable es que te quieran casar mañana.

Boruto recordó la insistencía de Sumire por que deje de ser militar.

--Mi padre dice que te iría mejor con las empresas...

Ahora todo cobraba sentido.

-- No aceptes casarte antes -- habló con voz gruesa el Uchiha causándole cierto escalofrío -- si te casas y mueres, ella quedará viuda y tu fortuna pasará a ella. Ese es el plan de su padre.

Boruto conducía recordando cada palabra de Sasuke, sentí que todo se armaba en su cabeza. Miró de reojo el libro en su asiento.


-- leelo cuando ya tengas una desición.

Apagó el motor del auto despuéa de estacionarse en frente de la casa de sus padres. En unos instantes ya se encontraba tocando la puerta de madera la cual no tardó en abrirse.

-- Boruto...

La voz de Naruto le heló la sangre un momento, lo observó con detenimiento y pensó: ¿debería seguir enojado? Ese hombre con la camisa arrugada y los primeros botones abiertos junto a esas ojeras demostraban lo que se esforzó durante años por mantener en pie a su familia.

Nunca le faltó nada, el sustento económico estaba de sobra en su familia y era gracias a los esfuerzos de ese hombre que llegaba a los cuarenta aunque pareciera de treinta, que tenía éxito.

¿Podra ser como él? Desvelarse con tal de ver a su familia en las mejores condiciones. Quería seguir siendo un niño y no tener que pensar en dl gran peso que llevará en su espalda al casarse.

-- ¿Puedo pasar?

Naruto sonrió mostrando sus relucientes dientes -- ¡Claro!

La mujer de la casa no tardó en asomarse al corredor al escuchar la voz de su marido con alegría.

-- ¡Boruto!

-- Hola, mamá.

No tardó en rodearla con sus brazos y la Uzumaki aceptó gustosa el abrazo de su hijo.

-- Te extrañe tanto -- dijo con lágrimas asomándose en sus ojos perla.

-- No es para tanto -- rió con ternura al ver a su madre así -- ¿me dejarón algo de comida?

-- Siempre tendrás tu parte en esta casa.

-- ¡Hermano! -- la ojiazul se le avalanzó encima ocasioando que se tambaliara.

-- Himawari -- sonrió y la pelinegra lo apartó y miró atrás de el pata luego hacer un puchero -- ¿Qué pasa?

-- Creí que de casualidad Sarada igual vino contigo.

-- No la he visto ultimamente -- avanzó hacia la sala para no fatigarse.

-- Esta muy ocupada.

-- ¿Llegó verdad? -- preguntó Hinata por el comentario de su hija.

-- ¡Si! Sarada no se le separa, ayer hablé con ella y me dijo que es muy genial y que salieron a cenar.

Eso crispó al Uzumaki quien frunció el ceño, Naruto lo notó al instante.

-- ¡Claro que es genial! -- gritó Kushina asustando a Boruto ¿de dónde salió? Se preguntó y luego se dio cuenta de su abuelo quien sonreía a la escena frente a ellos -- Sarada esta maravillada con el y no lo comparte. Yo quería saludarlo, pero ella es muy celosa -- dijo desanimada.

La paciencia de Boruto se agotó. ¿Sarada celosa? ¡...!

Se levantó del sofá y fue por una bebida, sacó su jugo favorito del refrigerador y chasqueó la lengua al recordar que había perdido su vaso.

-- ¿Por qué tan irritado? -- preguntó Kushina y el la fulminó con la mirada-- ¡¿Qué forma es esa de saludar a tu abuela?!

-- Esta deprimido porque perdió su vaso -- río Himawari.

-- ¿No lo encontraste? -- preguntó su madre y el negó mientras retenía un puchero.

-- ¡Vas a cumplir veinti uno! -- dijo Kushina negando con gracia -- ¿Aún conservas ese vaso? -- estalló a carcajadas y el rodó los ojos.

De un momento a otro la familia Uzumaki se encontraba cenando animadamente, la sopa caliente junto a la pasta le daban el toque cálido para la helada noche. Las copas emitieron un ruido ligero al chocar acompañado de varias sonrisas, hace bastante tiempo que no cenaba en familia y aquello le resultaba muy cálido y agradable, por alguna razón lo sentía como si fuese una despedida.

-- ¿Cómo te va? -- preguntó Naruto bebiendo de su copa de vino.

-- Ha sido cansado ultimamente.

-- Hijo, los rumores ¿son ciertos...?

El sabía que en cualquier momento le preguntarían, pero como decirle a su adorada madre que el país con mejores armas nucleares les declaró la guerra y solo era cuestíon de días para que comience.

-- Si -- contestó con la mirada perdida en el televisor.

-- ¿En qué fuerza estas? -- preguntó Kushina. El la miró de reojo ¿debía decirle la verdad? Su abuela estuvo en un colegio militar de Corea, ella se sabe de ida y vuelta el peligro por fuerza, sobretodo aún cuando se tratá de un posible bombardeo y bombas.

-- Fuerza marítmica.

Perdió de nuevo su vista en el televisor, si mirada esos ojos sabría que miente.

-- Boruto...

El timbre resonó en toda la casa, Hinata fue de inmediato y los desconcertó que el sonido fuese insistente.

-- Buenas noches -- se escuchó una voz gruesa desde el recibidor y Boruto se tensó al reconocerla. No tardó en aparecer el señor Kakei a la entrada de la sala.

El rubio maldijo a lo bajo y Naruto sintió culpabilidad al instante.

-- Oh mi querido yerno ¿cómo estas? -- preguntó al abrazarlo.

-- Bien y ¿usted? -- respondió algo cortante si de por si no le agradaba, ahora menos con lo que le dijo Sasuke.

-- Bien, bien. Tenemos que hablar.

-- ¿Qué pasa?

-- Eres militar ¿no? Ese rumor me preocupa mucho y...

-- No pienso dejar mi vocación.

Le interrumpió seriamente ganando el silencio de su familia quien mirada atenta.

-- Bien, en ese caso tenemos que adelantar el compromiso antes de que ese rumor se haga real -- Dijo el señor Kakei ciertamente nervioso.

Negó con la cabeza disimuladamente, todo lo que dijo el padre de Sarada cobraba sentido ahora.

-- Será después. -- habló Boruto -- No tengo ni tiempo para dormir ¿cree qué lo tendré para casarme?

-- Puede ser algo sencillo.

-- El gobierno no me dió fecha límite.

El se frotó la cien -- ¿Estas consciente de qué puedes morir y no volver?

El silencio se hizo presente y Boruto chasqueó la lengua al notar la mirada de su madre.

-- Si y aún así no cambiaré de opinión.

Ya exasperado lo fulminó con la mirada -- ¡Mi hija esta esperando un hijo tuyo!

La familia Uzumaki se quedó atónita y Boruto recordó de nuevo la charla de Sasuke. Todo indicaba que fue planeado.

-- Bien. Como ya había dicho, cuando vuelva se realizarán las cosas -- lo miró -- pero cuando regrese quiero ver la prueba de paternidad en sus manos.

-- ¿Dudas de mi hija?

El negó -- Dudo de mi, ya que no recuerdo nada como para asegurar que sucedió.

-- Si no regresas Sumire...

-- Si no regreso será mejor que Sumire se quede soltera que viuda. Luego le será difícil encontrar otro prometido.

-- No entiendes la gravedad del...

-- No, usted no entiende lo que esta por pasar.

-- Solo no quieres aceptar tus responsabilidades -- alzó la voz acercándose a él.

-- ¡Estamos por entrar a una maldita guerra! -- gritó Boruto ya harto de la situación -- ¡Y usted solo piensa en una boda! ¿Por qué tanto interes? Si me caso es con Sumire y a ella le pertenecerían mis bienes ¡No a usted!

Se tocó la cien intentando regular su respiración -- Ya dije que se hará -- finalizó -- Buenas noches.

Tomó su chaqueta del sofá y subió a su habitación por su mochila, entró dando un portazo y estrelló su puño en la pared intentando liberar así toda la presión del momento.

-- Boruto... -- Naruto se quedó en el marco de la puerta sin saber que hacer.

Todo daba vueltas en su cabeza, el simple estrés de la boda lo hacía caer, luego estaba lo de Sarada, no tenía la menor idea en donde demonios estaba y con quién, los celos fueron la combinación perfecta para que estallara y aún peor, la guerra.

Tenía que admitir que tenía miedo.

-- Papá -- lo miró y Naruto intentó comprender esa mirada que le dedicaba -- ¿Qué debo hacer? -- preguntó con la voz rota.

Naruto se acercó y colocó su mano en su hombro para darle apoyo, aún no se creía que ese niño revoltoso que quería llamar su atención, ahora fuese un adulto intentando cargar en su espalda cosas que aún no debía. Era demasiado injusto que el no tenga elección. El tampoco la tuvo, pero lucho por el amor y felicidad ¿por qué negarle a su hijo ha hacerlo? ¿por qué decirle no, cuando debía decirle intentalo?

Boruto lo miró al borde del colapso y Naruto sonrió para luego formar un puño y chocarlo con delicadeza con su pecho.

-- Haz lo que realmente quieras, Boruto -- le sonrió -- manda al mundo al diablo por una vez en tu vida.

Nunca seguía los consejos de su padre porque le parecían absurdos, pero ahora comprendía que el lucía más absurdo al no decidir que hacer y obedecer al injusto mundo.
Por ello ahora conducía de prisa a su departamento, al de a lado mejor dicho.

Sarada, Sarada.

Solo ella ocupaba su mente ahora, ya tenía su desición, tenía nombre y apellido. De la nada le llegó el recuerdo de esa palabra desición miró el libro a su lado y cuando estaba por tomarlo su teléfono lo sacó de su burbuja.

Era un número desconocido, pero contestó. Su gesto se endureció al escuchar esa voz gruesa y profunda.

Madara.

Golpeó su volante -- ¡Maldita sea! -- se volteó y miro hacia atras para meter reversa e ir a su academia.

¿Justamente cuándo tenía su desición tenía que ocurrir una llamada de alerta?

Mientras esperaba en los peatones se apresuró para vestirse de nuevo, con los botones mal abrochados dejando ver su sport verde obscuro, bajó de prisa de su auto y no tardó en toparse con sus amigos.

-- ¿¡Qué esta pasando!? -- preguntó Inojin al borde del colapso.

-- No lo se -- contestó Shikadai.

-- Formense por fuerza -- dijo un general acercándose al grupo de chicos que estaban ahí -- Fuerza marítmica ala 1, fuerza terreste ala 2 y fuerza aérea ala 3. ¡Ahora!

Después de asentir todos se comenzaron a movilizar.

-- ¡No! Por favor no, no me alejen de Sora -- gritó Chou.

-- Estaré bien -- dijo el con gracia.

-- Mitsuki, te la encargo ¡Si algo le pasa patearé tu trasero!

-- Claro, aunque lo más probable es que ella cuide de mi -- rió.

-- ¡Como sea!

-- ¿Qué esta pasando? -- preguntó Mitsuki después de que se fue Chou.

-- Todo se esta adelantando -- respondió serio -- será una practica lo más parecido a lo real, mi abuelo me lo dijo. Le llamaron de repente.

-- Eso explica el porqué nos citan a estas horas de la noche.

Ella asintió.

Boruto miraba anonado a Madara.

-- ¿Qué yo qué? -- preguntó al salir de su trance.

-- No me digas que nunca haz manejado una avioneta.

-- Bueno si, pero esta es diferente...

-- Sacaste notas perfectas en su manejo, no es complicado.

Boruto suspiró mirando el arma mortal que tenía frente a el.

-- Antes cambiáte -- dijo entregándole un uniforme más completo -- con este te será fácil manejarlo.

El obedeció y en un santiamén ya se encontraba colocándose un comunicador en el oído.

-- Tu serás el teniente de la fuerza aéres por lo que te podrás comunicar con los tenientes de las demás.

-- Fuerzas ¿no? -- Madara asintió y le hizo una seña pata que se acercará.

-- En el avioneta cuentas con un radar, en el puedes ver a quien estan por atacar así sea terrestre o aérea. La marítmica tienen el suyo.

Boruto asintió intentando guardar toda la información necesaria.

-- Ahora sube, yo te atacaré como si en verdad fuese un enemigo.

-- Espere ¿¡Qué!?

-- ¡Ahora!

"Maldición" miró la infinidad de botones y palancas.

-- ¡A penas se controlar un Mig-17! -- gritó asustado.

-- ¿Mig-17? Los rusos usarán un Mig-29 así que aprendé a controlar este avión esta noche o mañana nos matarás a todos -- gritó Madara a través del comunicador.

-- ¿Me escucha?

-- Claro que te escucho estúpido ¡por algo te di el comunicador! Todos te escuchan.

-- ¿¡Qué!?

-- Levanta el trasero metálico de esa avioneta ahora -- chasqueó la lengua mientras negaba -- Estos Uzumaki.

Boruto adoraba los avioncitos de papel que su padre le enseñó a hacer a los cinco años, luego se maravilló cuando su abuela le regaló uno de madera, pero jamás en su vida creyó estar por despegar en una maquina de matar real.

"Recuerda el manual" pensó al encender el motor, el simple ruido metálico le erizó la piel y en unos segundos lo logró controlar, pero le resultaba extraño ¿era así de sencillo? Claro que no.

-- ¿Ves el radar? -- la voz de Madara lo hizo volver a la realidad, miró a un costado con temor al ver que estaba lejos del piso.

-- Si...lo veo.

-- Apreta el botón verde del lado derecho.

El lo hizo y en sus ojos azules brillaron un sin fin de puntos azules y rojos.

-- ¿Cuáles son los malos?

La carcajada de Madara le dio escalofríos -- supongamos que los rojos, pero en la guerra tu enemigo se puede hacer pasar por los azules.

-- ¿Qué?

-- Escucha atentamente, tienes ese radar para hacer estrategias, supongo que sabes cuales son.

-- Si... -- dijo mientras con una mano hojeaba un manual.

-- Mira el radar, pero no despegues la vista del frente, te repito que te pueden hackear la señal.

-- Si...

-- No entiendo nada -- Dijo Chou mirando el radar.

-- Al menos Shikadai es el teniente -- lo miró -- ¿entiendes algo?

-- Creo que ahora prefiero la terrestre -- contestó dejándose caer en su lugar.

-- ¿Cómo crees que le este llendo a Boruto? -- preguntó el albino al ver a Sora sumergido en el mapa.

Ella se desconectó al escuchar su nombre, lamentaba tanto no verlo, ahora que estaba decidida a actuar ocurría esto.

-- Supongo que...

-- ¡Mira al frente! -- se escuchó a través del comunicador ¿esa era la voz de Madara? Se preguntó Sarada, ella tenía uno igual al ser la teniente de la fuerza terrestre y escuchaba con claridad a su tío abuelo. Shikadia estaba en la misma situación.

-- ¡Me dijo que vea el radar!
-- ¡Pero igual al frente idiota!

-- Creo que bien -- rió nerviosa alejando el comunicador de su boca.

Eran las cuatro de la mañana y Boruto conducía contrabajo hacia su departamento, intentaba no cerrar los ojos aunque no hubiese nadie en la carretera, a penas se estacionó salió tambaleándose. Le dolía el cuerpo y la cabeza estaba por explotarle por tanta presión.

Metió la llave en la cereadura y maldijo de nuevo por no abrirse, con pesadez se inclinó y sacó una de repuesto debajo del tapete de la entrada. Esta vez giró por lo que a penas entró tiró su bulto y subió con pesadez hasta su habitación.

¿bañarse? Mañana.

Ahora ni siquiera podía con su alma. No se molestó em quitarse las botas, así como estaba se dejo caer en la cama boca arriba con los pies afuera.
Involuntariamente una sonrisa se formó en su rostro al embriagarse con ese delicioso aroma a vainilla y canela, le era conocido, pero por más que intentaba recordar, el cansancio le ganó y cayó profundamente dormido.

Sarada salió del baño con un camizón sencillon de seda, estaba muy agotada, pero quería bañarse. No era agradable dormir con sudor y todo el polvo por andar revolcándose en la tierra al intentar atacar. Dejó la toalla de su cabeza en una silla y se giró para lanzarse a su cama, pero su corazón estaba por salirse.

-- ¿¡Boruto!?








《PROXIMO CAPÍTULO》

Ataque

Boruto bostezó mientras se adentraba entre las nubes, con mucho esfuerzo logró acoplarse a su avioneta y al mendigo radar.
Su mirada azulada se dirigía a la pista de aterrisaje después de finalizar el último simulacro, pero un destello que le pegó directamente en la cara lo desconcertó. Miró su radar.

-- ¿Fuegos artifiaciales? Madara dijiste que el simulacro había acabado.

-- ¿De qué hablas?

Boruto miró su radar -- claramente veo que te diriges a mi ¿ahora qué? ¿quieres otra estrategia?

-- ¡Sal de la zona ahora! ¡Da vuelta y sal! -- gritó.

-- ¿Qué...?

-- Yo aterrizé hace cinco minutos.

〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰

Una enorme explosión dejo aturdida a toda la ciudad en cuestíon de segundos. La ola de polvo llegó al instante sacando gritos de cualquier esquina.

-- ¡Oh por dios! -- gritó Mikoto asustada.

-- ¡Tenemos que salir ahora! -- Dijo Itachi abriendo el auto -- dense prisa.

-- Sarada ¿Qué esperas? -- preguntó Sakura al ver a su hija de pie entre la gente que corría. Ella susurró algo, pero la pelirosa no lo alcanzó a oir.

Sarada miró la zona en donde se generó la explosión y luego vio con horror a su madre y negó.

-- ¿¡Sara...!?

-- Himawari... -- susurró de nuevo y se safó del agarre de su madre y corrió.

-- ¡Sarada!

Ella se perdió entre la multitud y los esfuerzos de su madre por ir tras ella eran nulos, toda la gente corría en dirección contraría y era empujada para que no valla a la zona, pues segundos después, en sus ojos jade se reflejó una explosión más intensa, en la dirección en donde su hija se había perdido entre la gente.







Nota:

Ya viene lo interesante... lo más probable es que actualice mañana ya que tengo la inspiración que explota XD

Este capítulo fue más de nuestro adorado rubio ♡ dd el casi no habia escrito como se sentía con todo esto y por ellos fue este capítulo además de que Sasuki 😍 tenía que abrirle los ojos 😥 espero les haya transmitido el sentimiento correctamente.

Y para los que esperan lemon...ya les puedo asegurar que del capítulo que viene es el siguiente 😂. Si no es así pues mil disculpas y será en el que sigue, pero ya esta cerca!

Muchas gracias por su comprensióm y apoyo 🤗💜 daré lo mejor de mi.

Espero les haya gustado, sin más me retiro y tengan linda noche 😉








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